SOMALIA, NUESTRA VERGÜENZA
Viendo en la televisión las imágenes de la hambruna en Somalia se me ha descompuesto el alma, encogido el corazón y acrecentado la incredulidad, porque mi entendimiento no puede aceptar el Dios todopoderoso y creador que me presentaron en la infancia, mientras la fatalidad de la cuna determine la vida humana de forma tan contundente.
Juan Arias no podía creer en un Dios complaciente con los ricos a cuya puerta yace el hambre y la miseria, ni yo tampoco. Y rechazo con Cifermann el Dios que hace la vista gorda a injustas distribuciones de riqueza, que llevan a criaturas inocentes a la muerte por inanición, mientras otros desperdician la redención de estas muertes.
“Más cornadas da el hambre” comentaba un famoso torero para explicar su desprecio a la vida ante el toro, pero la cornada que el hambre ha dado al cuerno de África llevándose por delante a millones de personas de un lado para otro en un éxodo vergonzante para el primer mundo, supera toda consideración.
No es la sequía de dos años sin lluvias la consecuencia del exterminio, sino el olvido y la falta de alimentos la causa de las moscas que devoran el rostro de los niños en Somalia, Kenia, Yibuti, Uganda y Etiopía, ante la indiferencia de los dueños del mundo que alimentan a sus perros con filetes de ternera y agua envasada en recipientes esterilizados, mientras discuten la calidad del chocolate.
Morir de hambre en un mundo donde hay alimentos para todos une a la crueldad de la muerte por inanición, el insulto de la deshumanizada raza humana que contempla impasible el rosario de cadáveres en las cunetas y el acecho del buitre al niño moribundo.
Debo confesar que esta situación de hambruna me indigna más que la denunciada por nuestros “indignados”, porque la muerte de miles de niños por carecer de un mendrugo de pan que llevarse a la boca, silencia toda reivindicación.
Caravanas de ancianos que no pueden dar un paso, mujeres sin fuerzas para incorporarse, adultos desnutridos y niños famélicos, caminan desperdigados decenas de kilómetros rumbo a la muerte, entre pestilentes animales muertos, sin los cuales se encoge aún más su futuro, porque las cabras, burros y camellos son necesarios para sobrevivir.
En el campo de refugiados de Dadaab, se hacinan 400.000 hambrientos, en la región de Turkana el índice de desnutrición alcanza el 50 % y en Somalia no pueden contabilizarse los muertos, donde cuatro millones de personas necesitan ayuda urgente paz, en un país sin ley atormentado por una guerra incivil.
Y mientras esto ocurre en el sur, en el norte sufrimos enfermedades por sobrepeso y la FAO denuncia que 1,3 billones de toneladas de comida acaban cada año en los vertederos.
2 comentarios en «SOMALIA, NUESTRA VERGÜENZA»
Es muy triste que la «globalización» sea un instrumento para engordar los bolsillos de los ya más ricos y poderosos, mientras millones de personas viven en situaciones terribles.
lo mas triste de todo es que,somalía lleva 20 años en guerra y muriéndose de hambre,lo que pasa es que hasta ahora no ha interesado sacarlo en televisión.
Donde estaban los caraduras de la cruz roja o los de oxfam u otras tantas O.N.G. hace unos años cuando se tenia que haber actuado???
yo os lo diré.
en sus casas engordando sus bolsillos con las donaciones que gente,normalmente sin recursos hace,pensando que su dinero llegara a Somalía,india,bangladesh y otros muchos países que necesitan ese dinero y alimentos………
lo mas triste de todo esto es que unicef,cruz roja internacional,intermon oxfam y otros muchos organismos,según ellos,sin animo de lucro en realidad no lo son….
Si Somalia fuera un país productor de petroleo otro gallo cantaría en esta situación.
el mejor ejemplo lo tenemos en la guerra de libia,donde la O.T.A.N apoya a la población,alegando que,el gobierno libio atacaba a los manifestantes.
¿porque no han hecho lo mismo en Siria,cuando en su capital,Damasco esta muriendo gente desarmada cada día por disparos de ametralladoras y tanques?
La respuesta es sencilla,en Siria no hay petroleo que expoliar ni aprovechar.
La O.N.U. nació tras la segunda guerra mundial para evitar que volvieran a pasar las atrocidades que se cometieron en aquella guerra,y después de casi 70 años de existencia,lo único que demuestra es que es un organismo corrompido por el poder de los mas poderosos y por la ambición de sus países miembros.
En este mundo tienen que cambiar muchas cosas,lo peor de todo es que las que mas tienen que cambiar,nunca lo harán.
un saludo a todos y suerte para Somalia.