DIFICULTADES DE PODEMOS
Los miembros de la organización política Podemos saben perfectamente lo que dicen y tienen claro el programa que intentarían aplicar si llegan a la Moncloa, pero no saben si podrán llevarlo a cabo porque ignoran cómo hacerlo y si las circunstancias les permitirán realizarlo.
Con el fin de superar la falta de un programa concreto y hacerlo creíble, cuentan con especialistas en diferentes áreas político-económicas que les están aconsejando sobre el mejor camino a seguir para lograr sus objetivos, sin que tiemblen los cimientos del Estado y sí de los bancos, de las grandes empresas y de los millonarios de postín.
Esto es algo normal en la vida política, donde los partidos, el Gobierno y cada dirigente cuenta con asesores seleccionados por ellos mismos y pagados por nosotros, para que les ayuden en la tarea, aunque muchos de ellos se limiten a pasearse por los pasillos, hacer inclinaciones de tronco y aplaudir al jefe hasta hacerse ampollas en las manos.
El segundo problema que tiene Podemos es más grave que el primero, pues ha de vencer un poder oculto en la sombra, amparado por leyes supranacionales que blindan sus intereses, haciendo tan imposible los cambios legislativos como fácil resultó modificar el artículo 135 de la sacrosanta e intocable Constitución Española, que ahora el arrepentido Sánchez pretende corregir.
Carta Magna que aprobaron en 1978 millones de españoles ya fallecidos, sin dar oportunidad a los millones que no la votaron de expresar libremente su opinión sobre ella y someter a referéndum los artículos que demanda la sociedad de 2014, alejada 36 años de la vigente Constitución.