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IRONÍA EN LA DECEPCIÓN

IRONÍA EN LA DECEPCIÓN

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Ahí están, cada uno a lo suyo, que siempre es a lo nuestro, como debe ser. La oposición pidiendo el anticipo de las anticipadas elecciones para asegurarse cuanto antes el sacrificio por el pueblo. Y los que por nosotros han padecido durante los últimos ocho años, practicando el injusto masoquismo de seguir flagelándose por los vecinos otros cuatro años más.

“Hunos” queriendo mantenerse en el ara del martirio, y “hotros” pidiendo solidariamente el relevo por considerar que los adversarios ya se han esforzado bastante, tocándoles ahora a ellos la mortificación. Los primeros encadenándose a los sillones de tortura y los segundos comprando cizallas por las ferreterías españolas para liberarles de la inmolación. La izquierda prometiendo hacer lo que hasta ahora no ha hecho y la derecha prometiendo que hará lo que tuvo ocasión de hacer y no hizo.

Tanta generosidad por ambas partes abruma a los ciudadanos, faltándonos palabras para agradecerles tanto esfuerzo por el pueblo, tanta renuncia personal, tanto desprecio a sus intereses y tanto riesgo para su salud mental. Esto último es lo que más preocupante porque la obsesión por el bienestar ajeno les está llevando a un estado de enajenación mental crónica de imprevisibles consecuencias, llevándoles a creer en nuestra incapacidad cerebral para comprender lo incomprensible.

No dudéis, amigos de este blog, que el candidato rosado lleva casi treinta años en círculos de poder utilizando su modesto Skoda Fabia en los desplazamientos y pagando de su bolsillo los aparcamientos públicos, sin gozar en todo ese tiempo de coches oficiales ni privilegiados estacionamientos. Todo un ejemplo de solidaridad con los desfavorecidos. Igualmente, el candidato alado sacrificó su vida en diferentes ministerios, por los que pasó sin romperlos ni mancharlos para evitar daños mayores que los producidos por aquellos “hilillos” del Prestige sin importancia alguna, antes de ser investido por el César candidato a llevar las riendas del gobierno nacional.

Este digitalismo antidemocrático diferencia al cántabro del gallego, pues el primero ganó las elecciones primarias de su partido por ¡unanimidad!, tras apabullar a la otra candidata que fue llevada por las orejas hasta la puerta de salida sin permitirle votarse a ella misma siquiera en las elecciones celebradas, siguiendo el mandato estatutario del partido.

Ciertamente, creo que los ciudadanos debemos agradecerle a ambos su sacrificio por nosotros durante los treinta años que cada uno de ellos lleva dedicados a la política, ayudándoles a recuperar su vida familiar y profesional porque se lo merecen. Es por su bien, no por el nuestro. Debemos renunciar al glorioso privilegio de que nos gobiernen para que disfruten en los trabajos que colman su felicidad: uno explicando mecanismos de reacciones orgánicas en la Complutense y el otro registrando propiedades en Santa Pola.

Ocupémonos de ellos por una vez, hagamos por ellos lo que su ofuscada mente les impide realizar. Preocupémonos por su bienestar, hagámosles felices para agradecerles cuanto han hecho por nosotros. No los comprometamos con más trabajos, aliviemos sus sacrificios y llevémosles a su natural reposo junto a todos los compañeros de partido que llevan tantos años como ellos velando nuestro sueño y protegiéndonos de todo mal.

Hagamos por ellos lo que por nosotros han hecho. Devolvámosles los favores recibidos. Seamos generosos por una vez y concedámosles a todos ellos la jubilación anticipada y el paro, aunque con ello aumente un millón más la lista de desempleados.

RESACA ELECTORAL

RESACA ELECTORAL

Acabo de hablar con un abogado amigo, sensato, prudente e ilustrado, cuyo voto tenía que valer dos votos, acordando ambos en calificar los resultados electorales como decepcionantes, no por el incuestionable valor numérico de los mismos sino por razones que merecen un tratado imposible de compendiar en esta página.

Dichos resultados anuncian que la gaviota ha sobrevolado por encima de la rosa a más de dos millones de votos de altura, llevando en un ala cuatro mil quinientas plumas de concejales más que pétalos ha desgranado la flor, y en el ala derecha un bote de pintura para decorar de azul comunidades tradicionalmente floridas como Castilla la Mancha y Extremadura.

Pero estos no son los únicos resultados electorales, hay otros diez que, como los mandamientos se encierran en los dos ya citados.

