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Etiqueta: Unamuno

JUBILACIÓN DEL SENTIDOR

JUBILACIÓN DEL SENTIDOR

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Hace hoy 155 años que vino al mundo en su bochito bilbaíno un vasco-castellano universal que pasó por la vida agonizando contra el Misterio, agitando conciencias, luchando contra todos, contra todo y contra sí mismo, defendiendo de verdad por encima de la paz, dando ejemplo de honradez, siendo esposo fiel, amigo leal y político comprometido con la sociedad de su tiempo, llegando a ser el más grande intelectual que ha tenido Vizcaya y la Universidad de Salamanca en sus 800 años de historia.

Hace hoy 85 años que Miguel de Unamuno recibió en Salamanca el homenaje mayor que imaginarse pueda con motivo de su jubilación en la cátedra universitaria que ocupó durante 39 años, excluyendo los seis que estuvo desterrado en Fuerteventura, París y Hendaya, por el dictador Primo de Rivera y Martínez Anido, al cumplir los setenta años.

Estas dos efemérides en el mismo día hacen inevitable el recuerdo a un sabio singular, que quiso ser por encima de todo sentidor con el alma en vilo sobre las cabezas de sus vecinos, derramando pensamientos y sentires en estrofas, páginas, proscenios, tribunas, periódicos y cartas, con sabiduría profunda, compromiso social y generosidad desconocida por los creadores de la falsa mitología unamuniana que se expande sin redención posible.

A este personaje, que supo conciliar crítica con diálogo; oposición con acuerdo; benevolencia con exigencia; compromiso y lucha; paz y rebeldía; rigor y tolerancia; sacrificio y disciplina; austeridad y complacencia. A tan singular hombre público que pasó la vida en agonía-lucha permanente, peleando sin desmayo por la honradez en la gestión pública. Al diputado que fue rebelde a la disciplina de partido y al caciquismo. A quien dejó oír su voz contra las fuerzas vivas. A quien defendió a los obreros exigiéndoles al mismo tiempo compromiso en el trabajo. Al ciudadano, ejemplo de honestidad y trabajo. Al político ejemplar, que supo ser serio y simpático; maestro y discípulo, como anunció a sus hijos espirituales el día de su jubilación, diciéndoles que enseñar era ante todo y sobre todo, aprender. En definitiva, al hombre cabal que fue rendimos con estas páginas un homenaje filial de respeto, admiración y profunda gratitud, por cuanto dio a la Humanidad.

JORNADA ELECTORAL

JORNADA ELECTORAL

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Hoy es jornada electoral donde los indecisos tendrán que tomar finalmente una decisión, que puede ser votar a un partido, abstenerse o votar en blanco, tras pasar el día de ayer reflexionando en ejercicio espiritual político para clarificar el voto, mientras los afiliados y simpatizantes de los partidos aplaudían y vitoreaban a sus líderes, coreando sus consignas, sabiendo que “podemos” ganar porque “vamos” a “hacer que pase” con este “valor seguro” y siempre “por España”.

Bien, pues un “ciudadano en blanco” amigo mío, lleva días tratando de convencerme sobre la opción que él va a tomar, siguiendo el lúcido camino abierto por Saramago en el ensayo que dio continuidad a su trabajo sobre la ceguera, como necesario gesto revolucionario en el momento actual.

Alguien apreciado por mí, me pidió ser interventor en una mesa de su partido, olvidando que no soy hombre de partido, porque estoy tan entero y libre como Unamuno, sin disposición a dar la cara por nadie si ello me obliga a perder el certificado de orejisano que he mantenido durante toda mi vida, fortalecido por la independencia que da la experiencia en la vida.

Una carta impersonal que han depositado en mi buzón postal, me pide que vote al partido político que me la envía, sin tener en cuenta a qué persona han dirigido la misiva, porque de saberlo se habría ahorrado el esfuerzo de enviarla y lo inútil de su petición, pues su aspiración es tan estéril como el trabajo de los peces por levantar el vuelo como las aves.

