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Mes: noviembre 2012

RODILLO DEMOCRÁTICO

RODILLO DEMOCRÁTICO

No es la primera vez que denuncio el rodillo democrático que venimos padeciendo los españoles en todas las situaciones políticas en las que el PSOE o el PP han obtenido la mayoría absoluta en las urnas, consciente de que los votos dan poder, mucho poder, pero ninguna sabiduría, ni conceden “ex cátedra” política que confiera infalibilidad a las decisiones.

Ayer, cuando los ciudadanos estábamos en armas contra los copagos, tasas judiciales, recortes salariales, privilegios políticos, eliminación de subvenciones, impunidad de corruptos, indemnizaciones bancarias, desahucios asesinos, imparable paro, privatizaciones sanitarias, abusos de policieros (no de policías) y cinismo de politiqueros (no de políticos), la mayoría de nuestros padres putativos pasaban de nuevo el rodillo en el Congreso, laminando nuestras esperanzas al dejarnos vacíos los bolsillos de toda esperanza de redención.

De ¡3.771! enmiendas a las cuentas del Estado sólo fueron aceptadas 7 de ellas por el partido mayoritario, en una nueva exhibición de sordera social y política digna de figurar en el libro Guinness de los despropósitos democráticos, similares a los abusos mayoritarios realizados por los socialistas cuando dominaron la Cámara baja, la alta, la del medio y la de al lado.

No consiste la democracia en escuchar la voz de los ciudadanos cada cuatro años cuando estos introducen el voto en la urna; ni ese voto en un cheque en blanco que se otorga a los vencedores, para que hagan a su antojo cuanto les parezca hasta las próximas elecciones.

Gobernar en mayoría no significa tomar decisiones sin negociar con los demás partidos, ni desoír la voz de pueblo cuando éste clama en el desierto, porque desatender su grito y arrinconar a las minorías políticas es una perversión democrática de impredecibles consecuencias que sólo beneficia a los enemigos de la soberanía popular.

CERRADO POR HUELGA, DISCULPEN EL SILENCIO

CERRADO POR HUELGA, DISCULPEN EL SILENCIO

Si se cierran las aulas, se cancelan quirófanos, se retrasan sentencias, se vacían oficinas, se anulan transportes y se paran las máquinas, no puede rellenarse con voz propia la página de esta bitácora, porque la solidaridad con los desfavorecidos y parados destierra la palabra.

Disculpen, pues, el silencio y atiendan a la voz de Unamuno que hoy tomo prestada porque mi palabra huelga, recordándoles lo que el maestro dijo en el Círculo Mercantil de Salamanca, el jueves 14 de febrero de 1901:

«Las huelgas, como la guerra, son un mal necesario, que hay que afrontar muchas veces, aun con la convicción de la derrota, por los beneficios futuros. Jamás tendrán término, pues las peticiones de los obreros estarán siempre en relación con los beneficios de los capitalistas, y su objetivo final es la desposesión de los capitalistas y la creación de una nueva sociedad. Hay que mirar estas cuestiones con serenidad y valor, y hay que convencerse de que, si pan y catecismo son muy buenos, no son malos carne y ciencia. El progreso sólo se consigue con la lucha, y en ésta hay que persistir hasta que todos los hombres sean libres e iguales, y acabemos con el hambre, haciendo desaparecer también la hartura».

ISLAS CON TESOROS

ISLAS CON TESOROS

Un día como hoy de hace 162 años nacía en Edimburgo Robert Louis Stevenson, autor de «La isla del tesoro», novela protagonizada por el joven Jim Hawkins, que hoy tendría otro título y argumento si el autor viviera entre nosotros, porque en el momento actual no hay una sola isla con tesoro, sino muchas que custodian el dinero evadido por depredadores de países empobrecidos.

Islas transformadas en paraísos financieros para multimillonarios insolidarios, sin excesivos escrúpulos de conciencia, que ponen a buen recaudo sus tesoros económicos ante la pasividad de los políticos que miran para otro lado, más ocupados en esquilmar las huchas sudorosas de ciudadanos indefensos.

En islas Caimán, Cook, Malvinas, Marianas, Salomón, Vírgenes, Bahamas, Mauricio y tantas otras, se ocultan tesoros robados con trampas legales y financieras que es preciso recuperar. Islas que aplican regímenes tributarios muy favorables a ciudadanos y empresas que se domicilian en ellas para eludir impuestos en los países donde disfrutan de servicios públicos pagados por otros ciudadanos mucho más débiles que ellos en términos económicos.

Si Stevenson viviera hoy entre nosotros, el argumento de su novela tendría mucho que ver con el bloqueo de esas islas por ciudadanos empobrecidos, para recuperar el dinero robado al país en una oprobiosa evasión de impuestos que evitaría sarnas, piojos, pizarrines, braseros de cisco, sabañones y miserias de otra época a la que están empeñados en llevarnos de nuevo quienes nunca volverán a ella.

