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Etiqueta: ciudadanos

PRIMER BROTE NEGRO

PRIMER BROTE NEGRO

 La torpe visión de la realidad, unida a la pasividad y falta de capacidad de los gobiernos a lo largo de la historia para captar la situación real de los países que gobernaban, ha llevado en varias ocasiones a violentas revoluciones que podrían haberse evitado si quienes ocupaban las cúpulas del poder hubieran realizado los cambios que demandaban los ciudadanos.

En un Estado de Derecho, las leyes son el armazón que sostiene la estructura organizativa del mismo, pero cuando el hambre llama a la puerta y la supervivencia familiar depende de un mendrugo de pan que no llega, la legalidad huye por la ventana. Cuando el hambre provoca el llanto de los hijos y la angustia es la oración de cada día, no cabe la resignación.

Hemos visto el primer brote negro en Andalucía y la respuesta del Gobierno no ha sido atajar las causas que han llevado a la rebelión, sino condenar a galeras a los rebeldes, haciendo un alarde de ceguera poco común, si tenemos en cuenta que un periódico ha publicado los resultados de una encuesta en la que el 89,5 % de ciudadanos aprueban la incautación de alimentos que han hecho los Robín Hoods del SAT.

Vergüenza nacional que a todos avergüenza menos a los sinvergüenzas que ahora claman justicia represiva sin tener en cuenta que la supervivencia no entiende de leyes cuando el estado de necesidad exige alimento, sin importarle en camino a seguir para evitar la hambruma.

PREGUNTAS SUELTAS

PREGUNTAS SUELTAS

Hay preguntas escatológicas sin respuesta, y preguntas que no vale la pena responder.  También circulan preguntas innecesarias por la obviedad de su respuesta, y preguntas sueltas, que van de mano en mano por los mentideros de pueblos y ciudades, dando cabezazos contra las paredes sin que nadie se preocupe de ellas, como estas:

¿Por qué existe tanto empeño en salvar un sistema que está hundiendo a la gran mayoría de ciudadanos, sin buscar alternativas que liberen a futuras generaciones de los quebrantos que nosotros estamos padeciendo?

¿Quién sabe la manera de frenar el ataque inmisericorde y brutal que se está llevando a cabo contra las pequeñas economías domésticas y los servicios públicos fundamentales como la sanidad, la educación y la justicia?

¿Hasta cuándo va a mantener el Gobierno el visor de campaña en los inocentes ciudadanos, asalariados, funcionarios y parados, desviando su mirada de los responsables que pasean en yate por la costa tras haber arruinado las Cajas?

¿Cómo puede agilizarse la justicia para evitar que corruptos, ladrones y sinvergüenzas lleguen al descanso eterno sin haber pasado algunas noches de insomnio en las cárceles al ver sus arcas vacías por devolución del dinero robado?

¿Cuándo dejaremos de ver sentados en sillones oficiales de Instituciones públicas a tantos zánganos, chupópteros, depredadores, incompetentes, cínicos y gandules, apropiándose de un cortijo que no les pertenece?

¿A qué espera el pueblo para alzarse contra la hipocresía de un sistema antidemocrático que empapela las ciudades con seductores carteles y proclamas de valores democráticos, masacrados por los estafadores que se benefician de la farsa?

¡BASTA DE MILONGAS!

¡BASTA DE MILONGAS!

De las siete definiciones que la Real Academia incorpora en su diccionario para definir el término milonga, pongo atención en la sexta acepción referida al engaño o cuento que esta voz significa, para decirle a los populares que muchos ciudadanos libres de compromisos partidistas estamos ya hartos de milongas.

Sí, porque es una buena milonga confundir la crisis del sistema financiero con la deuda pública. O sea, que la ruina de las Bankias, CAMes y Unicajas,  provocada por la incompetencia y voracidad de los políticos que había en sus Consejos de Administración, nada tiene que ver con el déficit del Estado.

Es una milonga atribuir toda la responsabilidad del déficit público al Estado central zapaterista, cuando algunas de las autonomías más deficitarias estaban, y siguen estando, gobernadas por el Partido Popular, hoy en Moncloa.

Es una milonga enjaretar exclusivamente la responsabilidad de la crisis al mal gobierno anterior, cuando en siete meses los populares han dejado hundir el sistema y multiplicado la crisis por tomar medidas ineficaces, torpes, retrasadas y a destiempo.

Es una milonga justificar el incumplimiento del programa electoral y las graves mentiras electorales con nuevas mentiras sobre males inexistentes, para atemorizar a la población tratando de evitar lo inevitable.

