ENTIENDO PERO NO COMPRENDO

ENTIENDO PERO NO COMPRENDO

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Entiendo lo que sucede, es decir, tengo ideas claras sobre la situación de crisis que padecemos, pero no comprendo la falta de respuesta ciudadana a lo que está ocurriendo, ni acepto la incompetencia de los políticos para dar con la solución.

Parece claro que todos somos responsables de la recesión que nos aplasta, pero no todos  en el mismo grado. Y resulta curioso que los más culpables de ello, sean los únicos beneficiarios del problema.

Digo esto porque los ciudadanos que han vivido por encima de sus posibilidades, ahora están pagando con desahucios los excesos cometidos. Los empresarios están pagando sus excesos con el cierre de empresas y la ruina personal. Pero, ¡ay amigos, los bancos! Ellos que se pasaron cuatro pueblos en tiempos de bonanza propiciando la catástrofe, están recibiendo millones de nuestros euros para seguir especulando con la desgracia que nos aflige, amenazando con la muerte si falla el sistema financiero. Ya, ya.

Si el origen de todo está en la deuda pública fruto del despilfarro y la corrupción, ¿por que ningún político ha sido condenado a cadena perpetua?. Es decir, que el Estado, las Autonomías y Ayuntamientos han tenido que pedir dinero anticipado a las entidades bancarias, para ofrecer servicios públicos megalomaniáticos, imposibles de pagar con la recaudación de impuestos, pero aquí no ha pasado nada.

Lo grave es que el dinero que ahora se está está pidiendo no es para nuevas inversiones, sino para amortizar la deuda ya contraída, lo cual significa que estamos pasando el “marrón” a nuestros jóvenes, que sin tener culpa alguna deberán pagar nuestra deuda, hipotecando su futuro.

Así las cosas, resulta que el Gobierno emite deuda, – es decir, pide euros -, al tiempo que rescata los bancos dándoles nuestro dinero, para que ellos se lo guarden y especulen en los mercados financieros, multiplicando el patrimonio de sus gestores y negándose a dar créditos que dinamicen la economía nacional. Bien por los chicos.

Por otro lado, las mismas entidades reciben también dinero nuestro a través del Banco Central Europeo al 1 % de interés, y lo utilizan para comprar deuda pública al 5 %, con un beneficio limpio y garantizado de cuatro puntos, porque si hay algún problema ahí está el fondo de rescate que también hemos puesto entre todos. Tiene gracia.

Parece ser que la solución pasaría por la nacionalización bancaria y que el Estado controlara el poder económico, pero sucede al revés: es el mundo financiero quien da instrucciones al gobierno, atándolo de pies y manos mientras a nosotros nos encadena en una galera que se hunde irremediablemente con nosotros en la bodega.

Comprenderán ustedes que llegando al final siga entendiendo todo, sin comprender nada, y me suba al carro de combate de mi amigo Ángel para tomar juntos la Bastilla.

CARTA A LOS JÓVENES

CARTA A LOS JÓVENES

He pasado mi vida con vosotros y en vosotros mantengo la esperanza de victoria en la lucha que tenéis contra la degeneración moral, la falta de solidaridad, la corrupción política y el abuso financiero, que han llevado a la frustración a una sociedad defraudada, engañada e indignada con la situación impuesta por los beneficiarios de la catástrofe.

Os escribo para deciros lo que nunca pude imaginar, porque jamás pensé que algún día tendría que pediros perdón en nombre de la generación que está cercenando impunemente vuestro porvenir, hipotecando el futuro que os pertenece y provocando el fracaso de un sistema que devora toda esperanza, como Saturno hizo con sus hijos.

Os escribo porque estáis a tiempo de evitar que el maleficio llegue también a vuestros hijos y a los hijos de vuestros hijos, actuando contra los mantenedores de una plutocracia que sólo a ellos beneficia, por mucho que quieran embaucaros con falsas necesidades de sacrificios que a ellos no alcanzan, y amenazas de hecatombes inexistentes.

Os escribo porque sólo de vosotros puede venir el renacimiento de la esperanza colectiva en una sociedad más libre, justa y solidaria y el resurgir de un nuevo amanecer, porque a los jóvenes honorarios como yo nos falta el empuje y la generosidad que a vosotros os sobra, para hacer posible la utopía de un mundo más humano, alejado del mercantilismo feroz y la especulación más voraz.

