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Mes: diciembre 2012

DELEITE MUSICAL

DELEITE MUSICAL

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La carencia de habilidades mínimas para sacarle una elemental nota a la flauta dulce, y tener un oído musical como piedra de granito que me inhabilita para el manejo de cualquier instrumento incluido el tambor, no me incapacita para disfrutar gustosamente de la música que otros componen e interpretan.

Por eso, acompaño diariamente mi trabajo con música y asisto a conciertos siempre que tengo posibilidad de hacerlo, especialmente en estas fechas que despiden el año viejo y dan la bienvenida al nuevo, pródiga en conciertos vieneses y locales, como sucedió ayer por la tarde en el “Concierto de fin de año”, entre polkas, danzas húngaras, azules danubios, leyendas de besos, intermedios de bodas, goyescas, guitarras aranjovicenses de don Joaquín y cierre festivo con palmas a Radetzky.

Pero no quiero hablaros de esto, sino de un ángel musical que formaba parte de la orquesta en segunda fila de violines. Joven nacida para la música, porque no cabe mayor deleite musical que el expresado por esta chiquilla, con gestos, sonrisas y requiebros de arpegios, capaces de contagiar la pasión musical y llevar a quien esto escribe a un estado de complacencia envolvente difícil de expresar, inoculando mi ánimo con placenteros sueños, hasta hacerme nota musical en la caja de resonancia de su diapasón.

Al acabar el concierto no tuve más opción que acercarme a ella para agradecerle tan deleitoso contagio y el delirio musical que transmitió, augurándole una vida feliz junto a las cuerdas de su violín.

MANDA DIOS Y DIOS DIRÁ

MANDA DIOS Y DIOS DIRÁ

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Felicidad y complacencia produce que los líderes políticos españoles más líderes de todos los líderes, proclamen su obediencia ciega a los mandatos divinos y la sumisión incondicional a los deseos del Todopoderoso, porque siendo así ganaremos el futuro, saldremos de la crisis, viviremos felices, comeremos perdices y daremos a los incrédulos con los huesos en las narices.

Obedecer los mandatos celestiales es la única salvación que tenemos al alcance de la mano. Por eso, Rajoy exigió tantas veces durante su travesía del desierto que se hicieran las cosas “como Dios manda”, aunque ahora que él está en el monte Sinaí del poder haya olvidado sus mandatos y no haga lo que Dios manda, porque Dios nunca mandaría las plagas que está mandando Rajoy al pueblo inocente de pecado.

Al lado del gallego, se arrodilla ante Dios en el reclinatorio político el compañero Rubalcaba, en espera de oír la voz de Dios para decidir si se presenta o no a las próximas elecciones primarias. Sabemos esto, porque al preguntarle ayer si será candidato a las elecciones internas del partido, su respuesta fue: “Dios dirá”.

Pues que Dios diga lo que tenga que decir y mande lo que tenga que mandar, que nuestros políticos están esperando sus órdenes para hacer lo contrario de lo que ordene Yahvé, como sucede con sus mandamientos, uno de los cuales prohíbe decir falsos testimonios y mentir.

GOBERNAR NO ES REPARTIR DOLOR

GOBERNAR NO ES REPARTIR DOLOR

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El yerno del ultraderechista Utrera Molina y a su vez responsable de la cartera de Justicia, es un ejemplo paradigmático de transformismo político pasando en horas veinticuatro del centrismo moderado de su padre José María a la derecha reaccionaria de su suegro don José, mostrando a los ciudadanos el verdadero rostro que su “País” ha estado desfigurando durante años.

Fue su padre quien descubrió la verdad del niño a Peces Barba en los pasillos del Congreso, diciéndole: “¿Conservador yo? Tenías que conocer a mi hijo Alberto, Ese sí que es de derechas”. Razón tenía el papá de la criatura.

No contento el ministro con haber hecho la mayor obra de caridad cristiana poniendo de acuerdo a jueces, fiscales, gestores, tramitadores, ordenanzas y personal de limpieza, el señor Gallardón ha llevado su vocación derechicida a la santidad, identificando a los políticos con verdugos encargados de torturar al pueblo, sin percibir que gobernar no es repartir dolor, sino aliviar sufrimiento

Gobernar es tarea que exige sabiduría, templanza, respeto, prudencia, vocación de servicio público y sentido común a las personas que ejercen el poder, para evitar provocaciones a la dignidad de quienes pagan su sueldo y mantienen privilegios que no merecen.

