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LA CLOACA DEL ESTADO

LA CLOACA DEL ESTADO

Por si alguien no lo sabía, el Estado español, – es decir, el nuestro -, es un lugar sucio e inmundo formado por un gran colector donde van a parar todas las aguas sucias, deposiciones y orines de los políticos españoles, según ha dicho Josep Antoni Duran i Lleida en el Palau Sant Jordi durante el mitin final de campaña de CiU, afirmando que «el Estado es una cloaca».

Lo que no dice don Josep es que esas aguas políticas residuales recogidas por la alcantarilla estatal proceden de quienes gobiernan las diferentes Instituciones del Estado, que se han desbordado con las aportaciones de los colectores autonómicos que vierten sus inmundicias en el desagüe estatal, de las que el señor Duran, sus compañeros y todos los dirigentes del resto de taifas, saben bastante.

Debemos agradecer a don Antoni que haya salvado al Estado de toda responsabilidad en la podredumbre que nos rodea, porque la cloaca estatal no es más que el reservorio donde se vierte la mierda que llega de las decisiones políticas, lamentando los ciudadanos que los responsables del nauseabundo hedor que nos invade se libren de caer en dicha cloaca y ahogarse en la inmundicia que generan con sus actuaciones.

ESTO VA MAL

ESTO VA MAL

No quiero ser catastrofista, pero por mucho que los dirigentes políticos se empeñen en hacernos ver inexistentes brotes verdes por todas partes que sólo están en las mentes de quienes vaticinan un inmediato resurgir de la economía española, la objetividad de los datos contradicen las predicciones virtuales, descubriendo una realidad que todos sabemos, nadie desea y los políticos ocultan.

En el año que llevan gobernando quienes iban a redimirnos de la catástrofe con falsas promesas de liberación, el paro ha pasado de 4.978.000 personas a 5.778.000, estando previsto que en primavera alcance la descarnada cifra de 6.000.000 de ciudadanos desempleados.

Por si esto no fuera suficiente, el Producto Interior Bruto ha descendido en este año del 0,00 % al -1,6 %, llevándonos al sótano de la mayor desesperanza por el descrecimiento progresivo de la productividad, que amenaza con dejarnos improductivos y con los brazos caídos durante años.

Para ayudarnos en esa caída nos ha visitado la prima – de riesgo, claro – para decirnos que en el último año ha subido de los 441 puntos a los 454, después de haber sobrepasado los seiscientos puntos, haciendo temblar la estructura económica y social del Estado.

Con la prima se ha puesto de acuerdo la inflación que no ha dejado de subir en tiempo bíblicos de espigas flacas, pasando del 2,9 % al 3,5 %, provocando escalofríos en los pensionistas que ven peligrar el subsidio de vejez, tras varias décadas de cotización a las arcas públicas.

Como cierre a todo ello, los especuladores financieros también nos han dado la espalda en este año  provocando una bajada de la bolsa desde los 8.310 puntos a los 7.763, para dejarnos claro que España va mal.

Es decir, que España no va bien, llevándole la contraria al marido de la alcaldesa madrileña que tantas veces dijo lo opuesto, lavando el cerebro a sus seguidores, empeñados en echar la culpa a otros de este penoso balance, tras un año de gestión que ha volatilizado todas las promesas electorales de redención.

¿COBRADORES DEL FRAC? NO, GRACIAS

¿COBRADORES DEL FRAC? NO, GRACIAS

Algo empieza a moverse en el único poder del Estado que es profesional, apolítico e independiente, porque los otros dos poderes van sobrados de contaminación de política, incompetencia y servilismo.

Son los jueces quienes están dejando oír su voz en esta crisis, convirtiéndose en nuestra única esperanza de redención, porque sólo sus sentencias pueden limpiar el país de corruptos, mangantes, tramposos, cínicos y estraperlistas.

