AMOROSO AMOR
Escriben estos renglones los amigos de Facebook, proclamando en mi página de tal «libro de caras» que lo amoroso no es descriptible. Que da paz a la vez que mortifica, endulza, enchoncha, plenifica y emboba, siendo lo mejor y lo peor en su afán de relajar y abrazar, dando plenitud y felicidad a los enamorados, alternada con preocupación y desilusión, siendo indescifrable misterio.
Lo amoroso provoca aleteo de mariposas en el estómago, nervios desenfrenados, escalofríos, sudores y acelerados latidos con sensaciones vitales únicas e intransferibles, siendo como dijo San Juan de Sahagún aquello que nutre la paz, dando alas e impulsos a la vida, como imparable locomotora que lleva al destino deseado, elevándonos y envolviéndonos como niebla que se extingue cuando el sol lo desnuda.
Unifica lo amoroso la mezcla de todo lo deseable, librándonos de lobos enmascarados de ovejas, odio disfrazado de amor y envidia teñida de amistad, justificando la palabra del poeta: Quiero y no quiero querer / a quien no queriendo quiero. / He querido sin querer / y estoy sin querer, queriendo. / Si porque te quiere, quieres, / que te quiera mucho más. / Te quiero más que me quieres, / ¿Qué más quieres? ¿Quieres más?
Es lo amoroso misterioso germen que ayuda a florecer, que ocupa de pájaros la cabeza, da sombra, ilumina interiormente, traspasa la piel, ilumina la mirada, ayuda a caminar, reír, celebrar y compartir música, libros, viajes y miradas, confirmación permanente de lo insaciable, saludable, dulce, reconfortante y fortalecedor del amor.