TALENTO, TALANTE Y PALANTE
La irremediable caída en picado del bipartidismo que anuncian todas las encuestas, permite decir a los partidos alternativos a la rosa y la gaviota, que solo hay un camino para conseguir su objetivo: tirar con fuerza del talento y del talante, pues las urnas solo van a darles poder si su actitud va compañada de sabiduría y respeto.
España necesita de los mejores talentos para liderar las Instituciones públicas, prescindiendo de amiguitos del alma, compañeros de pupitre, colegas de francachelas o parientes leales. Solo apartando a los mediocres de los sillones ganaremos el futuro, vengan de donde vengan quienes estén dispuestos a ofrecer lo mejor de ellos mismos en beneficio de los demás.
Pero al talento hay que sumar talante, que se traduce en respeto, honestidad, autocrítica, reconocimiento de errores, transparencia en la gestión, generosidad en el trabajo, renuncia a intereses propios y otras virtudes que hacen la vida de los ciudadanos más placentera, evitan el insomnio, generan confianza y promueven la participación.
Esperamos de quienes releven a los que siempre han estado, un nuevo estilo en las formas, valor para atreverse contra el poder financiero, honradez comprometida con los ciudadanos. Anhelamos aromas nuevos y renovadas esperanzas. Deseamos que el diálogo regrese del exilio, la manipulación sea desterrada, se desperece el pluralismo, oigamos a los discrepantes y la libertad comienza a recuperar su libertad.
Nos gustaría que la prepotencia pase a mejor vida, que el tono impositivo dé paso a la tolerancia, que el entendimiento sustituya a la confrontación, el insulto a la mano tendida, los gritos al diálogo respetuoso y las órdenes al consenso, porque el espíritu belicoso no sobrevive a una gota de sangre y no hay futuro para el cesarismo ni espacio para los totalitarios en una democracia que no soporta el despotismo.