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PEINETAS POPULARES

PEINETAS POPULARES

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Cuando hablo de peinetas no me refiero al ornamento femenino para el cabello que tiene forma convexa y púas, usado por las mujeres como adorno o para asegurar el peinado, encajándolo en el moño. La peineta que traigo hoy a la bitácora hace referencia al gesto que hacen algunas personas levantando el dedo del corazón de forma obscena, como falo eréctil, manteniendo la mano cerrada y con el revés hacia fuera.

Peinetas hacen los futboleros a futbolistas y viceversa; con peinetas obsequian desde el volante los conductureros a los conductores; peinetas indignadas dedican los manifestantes a los policieros; y obscenas peinetas vuelan en las discusiones, reprimendas, broncas y desacuerdos como rúbrica final de la contienda.

Entre las peinetas más degradantes y despreciables testificadas en esta tierra de María Santísima, destacan las protagonizadas por el borbón Juan Carlos, el hombre-hombre Aznar, el salvadoreño Trillo y el charcutero Bárcenas. El primero dedicó su peineta a un grupo de personas que le abucheaban en Euskadi; el alcaldeso se la brindó a un grupo de universitarios que le piropeaban; el obrero supernumerario la ofreció al público mientras abrazaba a su amiguito; y el presunto trilero onubense, obsequió ayer con una peineta a los periodistas que le daban la bienvenida en el aeropuerto madrileño a su regreso de las agotadoras jornadas que pasó esquiando en Canadá.

Desde la época romana, la peineta representa el falo erecto, siendo considerado impúdico por San Isidoro el dedo del corazón, que fue llamado “digitum infamis” o “impudicum” por el poeta Décimo Junio Juvenal, destacando hoy tal levantamiento por su mal gusto, falta de respeto y la poca estética, como reflejo de incultura, prepotencia y cobardía.

Con tal erección digital se pretende insultar al oponente llamándole «sodomita afeminado» o “maricón”, expresando al mismo tiempo el deseo de que al receptor “le den por el culo”, otorgándole así una dimensión anal sin reparos, como insulto homófobo que pretende ofender con grosero gesto al destinatario del ultraje.

FRUSLERÍAS POLÍTICAS

FRUSLERÍAS POLÍTICAS

Enturbia el ánimo, pero refresca el humor, dar una vuelta por las hemerotecas donde se guardan bagatelas políticas sin desperdicio, que son verdaderas perlas que regocijan el espíritu y alivian la mortificación en tiempos de cuaresma.


Fue la generosidad de don Eduardo Zaplana responsable de que este político declarara a un amigo: “Estoy en política para forrarme”. Lo que no está claro es si se ha forrado mucho, muchísimo o más todavía.

El presidente Zapatero tuvo la amabilidad de decirle al pueblo que gobernaba debajo de sus angulares cejas, que el precio de un café eran ¡80 céntimos!, sin decirnos en casa de quién le cobraban ese dinero cuando le invitaban.

A doctorazo Federico Trillo, especialista en catástrofes aéreas, se le ocurrió gritar “¡Viva Honduras!”, cuando terminó un acto institucional en El Salvador, sin pudor personal ni perder un solo pelo de vergüenza política.

La “miembra” del PSOE, Bibiana Aido, disfruta de un exilio platinado paseando con botas y minifalda por las calles de Nueva York, en ventajosa y desigual situación con las chicas de su edad, sin dar explicación alguna.

La alcaldesa de Madrid dio una lección de genética homosexual al pueblo ignorante, diciendo: “Si se suman una manzana y una pera nunca pueden dar dos manzanas”. Es obvio, porque lo que da es una botella vacía.

El «hombre» de la anterior señora declaró públicamente que a él le gustaba “la mujer, mujer”, sin molestarse en explicar a los ciudadanos qué quiso decir con tan machota tautología, un machote como él.

A José Blanco debemos agradecerle que diera vida nueva a las paradojas unamunianas, declarando: “Hay mucha gente que no sabe de qué habla. Yo, como sé de qué hablo, me callo”. ¡Manda huevos, que diría el supernumerario!

El actual presidente de Gobierno padeció en tiempos de sequía una preocupante confusión mental transitoria que le llevó a decir: “ETA es una gran nación”, para hacernos olvidar los “hilillos del Prestige”.

Josep Lluis Carod Rovira corrigió en televisión española a un español, diciéndole que no se llamaba José Luis, pero que había  viajado mucho a Bruselas, y alguien le gritó “¡Bruxelles, paisano, Bruxelles!”.

