EUFEMISMOS POLÍTICOS
Empleamos eufemismos cuando deseamos manifestar de forma suave o decorosa algunas ideas que expresadas de manera clara y directa resultan duras, ofensivas, hirientes o malsonantes. Tal es el caso de quien no muere, sino que “pasa a mejor vida”; del viejo que vive su “tercera edad”; o del mentiroso que “falta a la verdad”.
Es decir, el eufemismo es una expresión cordial, adecuada y perfecta, que pretende normalizar lo anormal para facilitar el diálogo y buen entendimiento entre las personas, limando las asperezas de ciertas expresiones que podrían dañar al interlocutor, permitiéndonos eliminar espinas de ciertos conceptos que las tienen.
Pero esta noble finalidad de los eufemismos ha sido pervertida por la casta política que los utiliza para manipular la información y engañar a los ciudadanos, sabiendo que para imponer su dominio al pueblo hay de apoderarse de su idioma, como dijo el alemán Hannes Mäder.
La crisis que estamos pasando no es “coyuntura negativa”, sino estafa. Igual que la muerte en guerra de personas inocentes tampoco son “daños colaterales”, sino asesinatos impunes; los “apoyos aéreos”, bombardeos; el “teatro de operaciones”, campo de matanzas; y las “zonas de confinamiento”, cárceles ilegales.
El copago o repago, se convierte en algo inofensivo cuando se transforma en “recargo temporal de solidaridad”. Igual que hieren menos las “racionalizaciones” o “reestructuraciones” de servicios, que pretenden dulcificar los duros, injustos e inmisericordes recortes que nos están aplicando.
“Flexibilizar el despido” es poner a los trabajadores en la calle sin coste alguno para los patrones. “Suspender pagos”, quedarse con el dinero. “Traficar con influencias”, sobornar. “Técnicas avanzadas de interrogatorio”, torturas a los detenidos. “Privar de libertad”, meter la cárcel; “Internos”, son los presos; “Servicio de inteligencia”, el espionaje. Y las “ruedas de prensa sin preguntas”, expresiva forma de mostrar absoluto desprecio a los ciudadanos .
Finalmente, el feroz capitalismo se lava con la “economía de mercado”. El saqueo y robo de fondos públicos, con “enriquecimiento ilícito”. Los ladrones de guante blanco, ya no son rateros, sino “distractores económicos”. Los traidores, son “realistas”. El oportunismo, es “pragmatismo”. El moderno imperialismo de los mercados y finanzas se llama “globalización”. Y los parados, “personas imposibilitadas de ocupación retribuida”.