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Mes: noviembre 2012

ESTO VA MAL

ESTO VA MAL

No quiero ser catastrofista, pero por mucho que los dirigentes políticos se empeñen en hacernos ver inexistentes brotes verdes por todas partes que sólo están en las mentes de quienes vaticinan un inmediato resurgir de la economía española, la objetividad de los datos contradicen las predicciones virtuales, descubriendo una realidad que todos sabemos, nadie desea y los políticos ocultan.

En el año que llevan gobernando quienes iban a redimirnos de la catástrofe con falsas promesas de liberación, el paro ha pasado de 4.978.000 personas a 5.778.000, estando previsto que en primavera alcance la descarnada cifra de 6.000.000 de ciudadanos desempleados.

Por si esto no fuera suficiente, el Producto Interior Bruto ha descendido en este año del 0,00 % al -1,6 %, llevándonos al sótano de la mayor desesperanza por el descrecimiento progresivo de la productividad, que amenaza con dejarnos improductivos y con los brazos caídos durante años.

Para ayudarnos en esa caída nos ha visitado la prima – de riesgo, claro – para decirnos que en el último año ha subido de los 441 puntos a los 454, después de haber sobrepasado los seiscientos puntos, haciendo temblar la estructura económica y social del Estado.

Con la prima se ha puesto de acuerdo la inflación que no ha dejado de subir en tiempo bíblicos de espigas flacas, pasando del 2,9 % al 3,5 %, provocando escalofríos en los pensionistas que ven peligrar el subsidio de vejez, tras varias décadas de cotización a las arcas públicas.

Como cierre a todo ello, los especuladores financieros también nos han dado la espalda en este año  provocando una bajada de la bolsa desde los 8.310 puntos a los 7.763, para dejarnos claro que España va mal.

Es decir, que España no va bien, llevándole la contraria al marido de la alcaldesa madrileña que tantas veces dijo lo opuesto, lavando el cerebro a sus seguidores, empeñados en echar la culpa a otros de este penoso balance, tras un año de gestión que ha volatilizado todas las promesas electorales de redención.

VIGENCIA DE ESCLAVITUD

VIGENCIA DE ESCLAVITUD

La esclavitud es el degradante estado de sujeción abusiva que sufren muchas personas al carecer de libertades, por estar sometidas al dominio de los “propietarios”, insaciables en su desmedida ambición por obtener máximos servicios con el mínimo esfuerzo, a costa del sudor y sacrificio de los esclavos que les sirven, ante el silencio y complicidad de una sociedad que mira para otro lado.

Antiguamente la alternativa a la muerte era para muchas personas la esclavitud. Vil chantaje que hacían los amos a prisioneros de guerra, deudores o hambrientos. Hoy no hay prisioneros de guerra entre nosotros, pero sobran deudores estafados, ciudadanos hambrientos buscando restos de comida en los contenedores de basura y desempleados a la espera de abandonar las listas de paro para incorporarse a la esclavitud de patrones sin escrúpulos que buscan esclavos en las bolsas de miseria.

El cinismo mundial llega al extremo de pregonar la abolición de la esclavitud, sabiendo que veintisiete millones de hombres, mujeres y niños la padecen y sufren como esclavos en los cinco continentes, generando unos beneficios a sus dueños superiores a los diez mil millones de euros.

Pero no es preciso visitar los hornos de ladrillos en India y Nepal; ni acercarse al Himalaya para ver a los niños acarrear piedras sobre las espaldas, más pesadas que su cuerpo; ni pasear por lo prostíbulos de Kathmandú donde el tráfico sexual enrojece el alma de vergüenza; ni viajar a Ghana para ver a jóvenes ahogarse en lagos pescando jornadas enteras para los explotadores. Nada de esto hace falta, porque la esclavitud está entre nosotros, disfrazada con leyes y derechos escamoteados a los trabajadores por el temor de estos al despido.

Ayer supe, por ejemplo, que Felipe debe hacer interminables jornadas de trabajo muy superiores a su horario laboral, sufriendo trato degradante del jefe y realizando tareas que nada tienen que ver con el oficio para el que fue contratado. Y que Alicia se afana como “doméstica” aceptando resignadamente la explotación a que es sometida por los “señores”, sin descanso en toda la jornada, debiendo trabajar ocho horas más de las tres matinales acordadas, con obligación de realizar tareas que nada tienen que ver con la limpieza de la casa, según el compromiso verbal firmado con los “amos”.