  1. Muerte anunciada. Echamos de menos la pluma de Gabo para que nos relate con sabiduría literaria y acertado olfato político la crónica de esta muerte anunciada, provocada por muchas causas que vienen encabezadas por la crisis económica, pero seguida de razones contundentes que nunca se harán públicas porque en política no cabe reconocer errores propios, aunque en el caso de los socialistas hayan sido múltiples y consistentes, a lo largo de años en el poder. Incluso en vísperas del éxito tuvo resbalones su líder muy aplaudidos entre los militantes de un partido que hoy permanece en silencio sin atreverse a declarar su parte de culpa en el desencanto de muchos votantes de izquierda.
  2. Abstención. No ha sido el Partido Popular la organización más votada, sino la agrupación política formada por los militantes de la abstención, aunque esto no haya sido tenido en cuenta por los líderes políticos en sus primeras declaraciones, ni sea previsible que lo hagan, porque ni ellos ni ciertos analistas políticos están dispuestos a meterse en el confesonario para reflexionar sobre el hecho de que 12 millones de ciudadanos no hayan acudido a las urnas, amparándose en que la validez de esa categoría de votos sólo hay que concedérsela a las papeletas en blanco.
  3. Derrota socialista. No está claro que haya ganado las elecciones el Partido Popular, según han proclamado a los cuatro vientos con megáfonos de alta potencia algunas bocas propias y extrañas. Es el partido socialista quien ha perdido las elecciones, que es bien distinto, como sucedió en 1982 a la derecha y en 1996 a la izquierda.
  4. Zapaterismo. Se consolida el hastío de los ciudadanos con la izquierda regentada por Zapatero, y toma cuerpo la decepción de muchos votantes con una situación calificada de insostenible, a la que el partido socialista no prestó atención hasta última hora, tomando medidas cuando el globo ya había estallado. Y es que no siempre los afectos incondicionales van acompañados de aciertos, ni el silencio es irresponsable, ni el aplauso inmerecido el mejor camino del éxito, ni la complicidad ajena al fracaso.
  5. El 15-M. Es difícil cuantificar la incidencia del movimiento 15-M en los resultados electorales, pero está clara la rebeldía ciudadana contra los banqueros y especuladores, aunque no haya podido demostrarse su repulsa a politiqueros, corruptos y encausados, sino todo lo contrario, como se ha podido comprobar. Pero, ojo, que no se confíen demasiado los vencedores porque el malestar va en serio, y a nadie extrañaría que quienes no tienen nada que perder estén dispuestos a perderlo todo, y quienes tienen ahora todo, se queden con lo necesario.
  6. Elecciones anticipadas. Da buen olor que Rajoy no pidiera anoche con su habitual contundencia un anticipo de las elecciones. Golpe de inteligencia, impropio de quien lleva meses haciendo lo contrario. Pero llegará esta exigencia, porque el partido socialista tiene difícil la papeleta de gobernar tras lo sucedido ayer, y los populares se mantendrán al acecho. Han sido unas elecciones municipales, no generales, pero el 12 de abril de 1931 sucedió algo parecido y el rey zarpó hacia Marsella en un buque de la armada española.
  7. Rajoy, líder. A partir de hoy los populares cerrarán el debate abierto sobre el liderazgo de Rajoy y los socialista iniciarán una travesía por el desierto en busca de un líder nacional que bendiga a los nuevos mandatarios locales, aunque esto sea difícil de conseguir, porque los análisis de la situación no pasan por reconocer los sucesivos errores cometidos por sus actuales mandamases provincianos, ni por el abandono de los cargos, aunque en algunas provincias lleven perdidas más de quince elecciones consecutivas. Catarsis imposible, renovación utópica y renuncias impensables, porque la afición por los placenteros sillones de masaje político es el único punto en común de todos los dirigentes, sean del color que sean.
  8. Previsible victoria. Cabe esperar que la grieta entre los dos partidos disminuya por el bien de todos, aunque se mantengan las diferencias ideológicas y estratégicas de cada cual. Previsiblemente, los populares ganarán las próximas elecciones generales, pero que no se hagan ilusiones porque el desgaste será inmediato, como van a comprobar en los ayuntamiento y comunidades donde a partir de ahora tienen que defender sus proyectos, en tiempos donde la bonanza económica se han tornado en recesión y la sonrisa del bienestar en lágrimas de parados.
  9. Subjetividad. La objetividad de muchos creadores de opinión ha brillado por su ausencia, como era de esperar. Los que conforman las plumas de gaviota han volado con ella a espacios oníricos alejados de la realidad y quienes aromatizan con incienso los pétalos de rosa han tratado de cambiarle el agua en los floreros. Ambos grupos cabalgan a lomos de sus propios deseos sin bajarse de la nube ni percibir la realidad de los ciudadanos que pisan la calle rechazando la falsa virtualidad de sus discursos.
  10. Futuro. Los ciudadanos han votado al partido de su devoción, subidos a la peana del olvido, sin reparar en el significado de los casos de corrupción, en el alcance del daño que han hecho a Instituciones públicas determinadas declaraciones y actitudes, en el peligro de indultar pecados políticamente mortales, en la complicidad del silencio con los especuladores sin escrúpulos, y en promover la opinión de quien afirma sin pestañear que ¡la corrupción es consustancial a las Instituciones públicas! A los votantes parece no haberles afectado la mierda que hay bajo las alfombras de los despachos oficiales. Pero es más grave que no se vea en el horizonte una fuerza política regeneradora, porque los esfuerzos 15-M no han dado los resultados apetecidos, aunque se mantenga el desencanto y la frustración entre los indignados, conscientes que lo más grave de la corrupción política es perder la conciencia de lo que representa. El instinto de supervivencia impide a ganadores y perdedores hablar de listas electorales verdaderamente abiertas para terminar con la partitocracia, lo cual obliga a pensar en que todo seguirá igual. Es decir, más de lo mismo durante más tiempo, porque a partir de hoy la preocupación de la izquierda será mantener el poder en las próximas elecciones generales, y el propósito de la derecha, quitárselo.

