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Etiqueta: Vaticano

AYUDA Y COMPRENSIÓN

AYUDA Y COMPRENSIÓN

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Un joven, con el atrevimiento de la ignorancia, recriminaba en las ondas a una persona nonagenaria su falta de adaptación a los nuevos tiempos, dominados por culturas políticas y sociales alejadas de las que en otro tiempo vivió el veterano interlocutor que pacientemente y con humildad franciscana guardó silencio ante los reproches del inmaduro conversador, dándome oportunidad de responderle abiertamente en nombre del «inadaptado» veterano.

Quienes han pasado la vida entera reciclándose de forma continua, como le sucede a todos los ancianos que viven entre nosotros, merecen indulgencia, tolerancia, benevolencia y recuerdo de todos los cambios que han hecho en su larga existencia, estando ya hartos de modificaciones y sin fuerzas para renovarse otra vez asumiendo las nuevas culturas dominantes.

Recordemos a los jóvenes que los veteranos nacieron con la monarquía de Alfonso XIII a la espalda, se reciclaron a la república de don Niceto, cambiaron con la guerra civil, modificaron su actitud ante la dictadura de Franco, evolucionaron a la democracia y se acomodaron a la monarquía, requiriendo cada circunstancia las transformaciones y el desgaste correspondiente.

En el orden religioso, llegó el Vaticano II a cambiarles los esquemas apuntalados por el catecismo del padre Astete. La televisión modificó sus hábitos de vida y horarios. Los supermercados desterraron la vecinal tienda de ultramarinos donde compraban alimentos. Vivieron duros a tiempos de estraperlo, escasez y hambruna de posguerra, les quitaron infierno, purgatorio y limbo, los tradicionales valores pasaron a la almoneda moral y nada es para ellos lo que fue.

Internet se ha metido en sus alcobas. La libertad sexual no baila tangos en París. El dominio laico ha vaciado iglesias y seminarios. Los teléfonos móviles han sustituido a la baquelita negra de las demoras telefónicas. El respeto social se balancea. Y las nuevas leyes han destrozado todos sus esquemas con el divorcio, el aborto, la libertad religiosa, el matrimonio homosexual y toda la normativa que ha desterrado las añejas leyes que ordenaron su vida durante décadas.

Todo ello y más, ha sido soportado por nuestros mayores con resignación cristiana, llegando al lógico cansancio que les incapacita para asumir las nuevas culturas urbanas que han brotado como las setas en otoño, porque la sociedad intertextual fruto de la posmodernidad, no es apta para quienes tanto han pasado, sabedores que los jóvenes reprochadores no hubieran aguantado todo lo que ellos han soportado.

Ayudar debemos pues a nuestros veteranos patriarcas y comprensión merece su incapacidad para hablar por teléfono con una máquina, mover sus cuentas bancarias con el ordenador, manejar las teclas del móvil, hacer gestiones informáticas, asumir los cambios estructurales y adaptarse a las nueva cultura política, social, periodística, judicial, comunicativa, sanitaria, empresarial, educativa, sindical, laboral, urbana, …. y hasta ¡nueva cultura cultural!

BERGOGLIOMANÍA

BERGOGLIOMANÍA


imagesEl viaje del papa por Cuba y Estados Unidos predicando paz, entendimiento y abolición de la pena de muerte, explica la bergogliomanía que ha desatado ese corazón ambulante que destila amor en sus caricias a los niños, desvalidos, enfermos y marginados, que va encontrando por este mundo de los hombres.

El deseo de Jorge Mario de cambiar su nombre por el de Francisco en recuerdo del santo de Asís que vivió la pobreza hermanada con animales y toda criatura de Dios, nos hizo pensar que sería un papa comprometido con los más desfavorecidos, siguiendo la huella doctrinal marcada por el hijo de un carpintero, pero nunca sospechamos que la bergogliomanía alcanzara las cotas de respeto y cariño que está alcanzando el papa.

Francisco decidió añadir a sus raíces jesuíticas la condición franciscana, dejando claro que el primer papa procedente del cono sur estaba dispuesto a renovar el añejo mensaje de la Iglesia, a decir en voz alta las opiniones que circulaban en sordina por las parroquias vecinales, a dar testimonio evangélico, a redimir de la pobreza a los necesitados y a ser la voz de los sin voz.