Alguien tendría que aclararle las ideas a don Alberto diciéndole que gobernar no es repartir dolor, como él ha dicho, sino promover bienestar, aliviar sufrimientos, remediar las desgracias, consolar tristezas y evitar injusticias.

Convendría que su director espiritual le aconsejara rezar menos y enseñar al que no sabe, curar al enfermo, atender al anciano, dar de comer al hambriento y proteger al parado, que ya los ciudadanos nos encargaremos de no olvidar a quien nos ofende hoy para sonreírnos mañana en la mesa electoral.

ASIA BIBI

ASIA BIBI

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El fundamentalismo religioso no ha puesto límites a sus castigos a lo largo de la historia, ni coto a las sentencias que han condenado a muerte sin redención a herejes y librepensadores, simplemente por expresar discrepancias y críticas a los dioses o a sus pastores, imanes o rabinos.

Giordano Bruno, Miguel Servet, Galileo y tantos otros, fueron víctimas de la intolerancia inquisitorial perdiendo la vida en una hoguera o su dignidad personal ante el pueblo, por obra y gracia de la santa doctrina católica, apostólica y romana, basada en el amor fraterno y la entrega de la vida al prójimo.

Hoy le toca pasearse por el corredor de la muerte ideológica, a la cristiana pakistaní Asia Bibi, condenada a la horca por blasfemar contra Mahoma, es decir, por no convertirse al islamismo, algo que la hubiera salvado de la sentencia de muerte.

La cosa empezó en 2009 cuando la campesina Bibi fue a buscar agua que contaminó e impurificó por tocarla siendo cristiana, y preguntar luego a sus compañeras qué había hecho Mahoma por ellas, comparando al profeta con Jesucristo que dio su vida por todos los seres humanos.

Las fundamentalistas que oyeron tan grave acusación al profeta la acusaron de insulto ante el imán local, quien la puso en manos del juez Naveed Iqbal para complacer su bonita idea de condenarla a la horca, ante la complacencia de los vecinos. Este es el resultado de la ignorancia popular y el abuso de poder.

Sólo la cultura nos salvará del fundamentalismo. Sólo el buen uso de la inteligencia nos librará de cuentos. Sólo desempolvando la razón seremos razonables. Y sólo la experiencia personal es el camino a seguir para lograr autonomía doctrinal, rechazando ideologías prefabricadas por quienes se benefician de ellas.

EL TUITERO BENEDICTO

EL TUITERO BENEDICTO

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El bendito y bien nombrado Benedicto, pastor de la grey católica, se ha hecho tuitero como gesto de modernización de una jerarquía eclesiástica que vive ideológicamente al margen de los tiempos, testimonialmente alejada del evangelio y doctrinalmente anclada en el Concilio de Trento.

En el primer tuit enviado a sus queridos amigos se une a ellos con alegría, les da las gracias por su generosa respuesta y les bendice. Bien está la unión, la gratitud y la bendición, aunque nada de ello hiciera falta porque sus espíritus están unidos, la gracia divina es gratuita y la bendición papal es un bálsamo que consuela sin resolver.

El tuit fue enviado pulsando la tecla en el iPad pontifical, escrito en inglés, tras una audiencia en italiano, cuatro rezos en latín, tres advertencias en alemán, dos saludos en español y una despedida en francés, alcanzando en pocas horas los ¡83.000 retuits!, sumando, eso sí, las ocho cuentas oficiales que tiene en inglés, español, portugués, italiano, francés, polaco, alemán y árabe, colocándose Benedicto como el autor del quinto tuit más replicado en todo el mundo.

Bienvenido sea el vicario de Dios en la tierra a esta terrenal red social donde disfrutará con el aplauso de la mayoría de sus fieles, aunque no falte algún endemoniado que se cuele de rondón para decirle lo que no quiere oír, y los consejeros alivien su dolor ocultándoselo.

Salud, larga vida a la cuenta @pontifex y que Dios acompañe a Benedicto XVI, pero que nunca le falte, por si acaso, la ayuda de Thaddeus Jones, del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales; el consejo de Claire Díaz Ortiz, de Twitter; el apoyo incondicional de los cuatro estudiantes de la Villanova University romana, empleados en el Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales; y el refuerzo de la periodista mexicana Katia López-Hodiyan.