Os escribo para animaros a coger con fuerza los remos de la barca en la que estamos a punto de naufragar y a remar contracorriente para invertir el rumbo que imponen quienes llevan el timonel, dejándose llevar y sin realizar más esfuerzo que el sostenerse en la falsa amenaza de que sin el actual sistema acabaríamos ahogados.

Os escribo estos días de concentraciones callejeras sabiendo lo mucho que os tocará hacer y sufrir en horas tan duras, donde la valentía marcará vuestro destino si conseguís desterrar la perversión ética y estética que se ha extendido entre la reducida casta de privilegiados que dirigen nuestras vidas en beneficio de las suyas.

Os escribo confiando en que vosotros haréis la revolución pacífica que abrirá nuevos horizontes a la siguiente generación, como han hecho siempre los jóvenes a los largo de la historia. Pero usad la inteligencia en vuestra lucha para evitarle trabajo a las porras y los jueces. Estad atentos a esquiroles y reventadores. No caigáis en provocaciones. Y demostrad a los escépticos que no sois perroflautas despreciables, ni porroflautas adormecidos, ni alérgicos al agua, ni estudiantes perpetuos, sino jóvenes comprometidos dispuestos a cambiar un sistema político, social y económico que os está dando con las puertas en las narices.

DEPREDADORES

DEPREDADORES

El problema de Bankia, cuya versión real de los hechos sólo es conocida por los responsables de la quiebra y sus amigos de Génova, lo ha resuelto el Gobierno con una nacionalización de tres al cuarto, para maquillar las formas y tranquilizar al pueblo, que rechaza la explicación oficial, porque conoce bien la causa del fiasco.

Tranquilos, por tanto, que en este descalabro financiero todo está desatado y bien desatado, a diferencia de lo sucedido con la crisis general, en la que nadie sabe dónde está el dinero que se ha esfumado por arte de magia negra.

En Bankia tenemos claro el mangui, aunque tanta claridad irrite a los millones de indignados con pedigrí y sin él, que marchan abatidos con la pesadumbre bajo el brazo por la calle de Alcalá, declarando la insumisión a las corbatas.

Echando unas cuentas que han fundido las calculadoras, llegamos a la conclusión de que un grupo de ocho depredadores, – como muestra de otros cientos -, se han llevado “legalmente” en la mochila los 10 millones de euros que necesitamos  para sanidad y educación. Digo legal, porque ahora se mete la mano en la caja de forma autorizada y pública, sin que nadie pierda la vida en el intento.

Sí, verán, este ramillete ejemplar. El señor Blesa se llevó 1.800.000 euros  de la gallina de los huevos de oro, en concepto de indemnización. Olivas, expresidente de Bancaja y dimitido de todos los cargos en Bankia, recibe 800.000 de euros anuales por dirigir una Caja inexistente. El señor Amat se llevó 6.000.000 de indemnización al abandonar la entidad. Fernández, de la CEOE, cobra 263.000 euros anuales; Ponga, 326.000; al igual que otros quince altos cargos de Bankia afiliados al Partido Popular.

Afortunadamente, no hay ciudadanos de izquierda en el Consejo de Administración, pero asiste a las reuniones un tal Virgilio Zapatero que lleva una rosa en la solapa junto al bolsillo de la chaqueta donde mete los 339.000 euros que se lleva, y un tal Moral con el carnet de Izquierda Unida en la boca que mete en la bolsa 455.000 euros. Y el sindicalisto ugetista Martínez que se conforma el pobrecito con  186.000 euros simplemente.

Y que nadie pierda los nervios con el reparto porque habrá recompensa para todos los que faltan, pues aún le queda a Bankia  dinero para “rato”.

UN AÑO INDIGNADOS

UN AÑO INDIGNADOS

La celebración del aniversario del 15-M no debe ser para recordar el movimiento ciudadano surgido hace un año, sino para relanzar la lucha contra una situación que lejos de mejorar, cada día nos hunde más en el fango, mientras los responsables de la crisis sobrevuelan las tierras movedizas que terminarán por engullir a los inocentes de la tragedia.

No es el enriquecimiento fácil de unos pocos a costa de los demás, ni el abuso de empresarios sobre trabajadores aprovechando la demanda de empleo, lo que preocupa. Ni siquiera los 430 puntos de la prima de riesgo o los porrazos, gomazos y pelotazos que les esperan a los más comprometidos del movimiento 15-M.