Reunidos ayer en Barcelona los 46 jueces decanos, no se conformaron con apoyar incondicionalmente el informe antidesahucios elaborado por el grupo de trabajo designado por el CGPJ, sino que dieron un paso más poniendo sobre la mesa social el primer brote verde real negándose a ser “cobradores del frac”, es decir, matones descarados al servicio del poder ejecutivo para hacer la tarea sucia a los usureros, ante la pasividad del poder legislativo.

Gracias señorías por su señorío, en nombre de los miles de desahuciados que están asomados a los balcones de sus casas a la espera del ángel exterminador para arrojarse contra el asfalto. Y gracias en nombre de la sociedad por su ejemplo de honestidad, valentía, solidaridad y dignidad.

Sólo queda pedir a Pablo Ruz, juez instructor del caso Gürtel; a  José Castro, responsable de investigar las andanzas del yernísimo; a Fernando Andreu, indagador de los trapicheos de Bankia, y a todos los jueces que tienen entre sus manos los casos de corrupción, que cierren bien todas las rendijas legales para que no escapen de la trena los mangantes, porque ese puede ser el primer paso de la regeneración ética que necesitamos, para que este país abandone de una vez la impunidad donde se refugian los sinvergüenzas de guante blanco.

AMIGOS, PINTAN BASTOS

AMIGOS, PINTAN BASTOS

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Los elogios que ha merecido el Gobierno por su dominio del lenguaje para no decir lo que quería decir, diciendo lo que nadie quería oír, se han venido abajo con el Proyecto de Presupuestos Generales donde lanza un mensaje directo a policías y “enemigos”, como fueron calificados los manifestantes por el jefe superior de la policía valenciana, Antonio Moreno.

El arte dialéctico del Gobierno ha perdido su gracia en las cuentas del Estado, dando a los policías antidisturbios la orden de “garrotazo limpio y tente tieso”, reservando para los “enemigos” una amenaza impropia de la época, diciéndoles “temblad, temblad, malditos”.

Agradecemos la claridad de las palabras gubernamentales, aunque los presupuestos no digan ni palabra, dejando que los números hablen por ellas, multiplicando por 18,8 la cantidad destinada a material antidisturbios, que pasa de 173.620 € en 2012 a 3.260.000 € para el año que viene.

Pintan bastos, amigos, para los “enemigos” del sistema en el inmediato futuro, porque los manifestantes están pelados y no tienen dinero para comprar máscaras de protección respiratoria contra los gases lacrimógenos que les esperan, ni chalecos antibalas, ni cascos de protección contra los garrotazos, ni escudos contra los pelotazos que doblarán sus costillas.

Bien pertrechados los policías con las nuevas dotaciones de material que van a comprarles los esquilmadores para que los protejan, sólo cabe esperar que los guardianes del orden no permitan que las órdenes políticas los conviertan en enemigos del pueblo al que pertenecen. No olvidemos que quienes golpean no son los policías, sino quienes dan las órdenes, excluyendo el ensañamiento ejercido por el pequeño grupo de descerebrados que denigran a la mayoría de miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.

¿QUIÉNES DEBEN MARCHARSE A CASA?

¿QUIÉNES DEBEN MARCHARSE A CASA?

La crisis que estamos pasando en esta gran empresa que se llama España, exige una Regulación de Plantilla, un Expediente de Regulación de Empleo o cualquier otro eufemismo que signifique mandar a su casa a todos los que sobran. Es decir, prescindir de parásitos, gandules, soplagaitas, granujas, chupamonas, pulgones, sablistas, mediocres y otras especies semejantes de la raza humana, que viven del sudor ajeno.

¿Deben marcharse a casa los ciudadanos ocupados en instruir, orientar, ayudar, formar y educar a la futura generación que ha de dirigir la empresa común?

¿Sobran en este país los vecinos que velan por nuestra salud durante las veinticuatro horas del día, incluso llevándose la fiambrera al hospital?

¿Alguien piensa que están de más las personas encargadas de protegernos y cuidar nuestra seguridad personal, nuestra familia y los bienes que nos pertenecen?

¿Es sensato prescindir de los que arriesgan su vida en incendios y catástrofes para salvar la nuestra, olvidando su seguridad personal?

