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Mes: noviembre 2013

REENCUENTRO

REENCUENTRO

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Mientras estos renglones se pierden por el mundo, de pantalla en pantalla, hasta el último rincón imaginable, voy al encuentro de corazones amigos para abrazarlos y recordar verdes años temerosos de amaneceres inciertos, cuando el silbato preludiaba el acto religioso que santificaba la jornada de cada día, con la bendición del padre Esteban.

Compartiremos hoy recuerdos del barrio, la acacia, el campo de abajo, la puerta principal, los zapatos Segarra, la capa, el traje azul marino, el pitraco, las cocletas, el patio central, las perolas, el rosario y… Zarco. Bueno, de Zarco no nos acordaremos porque preferimos pasar un día feliz.

Fueron años de hermanada solidaridad para emular la disciplina, los capones, el poliburó, las filas prietas y los crucifijos tenebrosos en las noches oscuras de ejercicios espirituales, cuando la capilla temblaba con las amenazas del fuego eterno, si el arrepentimiento no llegaba a nuestros inocentes corazones.

Supimos, sin que nadie lo anticipara, que el ingreso en el colpicio no tenía billete de vuelta, porque la suerte había decidido pasar corriendo por delante de nuestra ventana familiar sin ofreceros siquiera un saludo de bienvenida ni un pasamanos para ayudarnos a subir los escalones de acceso a la “puerta principal”.

Allí estuvimos juntos compartiendo corredores de camas en el «hipódromo», más tarde alcobas familiares, de cuatro en cuatro, – con “Ustedes son formidables” en el transistor que Rafael apagaba -, donde restaurar el insomnio entre sábanas protectoras, hasta que el silbato matinal vencía la noche quebrando el hilo de esperanza que partía en dos la realidad y el deseo.

Subíamos, cada cual con su yunta, las horas interminables de clase, encordados al hastío del pupitre, – ¿recuerdas, Laureano? -, en medio de los dos, aquel tintero blanco de porcelana y el tamborileo de los palilleros previo al castigo de cada día, mientras los plumines despuntados se esforzaban en reproducir entre renglones el mandato de los cuadernos de caligrafía sin evitar que la desgana tintara de azul los dedos.

Las horas de recreo en los soportales se estrellaban después contra la aritmética antes de asombrarnos con la historia sagrada, escapando a Hoyos Mari jugándonos el castigo entero del domingo que nos privaba de la aventura peliculera en el “Cristal”, “Montija”, “Marvi”, “Morasol” o “Roma”, dejándonos sin el desahogo de las faldas en el “Gua”, “Consulado”, “Tuna”, “Paraninfo”, “Jóvenes” o “Guetari”, tras libar sin respiro dos campanos de pitarra en la taberna vecina. Verdad, Enrique.

Esto había más allá de la alambrada que luego se hizo tapia, y los cotidianos pormenores se agigantaron hasta hacerse un punto negro de luz en el destino, cuando el reglamento ordenó el despido, poniéndonos a la puerta del colpicio con la vida por delante, para conquistarla con nuestras propias manos a golpes de esfuerzos, renuncias y sacrificios.

J.F.K.

J.F.K.

Unknown

A las doce y media de la mañana del viernes 22 de noviembre de 1963, una bala de origen desconocido perforó el cráneo y desparramó por el aire de la ciudad de Dallas el cerebro del trigésimo quinto presidente de los Estados Unidos, mientras éste paseaba en coche descubierto por la calle Elm, junto a su esposa Jackie.

John Fitzgerald Kennedy para los votantes, Jack para los amigos y JFK para el pueblo, se hizo inmortal mitificado por su trágica muerte, ante el asombro del mundo al ver que la nación más poderosa de la Tierra no pudo evitar su muerte, ni dar respuesta al magnicidio, ni encontrar a los culpables, porque sólo Warren y sus muchachos estigmatizaron a Oswald.

