PERROFLAUTAS DEL ALCALDE

PERROFLAUTAS DEL ALCALDE

El señor chico, es decir, Chico, don Pedro I el Chico o simplemente, Pedro Chico, alcalde murciano de Bullas, arengaba antes de ayer a sus camaradas del Partido Popular pidiéndoles tensar los arcos para “impedir que los perroflautas nos ganen la batalla”, en versión de este joven político, que se inventa combates imaginarios y enemigos con existencia exclusiva en su calenturienta mente y en la del comisario innombrable.

Nada tengo en contra de los llamados perroflautas porque su aspecto descuidado, su perro y su flauta, nunca me han molestado, ni me han engañado, estafado, robado o defraudado, como han hecho grandes politiqueros bien conocidos por este alcalde.

Pero ese no es el problema que me ha puesto hoy frente al ordenador, sino la confusión semántica de este chico porque él no se refiere a estos hippies modernos, sino que emplea el calificativo de perroflautas para referirse despectivamente a quienes reclaman una democracia real, la eliminación de los politiqueros, la condena de los corruptos, la expulsión de los usureros y las desindemnizaciones de los banqueros.

Alguien tiene que recomendarle a tal pedrusco ( Pedro = Petrus = piedra, sobre la que Jesús levantó su Iglesia) que consulte a la Fundación del Español Urgente, asesorada por la Real Academia Española, para que allí le aclaren las ideas y no vuelva a cometer el error de confundir malévolamente un “perroflauta” con un “indignado”, porque a él tampoco le gustaría verse en la extensa nómina de politiqueros, al ser confundido con el honorable zoon politikon del estagirita griego.

ROSA PARKS

ROSA PARKS

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Una simple gota desesperada puede derramar el vaso de la resignación; y una chispa indignada es capaz de provocar un incendio que haga cenizas el paraíso donde habitan quienes están desesperanzándonos a todos.

Recuerdo con nostalgia el tiempo en que confiábamos en el amor para salvar el mundo. Tiempo de generosidad, entrega y sacrificio por el vecino. Tiempo de lucha solidaria por las libertades y el bienestar común. Tiempo de hacer realidad utopías inalcanzables.

Pero aquellos días de lozana mocedad y juvenil madurez en el que vivíamos al este del edén, se ha tornado en oscuro pasadizo hacia el estercolero, llevados de la mano por la indiferencia de un poder que impide la convergencia de nuestras almas. Tiempo este de ocaso y derrumbe que nos obliga a caminar entre cascotes ruinosos y jirones de vida.

¿Dónde están los herederos espirituales de Mahatma Gandhi? ¿Qué almas guardan el sueño de Martin Luther King? ¿Quién sostiene hoy la antorcha del Che Guevara? ¿Cuántos están dispuestos a mantenerse sentados frente al poder como hizo Rosa Parks?

Fue ese gesto de Rosa la chispa que desató el Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos, negándose a ceder su asiento en el autobús a un hombre blanco, sabiendo que su actitud la llevaría a la cárcel por perturbar el orden establecido por los explotadores.

Hoy no queda rastro del legado que nos dejaron estos vecinos, porque hemos dilapidado el capital humano en urnas electorales y ventanillas bancarias, sin percibir que estábamos alimentando a un monstruo que ha terminado por devorarnos sin apartar la vista de su cuenta corriente.

Hoy gobiernan el mundo todos los demonios contra los que luchamos en tiempo de entrega generosa a la redención de nuestros vecinos. Hoy nos ponemos el chubasquero para protegernos del dolor ajeno, en vez de salir a la calle a coger de la solapa a los sinvergüenzas y politiqueros que construyen su vida sobre la ruina ajena. Hoy el que tiene resuelta su vida disfruta de ella sin importarle la basura humana tirada al borde de la acera. Hoy nadie lucha por invertir el giro de la tierra y poner vertical el horizonte.

Hoy somos muchos los que echamos de menos a Rosa Parks al ver que hay más ciudadanos dispuestos a vivir de rodillas que a morir de pie.

PACIENCIA

PACIENCIA

Paciencia es lo que necesitamos los españoles que deseamos ver en la trena a quienes se están salvando de ella huyendo “del nido” y corriendo entre las “matas” junto al «baracaldés», protegidos por fiscales que sólo ponen atención en ladrones de gallinas y descuideros hambrientos, sin mirar a los despachos donde llenan de dinero bolsas de basura los capos de guante blanco.