Humilde hasta la santidad, cercano al dolor, fraternal con los sufridores, dialogante con los poderosos, comprensivo con los descreídos, defensor de la justicia y renovador doctrinal, que con sus actitudes y palabras ha hecho retemblar el pensamiento de teólogos seguidores de la ortodoxia vaticana, desde la casa de huéspedes del Vaticano que ocupa, negándose a vivir en palacio.

Este religioso, que fue “persona del año” en 2013, ha cautivado el corazón de creyentes y descreídos que no pisan las iglesias ni practican seculares ritos religiosos, porque les importa más la frescura del personaje, su honradez, compromiso, alegría, entrega y desinterés, que la tradición doctrinal.

NO HAY FINAL PARA LA LOCURA

NO HAY FINAL PARA LA LOCURA

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Recibo este año como inmerecido regalo de Reyes el compromiso evangélico del papa Francisco en un mundo enloquecido por la insolidaridad y la codicia, junto a la cristiana valentía de este hombre de bien ante las amenazas que se ciernen sobre él, según confirma quien sigue sus pasos muy de cerca.

El sacerdote argentino Juan Carlos Molina, director de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), tras la visita a su paisano Francisco en el Vaticano, ha declarado advertir al Papa que tenga cuidado porque acabará matándolo un ¿ser humano? ahora desconocido, apoyado por no se sabe quiénes, ni de donde proceden.

El propio clérigo revela que el Pontífice le dijo serenamente: “Mira, es lo mejor que me puede pasar, y a vos también”, porque Francisco tiene claro que el martirio forma parte del compromiso adquirido de redimir a los desfavorecidos, asumiendo tan beatífico trabajo con la valentía de los héroes legendarios.

Pero no es el coraje papal lo que trae esta madrugada de Reyes a mi bitácora la pesadumbre, sino la locura de un mundo que no sabe donde camina entre bayonetas de exterminio que alcanzan a este gran pacifista entregado a sus semejantes, como le sucedió a Gandhi, Martin Luther King, Ignacio Ellacuria y a tantos otros cuyo delito fue luchar por la felicidad de los demás.

¿Qué extraña locura invade los corazones de algunas personas para convertirlos en matarifes inclemente y depredadores implacables de sus congéneres? ¿Cuántas guerras faltan por librar entre nosotros para que los seres humanos abandonen las matanzas? ¿En que momento se producirá una deserción masiva de soldados cuando los señores de la guerra los envíen al matadero?

Cristiano el Papa en su complacencia al aceptar la muerte por los hermanos. Testimonial su compromiso personal de vida evangélica. Y grande el papa por la magnitud de su ejemplo. Pero la maldición fatal que pesa sobre la raza humana no evitará que cualquier día caiga rodando por el suelo, sin conseguir que su sacrificio evite la sinrazón de los seres racionales.

CUBA EN EL CORAZÓN

CUBA EN EL CORAZÓN

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Tras dieciocho meses intercambiando de prisioneros con Raúl y negociando en secreto con el Vaticano y Canadá como intermediarios, Obama ha cumplido la promesa electoral de tender la mano a Cuba, reconociendo que a los gobiernos americanos se les fue la mano con el bloqueo a la maltratada isla, desde que esta se negó a ser zona de recreo y orgías para capitalistas americanos.

Tras el apretón de manos de Obama con Castro en el sudafricano funeral por Mandela, llegó la liberación de Alan Gross que abrió las puertas al entendimiento entre ambos países solicitado en cartas personales que Francisco envío desde Roma a Obama y Raúl, pidiendo la normalización de relaciones entre Cuba y EEUU, algo que se hizo posible el martes 17 de diciembre, cuando el papa bueno celebraba su setenta y ocho cumpleaños.

Nunca he sabido el origen de mi afecto duradero a la isla caribeña y a los cubanos, sin haber pisado el Malecón habanero, ni haber hecho guardias en el Castillo del Morro, ni saludado a José Martí en la Plaza de la Revolución, ni degustado un mojito en la Bodeguita del Medio, ni haberme sentado en la calle a conversar con los vecinos viendo pasar el tiempo a ritmo de habanera.

