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Etiqueta: tertulianos

DEGENERACIÓN COMUNICATIVA

DEGENERACIÓN COMUNICATIVA

Insultos

Es difícil encontrar un calificativo adecuado para expresar el estado degenerativo de la comunicación social que avanza en progresión imparable hacia el camorrismo, amenazando con expandirse como plaga bíblica hasta el último rincón de la sociedad, afectando a todas las áreas de convivencia ciudadana.

Hace pocos años se calificaba despectivamente como arrabalera la discusión entre personas a grito limpio, incumpliendo las normas elementales de comunicación oral porque la irracional pasión de los contendientes dirimía a bocinazo limpio las discrepancias, sin apreciar que era el método más eficaz para el distanciamiento.

Estos debates propios de arrabales marginales ineducados, pasó a la pequeña pantalla en programas telebasura donde se mantienen, contaminando a los telespectadores que jalean con espontáneas intervenciones a los asilvestrados protagonistas, participando en las broncas con desparpajo inimaginable hace unas décadas.

Superado el periodo de adaptación a la basura televisiva ha saltado la gresca a los hipotéticamente cultos tertulianos, sabelotodo que evidencian con patético descaro la ignorancia que atesoran, demostrándose mutuamente sin rubor una falta de cortesía, respeto, educación y buen gusto que a todos nos avergüenza.

El paso siguiente ha sido el insulto, como practica ejercida con descaro y excepcional sabiduría por concejales, alcaldes, diputados, líderes políticos y representantes populares que solo se representan a ellos mismos, porque ninguno queremos vernos representados por tan indignos representantes.

Puta, nazi, cabrón son algunas de las flores que se dedican entre ellos, acompañadas de amenazas de muerte, deseo de exterminio y otras lindezas propias de cabalgaduras salvajes, inmunes a la racionalidad que ingenuamente se les supone, porque su espacio natural corresponde a territorio montaraz.

Son peligrosos estos cuadrúpedos por sus coces, pero lo más repulsivo de ellos son los relinchos con que dan explicaciones públicas a sus regurgitaciones verbales, insultantes para el sentido común, ofensivas para la inteligencia y despreciables para el resto de mortales que contemplamos atónitos la impunidad de tales vándalos sociales.

DATOS SONROJANTES

DATOS SONROJANTES

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Cuando ciertos políticos, periodistas, opinadores, banqueros y tertulianos dan cifras improvisadas en los debates que mantienen, cierro los ojos para no ver el crecimiento de su nariz, y pongo cera en los oídos para no escuchar los desatinos y errores que cometen, unas veces fruto de la sinrazón, otras del cinismo, en ocasiones por ignorancia y en muchos casos estimulados por la cara dura que tienen, presentando a España como un inexistente paraíso multicolor, desmentido por los datos reales que a todos nos avergüenzan.

Basta echar un vistazo a la realidad de las cifras para contemplar un panorama diferente al ofrecido por demagogos mediáticos, recordándoles a los profetas de la bonanza el informe del INE (Instituto Nacional de Estadística) relativo a la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV), donde puede verse que los ingresos medios de los hogares españoles se redujeron un 2,3 %, en contra de lo afirmado por tales sesudos tertulianos.

Por otro lado, el porcentaje de población en riesgo de pobreza ha llegado al 22,2 %, lo cual es más que preocupante porque este indicador mide la desigualdad social, es decir, las personas que tienen bajos ingresos en relación al resto de la población. Y en cuanto al dato de AROPE relativo a la exclusión social, – que combina riesgo de pobreza, carencia material y bajo empleo -, se sitúa en el 29,2 % de la población residente en España

También Cáritas niega la virtualidad del espejismo presentado por estos visionarios, advirtiéndonos que no bebamos en él mientras caminamos por el pedregoso desierto de la insolidaridad, explotación y codicia donde estamos metidos, por obra y gracia del capitalismo deshumanizado apoyado por una política al servicio del poder financiero.

Esta organización caritativa y humanitaria asegura que España es el segundo país de la Unión Europea con mayor índice de pobreza infantil, superado solo por Rumanía, siendo la gente más vulnerable quien está pagando las consecuencias de la crisis, alcanzándose igualmente el 24,9 % de abandono escolar prematuro, porcentaje que duplica a la media europea.

Si miramos al desempleo, el sonrojo da paso al bochorno viendo el sufrimiento y desánimo de la “generación perdida”. Pero si ponemos atención en los salarios entonces nuestra cara se arrastra por el suelo al comprobar que el 12 % de quienes trabajan no pueden escapar de la pobreza.

Finalmente, la revista de investigación médica British Medical Journal denuncia que el gasto sanitario en España es de los más bajos de la UE, lo que imposibilita la comprensión de los recortes sanitarios que tan gravemente están perjudicando a la salud de los ciudadanos españoles.

