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Mes: marzo 2015

HIPOCRESÍA LEGALIZADA

HIPOCRESÍA LEGALIZADA

esclavitud

Es costumbre de gobiernos y parlamentos legalizar la hipocresía, es decir, hacer lo contrario a lo legislado por ellos mismos, con objeto de lavar públicamente su imagen, haciendo ver que se realiza algo diferente a lo que realmente se hace, con un cinismo propio de raza degenerada.

Esto sucedió con la abolición de la esclavitud en España, – es decir, en la España peninsular, claro – porque en la de ultramar se mantuvo el esclavismo, dejando patente la doble moral de los gobernantes españoles regentados por la corrupta María Cristina de Borbón, que prohibió tener esclavos en la península para contentar a Europa, permitiendo a los ricos españoles cubanos tener cuantos esclavos quisieran en la isla caribeña.

Los amigos de la viuda de Fernando VII el Felón y mamá de la ninfómana Isabel II, se dedicaban al tráfico de esclavos obteniendo en tal comercio extraordinarios beneficios que debían mantenerse, para que el negocio de los parientes y amigos siguiera viento en popa a toda vela, engordando sus arcones y huchas con ducados ennegrecidos con la piel de los esclavos, mientras los países europeos miraban para la ley peninsular, porque sus prismáticos políticos no llegaban a las colonias allende los mares.

En ese detestable tráfico de esclavos, forjaron inmensas fortunas los políticos, nobles, militares y gobernadores de la época, sin que los gobiernos conservadores movieran un dedo para evitar tales desmanes, porque a muchos de ellos les tocaba directamente en sus particulares bolsillos.

Recordemos, por ejemplo, que el conservador, misericordioso y restaurador Cánovas del Castillo, llegó a decir en un momento de lucidez, que las personas de raza negra eran perezosas, salvajes e inclinadas a actuar mal, por lo que era obligado conducirlas con autoridad y firmeza si se quería obtener algo de ellas.

LA MILICIA, RELIGIÓN DE HOMBRES HONRADOS

LA MILICIA, RELIGIÓN DE HOMBRES HONRADOS

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morenes

El gesto parlamentario del ministro de Defensa, don Pedro Morenés, mandando callar con el índice en los labios a la diputada Irene Lozano, tiene mayor alcance del concedido por muchos que presenciaron escena tan lastimosa, fruto de una traición subconsciente que no puede ocultarse tras las disculpas pedidas, porque ya estamos hartos de ellas.

No sólo pedía silencio don Pedro a la diputada Lozano, sino también a la propia perseguida por los amigos del acosador condenado en sentencia firme, sin que el ministro haya tenido el gesto de reconocimiento que merecía Zaida, y merecía la gran mayoría de militares ofendidos por su desprecio, que llevan el patriotismo, la profesionalidad, el honor, la honradez, el valor y la generosidad, con más orgullo que las medallas y condecoraciones obtenidas en su vida de milicia.

Por eso, rechazo las descalificaciones globales habidas a un colectivo que no las merece, pues comparto las palabras escritas en 1689 por Calderón, afirmando que la milicia es una religión de hombres honrados, por mucho que una minoría de milicianos se empeñe en demostrar lo contrario.

Muchas veces he advertido sobre el grave daño que sufren los colectivos profesionales cuando el silencio cómplice toma cuerpo entre sus miembros, para acallar, disimular o encubrir los atropellos de una minoría que mancilla el grupo profesional al que pertenecen.

Políticos, militares, sindicalistas, médicos, profesores, sacerdotes, abogados, jueces, fontaneros y trapecistas, deben saber que por encima de la amistad está el honor. Más allá del compañerismo se sitúa la verdad. Vale la justicia lo que es inalcanzable para la afinidad ideológica. La lealtad personal no justifica el falso testimonio. La honradez cotiza más alto que la deshonesta entrega. Y la empatía con la persona herida tiene que prevalecer sobre la simpatía al ofensor.

GRACIAS A TODOS

GRACIAS A TODOS

yo

A los amigos de este Itinerario de Vida, quiero darles las gracias por ofrecerme la oportunidad de hablar con ellos todos los días, pues sin su visita cotidiana a esta casa virtual que ya les pertenece, yo hubiera cerrado sus puertas hace tiempo y puesto en almoneda todas sus páginas.

