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Autor: Francisco Blanco Prieto

VERANO DEL 42

VERANO DEL 42

primer-amor-300x225Requerido por la sed, el amor declina otro verano del cuarenta y dos desde las almenas marinas al contorno de las orquídeas y despliega su aroma sobre la almohada azul de los años juveniles, sin esperar a cambio más milagro que el advenimiento de la novedad primera requerida por el beso furtivo en los maizales.

Así pues, la entrega se hace irremediable en la mocedad de los pañuelos de satén, condecorada por dedos luminosos con la diadema que sostiene como rehén un racimo de nuevos sentimientos, llegados del misterioso país de la felicidad, cuando una caricia destila agitaciones anímicas y convulsiones del espíritu desconocidas hasta el día del nacimiento a la nueva vida que espera tras el guiño del amor.

Comienzan inesperadamente los deseos a trenzar fechas, nombres y proyectos, en melenas por peinar, y los corazones viven la abundancia de la aurora en los trigales, sin prevenir el advenimiento de lo inesperado tras el encuentro casual con la mitad de vida que faltaba por encontrar entre los sueños perdidos de la infancia.

Por fin, la margarita descubre a la inocencia el secreto que guarda entre sus párpados, y responde a los interrogantes con un poco de viento, antes que el azahar disipe temores verdecidos en con estanques de lágrimas felices con pétalos de flores inexistentes hasta producirse el milagro de la intromisión en el santuario, consagrando el futuro al siempre incierto extramuros del encuentro.

Es entonces cuando el jazmín retiene en su cáliz la savia que derramó la manzana al desflorarse, en espera de ser convocada por el silencio para prestar a los labios dos palabras, mientras el velo del misterio descubre en las miradas el bienestar de los cuerpos habitados en mutua pertenencia.

POLÍTICO GABO

POLÍTICO GABO

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Quince meses hoy de la muerte de García Márquez es buen momento para recurrir al aristotélico “zóon politikon” recordando que Gabo fue un animal político en toda su extensión, desde la cuna colombiana hasta la tumba mexicana donde descansan, aunque su memoria se haya expandido desde la mítica tierra de Macondo al último rincón pisado por un terrícola.

Su compromiso político lo difundió en sus obras haciendo de ellas una autobiografía de pensamiento y compromiso social, porque «la política puede extenderse más allá o más acá de las instituciones propias del poder político», como podemos ver en la saga de los Buendía, donde no hay leyes prevotadas en parlamentos que regulen las relaciones sociales e institucionales que en la obra se ponen de manifiesto.

Su novela “La mala hora” refiere la dictadura del militar colombiano Rojas Pinilla, describiendo la represión en una zona rural cuyos vecinos luchan por una justicia y libertad que no llegan a lograr, donde los vencedores del bando conservador incomodan, provocan y agreden a los liberales.

El político inculto, violento y corrupto nos lo presenta en la dictadura encarnada por el anciano general Zacarías en “El otoño del patriarca”, que tenían que responderle la hora que él deseaba que fuera cuando preguntaba por ella, y no la marcada por el reloj.

El compromiso de Gabo con el socialismo no militante es evidente, entendido como sistema de progreso, libertad e igualdad, entre otras cosas porque se lo dijo él mismo a su amigo Plinio Apuleyo: “Quiero que el mundo sea socialista y creo que tarde o temprano lo será”, algo que no vio cumplido cuando murió.

TUNA DE RONDA

TUNA DE RONDA

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Proliferan los tunos y las tunas universitarias, donde algunas “tunas” ya se van colando entre los “tunos”, saliendo con garganta afinada, guitarras al hombro, bandurrias en bandolera, acordeones a la espalda, panderetas en las manos y banderas al viento, a rondar a las mozas y mozos casaderos, como ayer hacían por las calles salmantinas un puñado de jóvenes estudiantes luciendo capas negras y clavelitos en su corazón.

Los primeros tunos fueron “sopistas” de conventos, pícaros ambulantes y estudiantes pobres que cantaban al son de laúdes para mantenerse en las aulas, producto exclusivo de la marca España exportado a ritmo de charanga callejera a otras latitudes sin cobrar derechos de imagen por ello.

Los tunantes que juergueaban por la noche dieron el nombre a los tunos que picardían por las ciudades con nocturnidad eximente de toda culpabilidad derivada de los armónicos decibelios que rompen corazones sofocados por la agitación juvenil que estimula los esperados encuentros bajo las capas negras decoradas con recuerdos de corazones rotos.

Los tunos, tunan vagando por vía libre entre las calles, sin ataduras amorosas a los balcones que esperan la rondalla tras los visillos, buscando en la sobremesa de los banquetes de bodas donaciones de los padrinos, al tiempo que pasan la gorra entre los consumidores ociosos de las terrazas compartiendo los placeres otorgados por el dios Baco, sin rendir cuentas a los postores.