Ahí está Núñez, el expresidente del Barça, condenado a seis años de prisión por el caso «Hacienda», paseándose tranquilamente por las calles catalanas.  Del Nido, presidente del Sevilla y condenado a siete años y medio de cárcel por el caso de las «Minutas», poniéndose moreno con rayos UVA. Y el ínclito señor Matas tomándole el pelo a propios y extraños durmiendo en su palacete, sin cumplir la sentencia que le ha condenado a seis años de cárcel por corrupción en el caso «Palma Arena». Todo ello por orden, obra y gracia de los fiscales, para dejar bien patente lo que ya es de dominio público, por muy ceremonial que se pusiera el monarca en el discurso navideño.

Resignacion, amigos, y paciencia, mucha paciencia. Y cuando hablo de paciencia no me refiero a ese pequeño bollo redondo, hecho con harina, huevo, almendra y azúcar y cocido en el horno, como se cuecen las corruptelas en fogones institucionales. Me refiero a la capacidad para soportarlo todo, sin alterarnos. A esperar sin esperanza lo que tanto esperamos. Hablo de la paciencia que necesitaremos para compartir las aceras con quienes han atropellado la justicia en los pasos de peatones, con la ayuda de fiscales dispuestos a esperar cien años a que se resuelvan estratégicos recursos interpuestos por quienes no están dispuestos a oír cerrojos a sus espaldas.

Basta con entreabrir una rendija el sentido profético, para ver en palcos balompédicos a los condenados. Basta sintonizar cualquiera el dial para enrojecer de vergüenza con las noticias fiscales que llegan. Y basta oír pacientemente los ruidos fiscalizadores, para tener muchas opciones a ganar un certamen de novela corta.

Existe el deseo estéril de ver anuladas las leyes relativistas en el ámbito fiscal, moviendo las pretensiones a velocidades superiores a la de la luz y condensando el tiempo de espera en un punto para satisfacer a tiempo nuestros deseos.

Los ciudadanos de a pie, es decir, casi todos, no debemos caer en la trampa de precipitarnos con el desasosiego patológico que pueden provocarnos decisiones fiscales que permiten a condenados a varios años de prisión pasearse sonrientes por las alfombras recurriendo sentencias, mientras otros se pasan esos años en prisión por robar un lapicero.

Razones habrá para ello, pero esto es difícil de comprender para los legos en cuestiones legales, que pagamos el sueldo a los fiscales.

SOMOS MILLONES DE INÚTILES E INEPTOS

SOMOS MILLONES DE INÚTILES E INEPTOS

El encausado Carlos Fabra dice que somos inútiles e ineptos los que calificamos de manera incalificable el “aeropuerto del abuelo”, que esta masa de carne sacó de la chistera con la misma habilidad que extrajo del bombo las bolas de la suerte que le dieron el premio en nueve sorteos loteros durante diez años.

Esa ha sido la gran suerte de este disminuido físico: encontrarse en su vida política con millones de ineptos incapaces de frenar sus tropelías y abusos. Si los vecinos que ha tenido bajo su bota durante los dieciséis años que ha estado administrando bienes comunes desde la Diputación castellonense, hubieran sido menos necios e inútiles, él no estaría hoy encausado, sino apaleado y desterrado.

La prepotencia exhibida ayer ante las cámaras de televisión por este sujeto, nos muestra a los ineptos un personaje arrogante y sin escrúpulos, pariente cercano del chulo de barrio que tiene atemorizados a los vecinos, y satisfechos los estómagos agradecidos de sus cómplices y palmeros, a los que recompensa con las migajas que le sobran de su afortunada fortuna.

Este feligrés católico, calificado en 2008 por el actual presidente del Gobierno como  “ciudadano ejemplar”, se encuentra imputado por bochornosos delitos, como tráfico de influencias, cohecho y delito fiscal. Quiere esto decir que el juez ha visto indicios de que el hombre de mirada oscura ha intermediado en negocios sucios, ha aceptado recompensas por «servicios prestados» y ha engañado a los ciudadanos, defraudando a la caja común que sustenta el país.

Tal vez por ello el juez ha comenzado a embargarle los bienes, para cubrir la fianza de 4,2 millones de euros que ha impuesto a este individuo tan útil y eficaz a la sociedad.

VIERNES DE DOLORES

VIERNES DE DOLORES

Es difícil encontrar mayor prueba de identidad ideológica entre el gobierno popular y la cuaresma católica de la mostrada por los validos gubernamentales, que han transformado las reuniones semanales del Consejo de Ministros, en viernes de dolores para los ciudadanos, donde a la incertidumbre del castigo que se nos viene encima se une el dolor de la sanción, sin que nadie pueda redimirnos de un pecado que nunca cometimos.