GALLARDÓN EL ESTILITA

GALLARDÓN EL ESTILITA

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El ministro de Justicia ha resucitado el estilitismo haciéndose miembro de la caduca institución fundada por Simón en Oriente Medio durante el siglo V, subiéndose a una columna de infinito poder por encima del bien y del mal, no para hacer oración como los monjes de aquella época, sino para aislarse de la realidad del país, y recibir sobre ella la inspiración directa de Dios que le da sabiduría infinita e infalibilidad eterna, por encima de todas las voces terrenales.

Sólo de esta forma se explica su sordera social y prepotencia política al tomar decisiones que rechazan jueces, fiscales, secretarios y gestores judiciales, tramitadores, sindicatos, abogados, funcionarios y ciudadanos del mundo, incluida mi pescadera, considerando el poderoso ministro que todos los mortales van por el camino equivocado, salvo él, que los ha puesto en pie de guerra.

Decir que los jueces protestan porque se les ha quitado la paga extra y seis días libres, es un desprecio inadmisible a la honestidad y responsabilidad de la judicatura, sin precedentes en la historia de este país, desde que los romanos invadieron la península ibérica.

Ante tal insulto, no es extraño que las asociaciones de jueces y fiscales lo hayan rechazado como interlocutor para llegar a un acuerdo que evite el conflicto que se avecina, provocado por este iluminado que será recordado en las páginas de la historia como el más prepotente y cretino ministro de Justicia que ha tenido la democracia española.

DE LA FUENTE, ¡A LA FUENTE!

DE LA FUENTE, ¡A LA FUENTE!

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Ante el despido de 88 orientadores laborales, el director general de la Función Pública de la señora Cospedal, don Juan Manuel de la Fuente, ha declarado que con estos despidos están “haciendo un bien común a la comunidad”. Bien por el chico.

Pocas veces el desprecio a los administrados alcanzó cotas semejantes, porque el descerebramiento de este dirigente ha superado con siete palabras el record de displicencia. Estamos acostumbrados a la prepotencia de los políticos, pero debe saber este señor que no aceptamos el insulto, ni permaneceremos inmóviles si tal ofensa no tiene el castigo que merece, por el bien común de la comunidad.

Si esta es una buena decisión, da miedo pensar en la que espera a los castellano-manchegos cuando este dirigente político que alimentan, juzque como mala alguna decisión que les afecte, porque la concepción mercantil que tiene este sujeto sobre la gestión pública, produce escalofríos.

Sus palabrazas permiten adivinar que nuestro protagonista no distingue claramente un ser humano de un objeto que puede abandonarse en el estercolero, porque resulte más barato pagar la multa que contratar un servicio de mudanzas. Las palabras de esta lumbrera intelectual evidencian un intolerable sentido cortijero de la gestión pública, haciendo que su voluntad prevalezca por encima de todo y de todos, desempolvando el lema ya viejo y olvidado de los déspotas: Hoc volo, sic jubeo, sit pro ratione voluntas, es decir: lo quiero, lo mando, sirva mi voluntad de razón.

Con semejante argumento todo vale, incluso que los parados decidan enviar al señor De la Fuente a una fuente sulfhídrica que envenene su pituitaria por carecer del olfato político necesario para no fomentar desde la dirección funcionarial, la hostilidad que han provocado sus esquizofrénicas declaraciones.

Es evidente que moderación y prudencia no son virtudes que acompañen a este personajillo, nubladas por una prepotencia y chulería impropia de quien vive a costa de aquellos que vilipendia.

Alguien sensato de su entorno debe advertirle que detrás de cada trabajador despedido hay un doloroso drama personal y familiar que, en algunos casos, va acompañado de graves consecuencias. Es decir, los despidos laborales deben ser para los administradores públicos algo más que números y asientos contables, porque afectan a la dignidad de las personas y contravienen un derecho constitucional recogido en el artículo 35 de nuestra carta magna. Y, lo que es más grave, cuando un político orienta la brújula de su gestión solamente hacia la rentabilidad económica, permite suponer cual es el rumbo personal que guía su participación activa en la vida política.

En contra de la opinión de este individuo, somos millones los ciudadanos que consideramos el mayor bien común para el país que la mitad de los políticos fueran expulsados de sus poltronas, con él a la cabeza.