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ENTRE TODOS

ENTRE TODOS

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No acostumbro a sentarme delante del televisor, salvo para informarme de lo que no me gustaría saber, a través de noticias que hacen retemblar el alma de indignación, con imágenes y palabras que despiertan sentimientos enfrentados a la razón que nos falta, sostenidos con razones que nada justifican, aunque pretendan explicarlo todo.

El azar me puso en la sobremesa de ayer ante la pantalla del televisor, donde una mujer con zapato plano y frescura juvenil, festejaba llamadas telefónicas de televidentes solidarios gritando “¡Tooooma!”, “¡Vámonoooos!” y otras expresiones acompañadas de rotundos gestos, mientras el auditorio respondía entusiasmado: “¡Llamada!”, cuando ella preguntaba: “¿Qué tengo?”.

No es fácil explicar el contradictorio sentimiento que despertó en mí el programa, por nutrirse con excesivas lágrimas, mostrar dolor al descubierto y aprovechar la baratura sentimental, mezclado todo con donaciones anónimas, solidaridad doméstica y respuesta de los ciudadanos a la llamada del vecino, mientras el Gobierno mira para otro lado.

Vinieron a mí recuerdos juveniles de Alberto Oliveras y su programa radiofónico “Ustedes son formidables”, que parcheaba desgracias a falta de recursos públicos para redimir a los marginados, sustituyendo derechos por caridad, mientras enjugaba con lágrimas las injusticias sociales.

Debemos salvar la dignidad humana en el escaparate público, preservar el anonimato de los menesterosos, guardar la confidencialidad de los empobrecidos y no hacer espectáculo con la desgracia ajena; pero también debemos alzarnos contra la injusta distribución del dinero común, para evitar que aumente un 27,9 % la asignación a los partidos políticos pasando de 66,2 millones de 2013 a los 84,7 del próximo ejercicio, mientras la sanidad se degrada, la educación se desprecia, las estafas se consuman y se abandona la ayuda a la dependencia.

BIBLIOTECAS AMBULANTES

BIBLIOTECAS AMBULANTES

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Circulan por las cuatro esquinas rurales de la piel de toro numerosos autocares, llevando en sus entrañas libros para entretener el escaso tiempo de ocio que permite la televisión y otras actividades escasamente culturales y nada formativas, por mucho que los promotores las disfracen con ropas artificiales de diferentes colores y las calcen con zuecos tres números inferiores a los pies del consumidor.

Pocos visitantes de los “bibliobuses” que circulan por caminos vecinales, saben que el sistema de culturización mediante préstamos de libros ambulantes, fue inventado a finales del siglo X por el Gran Visir persa Abdul Kassem Ismael, sin concederse mérito alguno, ya que su amor a los libros, el cuidado puesto en la conservación de los mismos y su celo en custodiarlos, eran tan instintivos en él como la respiración.

Tan empedernido lector llegó a tener en su biblioteca privada unos 120.000 ejemplares que transportaba de un lugar a otros en sus numerosos viajes, poniéndolos sobre 400 camellos que formaban una caravana de dos kilómetros de longitud, para no dejarlos abandonados en lugar alguno de cuantos visitaba.

Además, este amante de los libros y devoto de la cultura, transportaba los ejemplares catalogados por orden alfabético en sucesivos grupos de camellos, representando cada uno de ellos las 32 letras del abecedario persa.

CARTA A LOS SONRIENTES EJECUTORES

CARTA A LOS SONRIENTES EJECUTORES

Todos

Desestimados ejecutores:

Les escribo este Viernes Santo con la indignación del sedicioso, para condenar la frustración y el dolor que están ustedes generando en el pueblo, pasando la guadaña a baja altura con el fin de evitar decapitaciones en pisos superiores, donde guardan sus privilegios en alfombrados despachos.

Les escribo para decirles que causan más daño sus carcajadas públicas que las espantosas imágenes de la miseria que azotan diariamente nuestras pupilas en las pantallas de televisión y páginas de periódicos. Les escribo para anunciarles que sus risas ofenden la indigencia de los humildes, desprecian la pobreza, injurian al desempleo, provocan desesperadas lágrimas suicidas y exhortan la subversión de los ultrajados.