Tampoco inquieta la corrupción que campa por sus respetos. Ni la dudosa honradez de los parientes reales. Ni los usureros que explotan la forzada miseria de los desfavorecidos. Ni el infamante despilfarro autonómico.

No es culpable de la frustración el nepotismo reinante. Ni la incompetencia instalada en despachos oficiales. Ni el amiguismo como forma de selección de los empleados públicos. Ni el favoritismo discriminatorio. Tampoco perturba la degradación moral y falta de ética social reinante.

Ni siquiera el silencio de la Iglesia ante la tragedia nos afecta. Ni los retrasos en las sentencias judiciales. Ni el descaro de los tramposos. Ni las enfermizas amputaciones sanitarias. Ni los incultos recortes educativos.

Todos son hechos que ocurren, por mucho que escandalicen la ética más rudimentaria. Episodios que causan dolor en las más puras entrañan y provocan la indignación ciudadana, aunque nadie se atreva a tomar la Bastilla.

Indigna la impotencia de no tener las llaves de las cárceles para meter en ellas a todos los delincuentes de guante blanco y a los mentirosos de palabra falsa que andan sueltos por los despachos.

Indigna la frustración de no poder acabar con Ayuntamientos cuyo único vecino es el alcalde, Diputaciones dislocadas, Autonomías despilfarradoras y Senado inoperante.

Indigna no poder evitar el gasto en indemnizaciones millonarias; en sueldos desproporcionados a consejeros; y en ofensivos privilegios políticos que gozan quienes no los merecen.

Indigna el fracaso colectivo de millones de ciudadanos incapaces de coordinarse y unir esfuerzos para desterrar los desvergonzados mamones que chupan sin escrúpulo ni conciencia de la teta común, y a políticos incompetentes que no buscan más solución que su futuro.

Indigna que pase el tiempo sin desgranar el último pétalo de la margarita para evitar el tornado que zarandea el país amenazando con devastarlo todo, porque aquí nadie va a ganar como no ganemos todos.

ER FÚRBOL

ER FÚRBOL

Ha caído un gran telón sobre la piel de toro, ocultando transitoriamente la tragedia nacional que nos embarga, aliviando con balón de cuero y secreto de margarita la  undécima plaga bíblica que nos mantiene en un profundo estado depresivo a causa de la atenazante crisis económica y anímica que nos embarga.

Por unas horas se han olvidado millones de parados, que están parados. Ha pasado a segundo plano la fractura entre trabajadores y empresarios. Se ha arrinconado en el desván la revuelta social que se avecina. Y las medidas de ajuste que ahogan al vecindario se han ocultado bajo el plasma televisivo.

No sé si todo ello será bueno, pero el mal entendimiento teatralizado en el Parlamento se ha frivolizado entre políticos partidarios de escuadras diferentes. La falta de soluciones eficaces para salir de la crisis se ha sustituido por propuestas tácticas futbolísticas. Las discrepancias se han diluido a gritos en el vaso de cerveza. Y los éxitos o fracasos de los ídolos se han transformado en risas o lágrimas de los paganos que no sacan beneficio alguno del negocio.

No sé si todo esto será bueno, pero a mí me ha rejuvenecido y se lo agradezco a los promotores del despiste. Quiero decir que los eventos futboleros me trasladan a recientes épocas pasadas en que tales maniobras de distracción eran utilizadas torticeramente por los propagandistas del régimen como adormideras del pueblo.

JUSTICIA Y DERECHO EN UNAMUNO

JUSTICIA Y DERECHO EN UNAMUNO

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Conferencia ayer en el Colegio de Abogados, con Unamuno en la solapa por bandera, para decirle a juristas, amigos y asistentes que don Miguel no vio en el horizonte más justicia que el perdón, porque el castigo envilece los veredictos de culpabilidad.

Militar en el krausismo, compartir la ideas de Ganivet y ser amigo de Dorado Montero no podía acabar más que en un hombre defensor de justicia indultora. Eso pensaba Unamuno cuando defendía con fe ciega la vocación correctora de las sentencias que lleva al compromiso ético, alejándose de la condición sancionadora.

Bien es verdad que hablaba de un concepto moral y pedagógico, alejado de toda consideración jurídica para un hombre como Unamuno que desacreditaba el Código Penal, pariente de la Ley del Talión, al olvidarse de rehabilitar al ofensor. Solicitaba este sentidor abolir las penas como sufrimiento impuesto al delincuente para hacerle expiar su delito, y sustituirlas por medidas de carácter preventivo y tutelar.