CARTA A UN RESIGNADO

CARTA A UN RESIGNADO

Inmóvil y silencioso resignado:

Espoleado por la injusta situación que tanto afecta a nuestra economía doméstica y cierra el paso a los jóvenes que siguen nuestros pasos, voy a intentar removerte el ánimo para estimular tu voluntad de redención y sacarte de la temerosa resignación en que vives, provocada por los ventajistas de la estafa que nos están condenando a la miseria.

Debes saber que tu miedo fortalece a los depredadores financieros y tranquiliza a sus cómplices políticos, porque la ancestral individualidad española es aprovechada por tales especuladores para esquilmarnos. También deber saber que la impunidad de los terroristas financieros está basada en la sumisión de los oprimidos, incapaces de dar un hachazo en las mesas de los consejos de administración, que utilizan nuestro miedo en su propio beneficio.

Resignación que paraliza tu insurrección, impidiéndote dar la mano al resto de vecinos para formar entre todos una interminable cadena humana en torno a Instituciones democráticas desgastadas y entidades bancarias insaciables, para coagular ambas en una revolución pacífica.

Sé que para ti es difícil gritar en las calles porque nunca lo has hecho, pero también sé que tienes fuerza suficiente para hacerlo. Sé que guardas temores a un despido laboral y a represalias opresoras, pero también sé que puedes vencer esos miedos naturales. Sé que tu pacifismo detesta toda violencia, pero también sé que la rebelión pasiva de Gandhi forma parte de tu doctrina. Sé que tu fe somete las bofetadas del verdugo a poner la otra mejilla ante el agravio, pero también sé que tu Dios expulsó a latigazo limpio del templo a los mercaderes.

Sin educación, la ignorancia justificará el acatamiento. Sin asistencia sanitaria, las ciudades se transformarán en grandes morgues. Sin derechos laborales los trabajadores serán esclavos. Sin libertad, la manipulación informativa y mental trepanará nuestro cerebro.

Quisiera saber a qué esperas para ponerte detrás de una pancarta. Cuántos vecinos más tienen que suicidarse antes del inhumano desahucio especulativo, para que te manifiestes contra esos asesinatos encubiertos. No sé qué más debe ocurrir en España para que salgas a la calle a pedir justicia.  Ignoro hasta dónde vas a soportar el terrorismo codicioso que nos está ahogando.  Desconozco el límite de tu resignación ante la mentira política, el despilfarro institucionalizado, la especulación con la pobreza y la impune corrupción.

Dime cuantos copagos más estás dispuesto a soportar; cuántas tasas judiciales vas a tolerar; cuántas privatizaciones sanitarias; cuántos impuestos lineales; cuantos recortes laborales; cuántas mentiras electorales; cuántos fraudes fiscales; cuantos privilegios antilegales al rey del juego; y cuántos insultos al sentido común y a la justicia social estás dispuesto a tolerar, para  descamisarte en la calle.

Vamos juntos, compañero, porque si unimos nuestros esfuerzos no hay suficientes policías para detenernos a todos, ni jueces para condenarnos, ni prisiones para encerrarnos, ni carceleros para custodiarnos, pues no hay ley ni fuerza que venza a un pueblo unido, como ha testificado en varias ocasiones la historia de la lucha social.

Si obedecemos órdenes que objeta nuestra conciencia, seremos cómplices de la tragedia. Si mantenemos el acatamiento a voluntades que nos subyugan, seremos condenados a la esclavitud. Si hacemos de la rendición doctrina, no tendremos salvación. Si capitulamos de nuestros derechos, perderemos la posibilidad de redención. Si condenamos a los jóvenes al infierno de un futuro inexistente para ellos, jamás nos lo perdonarán. Y lo que es peor, si soportamos resignados tanta humillación y desprecio, seremos recordados en la historia como un cobarde pueblo de corderos sometido a la oprobiosa cayada de pastores insolidarios que utilizan nuestra resignación como argumento para ocultar la codicia que nos llevará al matadero, mientras ellos brindan ante el espejo.

Hazme caso, resignado, y vente con nosotros. Te abraza tu amigo Paco.

¡LA DICHOSA RANA!

¡LA DICHOSA RANA!

Por muchas veces que pretenda evitarlo, nunca lo consigo. En ocasiones por voluntad propia y la mayoría de las veces requerido por los amigos que me visitan. Me estoy refiriendo a la patológica y desafortunada búsqueda de la rana en nuestra fachada universitaria.

No hay mayor prueba de embaucamiento colectivo por las hojas del rábano que la búsqueda de una rana en la joya del plateresco universal, porque este batracio se encarga de privar a los ojeadores del magnífico tapiz pétreo que abre las puertas a nuestra Universidad.