Por eso, cada vez que hago dueto en soledad con el desaparecido Carlos Cano o mi entrañable Pasión Vega, cantando las Habaneras de Cádiz, se me entrecorta la voz y enmudece el sentimiento, por el apasionado afecto que me provoca la isla hermana, abandonada a su suerte durante décadas por el país del dólar y la indiferencia.

Inexplicable temblor del alma sin justificación para la ciencia porque los sacudimientos internos escapan a toda lógica, por mucho que los manuales se esfuercen en conseguirlo, los exiliados cubanos anticastristas se empeñen en disuadirme y los publicistas denuncien la falta de libertades y derechos ciudadanos en la república insular.

Llevo a Cuba en bandolera cruzada sobre el corazón, pregonando mi deseo de abrazar esa tierra hermana que sufre y sonríe; que nada pide a sus vecinos y todo lo da por la liberación de la miseria africana. Un brazo de tierra que quiero estrechar entre mis brazos para hermanarme bajo el cielo del pico Turquino con su lucha por la supervivencia, teniendo por testigo las aguas cálidas del Caribe.

Hoy grita mi corazón vivas al fraternal pueblo cubano y en cada palpitación la sangre se hace solidaria en juramento de perpetua identidad con esta tierra injustamente castigada por el destino que no merece.

EL PAPA

EL PAPA

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La foto que me muestra un amigo tras su visita al vicario católico, permite contemplar a muchos ciudadanos pisando el mármol Vaticano de Carrara para ver de cerca al papa, perdidos entre casullas, mitras y bonetes; dormitando en las escalinatas; bebiendo agua samaritana en las colas; y comiendo tras las columnas barrocas de Bernini, donde muchos jóvenes y viejos han ido a reivindicar la integridad personal del pontífice argentino.

Comparto los valores humanos que representa el papa Francisco y rindo homenaje a la honestidad, generosidad, sacrificio y lucha por la solidaridad, la libertad y la paz, que está llevando a cabo este reverendo hombre de Dios, como mensajero incansable de la verdad, entendimiento y esperanza para todos los pueblos.

Según parece, gran parte de los que han ido a Roma con este amigo no buscaban al Papa con mayúsculas, sino al padre o abuelo que lidera eternos principios evangélicos sin fisuras hipócritas, atisbos de corrupción, cinismo legalizado, sonrisas de porcelana, falsas promesas o seductores cantos de sirenas.

Peregrinó este amigo al Vaticano para aplaudir al paradigma de la ética, al referente moral, al soñador del amor fraterno y al defensor de la igualdad. En una palabra, se ha reunido con otros miles, esperando contagiarse del espíritu que desparrama un tío legal, como dicen los jóvenes.

Por eso, tal vez, sobraban muchos de los que allí estaban porque una cosa es predicar y otra dar trigo. Una cosa es santiguarse y otra comprometerse. Una cosa cosa es la especulación teológica y otra el compromiso profético. Sobre todo en tiempos de hipocresía legalizada, donde la bisutería moral ha sustituido a la ética y el cinismo religioso campa por sus respetos entre los creyentes que se dan golpes de pecho con la mano izquierda mientras esquilman al vecino con la derecha.

A la globalización, cuyo líder es el dinero, Francisco ha opuesto el amor y la solidaridad, con mérito para hacer atractiva la honradez; dignificar la decencia; enaltecer los derechos humanos; y consagrar la libertad, convirtiéndose en la voz de los sin voz, el pacifista más revolucionario, el referente moral, el modelo a seguir y el paradigma de todas las virtudes que han huido de los despachos políticos, financieros y empresariales.

En Francisco han cristalizado los valores que hacen más habitable la tierra. Y su actitud ha provocado la sintonía emocional de millones de personas, traducida en una catarsis colectiva purificadora que nos hace a todos más hermanos.

Los ciudadanos se han fijado en la lucha del papa por la igualdad social, por la defensa de los débiles y por lograr un mundo más justo, sabiendo que este Pontífice ha preferido ver muros ideológicos por el suelo, más allá de los dogmas tridentinos; ha preferido la paz, a la ortodoxia; y los derechos humanos de la gente a los derechos de sus clérigos.

