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Año: 2011

ÉL ES ASÍ, SEÑORES DEL JURADO

ÉL ES ASÍ, SEÑORES DEL JURADO

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Así es el pobre Paquito Camps, un hombre enamoradizo, de corazón fácil e ingenuo afecto, que se enamora tiernamente del primero que se cruza en su camino, sin pedirle credenciales de honradez, porque los sinvergüenzas no necesitan pasaportes para el amor fraterno cuando los regalos llaman a la puerta, aunque se aparente desconocer quién ha tocado al timbre.

“Te quiero un huevo” declaraba don Francisco Corleone al bigotudo sastre sin conocerlo, simplemente porque el expresidente es una persona enamoradiza, cariñosa y pródida en adjetivos entrañables. Un ligón, para entendernos, pero incapaz de ligar los trajes que ha lucido a las facturas de los mismos, porque éstas jamás son requeridas por él en las compras que realiza.

Así ha planificado su abogado la defensa de este acusado “porque él es así”, cercano, dicharachero, enemigo de documentos que acrediten pagos efectuados pero amigo, muy amigo, de recibir dádivas, primicias y regalos, a cambio de nada. Siendo, además, capaz de “contar durante toda la vida con la fidelidad” del primer desconocido que le saluda por la calle.

Él es así, señores del jurado, un hombre de letras que no sabe nada de números, aunque haya sido el máximo responsable de la economía pública valenciana.

Él es así, señores del jurado, muy tacaño y racanillo como dice su letrado, que va de gorra por la vida, sin soltar un duro para nada y menos para trajes, claro.

Él es así, señores del jurado, un millonario que sólo ha pagado con tarjeta de crédito una vez en su vida mientras esperaba en el aeropuerto camino de Bruselas.

Él es así, señores del jurado, un hombre que lleva siempre los pantalones caídos debido al peso de las monedas que lleva encima para hacer efectivos los pagos.

Él es así, señores del jurado, “amiguito del alma” de cuantos se mueven a su alrededor, aunque sea la mismísima abogada de la acusación.

Él es así, señores del jurado, un cínico profesional que negó más de tres veces conocer al bigotes, hasta que una grabación y dos fotos evidenciaron su mentira.

Él es así, señores del jurado, un prepotente sin reserva alguna que se ha enfrentado al juez y al fiscal, porque se “entusiasma” con las preguntas que le hacen.

Él es así, señores del jurado, y nadie puede creerse que se haya vendido por “tres trajes”, ya que fueron 12, más zapatos y otros enseres por valor de 14.021 euros.

Él es así, señores del jurado, un político que lleva años insultando el sentido común de todos los ciudadanos desde Finisterre hasta Gata.

Él es así, señores del jurado, un caradura de tomo y lomo al que hay que partirle la cara de una vez para reblandecérsela con una sentencia ejemplar que ayude a regenerar la vida política y aleje de nosotros el pestilente hedor que destila.

SILLONEO

SILLONEO

Buscan acomodo los triunfadores en sillones oficiales y se encadenan los perdedores en sillas del partido para mantener sus puestos en las próximas elecciones. Los que opinan con humor que el deporte nacional más practicado y exportado por los españoles es la siesta no están del todo acertados, porque también somos diestros en el chateo, el cotilleo, el chapuceo, y en un quinto deporte más penoso, delgado y flaco porque muerde pero no come, que es uno de los cánceres del alma política española.

Este nuevo deporte nacional heredado del franquismo por la democracia, se llama silloneo. Actividad que consiste en encadenarse a cualquier sillón oficial hasta que caiga la última hoja del calendario vital atribuido al político que lo practica.

Otra característica de quienes ejercitan tan singular deporte es el mariposeo floral. O sea, no importa la flor si el sillón es bueno. Estos polifacéticos atletas valen tanto para rotos como para descosidos. Lo importante es el asiento, no la tarea. Da igual una cosa que otra porque su voluntad de servicio no tiene límites. ¡Ah!, y si las cosas van mal en casa, se acomodan en despachos europeos a la espera de tiempos mejores, porque también hay eméritos sillones augustos para dinosaurios políticos.

Estos incombustibles mandatarios no quieren aceptar que las organizaciones necesitan ventilarse de vez en cuando para avanzar con frescura e ilusión. Los ignífugos no entienden de sustituciones para renovar el ánimo de los desencantados y despertar a los aletargados de las formas y estilos personales impuestos por la costumbre. Los sempiternos rechazan las ventajas de la alternancia en el poder, y no admiten que el relevo de las personas sea bueno y necesario porque la renovación beneficia a la organización y a los administrados. Los imperecederos no aceptan que otros puedan meter su cuchara en la tarta y temen a las corrientes de aire fresco, porque una mala gripe política pueda llevarlos a la cama del olvido.

