VENCER EL MIEDO

VENCER EL MIEDO

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Pocas emociones tiene más poder sobre nosotros que el miedo, ni existe argumento mayor para explicar algunos comportamientos. Tal emoción incontrolada se sostiene por la aversión instintiva que tenemos a todo aquello que pueda hacernos daño y perjudicarnos, siendo a veces desproporcionado el temor sentido en relación con la amenaza que lo genera.

Esto explica que el miedo haya sido hábilmente utilizado como ariete contra la insumisión y rebeldía de pueblos y personas, por dirigentes políticos, económicos y religiosos, con el fin de lograr sus objetivos, con el menor esfuerzo posible y máximo rendimiento.

De esta forma, el miedo ha sido el arma psicológica empleada por los dictadores para imponer su ley sembrando el terror entre los administrados, porque quien recibe amenazas de muerte en un Estado totalitario, admitirá en silencio grilletes y latigazos, pidiendo a su virgencita quedarse como está.

Los directores, gerentes y patrones saben que intimidando a los subordinados con despidos y traslados que amenacen su estabilidad profesional, económica y familiar, conseguirán la sumisión, explotación y obediencia de los temerosos empleados y funcionarios.

Incluso en la educación doméstica y escolar de la infancia se ha utilizado tradicionalmente el miedo que genera el “hombre del saco”, la turbación que producen las sanciones y el consiguiente desconsuelo a la falta de regalos mágicos reales, para conseguir que los temerosos niños sean buenos y complacientes a la voluntad de padres y educadores.

En mis tiempos adolescentes, muchos predicadores de la frustración nos amenazaban con perder la virilidad, contraer enfermedades extrañas y ser eternamente condenados al fuego del infierno, si no evitábamos las inevitables y placenteras masturbaciones al descubrir el sexo. Siendo entonces, y ahora, la amenaza del castigo el mejor argumento utilizado por muchos para conseguir sus objetivos.

Hoy día, políticos y banqueros están inoculándonos miedo en las venas para conseguir paralizarnos y ganarse nuestro aplauso resignado a unos recortes y austeridad que a ellos no les afecta, sin darnos tiempo a reaccionar porque han logrado limitarnos y atenazarnos, haciéndonos caer en la trampa de un miedo inexplicable, porque no existen razones para tenerlo mientras ellos sonrían.

Sin darnos cuenta, estamos frente a nuestro mayor enemigo, al irracional elemento causante de la desdicha general. Tenemos dentro del cuerpo social el origen de la infelicidad colectiva, el fantasma irreal que atenaza la esperanza en el futuro, el origen de nuestra resignación, la causa de nuestros males, y no hacemos nada por expulsarlo del cuerpo.

Es hora, pues, de actuar. Es hora de darnos cuenta que el miedo sólo tiene espacio en nuestra vida cuando abandonamos la razón. Esto quiere decir que para acabar con él debemos maridar la cordura con el firme propósito de vencer el miedo que nos oprime y salir a la calle para ganar el futuro.

2 comentarios en «VENCER EL MIEDO»