Y es una penosa, detestable y triste milonga, afirmar que ha sido inevitable reducir la prestación por desempleo a los parados, cuando hubiera bastado eliminar cientos de políticos que sobran y megamultimillonarias financiaciones directas e indirectas a la patronal, sindicatos y partidos, para evitar masacrar a los desempleados, sortear recortes en servicios básicos y mantener el Estado del bienestar.

Basta de milongas e insultos al sentido común ciudadano. Indignados, sí. Miedosos, puede ser. Resignados, bastante. Cobardes, tal vez. Arruinados, seguro. Pero tontos, no.

POLÍTICO VS. POLITIQUERO

POLÍTICO VS. POLITIQUERO

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Una de las peticiones más coreadas por los “indignados” estos días y compartidas por la gran mayoría de ciudadanos, es la sustitución de todos los políticos por ciudadanos honrados, generosos, capacitados y apartidistas que nos gobiernen, es decir, sustituirlos por Políticos, así, con mayúsculas.

Los electoreros y la ausencia de políticos ha llevado a muchos ciudadanos a la perversión conceptual de confundir Políticos con politiqueros, sin darse cuenta que nada tienen que ver unos con otros.

Los Políticos son tan necesarios para la convivencia social, la gestión pública y la administración económica de los bienes comunes, que la ausencia de esta especie extinguida es la causa fundamental de crisis que padecemos.

En la sociedad se ha producido una mutación genética social por la cual una especie necesaria para el bienestar y el progreso colectivo ha mutado a una casta aborrecible de incompetentes individuos sin escrúpulos, capaces de quitarle un caramelo al primer huérfano que pase a su lado.

El cambio ha sido transformar el Político en politiquero y las elecciones en electorería, sin que el diccionario haya incluido los nuevos términos en sus páginas para aclarar las ideas al personal, por lo que nos toca hacerlo a quienes confiamos plenamente en los Políticos y así queremos explicarlo porque el político extinguido nada tiene que ver con el politiquero dominante.

El Político se sacrifica por el pueblo, el politiquero sacrifica al pueblo.

El Políticos sirve al pueblo, el politiquero se sirve del pueblo.

El Político persigue el bien común, el politiquero su propio beneficio.

El Político vive de su trabajo, el politiquero del trabajo de los demás.

El Político ostenta competencia, el polítiquero exhibe su carnet del partido.

El Político es honrado, el politiquero vive de la corrupción.

El político es veraz y sincero, el politiquero vive de la mentira.

Seguid vosotros, amigos….

TESTIMONIO EJEMPLAR

TESTIMONIO EJEMPLAR

El testimonio que están dando los padres de la patria es un ejemplo a seguir por todos los ciudadanos de bien que valoran sus sacrificios por nosotros, haciendo callar a los “indignados”, hoy desaparecidos de la faz de la tierra.

A nadie puede extrañar que los parlamentarios se autorregalen un iPhone 4S para negociar nuestra salvación en las mejores condiciones y evitar saturar los centros de reciclado, quedándose con el iPhone de la anterior legislatura por si surge alguna emergencia.

También es lógico que mantengan el ordenador portátil que ya tenían, pagando 100 dolorosos euros de su escaso salario, y que se autorregalen un iPad de última generación para facilitarse la tarea de hacernos más felices.

El imprescindible que dispongan además de un ordenador de sobremesa en el despacho, ADSL en su casa, asistente que les asista y cómodo despacho, para realizar gestiones que mejoren nuestro bienestar, aunque haya protestones que se quejan porque a los demás nos impidan realizar el mismo sacrificio que ellos ejemplifican.

También es lógico que les paguemos la gasolina, los peajes, billetes y taxis que necesitan en sus desplazamientos a las «escopetas nacionales» donde negocian los favores, prebendas y beneficios que recibimos los ciudadanos con sus esfuerzos.

La capacidad de trabajo de nuestros patrioteros padres llega a tanto, que no les basta con los sudores en el Parlamento y se pluriemplean en otros oficios para evitarnos trabajo a los demás, renunciando al merecido plurisalario que reciben.

¿Sería lógico que tributaran los libertadores por los miles de euros que le llegan en complementos, asistencias, kilometraje, alojamiento y manutención? Pues no. ¿Sería normal que dejaran de percibir euros cuando abandonan el escaño? Pues tampoco, porque su testimonio es ejemplar, como dijo Cospedal: «Los españoles pueden estar seguros de que no habrá sacrificio ni esfuerzo que no estemos dispuestos a hacer». ¡Bien dicho, coño!

Muchos ciudadanos carentes de sensibilidad y reconocimiento a los sacrificios que realizan sus «padres putativos», pretenden quitarles la pensión máxima de jubilación obtenida con sus 7 años de esfuerzos, simplemente porque a ellos les exigen 35 años de actividad laboral. ¡Qué ingratos!

