CARIDAD Y SOLIDARIDAD

CARIDAD Y SOLIDARIDAD

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Pobreza

La natividad del Señor que esta noche celebran los creyentes por mandato litúrgico, es también aprovechado por los infieles descreídos para hermanarse con los vecinos, con mutuos deseos de felicidad, estando los primeros movidos por la caridad y los segundos por la solidaridad.

Caridad y solidaridad son raíles de cristiandad y laicidad unidos por traviesas de amor al prójimo y empatía con el vecino, por donde circula el tren humanitario revestido de mandamiento divino o solidaridad comunitaria, ambos ocupados en la liberación de los pobres, desfavorecidos y olvidados por una sociedad más preocupada por la calidad del chocolate que por la hambruna en chozas africanas y chabolas europeas.

Es la caridad virtud teologal cristiana que consiste en amar a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a sí mismo, estando dispuestos los creyentes a dar la vida por los hermanos amándolos como Cristo los amó y redimió del pecado condenatorio sacrificando su vida en una cruz, en nombre de su misericordioso Padre celestial, permitiendo a los hombres y mujeres ganar el cielo y la felicidad eterna.

En cambio, la solidaridad es capacidad laica del ser humano para entregarse a los vecinos, sin distinción de raza ni condición alguna, compartiendo con ellos su hogar, alimentos, sentimientos y abrigo, sin pensar en beneficios extraterrenales consecuentes a esa actitud, recibiendo a cambio la satisfacción personal por una generosidad que dignifica a la persona y ennoblece la raza humana.

Por eso, quienes esquilman al vecino, permiten su indigencia, provocan la miseria o se desentienden de su hambruna, tienen poco de cristianos o de humanos, al carecer de la solidaridad laica o caridad cristiana que llevan al espíritu humanitario redentor de miseria en que viven los seres de su misma raza.

El amor al prójimo que aparentan profesar muchos poderosos que se dan golpes de pecho en los reclinatorios de las iglesias con la mano derecha, mientras dañan al vecino con la izquierda enviándole a las tinieblas sociales, está dando paso a la solidaridad popular de quienes practican un humanismo liberador, amparado en la empatía comprometida al servicio de los desfavorecidos.

Un comentario en «CARIDAD Y SOLIDARIDAD»

  1. Mi querido amigo y maestro Paco: Tal vez no he entendido bien tus matices o diferencias entre caridad y solidaridad, pues deduzco, tal vez equivocadamente, que para ti la caridad y la solidaridad aunque sean carriles solidarios, la caridad la ejercen los cristianos en un carril y los laicos en el otro. Si esto fuera así, con el respeto, cariño y con la amistad que me honras, te manifiesto mi discrepancia, ¿Por qué un «buen» cristiano -recalco lo de buen- no puede ser solidario? es más, si no lo fuera no sería buen cristiano. Por la misma razón un «descreído» ¿Por qué no puede ser caritativo? La caridad no es una mal entendida limosna que se puede dar para justificar una conducta que no se practica o peor aun para tratar de comprar algo ante los ojos de su justiciero Dios. Como tampoco la verdadera solidaridad se ejerce para ganar «parcelas» terrenales, sino por el deber que uno se otorga para con los demás. La caridad bien entendida, entiendo, es un sentimiento de solidaridad que adquiere un compromiso de apoyo y ayuda, también material hacia la o las personas sobre las que se ejerce, independientemente de sus creencias, religiosas o laicas. Creo que todo es compatible, porque entre los humanos lo único que nos debe diferenciar, es nuestra conducta personal con respecto a los demás. Y con la sinceridad de estas letras va mi reconocimiento hacia ti, y el agradecimiento por hacernos pensar. !!! SALUD ¡¡¡

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