POLÍTICOS PROFESIONALES

POLÍTICOS PROFESIONALES

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Mientras el grueso de ciudadanos hacen su carrera profesional con sacrificio, ganándose el futuro trabajando duramente, otros se matriculan en las escuelas de alevines que los partidos políticos amamantan para nutrir sus filas, exigiéndoles simplemente lealtad a la organización, servidumbre al líder y paciencia en la espera a que el jefe los señale con su poderoso dedo, para sentarse veinte años en la poltrona.

El joven aspirante a un puesto de trabajo debe ganarse la vida opositando a plazas del Estado en dura competencia con el vecino o merecer un puesto en el mercado laboral demostrando competencia, abnegación y sacrificio. En cambio, al militante político juvenil le basta con genuflexionarse ante los patrones, rezar padresuyos al jefe, dar cabezadas doctrinales, repetir consignas y hacer diariamente sesiones de besaculos.

La modorra, gandulería, mentiras, verborrea, sueldos y privilegios de la casta política está llegando a una bajeza moral rayana en el pecado original, con descarados insultos a la inteligencia ciudadana y perversiones políticas ofensivas para la democracia, por obra y gracia de la abyección a que han llegado los partidos políticos, entregados a profesionales del oficio electorero que han hecho oficio de la política, presentándose ante los electores con hiriente desvergüenza.

         Mientras esta taifa de vividores ejercen la carrera política paseando su grotesca vanidad por las tribunas, los ciudadanos honrados se abstienen de participar en el juego electoral, sin percatarse que su implicación en el gobierno es el único medio de acabar con los polítiqueros, electoreros, partideros y tramperos, que se ofrecen a ellos en las elecciones para gobernarlos y administrar sus bienes, cuando en realidad sólo les interesa administrar los propios, aprovechando la extrema depresión de espíritu y escasa conciencia pública común que reina en el país.

CRONISTAS Y CRONICONES

CRONISTAS Y CRONICONES

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El sevillano Mateo Alemán aconseja en el Guzmán de Alfarache no entrar en laberintos de los que no pueda salirse libremente y sin mancha alguna, pero la realidad de las tribunas periodísticas actuales exige entrar en sus renglones y palabras para denunciar la servidumbre de muchos columnistas, tertulianos y opinadores, al jefe de turno que corresponde en cada caso, aunque nos dejemos algunos pelos en la gatera.

La abundancia de periodistas al servicio del pagador, que venden su voluntad al mejor postor y hacen juegos de magia con palabras disfrazadas de verdades absolutas para complacer con ellas al patrón que los sustenta, hace evocar a cronistas independientes que humedecen su pluma en sangre recién vertida.

Las crónicas de tan invocados escritores son el reflejo de la vida y sus columnas actas notariales de la realidad que observan, sin más que descorrer los visillos de las ventanas, por muy triste, dolorosa, injusta y amarga que sea la realidad que contemplan.

Pero también el cronista honrado tiene la obligación de mostrar el reverso de esta avinagrada medalla, porque la vida se endulza ocasionalmente con buenas nuevas que recrean el espíritu y noticias alentadoras de cuando en cuando para nutrir el alma, alejadas del triunfo conseguido por pescadores de bienes ajenos en este río revuelto de mercaderes, depredadores y matarifes, merecedores de excomunión.

El cronista honrado que aplaudimos no es cómplice de la mentira, ni falsea la realidad, ni encubre fechorías, sino todo lo contrario, las pone al descubierto en la plaza pública para escarnio de los protagonistas merecedores de ser lapidados por la sociedad que soporta sus extorsiones, trampas y estafas.

Si ustedes conocen algún cronista con este perfil soñado de notario independiente, honrado y veraz sobre la realidad objetiva de la vida diaria, digan su nombre en voz alta para complacernos en él y desterrar este artículo, escrito con decepción al ver la compra-venta de opiniones que campea a sus ancha entre los periodistas sometidos a poderes ideológicos, religiosos, políticos y financieros.