Este joven y único presidente católico, protagonizó el fracaso invasivo a la Bahía de Cochinos, venció la crisis provocada por los misiles cubano-rusos, fue berlinés ante el muro de Berlín, promovió la carrera espacial y luchó por los derechos civiles, tras llegar a la Casablanca con el mismo dinero que su padre hubiera necesitado para hacer a su chofer miembro del Congreso.

Condecorado por herida de guerra, amante oscurecido por la prensa, enfermo crónico de espalda, amigo de mafiosos, premio Pulitzer a la mejor biografía, deficiente hormonal por la enfermedad de Addison y presidente de los Estados Unidos desde el 20 de enero de 1961 hasta el 22 de noviembre de 1963, ha pasado a la historia como uno de los mejores presidentes de su país.

JFK se ha convertido en el arquetipo de las aspiraciones estadounidenses, en la esperanza de la nación y en el modelo de compromiso ciudadano con el progreso del país, pidiendo a sus compatriotas que se olvidaran de cuanto el Estado pudiera hacer por ellos y pensaran en lo que ellos podrían hacer para engrandecer la patria que habitaban.

EL GOL DE LA FARSA

EL GOL DE LA FARSA

Unknown

El augusto militar Pinochet había conquistado el poder en Chile a tiro limpio, poniendo a todos los ciudadanos del país bajo la suela de su zapato y clavando espuelas en los costillares de siete mil “rojos” chilenos hacinados en el Estadio Nacional, antes de ordenar a los matarifes que dispararan sus balas a las cabezas y corazones de los confinados, salpicando el graderío con sangre de los más insurrectos.

Mientras esto sucedía, los responsables del teatro futbolero organizaron el partido de repesca para el mundial de Alemania de 1974 entre las selecciones de Chile y Rusia, acordando que el torneo se celebrara en el Estadio-Cárcel de Santiago de Chile el 21 de noviembre de 1973, obligando a los militares golpistas a desplazar todos los condenados allí encerrados a otro campo de concentración.

Cuando los directivos de la FIFA visitaron el Estadio, quedaron admirados por la limpieza de las gradas, la calidad del césped y la amplitud de los vomitorios, sin ver ropa vieja por el suelo, restos abandonados de miseria, hierba enrojecida en la cancha y estrechez de los túneles donde se habían podrido de dolor los desaparecidos.

Aprobado ya el esperpéntico escenario y vendidas dieciocho mil entradas entre los incondicionales del dictador, no pudo celebrarse el fantasmagórico partido porque el equipo ruso decidió no acudir a la cita en el macabro espacio teatral donde tuvo lugar el estreno de la mayor farsa deportiva imaginable.

Sin rivales en la cancha, avanzaron los delanteros de la selección chilena hacia la portería vacía del equipo ruso y Francisco Chamaco Valdés marcó el más vergonzoso gol de la historia deportiva, donde el equipo vencedor jugó contra el aire entre aplausos y ovaciones de los espectadores que sustituyeron a los espectros en aquella cámara de tortura y exterminio.

Una vez más, fútbol y política se dieron la mano, arrimando la FIFA su sardina al ascua más caliente como haría en 1978 en Argentina con la dictadura de Videla.

DERECHOS DE LOS NIÑOS

DERECHOS DE LOS NIÑOS

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Mientras algunos celebran hoy el aniversario de la muerte de Franco y otros lloran la desaparición del general, muchos de nosotros miramos para los peques con intención de festejar con ellos el día universal de sus derechos, desde que el 20 de noviembre de 1989 se acordaron en la Convención sobre los Derechos del Niño y fueron aprobados posteriormente por la Asamblea General de las Naciones Unidas y ratificados por doscientos países.

El colectivo social más vulnerable, quedó así protegido legalmente de quienes discriminaban a los niños, despreciaban sus intereses, limitaban la supervivencia, olvidaban su desarrollo y despreciaban las opiniones de los infantes en cuestiones que les afectaban.