También han llegado a mi correo electrónico mensajes de amigos pidiéndome que vote el partido de su confianza, garantizándome que pasearé feliz por el nuevo jardín social que plantará su partido, tras haberlo descuidado durante tantos años sin darle ni gota de riego, ni nutriente alguno.

Un compañero de antiguas luchas sindicales, cuando los sindicalistos estaban por llegar a las secciones sindicales, me propone ayudar con mi voto a un partido que fue lo que nunca volvió a ser desde su aparición en los carteles publicitarios de la nueva pseudocracia, recuperada con la muerte del dictador.

Finalmente, ha pegado un martillazo en mi mente pretendiendo segar a golpes de hoz mi voluntad un colega, recordándome viejas coincidencias ideológicas partidistas de olvidados tiempos de abrazos pro amnistía, hoy extinguidas en la memoria por la realidad de los hechos.

Simplemente, amigos, me acercaré a primera hora de la mañana a la urna de mi colegio electoral, con la decepción política el alma, la frustración social a flor de piel y la esperanza desesperanzada en el futuro; pero, eso sí, con la personal convicción intacta y la indudable seguridad de que mi voto irá a la cesta de la única opción entre las posibles que a mi juicio merece llevárselo.

INQUICENSORES

INQUICENSORES

Opinar en voz alta tiene el peligro de ser escuchado por capitidisminuidos inquicensores, herederos directos de intolerantes actitudes inquisitoriales mezcladas con espuelas censoras dictatoriales, pretendiendo llevarnos a las más casposa sociedad represiva de tiempos indeseables, donde la condena podía llegar no por lo que se decía, sino por lo que el inquisidor pensaba que se decía, aunque no se afirmara lo que el caciquillo opinaba que se decía.

Por denuncia de ensoberbecidos, frustrados, envidiosos y rencorosos colegas del claustro, Fray Luis de León fue condenado a prisión durante cinco años, hasta demostrarse que la malévola lectura hecha por los denunciantes sobre la traducción realizada por el agustino del Cantar de los Cantares para su prima, nada tenía que ver con lo que el fraile pensaba.

Siglos después, refería Unamuno en sus críticas a los inquisidorcillos políticos, que las normas impuestas por ellos eran desdichados preceptos, origen de abusos y secuela de arbitrariedades, para satisfacer los caprichos de un poder apoyado en el miedo colectivo, donde se manejaban las voluntades de sumisos fiscales sometidos al patrón.

Aplicando funestos criterios derivados de semejante estatuto legal, fueron cerrados periódicos y condenadas personas por delito de opinión, en muchos casos no por lo que decían sino por aquello que los déspotas suponían que decían, recordando el caso de un capitán del ejército que dijo autoritariamente a un soldado:

– Se está usted riendo de mí.

– No, mi capitán.

– No, por fuera, pero sí por dentro, que yo lo veo.

– No, mi capitán.

– ¡Cómo que no! Queda usted arrestado.

El macartismo no es buen camino a seguir en una sociedad plural, libre y democrática, por mucho que el añejo reaccionarismo se empeñe el volver a lejanas épocas rancias, ya condenadas por la historia y desterradas de la sociedad por ciudadanos que aspiran a vivir en libertad.

EL POETA COLINAS

EL POETA COLINAS

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La reina-madre, Sofía, acomodó anteayer el laurel de su premio en la cabeza doblemente despejada del poeta iberoamericano Antonio Colinas, mejorando tal galardón la eterna fama del poeta, junto a su Premio Nacional de Literatura, al de la Crítica y al de Castilla y León de las Letras, todos ellos merecidos por el versificador de la armonía y el equilibrio.

El poeta Colinas eclipsa al novelista, al ensayista, al traductor y articulista, que ha pasado setenta años de vida soñando versos, acompañando soledades de anónimos lectores, consolando desconocidas tristezas, estimulando almas adormecidas y haciendo del verso cotidiano afán y dulce costumbre revivida cada jornada.