MALTRATO DE PALABRAS

MALTRATO DE PALABRAS

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Nacen las palabras cuando la boca pronuncia sonidos inteligibles o las manos garabatean caprichosas formas legibles sobre el papel en blanco, semejantes a brotes libres con vida propia o formando parte de una frase unificada con claro significado, intencionado propósito y pretendida fortuna.

La ingenuidad de las palabras, facilita que los falsarios se oculten en su sombra, los escribidores las disloquen, los tertulianos las malgasten, los explotadores amenacen, los publicistas engañen, los políticos se escondan tras ellas, los represores maltraten, mientan los periocistas y los demagogos las confundan con sinónimos.

Al carecer de precio, nadie paga por maltratar las palabras, alterar su significado, invertir el orden de las letras que las forman, mutilarlas para limitar su fuerza, vestirlas de retórica para esconder la desnudez de su verdad, encriptarlas para ocultar su mensaje o comerciar con ellas en parlamentos.

Los usurpadores de palabras disparan con ellas al pecho de los ingenuos perforándoles el corazón con falsas promesas. Los amantes ocasionales perjuran con ellas fidelidades. Los pecadores fingen propósitos de enmienda. Los clérigos bendicen la pobreza. Y el gran incautador justifica la expoliación.

Hay un gran comercio de palabras. Se venden, se prestan, se cambian y hasta se dan, con honor, palabras. Palabras para la pena, para las urnas, para la muerte y para la vida. Palabras altas y bajas; duras y tiernas; agrias y dulces; gruesas y finas. Palabras en manos de palabreros que embaucan, hipnotizan, deslumbran, hieren y ciegan.

Son las palabras meretrices en gargantas de proxenetas del lenguaje y alcahuetes del diccionario, que abusan de ellas y las patean, las maltratan impunemente en público, las humillan en los platós televisivos, las pervierten en los periódicos y las deforman en las tribunas, convirtiéndolas en sonidos guturales carentes de significado.

CRONISTAS Y CRONICONES

CRONISTAS Y CRONICONES

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El sevillano Mateo Alemán aconseja en el Guzmán de Alfarache no entrar en laberintos de los que no pueda salirse libremente y sin mancha alguna, pero la realidad de las tribunas periodísticas actuales exige entrar en sus renglones y palabras para denunciar la servidumbre de muchos columnistas, tertulianos y opinadores, al jefe de turno que corresponde en cada caso, aunque nos dejemos algunos pelos en la gatera.

La abundancia de periodistas al servicio del pagador, que venden su voluntad al mejor postor y hacen juegos de magia con palabras disfrazadas de verdades absolutas para complacer con ellas al patrón que los sustenta, hace evocar a cronistas independientes que humedecen su pluma en sangre recién vertida.

Las crónicas de tan invocados escritores son el reflejo de la vida y sus columnas actas notariales de la realidad que observan, sin más que descorrer los visillos de las ventanas, por muy triste, dolorosa, injusta y amarga que sea la realidad que contemplan.

Pero también el cronista honrado tiene la obligación de mostrar el reverso de esta avinagrada medalla, porque la vida se endulza ocasionalmente con buenas nuevas que recrean el espíritu y noticias alentadoras de cuando en cuando para nutrir el alma, alejadas del triunfo conseguido por pescadores de bienes ajenos en este río revuelto de mercaderes, depredadores y matarifes, merecedores de excomunión.

El cronista honrado que aplaudimos no es cómplice de la mentira, ni falsea la realidad, ni encubre fechorías, sino todo lo contrario, las pone al descubierto en la plaza pública para escarnio de los protagonistas merecedores de ser lapidados por la sociedad que soporta sus extorsiones, trampas y estafas.

Si ustedes conocen algún cronista con este perfil soñado de notario independiente, honrado y veraz sobre la realidad objetiva de la vida diaria, digan su nombre en voz alta para complacernos en él y desterrar este artículo, escrito con decepción al ver la compra-venta de opiniones que campea a sus ancha entre los periodistas sometidos a poderes ideológicos, religiosos, políticos y financieros.

EL INCOMPRENDIDO URDANGARÍN

EL INCOMPRENDIDO URDANGARÍN

Las declaraciones hechas por el abogado del yernísimo, Pascual Vives, han producido un alboroto injustificado porque nadie ha comprendido las lógicas razones que han enojado al marido de la infanta Cristina de Borbón.

Al parecer el señor Urdangarín está indignado por lo que está sucediendo, y tiene sobrados argumentos para ello, aunque la cortedad mental de los ciudadanos les impida comprenderlo y se hayan irritado sin razones justificadas.

Igualmente, se ha  puesto en guardia  el colectivo de incultos “indignados” al descubrir un topo entre sus filas, pidiendo el linchamiento del duque, sin percibir que es uno de sus más prestigiosos militantes.

Torpes tertulianos de las ondas también se han añadido a la lista de encolerizados, llevando de la mano a lerdos columnistas periodísticos, mientras los políticos siguen confiando en la justicia, sin tirarse a la piscina.

Nadie comprende que el señor Urdangarín esté indignado porque su suegro haya borrado de las fotografías su atlético talle, sin permitirle exhibir sus abdominales, tan firmes y duros como su cara.