No obstante, tiene su gracia al macabro dolor de amanecer cada viernes con la duda de saber si al terminar la asamblea de la Junta Recortadora, mantendremos la ropa o quedaremos sin calzoncillos, descamisados y con los pantalones en la mano, – es decir, en paños menores -, por efecto de un nuevo tijeretazo, tan lacerante como inesperado.

El actual gabinete está consiguiendo hacer realidad el cuento de la ratita, llevándonos de recorte en recorte y de susto en susto, a la espera del hachazo definitivo que termine por decapitar el pequeño resto de esperanza que nos queda en una salvación imposible.

Lo que no sabemos es si nos quieren dulcificar el tormento dándonos los recortes a pequeñas dosis semanales, o si el ejecutivo no sabe por dónde va y camina improvisando sobre la marcha los tajos, a la espera de un milagro celestial que no llegará nunca.

No obstante, deben tener cuidado los leñadores que cortan y dan leña, porque tanta  agonía interminable puede terminar con la rebelión de los agonizantes, dispuestos a quemar las naves para que no puedan ser utilizadas por quienes navegan en ellas aumentando cada viernes la desesperación de galeotes condenados sin causa, sin culpa y sin razón.

POLÍTICO VS. POLITIQUERO

POLÍTICO VS. POLITIQUERO

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Una de las peticiones más coreadas por los “indignados” estos días y compartidas por la gran mayoría de ciudadanos, es la sustitución de todos los políticos por ciudadanos honrados, generosos, capacitados y apartidistas que nos gobiernen, es decir, sustituirlos por Políticos, así, con mayúsculas.

Los electoreros y la ausencia de políticos ha llevado a muchos ciudadanos a la perversión conceptual de confundir Políticos con politiqueros, sin darse cuenta que nada tienen que ver unos con otros.

Los Políticos son tan necesarios para la convivencia social, la gestión pública y la administración económica de los bienes comunes, que la ausencia de esta especie extinguida es la causa fundamental de crisis que padecemos.

En la sociedad se ha producido una mutación genética social por la cual una especie necesaria para el bienestar y el progreso colectivo ha mutado a una casta aborrecible de incompetentes individuos sin escrúpulos, capaces de quitarle un caramelo al primer huérfano que pase a su lado.

El cambio ha sido transformar el Político en politiquero y las elecciones en electorería, sin que el diccionario haya incluido los nuevos términos en sus páginas para aclarar las ideas al personal, por lo que nos toca hacerlo a quienes confiamos plenamente en los Políticos y así queremos explicarlo porque el político extinguido nada tiene que ver con el politiquero dominante.

El Político se sacrifica por el pueblo, el politiquero sacrifica al pueblo.

El Políticos sirve al pueblo, el politiquero se sirve del pueblo.

El Político persigue el bien común, el politiquero su propio beneficio.

El Político vive de su trabajo, el politiquero del trabajo de los demás.

El Político ostenta competencia, el polítiquero exhibe su carnet del partido.

El Político es honrado, el politiquero vive de la corrupción.

El político es veraz y sincero, el politiquero vive de la mentira.

Seguid vosotros, amigos….

IN MEMORIAM

IN MEMORIAM

Seguirá siempre con nosotros el novelista mexicano Carlos Fuentes, aunque la parca detuviera ayer los pasos de forma inesperada a la puerta de su casa, para llevarse de un tajo los 83 años de vida que pasó boxeando con las palabras.

No ha muerto Carlos Fuentes por mucho que las agencias de noticias se empeñen en difundir la mala nueva de su fallecimiento, las notas necrológicas inunden los periódicos y la red quede bloqueada con recuerdos a él, como el que hoy ocupa mi bitácora.

En la historia de los premios Cervantes y Príncipe de Asturias quedará la memoria del mejor novelista que México ha dado a la Humanidad y su obra hará inmortal el pensamiento de quien “hubiera matado a Hitler con gusto”.

 El sureño barrio de San Jerónimo enmudece hoy y las colas a la puerta de su casa hablan de la resurrección en la memoria colectiva de quien nos contó como nadie supo hacer, “La muerte de Artemio Cruz”, hablándonos de “Terra nostra” para hacer de su tierra la patria común de todos.

Amó tanto a su país que mantuvo la crítica al nacionalismo oficial durante años, censurando todo aquello que no beneficiaba a su patria adoptiva, tierra de sus padres, y supo mantener la dignidad del pensamiento hasta que sus esperanzas se diluyeron en la hemorragia interna que se lo ha llevado por delante.

Vivirá Carlos Fuentes entre nosotros mientras haya ojos que lean, mentes que piensen y corazones que sientan. Vivirá y nuestra gratitud será eterna, porque inmortal es su legado.