Certero sabedor de que la poesía es el genero literario por excelencia; la mejor vía hacia el conocimiento; el medio más eficaz para sentirnos cómplices dichosos; la fuerza para despreciar el innecesario lastre vital; la clave para interpretar la realidad; y el impulso para redimir del tedio la fugaz existencia humana, Antonio de dedicó a concebir poemarios desde su primer balbuceo, con sabiduría propia de seres privilegiado por gracia de singular misterio.

Sin estancar su memoria en la vulgaridad poética, ha subido Colinas al parnaso exclusivo de los privilegiados donde solo llegan quienes hacen de los versos deleitosa tarea; de las estrofas milagro; y de la poesía virtud inalcanzable para el resto de los mortales poetas que en el mundo han sido.

Un poema sin palabra nueva, no es poema, dice el poeta con el alma en bandolera, armonizando belleza y reflexión, sentimiento y pensamiento, literatura y vida, emoción y recogimiento con actual clasicismo poético, hermanando dualidades transcendentes, hasta fundir los versos en densa unidad poética.

Poética universal que sobrevuela fronteras con los pies en tierras bautismales bañezanas, peregrinaciones ibicencas y liturgias salmantinas, desde que en el verano de 1998 decidió clavar su estaca con María José en la ciudad del Tormes, echando el ancla en ella como hizo Unamuno, maridando sus almas y versos, sin más pretensión que darse vida mutua, sabedores que el amor enciende más amor.

Poesía excelsa como acreditan sus “poemas de la tierra y de la sangre”, escritos en la “noche más allá de la noche” “donde la luz llora la luz”, en “hora interior”, “tiempo y abismo”, libando en “la viña salvaje” “desiertos de luz” entre “preludios a una noche total” y “truenos y flautas del templo” con “diapasón infinito” y “silencios de fuego”, junto a interminables “sepulcros en Tarquinia” y con el “astrolabio” en la mano para fijar su posición y altura en las estrellas de la bóveda poética.

Es Antonio humilde amigo, erudito en la tribuna, alma grande, bondad plena y destacado intelectual que da fama, prestigio y brillo a la ciudad de acogida, como hicieron Nebrija, Fray Luis, Brocense y Unamuno con el alto soto de torres, donde los pasos de Colinas deambulan con humilde sordina sobre el granito de la Plaza Grande, perdiéndose entre rúas, plazuelas y callejas, para dejarnos dulces ecos de sabiduría, bondad, mansedumbre, … y generosidad.

SI YO FUERA PRESIDENTE

SI YO FUERA PRESIDENTE

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Un día como hoy de 1917 publicó el periódico madrileño El Día, un artículo firmado por Unamuno con el subtítulo “Si yo fuese rey”, explicando qué habría hecho él en aquel momento si ocupara el trono español, algo que me da pie a seguir sus pasos expresando qué haría yo si hoy fuera presidente del Gobierno, por si alguno de los candidatos al cargo se le ocurriera llevar a cabo alguna de estas propuestas, sabiendo que todas ellas irán a la papelera.

Si yo fuera presidente:

– Prohibiría a empresas del Ibex tener sucursales y cuentas bancarias en paraísos fiscales.

– Anularía las prescripciones por delitos económicos y fiscales.

– Cambiaría la actual ley de indultos incluyendo a los jueces en las decisiones.

– Registraría notarialmente todas las promesas electorales.

– Consideraría fraude electoral el incumplimiento de las promesas.

– Promovería una ley prohibiendo presentarse a elecciones a los defraudadores.

– Exigiría dedicación plena al Congreso a todos los diputados.

– Promovería consultas ciudadanas más allá de las elecciones generales.

– Publicaría la lista y sueldos de los altos cargos y asesores nombrados a dedo.

– Eliminaría el Senado.

– Suprimiría las Diputaciones Provinciales.

– Abriría las listas electorales para poder votar a las personas y no a los partidos.

– Separaría definitivamente la Iglesia del Estado y la catequización en las aulas.

– Eliminaría la injerencia política en los tribunales de Justicia.