El yernísimo está indignado porque su cuñado le ha negado el saludo después de enseñarle a jugar al balonmano y adiestrarle en técnicas de supervivencia política cuando el suelo está resbaladizo por la mierda que uno mismo destila.

El duque consorte está indignado porque su esposa permanece en paradero desconocido sin dar la cara por él, pretendiendo hacer creer a los súbditos de su padre que ha compartido colchón con el indignado, pero no su opinión.

El consejero y presidente de la Comisión de Asuntos Públicos de Telefónica para Latinoamérica y Estados Unidos está indignado porque teme que la empresa deje de pagarle el millón de euros anuales y el costoso alquiler del lujoso palacete colonial que habita en Washington.

El presidente del Instituto Nóos esta indignado porque le han pillado con las manos en la caja institucional que alimentamos todos los españoles, sin dejarle terminar la faena que había comenzado hace años.

El yernísimo esta indignado con las declaraciones de Spottorno porque él no es “más o menos tonto”, sino listillo, muy listillo, como están poniendo al descubierto los malvados medios de comunicación, verdaderos responsables de todas sus fechorías.

TERTULIANOS

TERTULIANOS

TERTULIANOS

Sin parentesco alguno con el presbítero de Cartago, llamamos tertulianos a quienes participan en las tertulias radiofónicas y televisivas. Algunos de estos bustos parlantes que contaminan los cenáculos, desconocen que Tertuliano se dedicó largo tiempo a menesteres dudosos que ahora sus trasnochados herederos pretenden reproducir.

Con el nombre de tertulianos se califica a todos los opinadores hertzianos, a todos. A quienes saben lo que dicen, y a los que opinan sobre lo que no saben. A los que cobran por informar y a los que ponen su cara dura para llevarse el duro. A los ilustrados y a quienes hacen un máster sobre el tema correspondiente antes de coger el micrófono. A los que respetan otras opiniones y a los que insultan. A quienes esperan su turno de palabra y a los que interrumpen al interlocutor. A los humildes y a los pontífices. A los sabios y a los charlatanes. A todos.

Los tertulianos de clase turista que andan perdidos en internacionales economías presumiendo de ver siete veces lo que otros no ven, enarbolan sin vergüenza la bandera de la ortodoxia para rebatir las acusaciones que los paganos hacen a la iglesia, ignorando que el mismísimo Tertuliano que les da nombre se convirtió al montanismo y acabó acusando a la iglesia de no tener santidad. Espero que a estos portavoces mitrales no les ocurra lo mismo, y con el paso del tiempo conviertan sus apologéticas soflamas en herejías sin redención posible, al recibir un flechazo en el talón, porque entre ellos sobran aquiles y escasean homeros.

Como hizo Tertuliano en su etapa premontanista, defienden con un ardor guerrero propio de nuestros bravos infantes, la existencia de un dios único, por encima del bien y del mal, formado por una sola sustancia ideológica, pero mostrándose al mundo en tres personas diferentes. Esta fórmula trinitaria permite al supremo faesor manifestarse indistintamente en cualquiera de los tres seres que conforman la unicidad de su pensamiento. Tal herejía fue duramente combatida por Tertuliano y el patrioterismo pasó a mejor vida en el imperio. Fue entonces cuando Praxeas estuvo vagando por el desierto hasta que la parca detuvo sus pasos a la puerta de los colegios electorales, y los tertulianos tomaron posiciones estratégicas en los micrófonos para lanzar torpedos a la línea de flotación del poder que las urnas arrebataron al césar.

Los falsos imitadores del tunecino elogian la púrpura que les da de comer, burlando al pesebrero con la adulación y ofreciéndole su grupa para que cabalgue sobre ellos, sin atreverse a recordarles que son hombres y no ángeles custodios de la verdad absoluta y del pensamiento único, porque su naturaleza no es divina. La vida da que somos un pueblo con la madurez humana e intelectual suficiente para detectar a los manipuladores y mentirosos que andan sin bozal por esos micrófonos de Dios.

Ciertos sabelotodo, saben tan poco que ni siquiera saben que no saben casi nada. Ya veis, no hay que buscarlos en el dial o con el mando, porque surgen por los rincones, como setas en otoño, emulando a la amanita phalloide, dando gracias al patriarca.

Algunos de estos sabios renacentistas conocen el número de escarpines que tiene pendiente de arreglar el zapatero, pero ignoran lo que es un escarpín. No faltan los que critican la ¡séptima! ley educativa, evidenciando una ignorancia supina sobre el asunto. Determinados ilustradores afirman, sin mover un músculo de su rostro, mentiras como camellos imposibles de enhebrarse en la aguda inteligencia de los oyentes. No faltan los que ofrecen datos tan falsos como las promesas electorales de sus patrocinadores. Y la mayoría de los que compiten en exabruptos y pugnan por la desestabilización, anticipan catástrofes apocalípticas sin permitir que los oyentes alivien su calentura.