ESCRACHE

ESCRACHE

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Hemos tomado de los bonaerenses y montevideanos el término escrache para expresar la hartura del pueblo ante la falta de respuestas políticas a las justas reivindicaciones ciudadanas. Este método consiste en realizar acciones directas frente a los dirigentes políticos para forzarles a reaccionar, una vez agotadas todas las peticiones civilizadas y formas reivindicativas legales.

El colectivo de personas afectadas por la estafa de las “preferentes” amargó el café al popular Marcial Martín en la estación de Atocha, obligándole a salir escoltado de la cafetería por varios policías que le protegían de la pobre anciana estafada que consiguió finalmente cruzar unas palabras con él.

Situación parecida se ha producido ante el domicilio de los señores Gallardón, Oyarzábal y González Pons,  por parte de miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, para recordarles el millón y medio de firmas entregadas en el Congreso pidiendo la dación en pago y el alquiler social, declarando el diputado Pons que así no van a convencerle para que vote a favor de la propuesta ciudadana.

Pero el vicesecretario de Estudios y Programas del PP debe poner más atención en el contenido que en el recipiente, y reflexionar sobre el estado de indignación que se está apoderando de muchos ciudadanos ante la falta de respuesta política a sus problemas, porque nadie lleva gratuitamente las peticiones a esos extremos, ni se suicida sin causa grave que provoque su inmolación.

La situación se está haciendo insostenible para millones de ciudadanos que sobreviven en la indigente pobreza del mendrugo, y quienes gobiernan deben saber que cuando las personas no tienen nada que perder están dispuestas a perderlo todo, sin importarles demasiado que alguien les acompañe en su último viaje.

REARME DEMOCRÁTICO

REARME DEMOCRÁTICO

Vale

El poder que han adquirido los consejos de administración financieros ante el silencio cómplice y la inhibición de los gobiernos teóricamente democráticos, exige una respuestas ciudadana que detenga la progresión de las élites económicas, empeñadas en transformar las democracias en oligarquías financieras.

La fuerza de la mayoría no puede someterse al capricho de una selecta casta especulativa que incrementa multimillonariamente su patrimonio a costa de la pobreza y sacrificios que el gobierno piden a los ciudadanos, incrementando los impuestos, quebrantando el estado del bienestar y aumentando la desigualdad social, que es tanto como pervertir la democracia, pues ésta consiste básicamente en eliminar las desigualdades sociales.

La humillación ciudadana, los desequilibrios distributivos, el quebranto moral, la explotación laboral y los privilegios legales, no forman parte de la democracia y la denigran, obligándonos a restaurarla en su primigenia idea de gobierno popular en base a la igualdad social.

Las consecuencias de la situación actual se evidencian en la indignación popular, el descontento general y la frustración ciudadana, al ver que el gobierno impone sacrificio y dolor a las personas mientras entrega cantidades millonarias a las entidades bancarias, que terminan en los bolsillos de los incompetentes gestores que las han llevado a la ruina.

Con este panorama no queda más opción que reconquistar la democracia haciendo visible la justicia social y la equitativa distribución de los bienes comunes. Tenemos que rearmar éticamente a la sociedad expulsando de ella a los tramposos, corruptos y estafadores. Urge recuperar la igualdad ante la quiebra del sistema si queremos ganar el futuro.

Sólo uniendo la fuerza del gobierno a la del pueblo, lograremos vencer el enorme poder de la oligarquía financiera que pretende barrer del mapa social la democracia que todos deseamos, menos ellos, porque saben que si el pueblo recupera el gobierno de su destino, temblaran los beneficios y privilegios de los especuladores.

¡VIVA LA PEPA!

¡VIVA LA PEPA!

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En plena Guerra de la Independencia, con la ciudad de Cádiz asediada por las tropas del emperador gabacho, bombardeada y sufriendo una epidemia de fiebre amarilla que diezmaba la población, se reunieron los intelectuales y políticos de la Junta Suprema Central para tomar las riendas del país, liquidar el antiguo régimen y abrir las puertas a una nueva organización del Estado.