– Incrementaría los recursos en Justicia, Educación, Sanidad, Dependencia y Hacienda.

– Reduciría al 50 % los salarios de los políticos y eliminaría sus privilegios.

– Impediría la influencia del poder financiero en el poder político.

– Exigiría máxima competencia a los dirigentes de empresas y servicios públicos.

– ……

Ahora, amigos, seguid vosotros completando la lista de lo que haríais si fuerais presidentes del Gobierno que aspiran a presidir los señores Rajoy, Sánchez, Rivera, Iglesias y Garzón.

GRACIAS, EMILIANO

GRACIAS, EMILIANO

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Emiliano

Conocí al profesor Emiliano Jiménez en sus madrugadoras clases de Geología en el Palacio de Anaya a mediados de la década prodigiosa y no volví a encontrarme con él hasta hace un año en la Asociación Amigos de Unamuno, de la que es miembro activo y participativo, junto a su esposa Pili, enferma de Alzheimer y asidua compañera en las tertulias unamunianas, con permanente sonrisa en los labios, belleza serena, mirada limpia y corazón en bandolera.

Sin saberlo, ella es sustento de vida de Emiliano y estímulo existencial que lo lleva de un lado para otro, acompañándola de la mano como dos enamorados, para quienes la desmemoria ha sido lazo entrañable de amor eterno y mutua gratitud de felicidad compartida, sin muestra de templanza en la donación del maestro a la compañera.

Gracias, Emiliano, por tu testimonio de incondicional entrega a quien todo lo fue, lo es y lo seguirá siendo, mientras te sea permitido consagrarte a ella.

Gracias, Emiliano, por hacernos soñar en quimeras que imaginábamos inalcanzables hasta que apareciste tú, abrazado a ella, entre nosotros.

Gracias, Emiliano, por blindarte amorosamente del dolor tras el caparazón espiritual de tus tortugas, para enseñarnos el camino de la felicidad.

Gracias, Emiliano, por indicarnos la ruta a seguir para agradecer a las personas inermes y desvalidas su contribución a nuestra bienaventuranza.

Gracias, Emiliano, por alumbrar con generosa luz y entrega incondicional, la dichosa vida que espera a los grandes corazones tras la desgracia.

Gracia, Emiliano, en fin, por tu ejemplo de vida, sincera amistad y abierta sonrisa, porque nos ha demostrado que es posible la redención del sufrimiento y la desgracia cuando se antepone el amor.

¿ESTÁ AQUÍ LA RANA?

¿ESTÁ AQUÍ LA RANA?

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Conversaba ayer con el guarda privado que custodia el acceso al edificio antiguo de la Universidad mientras esperaba a los reporteros de la televisión que iban a hacerme una entrevista sobre la implicación de Unamuno en el doctorado honoris causa que le fue concedido a Santa Teresa en 1922, cuando se acercaron unos turistas preguntando ¿está aquí la rana?

¡Dios!

Esa es la gran tragedia que sufre en silencio desde hace siglos el tapiz pétreo más hermoso que imaginarse pueda, muestra excepcional del mejor plateresco que cantero alguno haya podido tallar en la piedra salmantina que dora las fachadas, ascendiendo en fuego dorado al cielo con llamaradas que singularizan la belleza de la ciudad charra.

Nunca un batracio petrificado fue tan curioseado por ociosos turistas que miran el dedo cuando les señalan la luna, ni otro anfibio anuro mereció tanto desprecio por los amantes del arte que contemplan atónitos una filigrana histórica que habla con sabiduría de la piedra histórica del Estudio, donde impartieron sus lecciones Nebrija, Fray Luis, Vitoria y Unamuno, entre otros sabios de los muchos que han pasado por sus aulas.

El respeto con la vulgaridad cultural me obligó a dar una respuesta afirmativa a los curiosos que preguntaron, pero merecido tenían ser enviados calle Libreros abajo hasta tomar Tentenecio la bajada al río, donde el croar de las ranas daría cumplida satisfacción a quienes por ellas preguntaban.