Ver sus risotadas provoca sonrojo a la justicia social que huye despavorida a las cloacas donde viven hacinados los desfavorecidos, en busca de una solidaridad que estimule la revolución contra ustedes y el sistema que representan, aunque esta posibilidad también les haga sonreír.

Tantas humillaciones a los ciudadanos, tantos engaños colectivos, tantas impunidades a delincuentes financieros, tantos privilegios políticos, tantas indemnizaciones millonarias a esquilmadores, tantos insultos a la inteligencia ciudadana y tantas manipulaciones, no pueden terminar de otra forma que con el rearme moral del pueblo contra los carcajeantes estafadores que sonríen a mandíbula batiente, mientras los parados buscan comida en los contenedores, mueren los enfermos crónicos, se bloquea la justicia, los jóvenes cruzan la frontera y en las aulas se hacinan los alumnos.

No les pregunto de qué se ríen porque estamos sobrados de humillantes explicaciones incapaces de explicar lo inexplicable. Tampoco quiero saber el origen de sus carcajadas porque el grito de las hienas es preludio de matanza. Ni me interesa saber si se regocijan de placer, porque su respuesta podría llamar a la insurrección.

Simplemente voy a pedirles que no rían más ante las cámaras, ni traten de justificar sus privilegios, ni pretendan esclarecer con palabras la oscuridad del túnel donde nos han metido, porque como le dijo Alonso Quijano a Sancho a quien se castiga con hechos no debe tratarse mal con palabras, pues le basta al desgraciado la pena del suplicio, sin la añadidura de las malas razones.

EXILIO INTERIOR

EXILIO INTERIOR

No sólo cierro el periódico, también apago la televisión, desconecto la radio, pongo tapones en los oídos y me protejo con una coraza para evitar las salpicaduras de los excrementos sociopolíticos que arrojan cada día los responsables directos de toda la porquería que nos está cayendo encima desde las cloacas políticas, financieras y empresariales.

La jornada de ayer alimenta la impotencia y pone a prueba de revolución la indignación popular, simplemente con leer la primera página de los periódicos, ver titulares televisivos o escuchar noticieros de diferente color, porque todos lanzan al aire los mismos despojos de una sociedad en decadencia.

Resulta que el señor Ferran, expatrono de los patrones españoles es un delincuente al que han entregado un kit de higiene personal en la cárcel de Soto del Real como reconocimiento a sus méritos de estafador universal.

El informe elaborado por la Fiscalía Anticorrupción ratifica que doña Espe financió ilegalmente las campañas electorales que la llevaron a la Real Casa de Correos, antigua Dirección General de Seguridad de “Billy el Niño”.

El ejecutivo europeo reconoce la existencia de paraísos fiscales donde los causantes de la crisis tienen a buen recaudo todos los millones de euros defraudados a los ciudadanos que pagan puntualmente sus impuestos.

Los sanitarios de la marea blanca, pasean con sus batas negras de dolor la indignación por las calles, doliéndose por los enfermos que van dejando su vida en el tortuoso y homicida camino marcado por los recortes.

La empresa que organizó la tragifiesta del Madrid Arena está vendiendo entradas para la macrofiesta de nochevieja en la Cubierta de Leganes, habiendo ciudadanos que las compran y autoridades que permiten su venta.

Finalmente, los políticos permanecen inmóviles en su sitio, sin pedir cita en la consulta del otorrino para librarse de la sordera social que les impide oír el clamor popular contra ellos, su pasividad y sus privilegios.

Todo ello ha sucedido en un sólo día, y es demasiado para la sensibilidad de este bloguero que opta por el exilio interior para librarse de morir ante la pantalla, de un ataque encolerizado de indignación.

CARTA ABIERTA A «ESOS» ¿POLICÍAS?

CARTA ABIERTA A «ESOS» ¿POLICÍAS?

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Me gustaría encabezar esta carta con una frase de saludo como es habitual, pero no voy a hacerlo porque a ustedes ni les quiero, ni les estimo, ni les respeto, sino todo lo contrario, les detesto, subestimo y menosprecio, por traerme el recuerdo de 1967 cuando fui salvajemente golpeado por los «grises» en el descampado del Paraninfo de la Ciudad Universitaria por pedir libertad y derechos civiles secuestrados en la dictadura.