La historia nos dirá si fue un mago de la demagogia, un encantador de ingenuos, un visionario de la fantasía, un embaucador de crédulos, o el líder carismático que ahora algunos escépticos niegan que sea.

ANIVERSARIO DEL PRIMER VATICACEÑO

ANIVERSARIO DEL PRIMER VATICACEÑO

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Son vaticanos y vaticanas las personas que reciben esa nacionalidad por concesión gratuita y no por nacimiento, aunque nazcan infantes en el Estado Ciudad del Vaticano sin que nadie se sorprenda de ello, porque ese pequeño territorio de 44 hectáreas está habitado por novecientos hombres y mujeres con capacidad procreadora, aunque la mayoría que en ese Estado viven hayan renunciado oficialmente al sexo.

Además de ser la única teocracia europea, regida por un Jefe de Estado que es también Sumo Pontífice con los tres poderes en su poder, el Vaticano goza de un patrimonio artístico y un legado histórico únicos en el mundo, protegidos por la soltería de los mismos guardias suizos que velan por la seguridad del Vicario de Cristo en la Tierra y sus tesoros, por si el Ángel de la Guardia se despista en algún momento.

Hace hoy ochenta y cinco años que nació oficialmente en el Vaticano el primer hijo de aquella tierra, engendrado extramuros de la fortaleza doctrinal católica cuatro meses antes, porque el Vaticano se independizó de Italia con el Pacto de Letrán, firmado el 11 de febrero de 1929, siendo romanos todos los vaticaceños nacidos hasta esa fecha.

La preocupación por la pequeña tasa de nacimientos en el mundo que tanto preocupa a la Curia, contrasta con ser el Estado que presenta el menor porcentaje de natalicios, algo que contradice su predicación.

Celibatados los cardenales, obispos, clérigos y monjas; solteros los guardias suizos por exigencia reglamentaria; y desnacionalizada la mitad de la población, solo dan trabajo a las cigüeñas parisinas los cuarenta y tres funcionarios laicos autorizados a reproducir la especie humana, que trajeron hace un año veinte vástagos vaticacenses, bautizados por el Papa en la Capilla Sixtina.

PAUL MARCINKUS

PAUL MARCINKUS

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Desde las alcantarillas del Vaticano sube un hedor antievangélico de envidias, zancadillas, estafas, pedofilia, intrigas y perversiones doctrinales, que ha obligado al jefe de la organización a dejar la sede papal en manos de un capelo desconocido, y recogerse en un oratorio para rogar por la salvación del mundo.

No es la primera vez que la corrupción hace temblar los cimientos de la Iglesia llevándose por delante a su jefe, pues la prematura muerte del papa Juan Pablo I tuvo mucho que ver con la crisis del Banco Ambrosiano, cuyo máximo accionista y beneficiario de sus préstamos era el Banco del Vaticano, presidido entonces por el honorable banquero de Dios, cardenal Paul Marcinkus.

El Ambrosiano lavó dólares procedentes del narcotráfico turco y colombiano, comerció con dinero negro de la venta de armas americanas, colaboró con la mafia siciliana, surtió de dólares el sindicato polaco Solidaridad, nutrió la lucha anticomunista, abasteció a la contra nicaragüense y firmó cheques en blanco al terrorismo de la logia P-2 contra la izquierda italiana.

El capo del banco Vaticano, – llamado piadosamente Instituto para Obras de Religión (IOR) -, era un hombre fuerte que había sido guardaespaldas del papa Pablo VI con el sobrenombre de El Gorila, a quien le gustaba llevar siempre un puro habano en la boca como su paisano Al Capone.

Marcinkus se salvó de las rejas porque el Vaticano le protegió con la inmunidad diplomática que no merecía este criminal financiero, impidiendo las investigaciones y enviándolo a la diócesis de Phoenix en Arizona, olvidando al mismo tiempo su posible complicidad en el secuestro y desaparición de la niña Enmanuela Orlandi, hija de un empleado de la empresa divina.

Que Dios tenga en su gloria a Paul Casimir Marcinkus desde el 20 de febrero de 2006 y le colme en el cielo de la felicidad eterna, por los siglos de los siglos. Amén.