«TODO POR LA PATRIA»

«TODO POR LA PATRIA»

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Los centros que están disciplinados por ordenanzas castrenses, y cuyos ocupantes visten de caqui, azul o verde, tienen reservado el copyright del sacrificio y mantienen exclusivo derecho de autor para grabar a la entrada del edificio la frase “Todo por la patria”, queriendo con ello expresar que quienes lucen uniforme y condecoraciones están dispuestos a inmolarse por la tierra a la que se sienten ligados jurídicamente, históricamente y afectivamente.

Tal privilegio es una apropiación indebida por tres razones: primera, porque nadie da todo, – es decir, todo – por la patria; segunda, porque no es buena idea dar la muerte por la patria, sino la vida; y tercera, porque el lema no debe ser exclusivo de los centros castrenses, sino ocupar el frontispicio de todas las Instituciones públicas y entidades privadas repartidas por la nación.

Confundir la vida con la muerte, lleva al error de rendir honores, cornetas, laureles, himnos y banderines a quienes dan su vida por la patria, cuando en realidad lo que entregan es su muerte, ignorando a los muchos que dan su vida por ella, en la milicia del trabajo manual y el esfuerzo intelectual, gastándose día a día con heroico silencio, por el progreso, bienestar y grandeza del país.

En las escuelas, hospitales, fábricas y universidades se lucha con las manos y las ideas en beneficio de la patria, librando diariamente duros y sostenidos combates por mantener una conciencia colectiva común y espíritu de lucha permanente, como ejemplo de entrega y donación de vida en el engrandecimiento del territorio común que a todos pertenece, algo que distingue a patriotas de patrioteros.

BIPARTIDISMO SOCIAL

BIPARTIDISMO SOCIAL

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El eterno debate sobre el bipartidismo político, ha tomado en los últimos meses un especial protagonismo, con división de opiniones entre los beneficiados con el reparto alternativo de poder PP-PSOE, y los decepcionados por tantos efectos negativos como ha generado esa alternancia en la Moncloa.

Pero hay otro bipartidismo de índole social, más injusto, abusivo, insolidario y degradante que el político, donde se obliga a militar en uno de estos partidos a millones de ciudadanos que no han solicitado su ingreso en el mismo, ni desean permanecer en él, pero que han sido engrilletados a su pata por quienes militan en el otro partido.

Me estoy refiriendo a esos dos grandes partidos sociales: el de los ricos y el de los pobres. El primero, tiene pocos militantes pero elevadas cuentas corrientes y mucho poder, para contrarrestar los millones de afiliados al segundo, con  escasa influencia y mucha miseria, generada por políticos del colorín nacional, sindicalistas horizontales, empresarios de sí mismos, profesionales de la usura, defraudadores millonarios y estafadores de guante blanco que han metido mano en la hucha común.

No tengo vocación de redentor porque temo acabar crucificado, pero sabed que para liberar a la pobreza de los grilletes que atenazan la miseria a la vida de los desfavorecidos, es necesario unir todas las manos para formar una cadena que ahogue en la revolución toda la podredumbre que inunda Instituciones públicas, consejos de administración, partidos políticos, entidades financieras y chiringuitos varios, con hedor a mezquindad, degeneración, cicatería, sordidez y corrupción.

MEDIOCRE CLASE MEDIA

MEDIOCRE CLASE MEDIA

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Afirma un sabio muy hondo en las ondas, que la clase media es la más castigada por los recortes y la que más está sufriendo la crisis provocada por la clase alta, olvidando que la clase baja está por los suelos, mientras la clase media soporta con resignación cobarde las banderillas negras que le están poniendo en los costillares, sin decir esta boca es mía.

A comienzos del siglo pasado circulaba un refrán que decía: el sultán, pega al árabe, el árabe al moro, el moro al judío y el judío al burro. Y como el burro no tiene a quien pegar, tira coces al aire…. En esta cadena de castigos, el sultán es el poder financiero; el árabe es el Gobierno; el moro la clase alta; el judío la clase media; y el burro la clase baja.