Hay que pedir a los ciudadanos que rompan los frascos de formol, abran las latas de conserva y lleven los fósiles al museo. Hay que convencer a quienes apoyan el silloneo que nadie tiene imaginación suficiente para ilusionar durante años a sus vecinos. Que no es posible enarbolar la bandera del entusiasmo tanto tiempo. Que ningún mortal puede mantener a largo plazo la ilusión de la conquista diaria. Que la autocomplacencia es el atajo más directo a la rutinización. Que el inmovilismo costumbrista de las personas conduce a la parálisis de las instituciones. Que la renovación de las ideas pasa por la sustitución de las personas. Que el estancamiento en los cargos destila el mismo hedor que el agua putrefacta de los pozos ciegos. Que la perpetuación de personas en instituciones es un peligroso puente colgante que puede arrastrarlas al fondo de las aguas turbulentas que se precipitan por las torrenteras de la vida.

El conservadurismo ignora que las caras nuevas son un revulsivo contra la desgana. Que los nuevos gestos sacuden el sopor de la costumbre. Que las voces alternativas liberan de la apatía. Que lo desconocido alerta la inteligencia. En una palabra, que la renovación de las personas empuja contra el hastío a los dirigentes que pasan la vida aletargados en sus cargos, negando a otros la igualdad de oportunidades que predican en su ideario.

EL INCOMPRENDIDO URDANGARÍN

EL INCOMPRENDIDO URDANGARÍN

Las declaraciones hechas por el abogado del yernísimo, Pascual Vives, han producido un alboroto injustificado porque nadie ha comprendido las lógicas razones que han enojado al marido de la infanta Cristina de Borbón.

Al parecer el señor Urdangarín está indignado por lo que está sucediendo, y tiene sobrados argumentos para ello, aunque la cortedad mental de los ciudadanos les impida comprenderlo y se hayan irritado sin razones justificadas.

Igualmente, se ha  puesto en guardia  el colectivo de incultos “indignados” al descubrir un topo entre sus filas, pidiendo el linchamiento del duque, sin percibir que es uno de sus más prestigiosos militantes.

Torpes tertulianos de las ondas también se han añadido a la lista de encolerizados, llevando de la mano a lerdos columnistas periodísticos, mientras los políticos siguen confiando en la justicia, sin tirarse a la piscina.

Nadie comprende que el señor Urdangarín esté indignado porque su suegro haya borrado de las fotografías su atlético talle, sin permitirle exhibir sus abdominales, tan firmes y duros como su cara.

El yernísimo está indignado porque su cuñado le ha negado el saludo después de enseñarle a jugar al balonmano y adiestrarle en técnicas de supervivencia política cuando el suelo está resbaladizo por la mierda que uno mismo destila.

El duque consorte está indignado porque su esposa permanece en paradero desconocido sin dar la cara por él, pretendiendo hacer creer a los súbditos de su padre que ha compartido colchón con el indignado, pero no su opinión.

El consejero y presidente de la Comisión de Asuntos Públicos de Telefónica para Latinoamérica y Estados Unidos está indignado porque teme que la empresa deje de pagarle el millón de euros anuales y el costoso alquiler del lujoso palacete colonial que habita en Washington.

El presidente del Instituto Nóos esta indignado porque le han pillado con las manos en la caja institucional que alimentamos todos los españoles, sin dejarle terminar la faena que había comenzado hace años.

El yernísimo esta indignado con las declaraciones de Spottorno porque él no es “más o menos tonto”, sino listillo, muy listillo, como están poniendo al descubierto los malvados medios de comunicación, verdaderos responsables de todas sus fechorías.

EMBAUCADORAS LUCES

EMBAUCADORAS LUCES

Me comentaba sus preocupaciones una amiga interina a la que no han contratado este año, porque se avecinaban días consumistas heredados de la irrepetible época de bonanza pasada, temiendo ella no poder llevar el despilfarro a la altura en que lo mantuvo en tiempos bíblicos de vacas gordas.

La conversación con esta compañera me devolvió a la infancia cuando el manjar de Nochebuena era un pollo de corral en pepitoria, degustado en ocasiones con una vela encendida porque se había ido la luz. Y los niños, sólo los niños, recibíamos un regalo la noche de Reyes en forma de mecano, motorista de lata, juego de pin-pon, rompecabezas, pelota de goma o parchís.