Croar inculto que trivializa la belleza única destilada por los canteros hace seis siglos para deleite de espíritus sensibles al arte inmortal. Minúsculo arbusto que impide ver el bosque majestuoso de belleza que destila la arenisca labrada por manos sabias de anónimos artistas desaprovechando la ocasión para degustar una pieza de valor escultórico excepcional nutrida de íntimos secretos estéticos, porque es muy difícil amar lo que se ignora y sólo se estima debidamente aquello que se conoce.

Forzado por peticiones, caigo una y otra vez en el engaño, y pico el anzuelo en cada visita de amigos que recibo, sin encontrar después consuelo a mi arrepentimiento, al convertir el arte en pasatiempo de búsqueda.

Pido a todos mis paisanos que se nieguen a mostrar la dichosa rana a los visitantes, sabiendo que seré el primero en contravenir este deseo porque la tradición pesa más que mi anhelo, y el deseo de complacer a los invitados somete mis propias intenciones.

PENAS DE MUERTE

PENAS DE MUERTE

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Superado el franquismo, fue abolida la pena de muerte en el artículo 15 de nuestra Constitución, consagrándose así el cinismo legal que autoriza a condenar a la pena capital a ciudadanos que cometen el grave delito de no tener saneada su cuenta corriente.

Cuando habíamos terminado con los violentos terrorismos de Terra Lliure, Grapo y ETA, que nos amargaron la existencia durante 54 años a bombazo limpio, lapa traidora y tiro en la nuca, aparece un nuevo terrorismo de guante blanco que amenaza con llevarse por delante más muertos de los contabilizados en las masacres terroristas convencionales.

La especulación de los depredadores financieros está consiguiendo que aumente significativamente el porcentaje de suicidios y la mortalidad se haya incrementado en los dos últimos años. Condenas a muerte disfrazadas de legalidad, que salvan patrimonios multimillonarios de los sentenciadores.

Cómplices de tales depredadores son los politiqueros que se empeñan en salvarlos, enviando al matadero a la población económicamente débil, que espera impotente a la puerta del cementerio una enfermedad crónica pase a recogerlos o que alguien les preste una cuerda para ahorcarse cuando el desahucio llame a la puerta.

Tanto “hunos” como “hotros” amenazan con dejar a España inválida y a la intemperie, pensando que ellos van a salvarse de la catástrofe. Ambos son anverso y reverso de la misma moneda. Patologías dispuestas a extirpar y fumigar la pobreza por vía del exterminio, ahogándonos a todos en un albañal regido por la especulación financiera y la cobardía política, finalmente reconocida por una lideresa de la izquierda más descolorida.

Aquí no hay más que estafa y mentira, amparadas en el cinismo legal que defienden los beneficiarios de la farsa, enviando a los guardianes del orden a contener de quienes luchan por la supervivencia. Y la falta de sentimiento compasivo está desplazando el dinero de la inversión productiva hacia la especulación financiera más dura, cerrando las puertas a familias, pequeños empresarios y jóvenes sin futuro que terminarán aplicando la misma pena de muerte que reciben.

PRIMER BROTE NEGRO

PRIMER BROTE NEGRO

Anticipar un suceso predecible no significa felicitarse por el acierto en la predicción y menos aún alegrarse si ésta es desgraciada y se cumple. Tal es el caso de lo sucedido ayer en un pueblo castellano donde la desesperación de un insolvente tiñó de negro una sucursal de la Caja de Burgos.

Estaba previsto desde hacía tiempo y en esta bitácora se ha advertido sobre ello a los oídos sordos de quienes debían tenerlos abiertos. No hace falta estar dotado de inspiración divina para saber que cuando alguien ha perdido todo, no tiene nada que perder y pierde hasta el miedo que lo tenía maniatado. Tampoco se necesita gozar de especiales dotes proféticas para anticipar que quien va a perder su vida por causa de otro, intente llevarse por delante al inductor de su irremediable suicidio.

Ayer hemos visto atónitos el primer brote negro en el pueblo burgalés de Sotopalacios. Brote tan indeseable como predecible, censurado por unos vecinos y justificado por otros, diciendo que “cuando unas salidas se cierran, se buscan otras”.

Víctor había recibido de la entidad bancaria la notificación de desahucio por no hacer efectivos los pagos correspondientes al préstamo de 24.000 euros solicitados para su taller y vivienda. Desesperado, el pirómano se fue a la sucursal con 20 litros de gasolina, pidió a los empleados que abandonaran las dependencias y prendió la mecha, convirtiendo en cenizas todo lo había dentro.

Es evidente que la razón rechaza tal comportamiento y la ley condena el atropello, pero el corazón se encoge pensando en la situación personal, familiar, profesional y social de un ciudadano que llega a ese extremo, como respuesta a una situación desesperada, que otros resuelven rociándose sobre ellos mismos la gasolina y quemándose como bonzos para denunciar la aplicación de una ley añeja, censurada por jueces, fiscales, ciudadanos, Unión Europea y políticos, aunque estos sigan sin dar la solución que está en sus manos.