Hoy, jueves 12 de marzo de 2015 en el calendario gregoriano, se cumplen cuatro años de aquel lejano día en que abrí esta ventana al mundo, recogiendo el guante que me tendieron personas muy queridas por mí, aceptando el reto, consciente de que no pasaría de los primeros pasos si nadie me siguiera en la hermosa caminata que ese día emprendí

Hoy sigo manteniendo lo que dije al entregaros la llave de esta casa, afirmando que todos mis artículos serían cartas con destino a todos vosotros, escritas con alma sincera humedeciendo la pluma en el corazón y dejando volar los sentimientos donde el viento decida llevarlos, porque navegan sin rumbo fijo ni paradero establecido de antemano.

Cambia la forma, el estilo, la extensión o el argumento, pero todas ellas son cartas personales a cada uno de los lectores, aunque muchos de quienes reciben estos correos epistolares sean desconocidos para mí y no acusen recibo de las noticias que llegan cada día a su pantalla virtual.

Han sido 1311 cartas, todas ellas escritas con la esperanza cumplida de fomentar la hermandad entre todos los que han recorrido este itinerario vital junto a mí, a quienes agradezco su compañía, la amistad ofrecida, el afecto guardado y la fortaleza que me dan para sentarme cada madrugada a conversar con ellos.

Aquí permaneceré expresando por derecho y sin titubeos mis pensamientos y sentimientos, mientras la salud no me falte, el ánimo está conmigo, la inspiración me acompañe, el tiempo lo permita, los lectores se complazcan y la falta de visitas me obligue a tomar la puerta de salida.

MENTIRA DEL XIX

MENTIRA DEL XIX

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Es cierto que el rey-padre Juan Carlos mató de un disparo inocente y fortuito a su hermano Alfonsito en la mansión familiar de Estoril, pero fue mentira histórica periodística que Enrique de Borbón, duque de Sevilla y cuñado de la reina, se matara a sí mismo de un disparo mientras limpiaba la pistola, porque la realidad fue distinta.

Antonio de Orleans, duque de Montpensier, también cuñado de la reina por su matrimonio con Luisa de Borbón, fue uno de los conspiradores contra Isabel II, participando activamente en el éxito de la Revolución Gloriosa que desterró a la ninfómana, comenzando entonces los codazos con su primo Enrique de Borbón, duque de Sevilla, para imponerse en la línea sucesoria al trono.

Tal fue la rivalidad y enfrentamiento entre ambos caballeros, que se retaron a duelo de pistola en la escuela de tiro de Carabanchel, donde ambos acudieron la mañana del 12 de marzo de 1870 con levita negra y armas a punto, acordando dispararse alternativamente a nueve metros de distancia hasta que uno de los dos pasara a mejor vida, lo cual le sucedió al duque de Sevilla, rodando el Borbón por el suelo de un certero disparo en la frente, propinado por el cuñadísimo.

Antonio respiró ufano y se fue a por el trono, encontrándose cerrada la puerta de acceso a la corona, porque este fue ocupado por Amadeo I de Saboya, sentenciando el Consejo de Guerra que lo juzgó, que la muerte del infante Enrique había sido fortuita y accidental, sin ser creído en ningún mentidero, a diferencia de lo sucedido con el inconsciente disparo del actual padre-real.

LA TRAGEDIA DE MAYERLING

LA TRAGEDIA DE MAYERLING

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En el pabellón de caza mandado construir por el heredero al trono austrohúngaro Rodolfo de Habsburgo, en el pueblo de Mayerling cercano a Viena, fueron encontrados con orificios en la cabeza los cadáveres de Rodolfo y su amante María Vetsera, sin que aún se conozca lo sucedido allí la noche anterior, con sospechas de homicidio y suicidio.

Sus papás, el emperador Francisco José y la quebradiza Sissi, ordenaron transformar el caserón en un convento de monjas carmelitas para que las religiosas se pasaran el día rezando por el alma del archiduque y su eterno descanso en la paz del reino de los cielos, pero también se ocuparon de echar tierra al asunto para evitar el escándalo y engañar a la historia.