Noctámbulas voces erráticas y sin paradero que vagabundean por la ciudad con guitarras destempladas, cantando viejos repertorios de canciones coreadas por los oyentes que hacen corro en torno a los tunantes, mirando de reojo a las mozas embelesadas con los cantos de sirena entonados por los seductores coplistas.

Recuerdo de antiguos trovadores que rondaban a las mozas casaderas haciendo sonar salterios, bandurrias y cencerros al tiempo que cantaban coplas sancionadas por el Maestrescuela, pues en tiempos del floreciente Estudio las rondas nocturnas estaban penadas con ocho días de cárcel, cuando llegaban hasta las puertas de los conventos en los que alguna monja había despertado platónicos amores en el joven corazón de un estudiante pretencioso de su correspondencia e imposibles favores.

NUEVO DESTIERRO

NUEVO DESTIERRO

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El abogado tetuaní Méndez de Vigo y Montojo, hijo de un ayudante militar del Caudillo, IX barón de Claret y accidentalmente durante unos meses ministro de Educación, Cultura y Deporte, no tiene simpatía alguna por uno de los grandes intelectuales que la España de su Gobierno ha tenido a lo largo de la historia, como demuestra que su primera decisión como ministro haya sido mandar retirar de su despacho oficial el retrato que Solana hizo a Miguel de Unamuno en 1936, aceptado durante trece años con gusto por sus cinco predecesores en el cargo, desde que Pilar del Castillo lo solicitó prestado al Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

Nada que objetar a la decisión del ministro, porque yo tampoco tendría un retrato suyo, – de don Íñigo, claro – en mi despacho, por tratarse de un personaje político que no me inspira, ni me estimula, ni me atrae, ni me hacen gracia sus pretendidas gracias, ni me gustan sus artículos, ni comparto los sucesivos nombramientos y designaciones políticas gratuitas que ha tenido a lo largo de su vida.

Tal vez, si estuviera propuesto para el premio Nobel de Literatura, fuera reconocido mundialmente como pensador, destacado filósofo, autor de novelas importantes, ensayista de prestigio, admirado poeta, dramaturgo y español universal con doctorados honoríficos en las más prestigiosas universidades del mundo, le guardaría respeto intelectual, admiración personal y tendría su retrato sobre mi mesa. Pero no es el caso.

Coincide el actual ministro con su antiguo antecesor Bergamín y el dictador Primo de Rivera, en quitarse a Unamuno del medio sin explicación alguna, porque la destitución del rectorado y el destierro a Fuerteventura no fueron justificadas, como sucede ahora con el mandamás de la educación y cultura española, amparando su decisión en un medalagonismo impropio de estos tiempos, aunque nos resulte fácil imaginar las razones por las cuales ha decidido el nuevo destierro de Unamuno al cuarto oscuro, para evitar que siga agitando conciencias y llamando a la rebeldía contra los usurpadores.

Ignoramos cual es el pensamiento del ministro porque su largo periplo exterior de diecinueve años disfrutando de la mayor canonjía que imaginarse pueda en el Parlamento Europeo, nos ha impedido conocerle en su propia tierra, pero sabiendo que le gustan las carreras de caballos con apuestas y la Semana Santa, es natural que no quiera compartir despacho con un intelectual que jamás rellenó una apuesta gemela ni asistió a procesiones.

ELEGANTE DESNUDEZ

ELEGANTE DESNUDEZ

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Sí, amigos, el carpetovetónico alcalde de Granada desde el año 2003, ha llegado desde las almenas medievales al Ayuntamiento para emborronar con un tizón verbal las mentes limpias de los jóvenes que han aprobado la Selectividad, para después seguir los pasos del rey pidiendo perdón por el disparate que disparó a los cerebros juveniles, intoxicándolos con aire de la edad de piedra.

El señor Torres ha maridado belleza y desnudez de la mujer pidiendo a las niñas ligereza de ropa para asistir a la fiesta con el fin de exhibir la piel que acrecienta su hermosura, mostrando un rancio machismo consuelo de sus calenturas, derivadas en diarreas mentales inexcusables en una autoridad pública que representa a los ciudadanos.

Urge pedirle al alcalde Hurtado que devuelva la paz hurtada al pueblo y que se enjuague varias veces la boca para limpiar los restos de porquería machista que guarde entre sus colmillos depredadores de paz, convivencia, respeto y dignidad.

