PREMIAR EL DELITO

PREMIAR EL DELITO

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Hay partidas presupuestarias institucionales que producen desconcierto, otras generan desasosiego, algunas reportan confusión, muchas sorprenden, la mayoría parecen abusivas en beneficio de los de siempre, pero que los ciudadanos tengamos que pagar las multas de tráfico de los coches oficiales de sus señorías parlamentarias, provoca indignación y urticaria social.

Efectivamente, el Congreso reserva varios miles de euros aportados por los ciudadanos para hacer efectivas las infracciones de tráfico cometidas por la flota de vehículos que utilizan los patrioteros padrastros de la patria, en sus desplazamientos de un sitio para otro, con la irritación añadida de los di-putados si el chofer se retrasa.

Si algún padrenuestro de la patria recibe una multa por aparcar en zona prohibida, la denuncia la pagamos usted y yo; si pisa el acelerador más de lo permitido activando un radar, el flashazo lo pagamos usted y yo; si el parlamentario levanta la voz ofendiendo a los agentes, el enfado de los gendarmes también lo pagamos nosotros.

Eso sí, cuando la sanción al diputado infractor comporta pérdida de puntos, no solo abonamos la multa y los recargos del anónimo pecador, sino que además nunca sabremos el nombre del infractor porque el Congreso se niega a darlo. Pero si no hay pérdida de puntos, el sacrificado Parlamento recurre la multa para ahorrarnos dinero, alegando que la infracción se cometió por motivos de seguridad personal del delincuente.

Es decir, que el sistema de pago aprobado por los infractores desde sus escaños espanta a la ley, insulta al sentido común colectivo, degrada el servicio público y ofende a la inteligencia, porque con privilegio tan detestable se premia el delito.

SOLTERONES Y SOLTERONAS

SOLTERONES Y SOLTERONAS

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arnolfini

No siempre las definiciones que reciben los adjetivos de distinto género gramatical coinciden en sus significados, por mucho que el diccionario se empeñe en identificarlos, aunque esta cualidad lingüística del idioma no se relacione con el sexo.

Así, ocurre que los términos solterón y solterona tienen la misma definición en el diccionario de la Real Academia, pero distinto significado en las entendederas de algunos ciudadanos con vulgares pensamientos, que discriminan las dos tipologías identificativas de personas entradas en años que aún permanecen casaderas.

En las páginas sociales tiene ambos el mérito común de ser considerados especímenes humanos sin libro de familia, pero son cada vez más abundantes entre la fauna urbana y rural a la que todos pertenecemos, con negativas diferencias y prejuicios hacia las mujeres, como suele ocurrir más veces de las que sería deseable que sucediera.

Los mentecatos consideran que el solterón lo es por voluntad propia, generando cierta envidia entre los casados, al gozar de libertad e independencia no bien comprendida por los felices maridados y elogiada por quienes la echan de menos. En cambio, tales solterafóbicos de mente extraña piensan que la solterona está sola por voluntad ajena, al carecer de suerte en la búsqueda de pareja y no cazar marido, siendo mujer resentida y sin futuro sexual.

Para tales memos, los solterones son desengañados y las solteronas despechadas que huyen despavoridas de futuros encuentros amorosos. Eso sí, en los colectivos de solterones y solteronas, no incluyen los solteros y solteras jóvenes o sentadas en la sala de espera matrimonial, ni tampoco aquellos solteros y solteras vinculados a pareja libre sin vínculos contractuales ni bendiciones, que han rechazo el matrimonio convencional para vivir juntos un amor en libertad.

CELIBATO TRIDENTINO

CELIBATO TRIDENTINO

Concilio-de-Trento

Las ambigüedades del arzobispo de Granada ante los abusos cometidos a menores por algunos clérigos de su diócesis y el esfuerzo de los ortodoxos católicos por mantener el celibato sacerdotal, permiten recordar el ecuménico Concilio de Trento que llevó la abstinencia sexual de sus ministros a los altares del cinismo.

En el Concilio de Trento se le recordó a todos los sacerdotes la obligatoriedad del celibato establecida en el Concilio de Letrán, por si algún clérigo había olvidado clausurar una de las dos funciones que el Dios creador había otorgado al aparato reproductor, debiendo ser utilizado solamente para la micción, aunque gran parte de ellos le hayan dado a lo largo de la historia el doble uso para el que fue creado.

Prohibición que tuvo su gracia entre católicos y no católicos, pues el papa Pablo III que gobernaba la iglesia, convocó el concilio y firmó la prohibición del forniqueo a los curas, tenía cuatro hijos reconocidos y presumiblemente algunos más discretamente apadrinados, mientras hacía cardenales a sus nietos de 14 y 16 años, enredándose el  sucesor Julio III en amores infantiles con su sobrino adoptivo.

Pero también, en dicho concilio, se reforzó el pecado original de la raza humana, exigióse el bautizo como liberación de la caldera infernal, establecióse que solo la iglesia podía interpretar las escrituras, pidióse el culto a los santos, confirmóse la existencia del purgatorio, propúsose el Índice de libros prohibidos, fortificóse la jerarquía eclesiástica, hízose carne de Cristo el pan y su sangre el vino, entre otras mil cosas más, imposibles de resumir en este recordatorio.