Es un buen día para recordar que tienen los niños el derecho a nacer y vivir libremente con dignidad, a disfrutar plenamente de juegos educativos, a tener nombre, nacionalidad y más derechos, sin discriminación por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión, origen, posición económica o cualquier otra condición.

Tienen derecho los niños a vivir en una casa digna, recibir la alimentación, ser atendidos y protegida su salud con beneficios sanitarios antes de nacer, al nacer y después de haber nacido, así como a criarse en un ambiente familiar y social de afecto y seguridad, donde prime el amor y la comprensión.

Tienen derecho los niños a ser protegidos contra toda forma de abandono, compraventa, crueldad y explotación, no pudiendo trabajar antes de una edad mínima adecuada, ni dedicarse a ocupación o empleo alguno que pueda perjudicar su salud o educación o impedir su desarrollo físico, mental o moral.

Tienen derecho los niños a recibir educación gratuita y obligatoria, en igualdad de oportunidades, que les permita desarrollar su sentido de responsabilidad moral y social, así como recibir información adecuada y formación conveniente, que promueva el respeto, la paz y la convivencia social

Tienen, finalmente, derecho los niños a vivir en armonía, a estar protegidos contra toda discriminación, y ser aleccionados para la comprensión, tolerancia, amistad y solidaridad, para que consagre sus energías, esfuerzos, afanes y aptitudes al servicio de los demás.

ESA NO ES LA PREGUNTA

ESA NO ES LA PREGUNTA

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El indiscutible talento, la valentía periodística y los sobrados reflejos mentales de Ana Pastor, fueron el domingo burlados demagógicamente por el jefe de los empresarios, en la entrevista que la directora de El Objetivo le hizo a don Joan en ese programa nocturno.

Tras dejar claro el presidente de la CEOE que no hay grandes soluciones que lo arreglen todo sino microsoluciones sectoriales, pidió que la legislación española se acercara a la normativa alemana en materia de empleo, incluyendo los famosos “minijobs” como solución al problema y preguntado demagógicamente el entrevistado a la entrevistadora: «¿Qué preferimos, minijobs o desempleo? ¿Que tengan trabajo de cuatro horas o que no tengan trabajo?», dejando a la periodista sin preguntas como respuestas a las preguntas del empresario, que nosotros le hacemos desde aquí.

No es cuestión de elegir entre perder la mano entera o un dedo, cuando no hace falta amputar ninguno de los dos. Se trata de elegir entre trabajar con guante o sin él, es decir, entre mejorar la situación o dejarla como está.

Señor Rosell: ¿Prefieren los empleados de las empresas tener un trabajo estable e indefinido o sobrevivir en la miseria laboral con un pírrico minijob? ¿Quieren los trabajadores tener cuatro horas diarias de jornada laboral o prefieren tener ocupado todo el día en la empresa?

Viendo que los grandes yates atracados en los puertos, las mansiones más extensas y lujosas, los supersónicos aviones privados y los grandes capitales del mundo están en manos de los empresarios, ¿no sería preferible que se redujeran los excesivos beneficios empresariales a costa del sudor ajeno, en lugar de recortar horarios y salarios a los trabajadores?

Según demuestran los hechos, los beneficios creados por los obreros en las empresas con la venta de su esfuerzo, genera una elevada plusvalía que va a parar a las arcas empresariales, ¿no sería, pues, más razonable – aunque menos alemán – que se redujera la plusvalía en beneficio del trabajador?

DROGAS

DROGAS

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Leo en un rincón del periódico que dos jóvenes han muerto a causa de las drogas, por adulteración y sobredosis, mientras los grandes traficantes del veneno deben estar celebrando en lujosas mansiones los beneficios de tan lucrativo negocio, sin enterarse ni mover una ceja por tan penosas defunciones.

Declararse enemigo de las drogas es una de las condiciones sociales exigidas al vecino, para condecorarle en la solapa civil con el título de buen ciudadano y persona de orden, temerosa de contagiarse con la blanca peste negra vergonzante y destructiva de personas, que ya están destruidas por la sociedad.

