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LUNÁTICO SUEÑO

LUNÁTICO SUEÑO

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Llevado a lomos del cohete Saturno V diseñado por Werner von Braun, Armstrong dejó su huella en la luna a las 2 h. 56 min. del lunes 21 de julio de 1969, creyendo que era el primero que lo hacía, sin saber que en el año 150 alguien se le había adelantado en lunático sueño literario.

Fue Luciano de Samosata quien describió su hazaña en lengua griega sin que nadie le creyera, relatando que emprendió el viaje en un barco con algunos marineros, iniciando la travesía desde las columnas de Hércules, situadas en el estrecho de Gibraltar, sucumbiendo luego al cepo de tromba de agua que los capturó, sobreelevó y desperdigó por la superficie lunar.

Luciano descubrió la Historia verdadera del satélite plateado, donde la vida era una pertenencia eterna porque nadie la perdía, parían los hombres y el humo disolvía a los más ancianos, después de alimentarse con zumo de aire y transpirar leche por los poros de la piel, luchando buitres contra lacanópteros del emperador Endimión, ignorando que jamás regresarían al agua mediterránea de donde partieron.

Los lunáticos millonarios que habitaban en el Mar de la Tranquilidad se vestían con ropa de cristal que transparentaba el poder corruptor ejercido sobre la desnudez de los pobres, que tenían un solo ojo para ver a través de un espejo los sufrimientos de los terrícolas atenienses.

VIOLACIÓN QUE CAMBIÓ LA HISTORIA

VIOLACIÓN QUE CAMBIÓ LA HISTORIA

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A la muerte de Witiza, fue nombrado Rodrigo rey en Toledo por el Senado de la aristocracia visigoda, sin tener en cuenta que este monarca era flojo de bragueta y sobrado de codicia, como mostraba su obsesión por descerrajar cofres y violar doncellas.

Su desmedida afición al lecho sexual le llevó a poner los ojos en Florinda, hija del conde don Julián, cristiano africano que gobernaba Ceuta por mandato de los godos, y sin tomar nota de esta pequeña circunstancia, comenzó a vigilar a la deseada “Cava” allá donde ésta se encontraba.

Estando un día espiándola mientras ella se bañaba en el río Tajo con otras amigas de la nobleza goda, el felón Rodrigo decidió conquistarla sin éxito pues la doncella le negó su entrega, exaltando la libido del monarca hasta el punto de forzar su voluntad violándola con la brutalidad propia de tal acto, para satisfacer su caprichoso ímpetu sexual.

Irritado el conde por semejante atropello, entregó la ciudad de Ceuta al moro Muza como venganza, cuando éste era califa de Damasco en el norte de África, informando don Julián a los musulmanes de cómo cruzar el estrecho de la mejor forma y atacar con éxito a los visigodos.

Muza ordenó a su lugarteniente bereber Tarik la invasión de la Península Ibérica y éste con 7.000 hombres desembarco en Algeciras, haciéndose fuerte en Gebal Tarik, – Gibraltar -, antes de iniciar el saqueo de la baja Andalucía y la conquista peninsular que se inició con la victoria de Tarik sobre Rodrigo junto al río Guadalete en julio de 711.