 

PERCEPCIONES

PERCEPCIONES

PERCEPCIONES

Desde hace más tiempo del preciso,  reciben los sentidos  imágenes y sensaciones extrañas que impresionan retinas, tímpanos y dendritas, dejándonos el amargo sabor de la decepción, la contrariedad de la frustración, la impotencia de la derrota y el convencimiento de la inevitable ruina social, porque las pancartas han sustituido a la rebeldía, y la resignación se ha hospedado en los corazones heridos, ahogando toda capacidad de respuesta.

Ver a patrones subidos a lomos de sus obreros fustigándoles los ijares obliga a pensar que los capelos han modificado a gusto de los jinetes la doctrina, decretando que el mandato evangélico de amarnos los unos a los otros se haga realidad amándonos los unos sobre los otros.

Comprobar la categórica respuesta de los tribunales de justicia con quienes han hurtado un lapicero, contrasta con la indulgencia mantenida por las togas con políticos y corruptos que se protegen con guantes blancos para ocultar sus podridas manos por la ambición, como sepulcros blanqueados condenados al desprecio en el libro sagrado.

Observar los privilegios, ingresos económicos, dietas y jubilaciones de los políticos – muchos de ellos sin titulación, méritos, ni capacidad -, representa un insulto a la inteligencia de los que pagamos tales prebendas con nuestros impuestos; una afrenta a los trabajadores que sudan para ellos; una burla para los desempleados que se muerden los puños de impotencia; una ofensa para la democracia que pervierten; y un agravio al sentido común, que exige una llamada al voto en blanco, a la quema de fueros inmerecidos y a las barricadas electorales.

Quienes mantienen la sartén por el mango y el mango también autorizan la protesta civilizada, dentro del orden establecido por ellos y sin permitir que la violencia deslinde el marco legal dictado por su dedo índice.  Pero ha llegado el tiempo de dar un paso hacia delante, conculcando normas que sólo a ellos benefician.

Mi querido Benito, buen amigo adolescente en el Infanta, me ayuda a cerrar la carta de hoy con las palabras que me ha enviado, escritas por Ayn Rand en 1950, premonitorias de la que se nos viene encima:

“Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican, no bienes, sino favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias mas que por el trabajo, y que las leyes no lo protegen contra ellos, sino, por el contrario son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio, entonces podrá afirmar sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada”

 

ENGAÑO Y DECEPCIÓN

ENGAÑO Y DECEPCIÓN

Versodiario  17 :

Duele mucho la traición                                                                                                                    del amigo que aparenta                                                                                                                      ser de leal condición                                                                                                                          y castiga con la afrenta

ENGAÑO Y DECEPCIÓN

Ese es el orden, Sancho, diría don Alonso a su escudero con razón, porque siempre el engaño precede a la decepción, salvo en el caso de quien dicen que todo lo pudo y puede, porque su infinitísima sabiduría le llevó a la decepción, antes de producirse la traición de dos amigos íntimos, que hoy conmemora la Iglesia más Católica, más Apostólica y más Romana de la galaxia, en este martes santificado.

Sí, porque lo más doloroso para el Hijo de Dios no fue la traición en sí, sino que ésta fuera consumada por dos de sus incondicionales amigos íntimos, algo difícil de comprender en un Pastor que presumía de conocer perfectamente a todas sus ovejas, pero más aún a las que caminaban junto a él al frente del rebaño.

Y fueron dos los infieles: Judas, el delator, entregándolo a los matarifes por unas cuantas monedas; y Pedro, el futuro portero celestial, diciendo públicamente  que no le conocía ni sabía nada de él, antes de que el gallo del corral vecino cantara por tercera vez, cuando días antes había ofrecido su vida al Nazareno, a cambio de la suya. ¡Vaya pareja! O como diría quien ya lo dijo: ¡Menuda panda!

Con esta actitud mantenida por los inseparables hacia su Salvador ¿a quién puede extrañarle las puñaladas traperas que sus desvalidas criaturas recibimos con frecuencia de quienes dicen ser amigos nuestros?

Esto explica que en tiempos no lejanos yo mismo sufriera tres cornadas seguidas en el mismo espacio intercostal, que me tuvieron postrado a los pies de papeles amarillos dos jornadas enteras,  sin  recibir visita alguna de los cornúpetas que me empitonaron con ambigüedades calculadas en su propio beneficio.

Ya fuera de la UCI y con las heridas cicatrizadas por los abrazos recibidos de verdaderos amigos, absuelvo todo, a todos y todo lo olvido porque nunca he tenido memoria para daños directos o colaterales que fuera más allá de los primeros momentos de decepción que siguieron al engaño.