SARCASMO JUDICIAL

SARCASMO JUDICIAL

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No encuentro mejor palabra que sarcasmo para definir la situación que está pasando el juez Baltasar Garzón con los procesos judiciales en curso, que pueden otorgarle el detestable honor de ser el primer condenado por el caso Gürtel y la última víctima del franquismo. Tiene gracia.

Podrá parecer bien o mal el juego político seguido por el magistrado subiéndose al segundo peldaño de la escalinata socialista. Desagradará a muchos su protagonismo y afán de notoriedad.  Celará su estrellato a otros. Molestará la prepotencia de sus gestos aunque él se declare tímido enfermizo. Vale. Pero acusar al juez Garzón de prevaricación, es decir, de dictar a sabiendas una resolución injusta, me parece un sarcasmo.

Puedo aceptar incluso que se equivocara en su trabajo y mereciera una amonestación o la anulación de sus actuaciones por parte del CGPJ, pero acusarle de prevaricación me parece una burla sangrienta a la justicia, a la ley, a toda la escala judicial, a la población y al propio magistrado.

La mordacidad con que se está maltratando de palabra, obra y omisión a este asesor del Tribunal Penal Internacional, Consultor de la OEA y miembro del Comité de Prevención de la Tortura del Consejo de Europa, desconcierta incluso a los amigos hispanófilos de diferentes nacionalidades, que me preguntan por el caso, diciéndome que no entienden nada.

¿Cómo explicarles las acusaciones a un juez por ordenar escuchas telefónicas entre abogados y encausados en el putrefacto caso Gürtel argumentando que  laminaba el derecho de defensa, cuando se pretendía evitar el blanqueo de 20 millones de euros, que el propio fiscal aprueba pidiendo la absolución del acusado?

¿Cómo explicarles que está siendo enjuiciado el magistrado Garzón por pretender esclarecer el origen y causas de las muertes habidas durante la  guerra civil y el posterior franquismo, calificando el fiscal de insólito el procesamiento, pidiendo la anulación del juicio y la absolución inmediata del encausado?

¿Cómo explicarles que el juez Garzón puede ser condenado por archivar una causa a partir del informe previo positivo del fiscal y la confirmación posterior de la Sala Penal de la Audiencia?

¿Cómo explicarle a estos amigos la corrosiva persecución político-judicial que está sufriendo el primer luchador contra el narcotráfico, el liquidador de los GAL, la mano de hierro con el terrorismo y el acusador de varios criminales contra la Humanidad?

¿Cómo explicarles que quien fue diputado nacional, delegado del Gobierno en el Plan Nacional sobre Drogas, Doctor Honoris Causa por veintiuna universidades, y ganador de los premios Christa Leem, Luis Tilve, Brigada Abraham Lincoln, Fundación Puffin, Azucena Villaflor, Valores, Pozo Fortuna, etc., sea un chorizo que burla la justicia y actúa al margen de ella?

¿Cómo explicar a los amigos extranjeros el sabor acre que todo lo que está sucediéndole al juez Garzón me deja en el paladar, viendo rodar por tierra treinta años de impecable carrera judicial y de compromiso con la justicia, simplemente porque los negros tentáculos de la política llegan hasta las togas judiciales ennegreciendo sus puñetas?

¿Cómo evitar esta degradación del Estado democrático, el hachazo a la independencia del poder judicial y el espantoso ridículo mundial que estamos haciendo, si hubiera bastado con anular las pruebas recogidas en las grabaciones o evitar el juicio oral como tantas veces han hecho las autoridades judiciales del Supremo?