Unamuno, Montero, Maldonado y Giner consideraban a los delincuentes como débiles y desdichados que necesitaban más protección que castigo, por lo que el tratamiento de la delincuencia debía ser un caso particular de la tutela que debe otorgarse a los desvalidos, para rehabilitarlos socialmente.

Acepta don Miguel con gusto que se le llame antinomista, es decir, enemigo de una ley externa, inflexible, sancionadora, impuesta y dura, porque era partidario de una ley de inspiración moral, ética, correctora, mística, viva e interna que tuviera su origen en la propia conciencia del sujeto. Tal vez por eso repudia la pena eterna del infierno y las condenas impuestas fríamente por los jueces, distantes, sociales y objetivas.

No sólo de pan, – decía Unamuno -, sino de justicia, vive el hombre, pues los problemas de pan no son sino problemas de justicia, y es preferible un desorden justo que un orden injusto. La Justicia es algo más hondo y más grande que el Derecho porque donde hay justicia hay verdad, hay libertad, se pueden proclamar las verdades a todos los vientos y darle a cada uno lo que corresponde. Si amamos la verdad, debemos amar la justicia, porque justicia y verdad son todo uno.

Todo ello no le evitó tener siete pleitos con la justicia, dos como testigo y cinco como imputado. Ser condenado a dieciséis años de cárcel por cantarle al rey Alfonso y a Cristina las cuarenta. Y recibir sanciones económicas, para acabar finalmente deportado a Fuerteventura por el Directorio de Primo de Rivera y Martínez Anido, por delito de opinión, al tiempo que le suspendían de empleo y sueldo, desposeyéndole de la cátedra, el vicerrectorado y el decanato, cargos para los que fue democráticamente elegido por sus compañeros de claustro universitario.

TESTIMONIO EJEMPLAR

TESTIMONIO EJEMPLAR

El testimonio que están dando los padres de la patria es un ejemplo a seguir por todos los ciudadanos de bien que valoran sus sacrificios por nosotros, haciendo callar a los “indignados”, hoy desaparecidos de la faz de la tierra.

A nadie puede extrañar que los parlamentarios se autorregalen un iPhone 4S para negociar nuestra salvación en las mejores condiciones y evitar saturar los centros de reciclado, quedándose con el iPhone de la anterior legislatura por si surge alguna emergencia.

También es lógico que mantengan el ordenador portátil que ya tenían, pagando 100 dolorosos euros de su escaso salario, y que se autorregalen un iPad de última generación para facilitarse la tarea de hacernos más felices.

El imprescindible que dispongan además de un ordenador de sobremesa en el despacho, ADSL en su casa, asistente que les asista y cómodo despacho, para realizar gestiones que mejoren nuestro bienestar, aunque haya protestones que se quejan porque a los demás nos impidan realizar el mismo sacrificio que ellos ejemplifican.

También es lógico que les paguemos la gasolina, los peajes, billetes y taxis que necesitan en sus desplazamientos a las «escopetas nacionales» donde negocian los favores, prebendas y beneficios que recibimos los ciudadanos con sus esfuerzos.

La capacidad de trabajo de nuestros patrioteros padres llega a tanto, que no les basta con los sudores en el Parlamento y se pluriemplean en otros oficios para evitarnos trabajo a los demás, renunciando al merecido plurisalario que reciben.

¿Sería lógico que tributaran los libertadores por los miles de euros que le llegan en complementos, asistencias, kilometraje, alojamiento y manutención? Pues no. ¿Sería normal que dejaran de percibir euros cuando abandonan el escaño? Pues tampoco, porque su testimonio es ejemplar, como dijo Cospedal: «Los españoles pueden estar seguros de que no habrá sacrificio ni esfuerzo que no estemos dispuestos a hacer». ¡Bien dicho, coño!

Muchos ciudadanos carentes de sensibilidad y reconocimiento a los sacrificios que realizan sus «padres putativos», pretenden quitarles la pensión máxima de jubilación obtenida con sus 7 años de esfuerzos, simplemente porque a ellos les exigen 35 años de actividad laboral. ¡Qué ingratos!

Otros, más ignorantes y osados, se atreven a pedirles cosas imposibles, como que se ajusten el cinturón como ellos les exigen, sin darse cuenta que sus “padres” usan tirantes.