Fue así, que decidieron encubrir la infidelidad de Rodolfo a su esposa enterrando en secreto el cuerpo de la joven baronesa húngara Vatsera bajo dos metros de tierra, y organizar imperiales honras fúnebres por su hijo, a las que asistieron estupefactos los mandamases europeos, mientras los sabedores de los hechos se juramentaron pacto de silencio, dando así vida al famoso misterio de Mayerling, en el que oficialmente solo hubo un muerto.

Pasado un siglo, la última emperatriz austriaca Zita de Borbón- Parma aclaró en 1983 que el archiduque heredero fue asesinado junto a su amante por intentar traicionar a su padre formando parte de un complot internacional, recordándonos que de la misma forma desaparecieron muchos personajes de nuestra historia en asesinatos palaciegos.

FLORIDA POR PASCUA FLORIDA

FLORIDA POR PASCUA FLORIDA

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La presencia masiva de hispanos en Florida, obliga a recordar que esta península americana fue española hasta que dejó de serlo a golpes, empujones, juegos diplomáticos, promesas olvidadas y contratos incumplidos de los actuales propietarios del terreno.

Cuando Juan Ponce de León descubrió el lunes de Pascua Florida del año 1513 la península americana, no tuvo otra opción que declararla territorio español y bautizarla con el nombre de Florida, por la pascua, sin saber que dejaría de ser española a cambio de un puñado de pesos que nunca llegarían a las arcas de los herederos hispanos.

Esto sucedió en 1819, cuando el cofre del Estado español estaba pleno de telarañas y el rey felón campaba impunemente por la península ibérica, dando oportunidad de empujar a los Estados Unidos sobre la sureña península hispana, hasta hacerla americana por cinco millones de monedas virtuales.

Virtuales, porque los pesos nunca fueron pagados por los deudores alegando que serían utilizados para indemnizar a los damnificados por los abusos y daños causados por los españoles a los americanos que ocupaban el territorio que ya les pertenecía, cediéndonos como premio de consolación algunos territorios americanos, que también acabarían en manos yanquis.

De nada sirvieron las advertencias del representante español en Washington, Luis de Onís, sobre las intenciones americanas, porque fue obligado a firmar con el secretario de Estado americano John Quincy Adams el tratado Adams-Onís por el que España perdía los 170.000 km2 de la península más florida del nuevo continente, con todos los floridanos dentro.

MÉRITO DEL PUEBLO

MÉRITO DEL PUEBLO

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Cuando todos los gobiernos, cancillerías, políticos, sindicalistas y ciudadanos han desgastado sus manos aplaudiendo al hombre que hizo posible el milagro en Uruguay, yo me inclino reverencial ante el pueblo que lo eligió para ello, porque es del pueblo el mérito de la resurrección en ese país, por su inteligencia y capacidad para votar al líder que los condujo al lugar donde aspiraban todos llegar.

Dejadme que os hable de este sencillo pueblo republicano formado por tres millones y medio de personas, que habita una pequeña región tres veces inferior a la España en el cono sur americano, con clima templado apto para la ganadería y la agricultura, con el más bajo nivel de analfabetos de toda Latinoamérica, que tiene el privilegio de ser el segundo menos corrupto y el tercero con mayor desarrollo humano.

Dejadme que os hable de un pueblo que tiene la más equitativa distribución de ingresos, el Producto Interior Bruto más elevado por habitante, el cuarto con la más alta esperanza de vida, el más pacífico, uno de los más verdes del mundo, donde mejor se vive del cono sur y el más democrático, bautizado por los indígenas con el guaraní nombre de Uruguay

Dejadme que os hable de la sabiduría de un pueblo que supo elegir al dirigente más elogiado en todas las latitudes. Un pueblo sabio, templado, prudente y con memoria colectiva para no dejarse embaucar con cantos de sirena electorales. Un pueblo feliz, agradecido, leal y envidiado por quienes habitamos en la piel de toro, buscando entre nosotros un Pepe Mújica que nos libere de la politiquería, la corrupción y la mentira.