No merecen ustedes lucir el uniforme que visten porque sus actitudes pertenecen a otra época y sus comportamientos están más próximos a la chulería y abuso de proxenetas, que a garantes de la seguridad pública como les enseñarían en la academia de Ávila, aunque faltaran a clase ese día por estar durmiendo la borrachera de prepotencia que todavía les dura.

Son ustedes mercenarios de un poder político en decadencia, aunque mantenga la capacidad para explotar el temor, comprando sus voluntades con platos de lentejas. Son ustedes verdugos ejecutores de órdenes dictadas por los mismos inquisidores que les condenan a la pobreza. Son ustedes la mano de hierro de quienes jamás se quitan los guantes blancos. Son ustedes el instrumento que utilizan los beneficiados del sistema para protegerse del pueblo que clama justicia. Son ustedes los que custodian el blindaje económico, social y político de quienes acabarán arrojándoles a las tinieblas.

A los ciudadanos nos queda el consuelo de saber que son minoría entre los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. Y sabemos también que ocultan su maldad bajo el cobarde pretexto de la obediencia debida. Pero no engañan a nadie, porque el ensañamiento con que ustedes han actuado, la arbitrariedad de sus detenciones y el abuso de autoridad ejercido, no se justifican bajo el amparo de ninguna orden, por déspota que sea quien dirige sus voluntades.

Los jefes que les pagan el sueldo cada mes con el dinero de los apaleados conocen sobradamente sus limitaciones neuronales. Saben bien que a ustedes les falta valor y les sobra fuerza bruta. Y saben también que carecen de la sensibilidad que les rompa el corazón cuando arrastran por el suelo a un anciano, estrangulan a una joven, pisotean con sus espuelas la mano de alguien ya reducido, aplastan el ojo de un esposado en el suelo o le rompen el tabique nasal a un vecino que lucha por sus derechos.

Derechos constitucionales que están siendo barridos sin justificación alguna, con su inestimable ayuda. Derechos básicos que le llevarían a ustedes y sus familias a tener una vida digna, hoy en peligro porque se la están robando aquellos por los que ustedes le parten la cara a los demás, mientras los responsables brindan con Moet Chandon, sin importarle el llanto indignado que cruje a la puerta, porque ya se encargan ustedes de secar las lágrimas a garrotazo limpio.

Han demostrado con sus actuaciones una incapacidad manifiesta para el ejercicio de la función que tienen encomendada. Han evidenciado una falta de respeto a los derechos ciudadanos merecedora de sanción. Y han castigado tan desproporcionadamente al «enemigo» que ya no hay camino para la reconciliación, por mucho que ahora la obediencia debida hiera sus conciencias, por escasa que sea la moral que profesan.

Avergüenzan ustedes a la gran mayoría de sus compañeros de profesión, porque han hecho estremecer al país con las brutales imágenes de apaleamientos a ciudadanos cuyo delito era pedir justicia, democracia y empleo. Sonroja ver el linchamiento indiscriminado de ciudadanos que esperaban un tren, paseaban por la calle o hacían su trabajo periodístico. Y abochorna ver a sus jefes aplaudir la barbarie que ustedes han protagonizado.

Por ello, merecen el desprecio de los parados, el abucheo de los funcionarios, la crítica de los periodistas, el ultraje de los obreros, la ira de los indignados, las pedradas de los jóvenes, el zapatillazo de las madres, la condena de los desahuciados, la repulsa de los profesores, el desaire de los jubilados, la indiferencia de los médicos y la sentencia de los jueces, pues el ensañamiento de sus actuaciones les excluye de la raza humana.

Quiero recordarles finalmente que la Ley Orgánica 4/2010, de 20 de mayo, del Régimen disciplinario del Cuerpo Nacional de Policía, tipifica como falta muy grave en su Artículo 7, apartados c), d) y o): el abuso de atribuciones que cause grave daño a los ciudadanos; la práctica de tratos inhumanos, degradantes, discriminatorios o vejatorios a los ciudadanos, y la obstaculización grave al ejercicio de las libertades públicas. Y les advierto que estas faltas, según el Artículo 10 de dicha Ley, pueden llevarles a la separación del servicio, a la suspensión de funciones y al traslado forzoso.