Esto sucedió el 19 de marzo de 1812, cuando el Corte Inglés no había ordenado todavía la celebración de la jornada paterna y los “pepes” ya celebraban su santo, recordando al santo varón que aceptó complacido el embarazo de su mujer por obra y gracia de una espiritual paloma, sin decir palabra ni hacer caso a las murmuraciones de los vecinos.

En la “tacita de plata” agujereada por los disparos y perforada por bayonetas caladas, se reunieron los padres de la patria para dar a luz la primera Constitución española, – muy progresista ella para la época -, que basaba su doctrina en la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, como el heredero del abyecto “Indeseado” nos recordó en Nochebuena.

Carta Magna que consagraba derechos fundamentales como la libertad, la educación y la propiedad, al tiempo que separaba los poderes del Estado, proclamaba el sufragio universal masculino, establecía la monarquía constitucional y acababa con los señoríos.

Pero en los diez grandes Títulos de la Pepa no se reconocían derechos a las mujeres, se consagraba la confesionalidad católica del Estado, se prohibía cualquier otra religión y, lo que es más importante, el rey era rey “por la gracia de Dios”, un Dios muy gracioso y simpático que dos años después sentó en el trono al felonazo de Fernando VII, que se llevó por delante la pobre Pepa de una patada, para mantener el poder absoluto que la Constitución le negaba.

IMPUNIDAD

IMPUNIDAD

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La falta de castigo para quienes cometen delitos es el mayor daño que sufre la  justicia al desigualar los ciudadanos ante ella, sin que estos puedan hacer nada por evitarlo, salvo consolarse en la mentira oficial de que todos somos iguales ante la ley.

La impunidad de algunos bandoleros ofende a la condena de los reclusos y representa el injusto beneficio que se otorga a ciertos delincuentes liberándoles de sufrir el castigo que merecen, pues la exención de la pena merecida es el premio que reciben los malhechores por realizar sus fechorías.

Supone también un acicate para potenciales forajidos, animándoles a cometer acciones semejantes siguiendo el ejemplo de los impunes transgresores, convencidos en la liberación de su pena, sobre todo si los desmanes se hacen desde una poltrona política o financiera.

Hoy sale gratis violar la ley a muchos infractores de guante blanco y mano negra, que roban y estafan sin dar cuentas a nadie, sabiendo que la dama desequilibrará la balanza y se quitará la venda para mirar hacia  otro lado ante la indignación popular que nada vale, pues los infractores tienen luz verde para hacer cuanto les plazca.

Es la democracia quien paga los platos rotos y las consecuencias de la impunidad que disfrutan los bandoleros políticos y financieros, cuando los tribunales de justicia utilizan las leyes para amedrentar al pueblo exigiéndole su cumplimiento con sentencias condenatorias, mientras otorga a las cúpulas dirigentes la impunidad, como trofeo a sus diabluras.

GUERRAS PACIFICADORAS

GUERRAS PACIFICADORAS

etica y guerra

Desde la teórica “era de la paz” que se abrió el 7 de mayo de 1945 en los cuarteles de la SHAEF cuando los alemanes firmaron el acta de rendición incondicional ante los aliados, dando fin a la segunda gran guerra, se han contabilizado más de 25 millones de personas muertas en guerras de menor cuantía, a las que añadir el doble número de expatriados, deportados y expulsados de sus países.

Estas pequeñas escaramuzas, minimizadas por los gobiernos con raros eufemismos para evitar masivas muertes con tales cortes de bisturí, les ha permitido hablar de “guerras pacíficas” o “misiones de paz”, aunque los inocentes soldados enviados a esos mataderos desde despachos donde no silban las balas, desaparezcan del mapa junto a civiles asesinados bajo la perífrasis de “efectos colaterales”.

“Si vis pacem, para bellum” es la gran falacia utilizada por los gobiernos para justificar lo injustificable, que debemos obligarles a cambiar por “si vis pacem, para pacem”,  forzando la paz que todos deseamos, menos unos cuantos, aunque estos sean los que deciden sobre nuestras vidas.

Averiguad quienes se benefician de las guerras y tendréis la respuesta. Pero no os hagáis ilusiones porque nunca la encontraréis, como anticipaba Bob Dylan en su canción “A hard rains a gonna fall», diciéndonos que “la cara del verdugo siempre está escondida”.