¿Conviene reducir el número de empleados públicos que hacen posible el buen funcionamiento del Estado y de las Instituciones?

¿Hay que expulsar a los trabajadores manuales que sudan plusvalías enriquecedoras de cuentas corrientes en paraísos fiscales?

¿Es aconsejable quitar del medio los privilegiados cerebros que hacen posible el progreso científico y el bienestar de todos los ciudadanos?

¿Deben marcharse a casa los creadores del arte que nos deleita, la música que nos recrea y el teatro que enriquece la cultura y entretiene el ocio?

Si en España sobran personas porque faltan sueldos ¿Quiénes son, pues, los prescindibles? ¿Quiénes deben marcharse urgentemente a su casa, si los profesores, médicos, policías, bomberos, funcionarios, obreros, investigadores y artistas son imprescindibles para todos nosotros?

OBJECIÓN DE CONCIENCIA

OBJECIÓN DE CONCIENCIA

Hacen espinosa la decisión de objetar, los principios de libertad, conciencia y ley que conforman la negativa a obedecer mandatos contrarios a las propias convicciones personales, en ciudadanos con pensamiento libre que viven en un país organizado con leyes promulgadas por sus vecinos.

Es, pues, la objeción de conciencia el principio moral que sustenta la rebelión ciudadana, cuando las personas se niegan a cumplir leyes artificiales con fecha de caducidad, contrarias a universales leyes naturales que determinan los comportamientos humanos.

¿Tienen los poderes públicos capacidad para exigir a los funcionarios del Estado el cumplimiento de leyes dictadas por ellos, si éstas son contrarias a las convicciones personales de quienes deben cumplirlas?

¿Merecen sanción quienes se niegan a traicionar su íntima conciencia, incumpliendo dictados externos, leyes y órdenes de sus vecinos, que confrontan y colisionan con su personal modo de sentir, vivir y creer?

¿Merece arresto un policía que se niega a reprimir manifestaciones ciudadanas que piden pan, trabajo y justicia para los hambrientos, parados y desahuciados, objetando razones de conciencia?

¿Merece suspensión un juez que se inhibe o evita el desahucio de un ciudadano desesperado, negándose a cumplir una ley centenaria, injusta y caduca, rechazada por su conciencia y ética profesional?

¿Merece sanción un médico que atiende a un “sin papeles” contraviniendo el eufemístico “Decreto Ley de medidas para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud”, siguiendo el código deontológico dictado por su conciencia?.

FUMIGACIÓN POLÍTICA

FUMIGACIÓN POLÍTICA

Ayer, mientras paseaba con la indignación a flor de piel al enterarme que se ha aprobado una partida presupuestaria en el Parlamento de miles de euros para pagar las multas de tráfico de sus señorías y otra para invitarles al aparcamiento en los aeropuertos, tuve tres encuentros por la ciudad con tres personas distintas que me expresaron el mismo deseo verdadero, cumpliéndose así el dogma social de la santísima indignación.

En la Rúa Mayor me detuve a conversar con el responsable de una biblioteca, quien proponía iracundo instalar una guillotina en la Plaza Mayor salmantina para cortar las cabezas de muchos políticos locales.

En la Plaza del Corrillo, un amigo catedrático universitario de ciencias concluía su alegato contra la clase política – casta, la llamaba él – proponiendo meter en el Congreso a diputados, consejeros y Gobierno en pleno, cerrar las puertas y fumigarlos a todos.

Y subiendo por la calle Zamora tropecé con un abogado “golfista”, trajeado, encorbatado y cartera en mano, que acaloradamente exigía derrumbar el Senado con todos los senadores dentro.

Esto opinaban tres personas a quienes la situación crítica que vive el país no le afecta de manera terminante, porque este trío no se alimenta en comedores sociales ni busca comida en contenedores de basura.

Como puede verse, coincidían en la aniquilación de la “casta”, pero diferían en los métodos. En cambio, los tres estaban de acuerdo que antes de marzo la piel de toro arderá por los cuatro costados….