Pero ustedes saben que no pasará nada de esto porque los políticos beneficiarios de su violencia les protegerán injustamente con la impunidad que no merecen.

EJEMPLARIDAD

EJEMPLARIDAD

Esa es la clave y así lo ha entendido François Hollande al decir en la televisión francesa que el problema de los políticos con los ciudadanos “es una cuestión de ejemplaridad”. Tal vez por eso, él y todos los ministros se han rebajado un 30 % el sueldo, algo más a los diputados y un 40% a los funcionarios de alto nivel, recuperando así 4 millones de euros para la escolarización y sustento de hijos de madres solteras.

Desaparición de privilegios a los políticos y eliminación del nepotismo, son otras recetas que está aplicando Hollande en el país vecino para demostrar a los ciudadanos que si hay que sacrificarse, los políticos han de tomar la delantera al pueblo. Tal vez por eso ha subastado los coches oficiales y dedicado los beneficios al «fondo de bienestar».

Igualmente, ha aumentado el 75 % la tributación a los que ganan más de 5 millones al año, utilizando los beneficios para contratar el 1 de septiembre a 50.000 profesores, suprimiendo también la subvención directa de 2,3 millones a la enseñanza privada que empleará en construir 3.700 escuelas de primaria. Finalmente, ha establecido un «bono cultural» eximiendo de impuestos a los libreros que contraten licenciados en paro.

Algo muy diferente a lo que está sucediendo en España, donde nuestros putos padres políticos, quiero decir padres políticos putativos, mantienen los mismos sueldos, idénticos privilegios y abusivo enchufismo para hijos, maridos, hermanos, parientes y amigos, en Instituciones públicas y empresas privadas influenciadas por los padrinos.

Queridos políticos, están ustedes jugando con dinamita de elevada pureza y la sordera que están manifestando a la demanda social de ejemplaridad, acabará estallando en sus manos haciendo que los detritus lleguen a la Antártida, si continúan insultando al pueblo y despreciando el sentido común de los ciudadanos.

SOMOS MILLONES DE INÚTILES E INEPTOS

SOMOS MILLONES DE INÚTILES E INEPTOS

El encausado Carlos Fabra dice que somos inútiles e ineptos los que calificamos de manera incalificable el “aeropuerto del abuelo”, que esta masa de carne sacó de la chistera con la misma habilidad que extrajo del bombo las bolas de la suerte que le dieron el premio en nueve sorteos loteros durante diez años.

Esa ha sido la gran suerte de este disminuido físico: encontrarse en su vida política con millones de ineptos incapaces de frenar sus tropelías y abusos. Si los vecinos que ha tenido bajo su bota durante los dieciséis años que ha estado administrando bienes comunes desde la Diputación castellonense, hubieran sido menos necios e inútiles, él no estaría hoy encausado, sino apaleado y desterrado.

La prepotencia exhibida ayer ante las cámaras de televisión por este sujeto, nos muestra a los ineptos un personaje arrogante y sin escrúpulos, pariente cercano del chulo de barrio que tiene atemorizados a los vecinos, y satisfechos los estómagos agradecidos de sus cómplices y palmeros, a los que recompensa con las migajas que le sobran de su afortunada fortuna.

Este feligrés católico, calificado en 2008 por el actual presidente del Gobierno como  “ciudadano ejemplar”, se encuentra imputado por bochornosos delitos, como tráfico de influencias, cohecho y delito fiscal. Quiere esto decir que el juez ha visto indicios de que el hombre de mirada oscura ha intermediado en negocios sucios, ha aceptado recompensas por «servicios prestados» y ha engañado a los ciudadanos, defraudando a la caja común que sustenta el país.

Tal vez por ello el juez ha comenzado a embargarle los bienes, para cubrir la fianza de 4,2 millones de euros que ha impuesto a este individuo tan útil y eficaz a la sociedad.