  1. Querido Paco , me encantaría como saber salir a la calle, porque te aseguro que sería la primera si estuviera segura de que alguien me seguiría, porque como tu bien dices vencer el miedo sí, cabeza de turco no.
    En la postguerra mi familia vivió atenazada por el miedo y eso que son de derechas, mi abuela cuando yo tenía 10 años temía que la guardia civil me llevara y me prendieran o algo así.
    Cuando mataron a Carrero Blanco yo estaba en Inglaterra y allí se comentó que en España había una guerra civil, me vine inmediatamente para hacer mi guerra, luego nada ocurrió y me volví a marchar.
    Durante 60 años jamás entendí que tipo de gentes gobernaban el país, parafraseandote, ni los hunos ni los hotros, evidentemente creo que la izquierda moderada es menos mala que la derecha.
    Tendremos que asumir que los españoles somos un país de borregos, porque jamás un partido político gana unas elecciones por lo que representan sino por algo que ha sucedido durante la legislatura. En la anterior ganó el SOE por los atentados del 11M, ahora ganó el PP porque Zapatero nos llevó a la crisis, todo el mundo habla de la burbuja inmobiliaria en su mayoría no saben lo que significa ni porque llegamos a esa situación. Nadie recuerda ya que Aznar nos llevó a una guerra en la que nada taníamos que ver y sólo por lamerle el culo a los EEUU, se gastó en esa guerra lo que no teniamos, además de poner a todo el país en peligro.
    Nos convocan a una elecciones generales y en lugar de demostrar con nuestro voto que no queremos que nos gobiernen chorizos ni demás delicatessen del cerdo ya que esos nos los comemos, pues vamos nosotros y votamos al cerdo entero.
    He votado al Senado nulo y al congreso por descarte, una estupidez más que una comete. En las próximas que serán las autonómicas no meteré papeleta en ningún sobre, pero crees que muchas personas saldrán a la calle conmigo?, ya te digo yo que no, volverá a ganar El PP, porque el Bipartito lo hizo rematadamente mal. El BNGA fue nefasto y ha dejado al partido socialista poco menos que a ras del suelo y tampoco se dan cuenta. Touriño no era malo, fue lo mejor que hemos tenido en Galicia, sólo se juntó con malas compañías.
    Sabes que Galicia es una tierra donde el minifundio existe en gran proporción, todavía la gente no entiende que las finquiñas no sirven para nada si no se saca provecho de ellas y temen perder su medio ferrado de terruño.
    Este miedo ancestral nos viene de la época de nuestro querido Caudillo » su Dios lo tenga en su seno allá en el cielo» porque en la tierra ya se encargaron de hacérselas pasar canutas su propia familia. Puedo entender que la gente mayor sienta de esa forma, pero de aquella época ya quedan muy pocos, aún así la cultura de la propiedad está muy arraigada. Lo que es mío es mío y aunque me hipoteque lo tengo ahí.
    El miedo es libre, famosa frase de no se quien. El miedo no es libre, no hay libertad con miedo. Admiro a todos los valientes que han muerto por esa libertad. Ni siquiera los exiliados se han librado del miedo, huyeron precisamente por miedo, no deja de tener su mérito porque han dejado su país por la fuerza, pero nada comparable con los que decidieron morir antes que ser esclavos .
    Van pasando los años y no somos más que; esclavos de nosotros mismos, de una vida con cuantas mas comodidades mejor, cuanto mas aparente mejor, con el mejor coche , con la mejor casa, viviendo por encima de nuestras posibilidades con la mayor estupidez de que es capaz el ser humano.
    Será todo esto la causa de nuestro miedo. Tememos perder una vida vacía de contenido, ? en muchos casos afectivo. No se , chico, de verdad que no le se. Un saludo.

  2. Así es…todo los días me pregunto qué es lo nos impide actuar, por qué hemos permitido que las cosas lleguen hasta aquí y por qué nos resignamos a que nuestra vida y nuestro destino sea el que otro ha marcado.
    Condenados a que nuestra existencia discurra por el estrecho margen que dejan las ansias de unos pocos por conseguir sus metas y regodearse en sus logros.
    Estrategas del éxito que se vanaglorian de sus aptitudes y su valentía, cuando la realidad es que actúan impunemente siempre con las espaldas cubiertas y la suerte de cara, mientras el resto acudimos atónitos al derrumbe de lo que un día con nuestro trabajo y nuestro conocimiento ayudamos a construir.
    Permitimos que el miedo nos congele el cerebro, que el vértigo a perder la estabilidad, la comodidad, la seguridad, las bondades de una vida fácil, previsible, nos paralice y nos impida actuar.
    Esta generación nos encontramos un camino llano, otros fueron quitando las piedras cuando nosotros llegamos el terreno estaba recién asfaltado y fue fácil caminar.
    Observo atónita lo que pasa delante de mis narices y no me explicó como no salgo a gritar y en lugar de desahogarme en casa no le paro los pies cada día a los que intentan convencernos de que lo mejor para nosotros es lo que a ellos les ayude a alcanzar sus objetivos.
    No me consuela pensar que no vale la pena porque nadie me seguiría, si yo fuera capaz de vencer mi miedo, me daría igual estar sola, gritaría tan alto que no me haría falta más
    Ojala pueda vencer el miedo, ojala sea valiente y sepa defender mis ideas, mi vida y mis valores, ojala algún día sea libre. Mientras tanto me acuesto cada noche convencida de que soy idiota.

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