TRÁFICO Y CONSUMO DESPRECIABLE

TRÁFICO Y CONSUMO DESPRECIABLE

La detención en Barcelona de dos mercaderes de hombres que traficaban con inmigrantes marroquíes desde Tánger a Cataluña, produce una mezcla de satisfacción por la captura y asco de pertenecer a una raza que se devora así misma sin escrúpulo, con la voracidad de los depredadores salvajes, pero diferenciándose de ellos en que los felinos hambrientos matan para sobrevivir, y los traficantes de personas condenan a sus congéneres a vejaciones repugnantes para enriquecerse con la miseria de los indigentes.

El cinismo histórico de recordar el comercio de esclavos como algo perteneciente a épocas pasadas se pone en evidencia en el tráfico de seres humanos que hoy se hace realidad en prostíbulos que mercadean con el sexo secuestrado y en empresas que explotan esclavos de la supervivencia.

Comerciar con la vida, dignidad y honor de las personas es el negocio más despreciable que imaginarse pueda, porque los chantajistas de la existencia aniquilan la vida humana de las personas obligándolas a vivir en el infierno terrenal, sin  posibilidad de redención.

Negocio muy lucrativo para los mercaderes del engaño, la explotación y el abuso, impune al castigo que merecen y apoyado por consumistas de carne joven y modernos negreros que practican la esclavitud, ante el silencio de una sociedad hipócrita que consiente estas ignominiosas explotaciones de los desprotegidos.

¡ESTA TRUJILLO…!

¡ESTA TRUJILLO…!

Leo y creo, por mucho que me cueste creer lo que leo. Resulta que la jacarandosa y descarada exministra ¡socialista! responsable durante tres años de la vivienda, dice que el que tenga deudas que las pague o que no se hubiera metido en el lío. ¡Bien por la extremeña peraledensa!

Tiene razón esta miembra del partido ¿socialista?, aunque le haya faltado aclarar las razones del endeudamiento masivo hipotecario, tal vez porque ella tenga bastante culpa en todo lo que está ocurriendo con miles de ciudadanos, por su inoperancia, – la de ella -, y falta de iniciativas socialistas al frente de un ministerio cómplice directo de las omisiones cometidas durante años por los de la rosa.

Dice la seño que no compra lo que no puede pagar, y también tiene razón, aunque no explique qué haría ella si después de comprar algo bajo un contrato leonino no pudiera pagar porque le han robado el bolso, mientras los policías la apalean por denunciar el robo y sus compañeros políticos se inhiben sonriendo en el escaño.

Las insolidarias declaraciones de esta izquierdosa lideresa van más allá de la anécdota y hacen pensar que ese puede ser el sentir de muchos pétalos de rosa, porque de otro modo es difícil explicar que hayan perdido la oportunidad que muchos hemos puesto en sus manos durante años para redimir al pueblo de la codicia financiera.

Señora Trujillo, no sé si la vecesecretaria Elena es la responsable de todo, como usted dice; pero no estoy de acuerdo que haya perdido usted el alma socialista como dice Valenciano, porque nunca tuvo ese alma. Carencia muy acusada en gran número de dirigentes socialistas como testimonia la historia de los últimos años y certifican los hechos en el momento actual.

Nunca como hasta hace unos años se ha hecho tan real el pensamiento del difunto Perich que me permito parafrasear afirmando que a ministra/o puede llegar cualquiera en España, porque usted y muchos/as como usted son buena prueba de ello.

FRATERNIDAD REDENTORA

FRATERNIDAD REDENTORA

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Como un oasis en el áspero desierto de la insolidaridad que campea por el mundo, hemos clavado la tienda durante unas horas viejos amigos colegiales en odres de renovada amistad, formando una interminable cadena de manos fraternales, reforzada con eslabones de generosidad desconocida.

Respiradero feliz de la nostalgia que oxigena con aliento solidario vivencias de almas gemelas, conservadas en vientos añorados y ajenas a vulgares intereses, porque los gestos sinceros y las palabras hermanadoras unen promesas de esperanza que nutren burbujas de solidaridad imposibles de pinchar con el paso de la vida.

