MANDAMIENTOS LAICOS
Brota del judaísmo un Decálogo Cristiano con diez preceptos de obligado cumplimiento para los seguidores que quieran alcanzar la gloria eterna junto a Dios Padre celestial. Y brota de la razón un Decálogo Humano de obligado cumplimiento para todas las personas de alma noble, – creyentes, agnósticos o ateos -, que aspiren a ser felices en su peregrinar por la vida.
1 – Disfruta la experiencia sencilla de la vida diaria, sin pretender grandes aventuras que te obliguen a sobrevivir en ella.
2 – Haz lo que te complacería hacer si sólo te restaran unas horas de vida, llevándolo a cabo con alegría y sin aspiraciones de feliz eternidad.
3 – Ayuda a los cojos de espíritu que pretendan caminar por encima del bien y del mal con muletas de oro y a los ciegos que les acompañen.
4 – Descubre la vida que late en una gota de lluvia, en el aroma de un pétalo, en la serenidad del atardecer y en la sonrisa de un niño.
5 – Ama el riesgo de amar, comparte la aventura de un encuentro y fúndete con almas gemelas, aunque en ello te vaya la vida y te toque sufrir un poco.
6 – Retira las piedras de la incomprensión, las grietas de intolerancia y los baches de egoísmo, para despejar el sincero camino de la amistad.
7 – Corrige a vuelta de hoja los errores cometidos y las ofensas, aunque no sea posible enmendarlos y el ofendido niegue la redención.
8 – Guarda recuerdos y libros en el seno más íntimo de la esperanza, porque serán ellos el mejor báculo para la soledad que espera en la vejez.
9 – Mira de frente al pasado aunque el sonrojo oscurezca la mirada, porque será la forma de evitar vergüenzas en el futuro.
10 – Regresa a lugares donde fuiste feliz en busca de recuerdos olvidados, pero sabiendo que en ellos la decepción espera.
Como en la doctrina bíblica, estos diez mandamientos se encierran en dos:
1 – Procura ser lo que eres, sin salirte de la cuadrícula que te corresponde y guarda promesas de fidelidad a ti mismo sin demorar su cumplimiento.
2 – Lega amor, lealtad, honradez, verdad y un puñadito de felicidad, a todos los que vienen detrás de ti siguiendo la estela que el tiempo borrará algún día.