Los jefes Pablo III, Julio III, Marcelo II y Pablo IV que gobernaron la Iglesia con mano dura durante aquellos años de concilio, no tuvieron problema en levantar la mano amenazante contra los católicos descarriados por lechos infantiles ni en mandarlos al infierno por mirar hacia otro lado o desobedecer los mandatos conciliares.

ESTADOS DE AGREGACIÓN SOCIAL

ESTADOS DE AGREGACIÓN SOCIAL

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Durante muchos años expliqué a mis alumnos los estados de agregación de la materia, distinguiendo los cuerpos sólidos de las masas líquidas y las disgregaciones gaseosas, siendo estas las que flotan por encima de los dos primeros estados de la materia, debido a su baja densidad.

En la sociedad ocurre algo parecido, hay una parte sólida que aguanta todos los golpes, excavaciones, roturaciones y terremotos, por intensos que estos sean. Otra parte líquida, voluble, móvil y fluida, que se acomoda bien a las circunstancias, adaptándose a la vasija social que la contiene. Y una parte gaseosa que está por encima de ambas, moviéndose con facilidad por el espacio y ocupándolo todo aunque sean pocas las moléculas que lo forman.

Al estado de agregación sólido pertenecen las partículas ciudadanas más desfavorecidos por su menor tamaño, en continua agitación para sobrevivir, soportando altas presiones de capas superiores formadas por líquidos estabilizados en estratos intermedios y privilegiados gases que flotan sobre ellos.

Al estado líquido pertenecen moléculas estabilizadas socialmente, a quienes se añaden átomos gaseosos condensados por descenso de la temperatura financiera, especulativa y comercial que los mantenía en suspensión, junto a partículas sólidas fundidas por la excesiva vibración laboral.

Finalmente, forman el estado gaseoso social privilegiadas partículas minoritarias que se mueven libremente por el espacio, ajenas a toda contaminación ciudadana, sobrevolando por encima de sólidos y líquidos, a quienes ignoran, desprecian, presionan y envuelven con el desprecio que otorga la inmaculada protección de su escasa densidad solidaria.

TELEADICCIÓN

TELEADICCIÓN

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Captura de pantalla 2014-11-27 a las 04.51.18

El día que el ingeniero físico escoces John Logie Baird puso en marcha el primer televisor, no sabía que tal aparato crearía en muchos ciudadanos adicción semejante a la provocada por los alcaloides tropanos, los opioides, cannabiaceos o hierbas de la tía María, pues su invento cambio hábitos familiares, costumbres ciudadanas, juegos callejeros y lecturas diarias, por tronos reclinables ante el dios de la casa que todo lo inunda con su presencia.

La cosa empezó empezó cuando Logie hizo parpadear en 1924 una Cruz de Malta en las 25 líneas de la pantalla, que después se hicieron marioneta blanquinegra en 625 rayas, más tarde color y finalmente tres dimensiones en plasma, encandilando a seres humano de toda edad, sexo, nacionalidad y condición, algunos de los cuales padecen síndrome de teleadicción severa.

Personas inestables y carentes de iniciativa, sumidas en letargo vital y tedio cotidiano, caracterizadas por una sequedad mental contagiosa y pasividad crónica de espíritu, con tendencia inercial rutinaria y fijación visual a una pantalla sin filtros, pero con propiedades adormecedoras, claramente alienantes, profundamente penetrantes y lamentablemente deformantes, que concluye en el encarcelamiento personal a las imágenes virtuales que entran en los hogares por la ventana televisiva como realidad incuestionable, con fuerza manipuladora singular.

DIFICULTADES DE PODEMOS

DIFICULTADES DE PODEMOS

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Los miembros de la organización política Podemos saben perfectamente lo que dicen y tienen claro el programa que intentarían aplicar si llegan a la Moncloa, pero no saben si podrán llevarlo a cabo porque ignoran cómo hacerlo y si las circunstancias les permitirán realizarlo.

Con el fin de superar la falta de un programa concreto y hacerlo creíble, cuentan con especialistas en diferentes áreas político-económicas que les están aconsejando sobre el mejor camino a seguir para lograr sus objetivos, sin que tiemblen los cimientos del Estado y sí de los bancos, de las grandes empresas y de los millonarios de postín.

Esto es algo normal en la vida política, donde los partidos, el Gobierno y cada dirigente cuenta con asesores seleccionados por ellos mismos y pagados por nosotros, para que les ayuden en la tarea, aunque muchos de ellos se limiten a pasearse por los pasillos, hacer inclinaciones de tronco y aplaudir al jefe hasta hacerse ampollas en las manos.

El segundo problema que tiene Podemos es más grave que el primero, pues ha de vencer un poder oculto en la sombra, amparado por leyes supranacionales que blindan sus intereses, haciendo tan imposible los cambios legislativos como fácil resultó modificar el artículo 135 de la sacrosanta e intocable Constitución Española, que ahora el arrepentido Sánchez pretende corregir.

Carta Magna que aprobaron en 1978 millones de españoles ya fallecidos, sin dar oportunidad a los millones que no la votaron de expresar libremente su opinión sobre ella y someter a referéndum los artículos que demanda la sociedad de 2014, alejada 36 años de la vigente Constitución.