A este obsequio familiar se añadía el juguete elaborado por nosotros mismos, destacando sobre todos ellos el patinete hecho con rodamientos que afanábamos en los talleres mecánicos, y el aro con su “guía” de grueso alambre, que fabricábamos con la base de una herrada metálica.

Con la llegada de mis hijos se incorporó el Papá Noel a la fiesta y se multiplicaron los regalos en ambas fechas, no alcanzando su ilusión a la nuestra, aunque tuvieran que abandonar la habitación para dejar espacio a los obsequios.

El interés y la angustia de mi amiga por cumplir la imposible misión de estar a la altura de años pasados, me hace revelarme contra el banal consumismo que nos invade en tiempos de penuria para tantos vecinos.

Y pienso en la frustración de quienes desean participar en este teatro de vanidades sin tener entrada para ello, como es el caso de la amiga que hoy protagoniza esta página.

¿Qué decirles a todos ellos si la dramaturgia, que tanto ha prestigiado la literatura hispánica, se encuentra estos días en su momento álgido, de oro? Qué digo de oro, de diamante. Pero de diamante en bruto, sin pulir. Así, bruto; de bruto, de beneficio neto y necio, que actúa sin moderación, sin clase, sin razón, sin forma y sin estilo, porque los genes y hábitos adquiridos en años de bonanza obligan a ello, aunque muchos terminen colgados del abismo en la vertical de enero.

Están llamando a la puerta las mojigangas, los protocolarios deseos de felicidad y las teatrales escenas navideñas con figurantes ridículos y extravagantes alardeando de solidaridad, mientras la realidad desnuda de la miseria merodea por los arrabales, zulos y chabolas, soportando el desprecio de los escaparates.

Pocos detectarán las morcillas introducidas en el texto por los beneficiarios del enorme intercambio que se avecina Pero lo más real será el espectáculo de títeres y marionetas que representaran a diario quienes se dejan manipular por los tramoyistas que mueven entre bambalinas los hilos de sus incondicionales polichinelas.

MATAR AL MENSAJERO

MATAR AL MENSAJERO

Entre los deportes que practica el señor Urdangarín desde que dejó profesionalmente el balonmano para dedicarse a los negocios institucionales, destacan especialmente el de hacer footing mañanero por las calles nevadas de Washington y el de matar al mensajero.

Parece claro que el primero de ellos lo practica para coger fondo y masa muscular por si se lesiona ejercitando el segundo, viéndose obligado a moverse durante unos años en el reducido espacio de una patio carcelario, si todo es como dicen los medios de comunicación que es.

El yernísimo pretende cambiar la realidad por su contrario, invirtiendo el orden de las cosas para hacernos creer que las noticias anteceden a los hechos cuando en realidad son ellas la causa y el origen de éstos. Pues no, no es así, querido amigo. Primero suceden los hechos y después se cuentan, careciendo el narrador de culpa alguna en los actos que describe.

En su afán por seguir engañando al personal, el marido de la duquesa pretende insultar la inteligencia de los súbditos reales invirtiendo la secuencia para hacer creer a los vasallos del suegro que la bomba encontrada en los cimientos del Palacio de la Zarzuela la han puesto quienes han descubierto el explosivo depositado allí por él.

Basta leer el comunicado telefónico hecho ayer por el duque consorte a la agencia Efe desde su dorado exilio americano, para fortalecernos en la idea que tenemos sobre la catadura de tan escurridizo personaje.

El presunto carterista de guante regio se lamenta cínicamente en su comunicado de los daños que están causando a la familia real las informaciones y comentarios aparecidos en los medios de comunicación, pretendiendo con ello culpar al mensajero de las tropelías supuestamente realizadas por él.

Tiene gracia. No, perdón, como diría el cartagenero Trillo: ¡Manda huevos con el chaval!

MORDAZA MEDIÁTICA

MORDAZA MEDIÁTICA

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España es una de las siete monarquías europeas – exceptuando las tres provincianas – y cuesta mucho aceptar que en el siglo XXI pueda haber una persona “intocable”, protegida por un silencio mediático que impide hablar de sus negocios empresariales, aventuras bursátiles, fortuna personal y románticos devaneos.