Desde Adán y Eva, que vivían felices en el paraíso terrenal, el ser humano no ha dejado de buscar paraísos artificiales para ahuyentar el dolor, acompañar la soledad y evitar el abandono, con remedios caseros rudimentarios o estimulando últimamente la vida con opios relajantes, heroínas liberadoras, cocaínas euforizantes, alcoholes hilarantes, pastillas gozosas, infieles “marías” o humeantes “chocolates”.

Drogas no, mil veces no y otras mil que tampoco. Vale. Pero la actual situación de tráfico y consumo de estas sustancias que envenenan el cuerpo y descuartizan el alma, obliga a pensar que la mejor solución sería que los Estados productores y/o consumidores cogieran el toro por los cuernos y lo doblegaran, como hizo Ursus con el morlaco en presencia de Ligia y todo el pueblo.

Mirando la historia y echando un vistazo al mundo que nos rodea, vemos que la “ley seca” americana multiplicó el crimen organizado durante los catorce años que estuvo vigente, consiguiendo su derogación que desaparecieran las mafias, se redujeran los precios, disminuyera la delincuencia y se moderara el consumo.

En algunos países musulmanes como Arabia Saudita se prohíbe la ingesta de alcohol, castigando severamente con cárcel a quienes incumplen el veto, propinándoles latigazos y sentándolos en el potro árabe. En Kuwait se conforman con la cárcel. Y en Qatar se deporta a los borrachos, mientras el resto del mundo “progresa adecuadamente” publicitando y consumiendo alcohol.

Estas experiencias me autorizan a pensar que legalizando y controlando debidamente el consumo de drogas se arruinaría a los traficantes, disminuiría el consumo, se evitarían abusos, se eliminarían estafas, aminorarían los delitos, menguaría la explotación, desaparecería el mercado negro, se limpiaría el dinero opaco, bajarían los precios, no habría muertes por adulteración, y los jueces, carceleros y policías tendrían más tiempo para dedicarse a otros menesteres.

CARTA A UNA MUJER CON VERDOR PERENNE

CARTA A UNA MUJER CON VERDOR PERENNE

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Nostálgica amiga:

Te escribo para cerrar la conversación que abrimos hace días, cuando me manifestabas tu desconsuelo por el deterioro físico que los años habían provocado en tu piel, surcada por arrugas como desfiladeros, “código de barras” sobre el labio y patas de gallo avencindadas en tus ojos.

No te alarmes, mujer. Si la mano diáfana de Venus agita el péndulo del reloj y cruza las saetas de su esfera en la aurora azul del venero inagotable, es porque años nuevos te esperan para contemplar la chispa que destella en el reflejo silvestre del iris inmaculado, donde la edad no llega.

La esperanza abrirá un espacio en el surco de la frente que coronará de nuevo el azahar y el espíritu vivificador deportará las arrugas al soplo del viento enamorado, si mantienes el blanco aliento de inviernos titilantes en convivencia amorosa con verdes primaveras.

Lucha por el dominio de la seda cenicienta sobre el brochazo áspero de la irredimible melancolía y no permitas que el otoño remonte el vuelo sin llevar contigo un ramillete de esperanzas, ni que la negrura cuaresmal de tu vida se sobreponga a la festiva alegría del adviento que te espera.

Evita que la altivez profana de los calendarios se cuele de rondón en tus horas bajas, haciendo que los flecos deshilachados de humo negro rompan la estética de los manantiales, y conseguirás que en ellos se aloje el renacimiento de la vida que te espera cada amanecer junto a las flores de tu balcón.

¿No me crees, amiga? Pues entonces presta atención a los vidrios refulgentes que custodian los racimos, ahogando en el fruto de las vides el esfuerzo inútil de las grietas por alojarse en la piel de las uvas, y evitarás aturdirte el día que el armiño descienda de las cumbres a sus sienes juveniles.

Pero no te preocupes, mujer: el rostro que conquista la pupila enamorada, es invencible y a ti te sobran pretextos para el amor.