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NO ES FÁCIL VIVIR ASÍ

NO ES FÁCIL VIVIR ASÍ

Un amigo que compartió conmigo dorado exilio en Suiza, me ha confesado su deseo de abandonar definitivamente la tierra que le vio nacer y marcharse a vivir al país helvético. Huir de España en definitiva, para despedirse de la vida entre aromas de honradez política, seguridad ciudadana, libertad democrática y responsabilidad profesional.

Algo que comparto, aunque el apego a mi familia y terruño me impidan tomar esa decisión, sabedor de que hay otros mundos mejores que este, fabricado por  unos padres políticos putativos que llevan años mirándose al espejo, haciendo de la piel de toro una antesala de estercolero.

Sin haber podido superar el shock cultural que le produjo el regreso a España, este amigo me confesaba estar harto de que en su patria ni siquiera los funcionarios  administrativos funcionen como debían funcionar; que los centros de enseñanza no liberen el pensamiento; los jueces exculpen a los poderosos; el Gobierno indulte a los corruptos; y los policías apaleen indiscriminadamente a ciudadanos que piden trabajo, pan y justicia.

Cansado está mi colega de que las ruinas bancarias se socialicen; el dinero de las grandes fortunas pase las fronteras con más facilidad que los ciudadanos honrados; los políticos de todo signo incumplan impunemente las promesas electorales; los periodistas vayan del ronzal de sus amos; los medios de comunicación corten la comunicación; y los ciudadanos voten pero no elijan.

Por mi parte, sólo me resta desearle suerte en ese nuevo exilio, forzado por su desencanto personal con un país resignado a la desdicha, donde medran los bueyes 
en sus páramos y un yugo ha caído 
sobre el cuello humillado del pueblo, como cantaría hoy Miguel Hernández.

SUPONGAMOS QUE…

SUPONGAMOS QUE…

Más indignado que los “indignados”, me puse ayer a pensar en el mejor futuro que cabría imaginar para todos, haciendo reales los deseos que anidan en la gran mayoría de nosotros.

Así comencé a suponer qué pasaría si se produjera una insumisión generalizada en el país. Es decir, si los ciudadanos encargados de mantener el orden establecido por los dirigentes del sistema, dejaran las porras en casa, se vistieran de paisano y gritaran a coro con sus vecinos.

Supongamos, igualmente, que todos votamos en blanco en las próximas elecciones para gritar con silencio ensordecedor que “¡así, no!”.

Supongamos también que los jueces se remangan las puñetas y mandan a hacer puñetas entre rejas perpetuas a corruptos, politiqueros, estafadores y usureros.

Supongamos que los rescates bancarios, las indemnizaciones multimillonarias, los hurtos bancarios y las abultadas pensiones vitalicias, se entregaran al pueblo.

Supongamos que retornara a España el dinero perdido en paraísos financieros y se  recuperan los euros ocultos por fraude fiscal a la Hacienda pública.

Supongamos que desaparece la usurera banca privada y se nacionaliza el negocio especulativo financiero.

Supongamos que el gasto militar se empleara en mejorar la sanidad, promover la educación y dotar de recursos humanos y materiales a la justicia.

Supongamos que la Iglesia jerárquica cumpliera su misión redentora, poniendo su enorme riqueza al servicio de los pobres y condenando a los explotadores.

Supongamos que todos los trabajadores, privados y públicos, hicieran huelga indefinida, mientras se mantuviera el actual sistema de gobierno económico.

Supongamos, finalmente, qué pasaría si a los ciudadanos nos dierales da por tomar la Moncloa, como los franceses hicieron el 14 de julio de 1789 con la Bastilla, para acabar con este régimen, instaurando un nuevo orden social más justo, solidario, igualitario y libre, donde no existiera especulación con vidas ajenas, se repartiera equitativamente la riqueza, los más capacitados y honrados organizaran la vida comunitaria y el Estado del bienestar no fuera patrimonio exclusivo de una casta.

PRIMEROS BROTES DE ESPERANZA

PRIMEROS BROTES DE ESPERANZA

Lo he dicho en varias ocasiones y vuelvo a repetirlo de nuevo, porque así lo siento, lo deseo y lo espero. Nuestra salvación nunca llegará de la clase política y sindical que infestaba las Cajas de Ahorro, ni de los regidores de este sistema corrupto que muchos soportamos con la resignación de mansos bueyes.

La redención sólo puede venir de la justicia y del pueblo desesperado. La primera, a través de jueces valientes, honrados, justos y solidarios, dispuestos a poner entre barrotes a corruptos y estafadores, recuperando el dinero robado; y la otra vía de salvación colectiva vendrá de la mano encallecida de ciudadanos que viven desahuciados y a la intemperie, sin nada que perder por haberlo perdido todo,  que terminarán linchando a polítiqueros, usureros y  especuladores.

Ya sé que no hay en la cárcel ni uno sólo de los imputados en casos de corrupción política; que seis dirigentes condenados en sentencia firme desde hace años, no pisarán la cárcel; que la justicia no es igual para todos;  que muchas actuaciones judiciales son lavados de imagen social para consolar a los ingenuos. Lo sé todo.