Otros, más ignorantes y osados, se atreven a pedirles cosas imposibles, como que se ajusten el cinturón como ellos les exigen, sin darse cuenta que sus “padres” usan tirantes.

COMPÁS DE ESPERA

COMPÁS DE ESPERA

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Este compás no se refiere al silencio que dura el tiempo marcado por el signo que determina el ritmo en una composición musical, sino a la parada obligatoria que estamos haciendo los ciudadanos en espera de soluciones que hagan aparecer brotes verdes de esperanza en nuestro futuro.

Nos gustaría saber el tiempo que falta para que quienes aparentan representarnos en el Parlamento, los Concejos Municipales y las Diputaciones Provinciales, acaben finalmente representándonos en dichas Instituciones.

Quisiéramos saber cuánto tiempo debemos esperar aún para que los gobiernos sucesivos dejen de mentirnos y los políticos justifiquen con su trabajo los sueldazos, dietas y jubilaciones que se llevan en crudo.

Desearíamos tener una idea aproximada de las horas y días que debemos aún permanecer a la puerta de los juzgados, esperando que los magistrados nos expliquen algunas sentencias difíciles de comprender para los humildes mortales.

Sería bueno que alguien nos dijera en qué momento van a desaparecer los políticos de los procesos judiciales, y cuándo los partidos políticos abandonarán la desvergüenza de incluirlos en sus listas electorales.

Pedimos que se nos diga el tiempo aproximado que falta para que se extinga la ley de impunidad que ampara a enfermos psicopatológicos que con su megalomanía han despilfarrado nuestro dinero en estériles caprichos.

Estamos impacientes por saber si el rey va a presentar finalmente su candidatura oficial en las elecciones democráticas a la presidencia de la Tercera República Española, porque a muchos les gustaría botarle.

Aspiramos a saber qué día podremos abrir indistintamente cualquier periódico para estar objetivamente informados, sin manipulaciones tendenciosas, silencios cómplices y recortes oportunistas.

Anhelamos saber cuándo los ladrones de guante blanco, los políticos corruptos y los banqueros que han metido la mano en la caja, van a devolver lo que se han llevado, aunque haya prescrito el delito.

Finalmente, quisiéramos saber si van a ponernos sillas en la sala de espera donde nos encontramos, porque estamos cansados de estar de pie esperando unas respuestas que no llegan, y el cansancio excita los ánimos, produce malestar, genera indignación y enaltece el espíritu agresivo.

COMIENZA EL ESPECTÁCULO

COMIENZA EL ESPECTÁCULO

¡Parados y paradas! ¡Indignados e indignadas! ¡Ciudadanos todos y ciudadanas todas! Tomen asiento, que comienza el espectáculo de la confusión y el engaño. Del olvido de promesas sin cumplir y del anuncio de las que no serán cumplidas.

Comienza la subasta del hambre ajena, el mercadeo con el dolor extraño, el comercio de ilusiones y la explicación de una realidad virtual que hace castañear los dientes a quienes viven en la intemperie de la soledad y el abandono.

Comienza la pugna por lograr la mayor oferta en el mercado de la seducción. La secuencia de disparates camuflados en proposiciones importadas del país donde vive Alicia. Y el vapuleo al adversario con palabras enardecidas que soliviantan las vísceras de los correligionarios.

Comienzan los motores a circular en sentido opuesto al que van los ciudadanos, dispuestos a llevarse por delante lo que encuentren a su paso con tal de alcanzar la meta que se han propuesto, para lograr su objetivo una vez más.

Comienzan los descarados vaticinios de brotes verdes en un terreno desértico, las soluciones imposibles al tsunami que se avecina y las profecías de que cualquier tiempo futuro será mejor, sin percibir que el futuro ya ha arruinado muchas vidas.

Comienzan los autores y cómplices de la tragedia a proponer la redención de los males que ellos mismos han provocado con su ignorancia, omisiones, silencios y mentiras durante años, llevando ambos con orgullo en la solapa el mérito de haber sido los políticos más incompetentes de la moderna historia de España.

Comienzan los flautistas de Hamelín a templar las flautas, sin tener en cuenta que en esta ocasión sólo van a seguirles los que perecerán ahogados como las ratas de la leyenda contada por los hermanos Grimm.

Ya están preparados los escenarios, dispuestos los micrófonos, escritos los guiones, encendidas las candilejas, reforzados los atriles y saturados los botiquines con pastillas para la garganta y guantes de roble para los palmeros. Entre bastidores esperan su turno los teloneros y primeros actores, mientras los ingenuos incondicionales se hacinan con vividores de la farsa para elevar su santo al altar de la Moncloa y el séquito de profanos beatos a honoríficos camarines laterales.