No es lo más grave su comentario, sino la actitud casposa que se oculta tras sus palabras, poniendo de manifiesto una manera de pensar muy alejada de los tiempos actuales, donde el respeto a las mujeres es una exigencia inexcusable, después de sufrir durante siglos un desprecio inmerecido.

Machismo cultural de don José que puede llegar sin mucho esfuerzo a la violencia de género, y con gran facilidad a promover la segregación de la mujer, a las que este hombre pide desnudez para destacar su hermosura, evidenciando una carencia de valores que le hace indigno del cargo que ocupa.

EN MEMORIA DE UN INGENUO CUERVO

EN MEMORIA DE UN INGENUO CUERVO

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Se nos fue sin previo aviso el irreverente pilarista de vida bohemia, que solo interrumpía el placer de fumarse un cigarro para encender otro, en noches mágicas de vino y canciones al abrigo de la amistad incondicional que siempre tuvo con sus músicos, cuando se bajaba el telón de la Mandrágora, Elígeme o Galileo, agotados ya los párpados y la voz entre bromas, risas y tambaleos.

Un malhadado infarto de madrugada ha noqueado a Javier, poco tiempo después de cantar “las diez de últimas” en la partida de tute que estaba jugando con la vida, sabiendo que esta no le perdonaría el renuncio de bromear con ella durante los setenta y un años de vida que pasó provocándola con excesos y requiebros, sin arrepentimiento alguno.

Cómo olvidarnos, Jaime, de aquellas mágicas noches pasadas con Krahe en Elígeme junto a Sabina y al mánager Paco Lucena que conocimos en Zurich. Cómo no hablar de su sencillez, su proximidad, sus chistes y su sonrisa. Cómo no mantener el retrato de su mano sosteniendo la copa y el cigarro, en difícil equilibrio, mientras cantaba o conversaba.

Persona lúcida en sus reflexiones, ingenioso en la censura, ágil en las respuestas, acertado en sus comentarios, irónico en las críticas, fustigador de doctrinas, paciente con las impertinencias, generoso en las atenciones, erudito sin pedantería, jugador empedernido de ajedrez y conversador incansable con desenfado a cualquier hora.

Se nos fue Javier Krahe, pero nos deja sus canciones, su testimonio de vida, su compromiso social, su desparpajo informal, la lealtad a sus ideas, su amigamiento con los amigos, una sencillez alejada de los escaparates y la increencia de un hombre bueno que pasó por la vida haciéndonos disfrutar con sus brassenes canciones.

Que la eternidad laica te guarde, Javier, y a nosotros alivie la orfandad.

GRACIAS, SALVADOR

GRACIAS, SALVADOR

Retrato blog

El escritor francés Antoine de Saint-Exupéry nos dijo por boca del principito, que no hace importante a la rosa su aroma o la belleza de sus pétalos, sino el tiempo que a ella se dedica, cuando se contempla la galanura que la hermosea y el seductor soplo perfumado que nos embriaga.

Algo que me ha sucedido a mí sin remedio de olvido ni alternativa para abandonar la memoria, porque debo agradecer a Salvador su generosidad, no por el retrato al óleo con que me ha sorprendido, sino por el tiempo que me ha dedicado, desde que recibí su ofrecimiento, de incalculable valor por el entrañable afecto que en él ha vertido.

Imposible de agradecer al mejor retratista de Salamanca que haya puesto su mirada sobre mi rostro durante horas, para ilustrar con sus pinceles sobre el lienzo un retrato que me dará larga vida en un cuadro sobreviviente a mi desaparición inevitable, cuando la innombrable comience a subir los escalones de esta bitácora donde habito.

La generosidad de Salvador me deja sin palabras para expresar el agradecimiento que siento, y sin posibilidad de corresponder a tanta desprendimiento, porque cuando la amistad entra por la puerta los vicios morales salen espantados por la ventana.

Tanta donación es fruto del noble y desinteresado afecto que nos une, alargándose en una doble eternidad desde el día que me llamó por teléfono para decirme que me pasara por su estudio, sin prevenirme sobre la feliz sorpresa que allí me esperaba.

Permíteme, Salva, que comparta este retrato con todos aquellos que me estiman, sin que yo haya hecho demasiados méritos para recibir su afecto, porque en ocasiones no he dado de mí todo lo que esperaban, otras veces se decepcionaron con dislocadas actitudes mías y en algún momento les molestaron mis comentarios, aunque mi intención fuera otra.

Desde hoy tu-mi retrato me acompañará en esta cabecera de mi vida que cada día cumple el gratificante oficio de saludar a los amigos reales y virtuales que visitan la casa que desde hoy compartirás conmigo, porque te has ganado un espacio en mi historia, el reconocimiento por tu afecto y mi gratitud sincera por la amistad que me has brindado, sin esperar nada a cambio.