Inmune penalmente el rey por el artículo 490.3 del código, a nadie parece importarle que su yerno pueda haber incurrido en un delito tipificado en el artículo 491, cuando ya han pasado por los juzgados revistas satíricas, grupos musicales y dirigentes políticos por decir en voz alta lo que se habla en todos los mentideros civilizados e independientes del reino.

La autocensura impuesta en medios de comunicación y tribunas políticas lleva en volandas al soberano a la inmunidad más absoluta desde que se desató la admiración popular hacia él con el tejerazo. Actuación real provocada por alguien que le recordó las palabras que su bisabuela María Cristina le dijo al abuelo Alfonso cuando éste permitió que un militarote de “casta” pusiera sus espuelas durante seis años sobre la piel de toro. Tras el 23-F el rey subió a los altares como salvador de la patria y toda su familia fue feliz, comieron juntos perdices y a los vasallos nos siguen dando con los huesos en las narices.

Pero esta mordaza sobre un monarca constitucionalmente irresponsable, impuesto por voluntad de un dictador, con evidentes carencias intelectuales y claros problemas de logopedia, tiene que hacerla saltar por los aires la democracia real demandada por la sociedad española.

Conocemos la careta del monarca, pero no su verdadero rostro, apenas visto por los familiares y amigos más cercanos que guardan silencio para no dañar los intereses mutuos. Muro de silencio que un gobierno del pueblo debe echar abajo poniendo luz y taquígrafos en todas las actuaciones y negocios del Jefe del Estado que lo representa.

Cuando la monarquía sea un recuerdo en los libros de textos, a los ciudadanos les costará comprender que se mantuviera en el año 2011 siguiendo la estela de babilonios, sumerios, egipcios, etruscos, griegos y romanos, más allá de Tarquinio el Soberbio, porque los anacronismos son difíciles de comprender, especialmente si son vitalicios y hereditarios.

CESARISMO

CESARISMO

Muchos males que suceden en la política española se deben al cesarismo que invade ministerios, gobiernos autonómicos, diputaciones, ayuntamientos y partidos políticos.

Este es uno de los riesgos que tiene la democracia. Yo creo que todo comenzó cuando Napoleón pretendió justificar sus actuaciones amparándose en el poder otorgado por el pueblo, con su organización jerárquica incluida.

En terminología weberiana, esto nos ha llevado a los famosos “líderes carismáticos”, aunque ni sean líderes ni tengan carisma, que se emborrachan de un poder que desborda con creces el otorgado por las urnas, jaleados mediáticamente por sujetos que ponen su asnal debajo del olivo para recoger el fruto que caiga cuando el caporal comience a varear las ramas. Nos conviene un liderazgo social digno, pero el despotismo es incompatible con la esencia democrática.

Este bonapartismo caló fácilmente en Alemania e Italia, y se ha extendido como una epidemia a las democracias inglesa, americana y española. La consecuencia nefasta de esta perversión democrática es la impunidad del poderoso, fruto del reconocimiento que los dominados le otorgan, atribuyéndole supuestas cualidades sobrenaturales para dirigirlos. Tanto poder en manos del guía disgrega al Estado de la sociedad, al gobernante de los ciudadanos, al dirigente de los militantes y al alcalde de los vecinos.

Cuando la autocracia toma cuerpo en un partido político, la democracia interna huye despavorida por la ventana, dejando en manos del autócrata el futuro del partido. A partir de aquí se anula el debate interno, la crítica pasa a galeras y se trepana el cerebro de los afiliados hasta llegar al pensamiento único. Es entonces cuando el cesarismo alcanza su perfección logrando que la voluntad del césar sea la voluntad de todos, porque todos quieren ver su nombre escrito en la bitácora del autócrata.

Tanto “hunos” como “hotros” han culminado el autoritarismo canonizando políticamente a sus líderes y anulando la propia voluntad al imponerse como norte la obediencia debida. Mínimo ideario que consolida el poder absoluto de los cortijeros y su infalibilidad. Esta identificación de poder y verdad excluye toda discusión y alienta la sumisión incondicional de los subordinados a la voluntad de los patriarcas.

Así, las tímidas voces que expresan pensamientos divergentes, son acalladas por el griterío de la manada que sigue ciega la voz de su amo. Algo de esto le pasó a los sensatos “roedores” del partido que no fueron capaces de controlar el ardor guerrero del santo patrón, de la misma forma que nadie critica ahora sus desmanes, caprichos, rabietas y desatinos. No porque sean torpes o ciegos, sino porque los caudillos y sus cuerpos de guardia se encargan de seleccionar las fotografías.