Cabe esperar que el burro, harto de recibir palos, propine coces al judío, pero no es probable que continúe la inversión de la cadena, porque la clase media no parece dispuesta a moverse del sillón, conformándose con la supervivencia en medio de la catástrofe, maniatada por la tibieza y el conformismo, mientras golpea a la clase baja con la indiferencia, permitiendo que ésta siga en la miseria a la que está condenada a vivir.

La mediocridad de la clase media hace posible el asentamiento de los mediocres en las Instituciones públicas, oficializando así la mediocridad institucional votando a los mediocres, sin darse cuenta que estos no van a sacarles las castañas del fuego, porque sólo buscan satisfacer ambiciones personales, otorgadas por urnas escasamente democráticas.

OBAMA EN LA CELDA DEL TERRORISTA

OBAMA EN LA CELDA DEL TERRORISTA

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El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama ha visitado con su esposa Michelle y sus hijas Malia y Sashala una celda carcelaria situada en la isla de Robben Island rodeada de tiburones, donde permaneció encerrado 18 años, de los 27 que estuvo preso, el héroe nacional y primer presidente democrático de Sudáfrica, Nelson Mandela, condenado en ella a una pena de trabajos forzados a perpetuidad.

Hoy esta celda es un destino de peregrinaje obligado para todos aquellos que confiaron en su libertador. Hoy acuden miles de personas a tan reducido espacio para ver una delgada estera de paja en el suelo y la cubeta de baño para el aseo personal del preso más admirado y respetado, que hoy lleva con dignidad envidiable su 94 años de vida, en un hospital de Pretoria.

Estadista sudafricano que cambió el rumbo de su país con sabiduría, humildad, honradez y valentía, en la soledad de ese pequeño cubil, alimentado con potaje de maíz tres veces al día, recibiendo media hora de visitas cada seis meses y pudiendo escribir solamente dos cartas al año sin alusiones políticas, que evitó enloquecer o suicidarse forjando las ideas que fortalecieron su empeño en liberar a los de su raza de un injusto desprecio y abandono histórico.

Es, pues, buen momento para recordar que este luchador por la libertad, defensor de los derechos humanos y pacífico batallador contra el apartheid, fue considerado durante seis décadas un peligroso terrorista por el régimen racista sudafricano y por numerosos países que se sumaron a la condena de este revolucionario, desacreditando su fama, degradando su honor, humillando su dignidad y malversando su honestidad.

Uno de los países que con más firmeza y convicción mantuvieron a Mandela durante sesenta años en su tenebroso catálogo de terroristas más peligrosos, fue Estados Unidos cuyos gobiernos no lo borraron de la lista negra hasta el 1 de julio de 2008, hace hoy cinco años.

LIBROS DECORATIVOS

LIBROS DECORATIVOS

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El dueño de una importante librería me comentaba con ironía y decepción, la visita de una mujer a su establecimiento pidiendo que le llevaran a casa tres bloques de libros lujosamente encuadernados, que midieran setenta y cinco centímetros cada uno, para decorar con ellos el espacio libre de tres estantes domésticos desocupados.

Complaciendo a la señora, el dependiente le vendió los libros más caros que tenía desterrados al olvido en el almacén, envueltos uno por uno en papel de celofán y con el lacito correspondiente, para satisfacer el gusto de la dama que pretendía ocultar socialmente su incultura con lotes de libros.

Esta anécdota es ilustrativa de la realidad española donde se editan muchos libros, se lee poco y se presume mucho llevando libros a las estanterías privadas, porque la casa que no tiene libros carece de dignidad, como decía Edmundo de Amicis.

Propongo, pues, ediciones masivas de libros para iletrados, estafadores de la cultura y comerciales avispados, con miles de páginas en blanco y lomos adornados con purpurina, para exhibirlos en expositores de librerías especulativas, armerías contraculturales y tiendas de animales, con el nombre de «libros decorativos».

El libro como objeto comercial, elemento decorativo, ente presuntuoso y pieza doméstica ornamental, es carcoma que devora los anaqueles, ofende a la literatura, pervierte la cultura y hace realidad las palabras de Longfellow al afirmar que los libros eran sepulcros inservibles del pensamiento.