Pero dejadme soñar en que las  actitudes de los jueces de la Audiencia Nacional Javier Gómez Bermúdez y Fernando Andreu, van en serio. El primero, citando a declarar en calidad de imputados a cinco antiguos directivos de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) por presuntos delitos societarios, estafa y manipulación del precio de las cosas. Y el segundo, acusando a 33 consejeros políticos y sindicalistas de Bankia, con Rato, Olivas y Acebes a la cabeza, de apropiación indebida, estafa, falsedad y fraude.

Permitidme creer que la hostilidad pública, insultos y reproches que hicieron el viernes los accionistas de Bankia a la mesa presidida por Goirizolzarri, es el punto de inflexión que terminará con la resignación silenciosa de la mayoría que permanece escondida tras los visillos, esperando que otros hagan la tarea de limpieza.

Dadme la oportunidad de pensar que el arrepentimiento y perdón solicitado por el director de una sucursal de Bankia, Francisco Xavier Carbelleda,  es el camino que seguirán el resto de bancarios que fueron obligados a engañar a los clientes, presionados por banqueros sin escrúpulos.

PERROFLAUTAS DEL ALCALDE

PERROFLAUTAS DEL ALCALDE

El señor chico, es decir, Chico, don Pedro I el Chico o simplemente, Pedro Chico, alcalde murciano de Bullas, arengaba antes de ayer a sus camaradas del Partido Popular pidiéndoles tensar los arcos para “impedir que los perroflautas nos ganen la batalla”, en versión de este joven político, que se inventa combates imaginarios y enemigos con existencia exclusiva en su calenturienta mente y en la del comisario innombrable.

Nada tengo en contra de los llamados perroflautas porque su aspecto descuidado, su perro y su flauta, nunca me han molestado, ni me han engañado, estafado, robado o defraudado, como han hecho grandes politiqueros bien conocidos por este alcalde.

Pero ese no es el problema que me ha puesto hoy frente al ordenador, sino la confusión semántica de este chico porque él no se refiere a estos hippies modernos, sino que emplea el calificativo de perroflautas para referirse despectivamente a quienes reclaman una democracia real, la eliminación de los politiqueros, la condena de los corruptos, la expulsión de los usureros y las desindemnizaciones de los banqueros.

Alguien tiene que recomendarle a tal pedrusco ( Pedro = Petrus = piedra, sobre la que Jesús levantó su Iglesia) que consulte a la Fundación del Español Urgente, asesorada por la Real Academia Española, para que allí le aclaren las ideas y no vuelva a cometer el error de confundir malévolamente un “perroflauta” con un “indignado”, porque a él tampoco le gustaría verse en la extensa nómina de politiqueros, al ser confundido con el honorable zoon politikon del estagirita griego.

UTOPÍAS

UTOPÍAS

El portavoz cordobés del Partido Popular en la Comisión de Sanidad del Senado, Jesús Aguirre Muñoz, afirma que es utópico mantener una sanidad universal, equitativa, gratuita y solidaria. Algo que confirma el proyecto popular de llevarnos a una sanidad privada, injusta, onerosa e insolidaria, sin tener en cuenta que no no estamos dispuestos a seguir ese camino si antes no se cumplen otras utopías más saludables y beneficiosas para el país y los ciudadanos, como es la reducción salarial de los políticos que sangran las instituciones públicas.

El señor Aguirre debe saber que las verdaderas utopías están recogidas en el capítulo primero del libro aún por escribir “Politiqueros al banquillo”, en el que figura como destacada quimera que los políticos responsables de despilfarrar el dinero de los ciudadanos, vayan a la cárcel y en ella descansen por los siglos de los siglos. Amén.

Utopía es que los políticos corruptos devuelvan al erario público todo el dinero que han robado a los ciudadanos.

Utopía es que los políticos tengan la honradez, competencia y generosidad necesaria para gobernar al pueblo que representan.

Utopía es que los políticos estén obligados a pasar unas pruebas selectivas que acrediten su capacidad para ejercer su trabajo.

Utopía es que a los políticos se les retiren las tarjetas de crédito con cargo al ciudadano, los coches, guardaespaldas y privilegios sociales.

Utopía es que los políticos tengan como único empleo la dedicación exclusiva a los ciudadanos evitando otros trabajos a los que se dedican.

Utopía es que los políticos sean un ejemplo social de honradez, limpieza, transparencia, esfuerzo, renuncia, competencia y verdad.

Utopía es que los políticos se vean obligados a utilizar la sanidad pública para que defiendan su universalidad, gratuidad y solidaridad.

Utopía es conseguir que políticos como el señor Jesús Aguirre desaparezcan del mapa y pasen el resto de su vida remando en la galera del olvido.

ACLARANDO IDEAS

ACLARANDO IDEAS

La falta de maridaje entre la realidad y el deseo, hace que la realidad no sea más que un anhelo inalcanzable. Esto nos obliga a poner negro sobre blanco en crédulas mentes de algunos ciudadanos, para que los ingenuos desciendan a tierra de la nube donde duermen, acunados por severas mentiras ceremoniales.

