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¿EL FIN JUSTIFICA O NO JUSTIFICA LOS MEDIOS?

¿EL FIN JUSTIFICA O NO JUSTIFICA LOS MEDIOS?

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Si el “fin” se refiere al ámbito del sentido, objetivo y finalidad de una acción; y los “medios” corresponden al ámbito puramente instrumental formado por mecanismos y mediaciones que permiten alcanzar lo pretendido, parece claro que si los medios empleados no son perversos y el fin es bueno, aquellos pueden y deben ser empleados, invalidándose la genérica frase de que “el fin no justifica los medios”.

La locución contraria a esta procede de un manual de ética del siglo XVII escrito por el jesuita alemán Hermann Busenbaum, diciendo que “cuando el fin es lícito, también lo son los medios”. Evitemos el maquiavelismo que subyace en esta idea, rechazando que las guerras justifiquen y matanzas justifiquen fin alguno; que el terrorismo sea aceptable, por bueno que finja ser el fin que persigue; o que un golpe de Estado merezca el aplauso con el pretendido fin de librar a los ciudadanos de lo que no necesitan ser liberados.

Tampoco es aceptable matar a los pobres para acabar con la pobreza, exterminar a los mendigos para erradicar la mendicidad, fumigar a los enfermos terminales para ahorrar dinero a la sociedad o aniquilar a los parados para mejorar la estadística de desempleados.

Por otro lado, no es aceptable consentir las adhesiones y conversiones religiosas a base de amenazas con infiernos y castigos, abusando de la ignorancia ajena, ni son justificables las declaraciones de culpabilidad, delaciones y acusaciones obtenidas bajo tortura, ni aceptable la contaminación ambiental derivada de los medios empleados para el progreso.

Igualmente, hay medios detestables que la sociedad tolera complaciente considerando que el fin pretendido justifica el daño causado, como sucede con las penas capitales o las condenas carcelarias perpetuas. Incluso, en menor grado, no faltan educadores y padres en las filas del conductismo sancionador, que castigan a los educandos para lograr aprendizajes y conductas socialmente deseables.

¿Y qué decir de ciertas conductas que son condenadas en un contexto y exculpadas en otro, como es el caso del hurto para sobrevivir o la agresión en defensa propia?.

Las propias “normas”, sean éstas cuales fueren, son coactivas y limitantes de la libertad personal, pero son el medio empleado para conseguir un fin, avalando su empleo el “valor” que las justifica. Así, las normas de convivencia, las de tráfico, las de disciplina, las de comportamiento, están amparadas por el valor de la convivencia, haciendo que el fin justifique los medios empleados, aunque estos sean coercitivos.

INVESTIGADORES ARRINCONADOS

INVESTIGADORES ARRINCONADOS

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Corren malos tiempos para los investigadores porque los recortes presupuestarios en I+D+I han llevado los estudios sobre ciencia, tecnología y sociedad a los sótanos de los ministerios de Economía y Hacienda, donde han quedado arrinconados junto a los jóvenes científicos que se dejaban las pestañas luchando por el Desarrollo del país, a base de Inventar e Innovar en nuevas tecnologías, medicamentos, comunicación y otras áreas que iban a mejorar el futuro del país.

La importante reducción presupuestaria se debe a que las inversiones pretenden asegurar rentabilidad económica, algo que no garantiza la inversión en I+D+I, ya que el dinero entregado genera “simplemente” conocimiento, sin que los recaudadores se den cuenta que invertir en investigación, desarrollo e innovación fortalece las empresas, favorece la competitividad, mejora la calidad de vida, acrecienta la salud, protege el medio ambiente, moderniza las tecnologías, alarga la vida, aumenta el bienestar y avala el progreso.

Es decir, los recortes en I+D+I tendrán consecuencias negativas para toda la ciudadanía, pero quienes sufren en carne propia las reducciones son los jóvenes cerebros que se alimentan con café con leche para no restar tiempo a su trabajo. Jóvenes con envidiables currículos profesionales que irán a la papelera o serán aprovechados por otros países que se beneficiarán de la inversión que hemos hecho en  su formación.

Genios en almoneda que no podrán hacer posible su talento, ni desarrollar su estado de gracia intelectual en beneficio de la comunidad. Perseverantes defraudados,  amantes de la verdad, buscadores de lo desconocido, peritos en renuncias, curtidos en el sacrificio, héroes anónimos y expertos en el trabajo silencioso e ignorado de los laboratorios, donde sus batas blancas son iluminadas por cerebros privilegiados que terminará pudriéndose en el olvido.

GODIVAS Y CUADRÚPEDOS

GODIVAS Y CUADRÚPEDOS

En todas las profesiones es necesario acreditar  conocimientos sobre el oficio que se ejercita, salvo en una de ellas, que sin ser profesión, es una de las más profesionalizadas a tenor del largo tiempo que los beneficiarios la ejercen. Y sólo en una profesión, el sujeto que la ejerce dispone de asesores que le aconsejen, para suplir la ignorancia sobre el tema que el responsable exhibe sin recato.

Para acceder a la función pública todos los ciudadanos deben superar unas pruebas específicas, muy competitivas, salvo para ocupar las más altas responsabilidades del país, a las que puede acceder con el mínimo esfuerzo el más ignorante del reino.

Comprenderéis que estoy hablando de la profesión política, – oficialmente inexistente -, y de los profesionales que la ejercen, es decir, de los políticos. Galápagos provistos de una concha donde rebotan los pudores que avergüenzan al resto de ciudadanos y una cara más dura que el diamante.

Unidos, pues, el atrevimiento y la ignorancia, no extraña que los regidores nos lleven de tumbo en tumbo, guiados por asesores de tres al cuarto, más políticos que profesionales, porque los buenos técnicos suelen dedicarse a su oficio.

Tal situación explica las consecuencias de poner la educación de una Comunidad en manos de una Técnica en Información y Turismo como doña Espe, que lleva a su lado como vicepresidenta a una licenciada en Económicas llamada Lucía, que ya dejó ver los dientes en 2007 privatizando el Colegio Miguel Ángel Blanco, adjudicando su gestión a una empresa sin experiencia en el ámbito educativo, que luego fue ilegalizada por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

No es el turismo, – oficio de la presidenta -, ni el producto interior bruto, – ocupación de la vicepresidenta -,  el bien más preciado de un país, sino la formación de sus ciudadanos, como sustento de  la democracia, base del progreso, soporte de la convivencia, eliminación de los fundamentalismos y confinación de las guerras.

Cuanto más se popularice, expanda y facilite la educación de los ciudadanos, mayor será el bienestar, la paz y la riqueza de un país. Es importante que los responsables educativos perciban su tarea con mesianismo social, y los ciudadanos tenemos la obligación de poner la educación en manos de personas que así lo sientan, porque de lo contrario será como dar godivas a un cuadrúpedo.