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OLÍMPICAS DESDE 1928

OLÍMPICAS DESDE 1928

Unknown

Hoy, que las mujeres baten records en las canchas deportivas, conviene recordar que fueron segregadas y borradas del mapa atlético en las antiguas olimpiadas griegas, impidiéndoles correr, saltar, lanzar, luchar y competir en las pistas olímpicas, teniendo prohibida incluso la asistencia como espectadoras a los juegos olímpicos que disputaban los hombres.

Prohibición que se prolongó durante siglos, más allá de 1896 con la puesta en escena de las modernas olimpiadas, cuando el barón Pierre de Coubertin reunió a todos los atletos del mundo en Atenas, sin permitir que compitieran las mujeres, porque según el fundador de estas reuniones atléticas: “Para ellas la gracia, el hogar y los hijos. Para ellos, la competición deportiva”.

Tuvieron que pasar 32 años más para que las atletas pudieran participar por primera vez en los juegos olímpicos celebrados en Ámsterdam durante el año 1928, cuando el tarzán Weissmuller nadó como un pez, los uruguayos ganaron el oro en fútbol y por primera vez la llama olímpica iluminó el estadio durante todas las pruebas.

Atleta, es voz única para ambos géneros gramaticales, que nos obliga a diferenciar los atletas de las atletas por otros medios, pues el diccionario se empeña en mantener como primera acepción de atleta, al hombre – ojo, al hombre – que tomaba parte en los antiguos juegos públicos de Grecia y Roma, remediando el lenguaje sexista en la segunda definición, diciendo que atleta es la persona que practica el atletismo.

POLÍTICO VS. POLITIQUERO

POLÍTICO VS. POLITIQUERO

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Una de las peticiones más coreadas por los “indignados” estos días y compartidas por la gran mayoría de ciudadanos, es la sustitución de todos los políticos por ciudadanos honrados, generosos, capacitados y apartidistas que nos gobiernen, es decir, sustituirlos por Políticos, así, con mayúsculas.

Los electoreros y la ausencia de políticos ha llevado a muchos ciudadanos a la perversión conceptual de confundir Políticos con politiqueros, sin darse cuenta que nada tienen que ver unos con otros.

Los Políticos son tan necesarios para la convivencia social, la gestión pública y la administración económica de los bienes comunes, que la ausencia de esta especie extinguida es la causa fundamental de crisis que padecemos.

En la sociedad se ha producido una mutación genética social por la cual una especie necesaria para el bienestar y el progreso colectivo ha mutado a una casta aborrecible de incompetentes individuos sin escrúpulos, capaces de quitarle un caramelo al primer huérfano que pase a su lado.

El cambio ha sido transformar el Político en politiquero y las elecciones en electorería, sin que el diccionario haya incluido los nuevos términos en sus páginas para aclarar las ideas al personal, por lo que nos toca hacerlo a quienes confiamos plenamente en los Políticos y así queremos explicarlo porque el político extinguido nada tiene que ver con el politiquero dominante.

El Político se sacrifica por el pueblo, el politiquero sacrifica al pueblo.

El Políticos sirve al pueblo, el politiquero se sirve del pueblo.

El Político persigue el bien común, el politiquero su propio beneficio.

El Político vive de su trabajo, el politiquero del trabajo de los demás.

El Político ostenta competencia, el polítiquero exhibe su carnet del partido.

El Político es honrado, el politiquero vive de la corrupción.

El político es veraz y sincero, el politiquero vive de la mentira.

Seguid vosotros, amigos….

SIN PALABRAS

SIN PALABRAS

Así, sin palabras, me ha dejado un viejo amigo de cuyo nombre nunca voy a olvidarme, porque no hay suficientes voces en el diccionario para agradecer su gesto de afecto, su entrañable recuerdo y el desinterés con que ha dedicado su tiempo a quien nunca le ofreció nada.

Inestimable brote verde en tiempo seco de valores, cuando muchos pretenden comprar amistad en taquillas sin existencias ni restos de compañerismo. Apreciable cabo de luz en la penumbra de una hermandad deshabitada, cuando la generosidad huye espantada hacia el ocaso. Desprendida concesión que se niega a ser correspondida, cuando el intercambio mercantil de favores se oculta en las cloacas del interés mutuo y el mercadeo de amistades interesadas pretende, sin conseguirlo, oscurecer la fraternidad entre almas grandes ocupadas por sinceros afectos.

Sin esperarlo, ni presentirlo, ni merecerlo, ha entrado en mi vida el sencillo artesano con un hermoso canto a la amistad, al desprendimiento y al recuerdo de necesidades compartidas en un colpicio, del que sólo tengo memoria para recordar a quienes conmigo allí estuvieron, como es el caso de este corazón ambulante que desparrama su bondad por las calles de Madrid sin alardear de la generosidad que le sobra.

Agradezco las plumas de caña que conservaré sobre mi mesa de trabajo como una reliquia. Pero, sobre todo, agradeceré siempre junto Saint-Exupéry y su Principito las horas que me ha dedicado este amigo, porque es el tiempo que ha perdido elaborando las plumas lo que las hace importantes.

TRADUCIENDO A LA «PRINCESA»

TRADUCIENDO A LA «PRINCESA»

Versodiario 4:

Patética realidad                                                                                                                                 que se mantenga                                                                                                                                   tanta procacidad

TRADUCIENDO A LA “PRINCESA”

Los diccionarios son libros que recogen y explican de forma ordenada voces de una lengua, una ciencia o una materia determinada. Es decir, que cuando ignoramos el significado de una palabra, el diccionario nos lo enseña.

Pero la ausencia de diccionarios que traduzcan ciertas expresiones televisivas ajenas al respetuoso lenguaje habitual de la comunicación pública – no necesariamente académica – en todos los países del mundo mundial, exige un esfuerzo de interpretación para que los televidentes comprendan expresiones de abultado peso que se precipitan sin reparo sobre sus trompas de Eustaquio.

Me ha inspirado la idea el lenguaje empleado por la princesa – “la del pueblo”, claro, de su pueblo, me refiero, no del mío – viéndola dominar un lenguaje tan popular, que desataba los aplausos del ¿respetable?, según mostraba el vídeo resumen difundido en un irónico programa de otra cadena, diferente a la vasilea que sostiene y paga tan grotesco espectáculo.

Les aclaro, por ejemplo, que cuando oigan decir a la princesa: “me sudan los ovarios”, no la crean, porque los ovarios no sudan, lo que quiere decir es que el asunto no le afecta. Si pide entre el vociferio que no le “toquen el coño”, está rogando que no la molesten, y si advierte que todo se lo pasa “por el pototo”, es que nada le importa. No le hagan mucho caso cuando dice que está de “puta madre”, porque hay madres de putas que están mejor que ella. Ni le den crédito cuando afirma que “la única que tiene cojones es la tía Mamen”, porque confunde unas gónadas con otras.

Finalmente, al gritar sin contención “¡¡ a jodeeeer!!, no pretende congregar a los españoles en una orgía colectiva, invitándonos a practicar el coito masivamente a diestro y siniestro, porque ya estamos bastante jodidos con su presencia, quienes lamentamos impotentes que algunos ciudadanos aplaudan semejante esperpento.