Un comentario en «SARCASMO JUDICIAL»

  1. Mi querido compañero del Infanta: Iba a decir amigo pero no me atrevo a tanto, aunque para mi sería un orgullo, serlo pero conformo con desearlo. Dicho esto y como preámbulo, mi enhorabuena por tus opiniones, no me cabe la menor duda de que no sólo están inspiradas en un gran conocimiento de los distintos avatares de la actualidad, sino también en saberlas expresar de manera «magistral», lo cual me produce un placer leerlas y un orgullo, máxime cuando provienen de un antiguo «colega del Infanta» aunque más joven que yo.
    Salvado este preámbulo y sin pretender en ningún caso compararme con tu elocuencia, quiero expresan mi modesta opinión sobre el artículo que has escrito sobre el juez Garzón.
    Todo el mundo tenemos derecho a exponer nuestras opiniones, sobre aquello que creamos oportuno y en las misma afirmar el derecho a expresar nuestra propia verdad, la que honestamente así lo creemos, yo expondré la mía, que no es precisamente compartida en todo con la tuya.
    Dices que es un sarcasmo (ironía hiriente y mordaz con que se insulta humilla y ofende a alguien) el acusar al juez Garzón de prevaricador, que al hacerlo es una burla sangrienta (entiendo esta y otras expresiones, como metáforas) a la ley a la justicia, a toda la escala judicial, a la población y al propio magistrado, (Te ha faltado decir y toda la corte celestial, que también has tenido derecho a decirlo ).
    Vamos a ver, el juez Garzón tiene una trayectoria en muchos casos, que merece no sólo mi mayor reconocimiento y agradecimiento, sino que entiendo el de gran parte de la sociedad española e incluso internacional, pero al margen de sus luces y como tu bien dices y de sus sombras, el problema entiendo yo, está en que en esas sombras pueden realizarse actos que estando dentro del ejercicio de su cargo «pueden» incurrir no sólo en incorrecciones, sino en faltas o delitos tipificados en las leyes penales. En ningún caso yo le imputado en nada delictivo, pero como simple ciudadano puedo estar de acuerdo o no en todas o cada una de sus actuaciones y siempre que ellas se realicen en el ejercicio de su cargo, (que es el tema presente) pero mira por donde sólo soy un simple ciudadano y aunque como tal puedo denunciar cualquier delito público, ni se me ha pasado por la cabeza ni tengo intención, ni en caso contrario «posibles» para hacerlo. Pero «alguien» ha denunciado determinados hechos realizados por una persona (bien sea el juez Garzón o «El principe azul») y «alguien» ha entendido que al menos debe ser juzgado por actuaciones contrarias a la ley. ¿Quiere decir que por ello es culpable?, yo no lo se, la justicia lo dirá o ¿Acaso hay de antemano una justicia buena y justicia mala, según personalmente lo entendamos, aún partiendo de nuestros mejores y más nobles deseos de entender la verdad?. Tu eres un gran defensor de la Justicia, y presumes con todo tu derecho y con mi más sincero reconocimiento de tener amigos jueces y demás, y entiendo que esos jueces estén a favor o en contra, no sólo de las sentencias que se dicten sobre esta persona, sino incluso de los procedimientos previos al juicio, pero hay otros que lo han entendido de otra manera, ¿Tal vez estos sean los malos? , en el peor de los casos estarán equivocados. ¿O tal vez, ya, son los malos antes de…?
    La justicia, se equivoca muchas veces, pero no es mejor ni peor , porque se ajuste a nuestros intereses (del tipo que sean, ideológicos, materiales, etc, etc) sino también, o independientemente, según nuestra más noble manera de entenderla. No acuso a nadie porque previamente o con posterioridad a cualquier sentencia manifieste su acuerdo o discrepancia, pero entiendo que no es para llevar «a la hoguera» a nadie, ni a «los galgos ni a los podencos» (perdón por la metáfora)
    Pues expuesta mi parcial discrepancia, respecto a tu opinión en este tema, y repito no con tu cotidiana elocuencia , quiero darte mil gracias, porque es un placer poder leer tus escritos, y aprender, no digo mucho, porque a estas edades, las neuronas no dan ni para sacar el «cinquillo», aunque alguno seguimos intentándolo.
    Y con un abrazo que espero darte personalmente en el próximo encuentro en el Infanta: SALUD para ti en particular y también PARA TODOS.

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