LA SONRISA DE ARTUR MAS
Hay personas con sonrisa permanente que inspiran confianza, producen bienestar, reparten humor y provocan nuevas sonrisas. Pero hay muecas parecidas a sonrisas que pueden confundir a los ingenuos, seducidos por el visaje de un tahúr que no se guarda las cartas en la manga, sino detrás de una inquietante sonrisa.
Al primer grupo pertenecen todos los amigos que tengo en Cataluña y el resto de catalanes que se esfuerzan cada día por hacer grande su país, a pesar de los políticos que dirigen sus destinos, como don Artur Mas, cuyo eterno estiramiento de labios forma parte del segundo grupo de aspavientos, dejando claro que nada queda claro detrás de la sonrisa, porque sus arqueadas cejas la contradicen y su mirada no presagia nada bueno.
La sonrisa de Artur Mas nos recuerda al detestable profesor que esbozaba ese mismo gesto antes de castigarnos; al capitán de la compañía que sonreía de igual forma cuando nos arrestaba en el cuarto de banderas; y al trilero que se ríe de los incautos antes de timarlos y dejarlos sin un duro en el bolsillo.
La permanente sonrisa de Artur Mas inspira más dudas que seguridades; alienta más incertidumbres que certezas; produce más desconfianza que verdad; genera más inquietud que templanza; origina más recelo que confianza; provoca más sospechas que evidencias; y suscita el miedo propio de quien tiene poder sin talento para ejercerlo.
Esto deben pensar el 1.653.409 de catalanes ganadores de las elecciones, aunque la sonrisa de Artur Mas los desprecie sin olimpismo alguno por formar parte del olvidado colectivo de ciudadanos que militan en la abstención y el voto en blanco, nunca tenidos en cuenta en los procesos electorales.
Un comentario en «LA SONRISA DE ARTUR MAS»
Artur Mas ha sido descalificado y tendrá serios problemas de gobernación. Pero la suma de las fuerzas independentistas -CiU, ERC y las radicales CUP (antes era Solidaritat)- únicamente ha perdido dos diputados, mientras que las fuerzas contrarias a la independencia – PP, PSC y Ciutadans- han perdido uno. Y es que ICV –partidaria de la consulta pero no independentista- ha ganado tres. Así las fuerzas a favor de la consulta (incluyendo ICV) son ya el 64,4% del Parlament (el 63,7% hasta ahora). El acrecentamiento es pequeño y además no alcanzan los dos tercios del Parlament, pero es algo que no se puede ignorar. La pérdida de peso de CiU hace a un hipotético frente soberanista bastante más frágil, aparte de que su división sobre la política económica es muy alta.
Artur Mas ha salido pues malparado de su arriesgada apuesta y ahora tiene una dificultad de gobernabilidad porque lo primero que tendrá que hacer es presentar los presupuestos del 2013, que se obligarán muy duros. ¿Con qué socio los puede aprobar? A corto, una reconducción del pacto con el PP es imposible porque debería rectificar la exigencia de la consulta que ha sido el eje de su campaña. Al inicio de la pasada legislatura, el PSC podría haber sido un socio estable, ahora es casi imposible. El PSC ha perdido 8 diputados sobre el ya mal resultado del 2010 y se queda en 20. Es algo mejor de lo que decían las encuestas, pero ha perdido el estatus de segundo partido (ERC ha sacado 21) aunque lo sigue siendo en número de votos. Lo mas lógico es que el PSC rehúya cualquier compromiso con un presidente disminuido que, además, va a tener que aplicar serios recortes.