Regreso del “Infanta” redimido de dolor por abrazos sanadores recibidos de quienes en tiempos lejanos compartieron conmigo castigo, soledad, lágrimas y orfandad, que sucumbieron al compañerismo, la ayuda mutua, el abucheo a las sanciones, los “queos” preventivos, la suplantación de los ausentes en las interminables “listas” y las noches de insomnio en la primera “familia” para rescatar a los rezagados cada domingo.

Fraternidad redentora de temores, dolores, sinsabores y sudores. Nostalgia hecha realidad, detenida en el tiempo sin merma de verdad. Receta emocional para la resurrección que ingerimos a dosis anuales haciendo posible el milagro de una hermandad duradera.

Gracias por su amistad a Ramón, Domingo, Rafael, Carlos, Adolfo, Benitín, Juan Carlos, Fernando, José Vicente, Pocholo, Julio José, Serafín, Vitoriano, Ricardo, Miguel Ángel y Emiliano. Gracias a todos los Pepe-s, Felipe-s, Santiago-s, Manolo-s  Luis-es y Ángel-es. Gracias a los “nuevos”: José Antonio, Lola, José Manuel y Francisco Manuel. Gracias a Ángel Vicente por hacer hace posible el encuentro cada año. Y gracias a la “juncarejensa” Auxi, por ese libro dedicado que comenzaré a leer en cuanto rubrique esta página, con aura de felicidad.

ME VOY DE ABRAZOS

ME VOY DE ABRAZOS

Mientras unos se van de viaje, otros de vinos, muchos de paseo y la mayoría de fiesta sabatina, yo me voy de abrazos al “Infanta” donde me esperan viejos amigos olvidados durante décadas, hasta que el milagro de la “red” nos puso a unos frente de otros, dándonos tiempo para recordarnos en encuentros anuales celebrados en las “cuarenta fanegas” desde hace años.

Ha sido para todos nosotros el milagroso retorno a la amistad perdida; la vuelta a la confidencia fraternal; a la vivencia existencial compartida en las “familia”; al pupitre tatuado de temor; a la mano tendida sobre el hombro; y a las fotografías en sepia, conservadas en naftalina solidaria, reliquias con aroma de fidelidad atesorada en el rincón del alma donde se guarda lo más sagrado.

Sentiré las ausencias físicas de Enrique, Santiago, Eugenio, Mari Luz, Begoña, Nerea y tantos otros que este año no podré abrazar, pero ellos y todos los ausentes tendrán un lugar entre nosotros y con ellos pasearemos por el “patio central”, subiremos al “hipódromo”, bajaremos a la “caldera”, “formaremos” en los pasillos, nos perderemos en el “laberinto”, pasearemos por la “ciudad prohibida”, recogeremos aspirinas en la “enfermería”, sufriremos “poliburó”, comeremos “chusco” y “pitraco”, “izaremos” libros, compartiremos “paquetes” y olvidaremos inspectores de cuyos nombres ninguno queremos acordarnos.

 Amigos de esta bitácora, salgo ahora mismo para Madrid, o mejor, rumbo al Infanta, en busca de abrazos fraternales que despejen por unas horas los nubarrones que se ciernen sobre nosotros.

OKUPACIOS

OKUPACIOS

Andan los juristas y académicos de la Lengua trabajando a marchas forzadas para establecer una definición de la nueva figura social que los políticos van a implantar por vía rápida, mediante un decreto que veremos en el “papelín oficial” dentro de unos días.

Sabemos que los okupas se dedican a ocupar ilegalmente viviendas, patios y locales deshabitados; y que los desahuciados son seudopropietarios o arrendatarios expulsados de sus viviendas por no abonar rentas o cuotas hipotecarias. Pero falta por definir a los okupacios que el Gobierno va a sacar de la chistera sin avisar, poniendo en sociedad un nuevo colectivo sin definir en los diccionarios y códigos legales.

Según parece, el decreto que se avecina propone que los indefensos y condenados morosos puedan seguir viviendo en las casas hipotecadas perdiendo la titularidad de las mismas. Es decir, que podrán vivir temporalmente sin pagar en pisos que pertenecen a otros, convirtiendo en okupas a los desahuciados, y creando la figura del okupacio.

Con ánimo de ayudar a juristas y sabios que limpian, pulen y dan esplendor a nuestra lengua, se me ocurre definir al okupacio como: “Persona llevada por banqueros y politiqueros a la ruina, que pierde su vivienda a favor de los depredadores con permiso de falsos electoreros, pasando al corredor de los desahucios en espera de su condena a la intemperie”