ENCARNADURA

ENCARNADURA

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El libro de la palabras define la encarnadura como una disposición de los tejidos del cuerpo humano que favorece la cicatrización de las heridas y la curación de lesiones. Pero coloquialmente, se atribuye buena encarnadura a las personas de soportan críticas sin inmutarse ni mover una pestaña, simulando ausencia de dolor, aunque los hechos les estén abriendo las carnes.

Eso hacen don Mariano y don Alfredo ante las críticas que reciben, dejándonos a todos pasmados con sus intervenciones, omisiones, escapismos y silencios, por muy noqueados que estén ante las situaciones que cada uno de ellos atraviesa, de las que salen a hombros de sus palmeros, entre el abucheo del pueblo y con el impermeable puesto para que no les alcancen las salpicaduras de la mierda que están cayendo sobre sus partidos.

Paradigmas de cinismo, hablando de transparencia y democracia interna. Ejemplos de hipocresía por negar la corrupción propia ante el reparto de los cien casos de podredumbre que esperan turno en los juzgados. Modelos de engaño al afirmar que no todos los políticos son corruptos considerando que sólo son tales quienes se lo llevan, y no quienes los protegen, encubren y guardan silencio ante las fechorías de los malhechores. Arquetipos de falacia al proponer medidas contra la corrupción sin tomar las medidas que están a su alcance para subsanar las corrupciones propias. Enhorabuena a los dos por el éxito obtenido sin otro mérito que mantener baja la testuz para no ver los excrementos que sobrevuelan por encima de sus cabezas.

Pónganse parches Sor Virginia en el cinismo de quienes autorizaron el insulto ponferradino y luego se rasgaron las vestiduras para mantenerse en su puesto. Aplíquense con urgencia electrochoques a la izquierda socialista para que reaccione internamente y lleve a cabo la necesaria y profunda renovación del partido, antes que la destrucción sea total e irreparable. Aplíquense con la  misma urgencia puntos de sutura a la ceja izquierda de Rubalcaba que le ha roto Chacón con un uppercut directo en las redes sociales. Y quítense las prótesis de las bocas al pueblo que no cierra las mandíbulas teniendo las dos sardinas entre los dientes.

AMIGO FÉLIX

AMIGO FÉLIX

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Nuestro amigo Félix Rodríguez de la Fuente hubiera cumplido ayer 85 años, si el desprendimiento de un maldito hidropatín no hubiera desequilibrado la avioneta, estrellándola contra el suelo esquimal de Shaktooliok a las 12:30 h. de Alaska, el 14 de marzo de 1980, misma fecha en que Félix cumplía 52 años.

Junto al mar de Bering y Klondike que Félix tanto soñó en su infancia con las lecturas de Jack London, “lugar muy hermoso para morir”, según sus palabras, dejó su vida grabando la carrera de trineos con perros más importante del mundo, junto a Roa, Huéscar y Dobson.

Vaya nuestro reconocimiento a Félix por la honradez profesional de su trabajo, por la autenticidad de sus sentimientos y la convicción de sus palabras. Vaya el respeto a su inolvidable obra, unido al cariño a su persona, la gratitud por las enseñanzas recibidas y el amor que nos contagió a los animales, mostrado en la noble pasión que a ellos le hermanaba.

Félix fue el puente de unión entre todos los seres vivos que habitamos el planeta azul. Fue la palabra que clamaba en el desierto. Fue la voz de un ecologismo comprometido con la vida, sin distinguir el nivel de razón o sensibilidad de todos lo que nacen, crecen, viven y mueren a nuestro alrededor. Fue la voz de los sin voz que sufren las consecuencias de los que tienen voz y poder de destrucción.

Hoy el recuerdo a Félix viene acompañado de la carta que el jefe indio Seattle envió en 1855 al presidente de los Estados Unidos Franklin Pierce, cuando éste quiso comprar las tierras de Suwamish, actual estado de Washington:

“La tierra no pertenece al hombre, sino que el hombre a la tierra. El hombre no ha tejido la red de la vida: es sólo una hebra de ella. Todo lo que haga a la red se lo hará a sí mismo. Lo que ocurre a la tierra ocurrirá a los hijos de la tierra. Todas las cosas están relacionadas como la sangre que une a una familia.