Estos candorosos demócratas ignoran que cuando un corrupto invoca el Estado de Derecho, la justicia se echa a temblar.

Han de saber también que todos tenemos que responder ante la justicia, menos el rey que es un irresponsable constitucional por el artículo 56.3.

Que algunas decisiones judiciales hacen flaco favor a la justicia blindando a los corruptos y garantizando su impunidad.

Que los ciudadanos no somos iguales ante la ley, por mucho que lo diga el monarca y lo proclame el artículo 14 de la Constitución.

Que los ciudadanos votan incondicionalmente a políticos corruptos que se regodean de la victoria otorgada instintivamente en las urnas.

Que la absolución penal de un delito cometido no exime de la responsabilidad política y moral al delincuente, ni a sus cómplices.

Que por robar una barra de pan se duerme en la cárcel y por llevarse 200 millones de las arcas públicas se lucen guantes blancos en televisión.

Que la copropietaria y secretaria de la empresa Aizoon, es decir, la dueña y quien levantaba acta de las reuniones, no tiene responsabilidad alguna.

Que las cárceles están llenas de gente humilde y los Parlamentos, Concejos, Gobiernos y consejos de administración de presuntos delincuentes.

Que todas las leyes tienen gateras por donde se escapan bandoleros de Sierra Política con el arcabuz en la mano, tras efectuar el atraco público.

Que muchos dirigentes están afectados por deficiencias genéticas, taras psíquicas y ambiciones patológicas que les incapacitan para dirigirnos.

» LOS DEL 11M «

» LOS DEL 11M «

He oído muchas veces quejarse a doña Espe de quienes proclaman que todos los políticos son corruptos, holgazanes e ignorantes, y tiene razón, porque en esa generalización se incluyen algunos honrados representantes del pueblo que no merecen esos calificativos. Esa es la razón por la cual sorprende que está técnica en turismo, – con la autoridad que le da su nivel intelectual -, llame despectivamente “los del 11M”, al movimiento ciudadano surgido espontáneamente el 15 de mayo, con intención de promover una democracia más participativa, menor dominio de los bancos, nula impunidad para los corruptos y auténtica división de poderes.

Incurre esta buena jugadora de golf en una malintencionada contradicción, pues sabe bien que en ese movimiento hay muchos ciudadanos honrados que están sufriendo lo que a ella no le va a tocar nunca sufrir, cogiendo el rábano por la hojas al poner su atención en los pocos descerebrados que han pretendido reventar el movimiento, sin reparar en los millones de indignados que comparten el ideario de los “indignados”, aunque no vayan con una mochila a levantar la tienda de campaña en la plaza pública.

Si esta señora observara la luna en vez de mirar para el dedo que señala hacia ella, no les habría llamado camorristas, pendencieros y golpistas, como ha hecho en la presentación del libro de Pedro José, porque “los del 15M” no pertenecen a la mafia napolitana, ni agreden a nadie con sus pancartas, ni viven en cuarteles, donde siempre se han fraguado los golpes de Estado en España.

Pero si la presidenta y sus palmeros los consideran camorristas porque solicitan listas abiertas en los comicios, requieren vivienda digna para todos, piden sanidad pública gratuita y demandan enseñanza estatal de primera calidad, pues compartimos que los llame camorristas.

Si por solicitar un puesto de trabajo, pretender más justicia social, exigir que los ladrones devuelvan lo robado, reclamar responsabilidades a los responsables y requerir pan y agua para sus hijos, son pendencieros, pues que lo sigan siendo.

Sólo falta saber qué insulto les espera por pedir la eliminación de los sueldos vitalicios de los políticos, la supresión de sus privilegios, el castigo a los corruptos, la permanencia de un máximo de ocho años en el cargo público y la expulsión de los especuladores.

¿Son golpistas “los del 11M” por pretender eliminar la impunidad en las acciones políticas, el nepotismo en las instituciones públicas, la democracia virtual que se han fabricado y la partitocracia que sólo a ellos beneficia?

¿Son radicales “los del 11M” por reclamar una laicidad constitucional del Estado, la nacionalización de las entidades bancarias rescatadas con su dinero y el control riguroso del fraude fiscal?

¿Son ignorantes “los del 11M” por no dejarse engañar con valores democráticos que los políticos escamotean y utilizan en su propio beneficio como trampolines para el abuso, el engaño y la mordaza?

Que nos disculpe, doña Espe, pero los insultos que dedica a “los del 15 M”, sólo pueden obedecer a torpeza o a maldad. Si del movimiento 15M ella se queda con los “folloneros”, significa que no ha entendido nada y debe marcharse, porque la violencia que ella condena, también es detestada por los que comparten el ideario del movimiento. Pero si conociendo el proyecto que reivindican “los del 11M”, lo rechaza, entonces nos obliga a pensar que se encuentra afectada por alguna de las patologías políticas y sociales que el movimiento de indignados pretende erradicar.