MATAR AL MENSAJERO

MATAR AL MENSAJERO

Entre los deportes que practica el señor Urdangarín desde que dejó profesionalmente el balonmano para dedicarse a los negocios institucionales, destacan especialmente el de hacer footing mañanero por las calles nevadas de Washington y el de matar al mensajero.

Parece claro que el primero de ellos lo practica para coger fondo y masa muscular por si se lesiona ejercitando el segundo, viéndose obligado a moverse durante unos años en el reducido espacio de una patio carcelario, si todo es como dicen los medios de comunicación que es.

El yernísimo pretende cambiar la realidad por su contrario, invirtiendo el orden de las cosas para hacernos creer que las noticias anteceden a los hechos cuando en realidad son ellas la causa y el origen de éstos. Pues no, no es así, querido amigo. Primero suceden los hechos y después se cuentan, careciendo el narrador de culpa alguna en los actos que describe.

En su afán por seguir engañando al personal, el marido de la duquesa pretende insultar la inteligencia de los súbditos reales invirtiendo la secuencia para hacer creer a los vasallos del suegro que la bomba encontrada en los cimientos del Palacio de la Zarzuela la han puesto quienes han descubierto el explosivo depositado allí por él.

Basta leer el comunicado telefónico hecho ayer por el duque consorte a la agencia Efe desde su dorado exilio americano, para fortalecernos en la idea que tenemos sobre la catadura de tan escurridizo personaje.

El presunto carterista de guante regio se lamenta cínicamente en su comunicado de los daños que están causando a la familia real las informaciones y comentarios aparecidos en los medios de comunicación, pretendiendo con ello culpar al mensajero de las tropelías supuestamente realizadas por él.

Tiene gracia. No, perdón, como diría el cartagenero Trillo: ¡Manda huevos con el chaval!

NISI ITA, NON PUTO

NISI ITA, NON PUTO

Así, en latín, para que me entiendan los sacerdotes españoles, cuya edad media se sitúa en los 63,3 años llegando en algunas diócesis al 72,4, dominadores, por tanto, del latín que estudiaron durante muchos años en el seminario para decir la misa en tal idioma, hasta que Juan XXIII los puso cara al público y hablando castellano.

El resto de seres humanos deben saber que la expresión latina que da título al artículo de hoy significa en castellano algo así como “al menos que así sea, no lo creo”, o de forma más sencilla: “si no lo veo, no lo creo”, como Santo Tomás dijo a sus compañeros al pedirles ver las llagas del Señor.

Efectivamente, lo he oído hace unos minutos por la radio, y he quedado estupefacto con la increíble noticia que han lanzado las ondas. Esto significa que no creeré lo que acabo de oír hasta verlo cumplido, porque las inocentadas se guardan para el 28 de diciembre.

Al parecer, – no se rían -, la Jornada Mundial de la Juventud es candidata al Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, es decir, que aspiran a llevarse 50.000 euros, una escultura de Miró, un diploma y a una insignia, el millón y medio de personas anónimas que participaron en las jornadas festivas publicitarias. Salvo que se haga cargo de los beneficios la institución católica representada por su jerarquía cardenalicia. ¡Manda huevos!, que diría el catoliquísimo Federico Trillo, aunque a sus jefes del Opus Dei no les hiciera mucha gracia el lamento de su socio.

Espero que no sea así, porque la JMJ no merece un premio que se concede a quien haya contribuido de forma ejemplar y relevante al entendimiento y a la convivencia en paz entre los hombres, a la lucha contra la injusticia, la pobreza, la enfermedad, la ignorancia o a la defensa de la libertad, o que haya abierto nuevos horizontes al conocimiento o se haya destacado, también de manera extraordinaria, en la conservación y protección del patrimonio de la Humanidad.

Por una vez, hay que confiar en que el presidente del jurado, Álvarez Cascos, el banquero Rato y la multimillonaria Koplowitz, hagan bien su trabajo y proclamen hoy en el hotel Reconquista de Oviedo como ganador del Premio a la Concordia a cualquiera de los otros 43 aspirantes, entre los que destacan las personas que se dejaron la piel en el tsunami de Fukushima (Japón); la Organización No Gubernamental Parent’s Circle- Families Forum, formada por israelíes y palestinos en lucha por la reconciliación de las dos comunidades; Sylvia Earle por su amor a los océanos; Vandana Shiva, defensora de los derechos de los pobres sobre los recursos naturales; o cualquier otro candidato que no sean los folclóricos festivaleros y jerarcas eclesiásticos defensores de la pobreza, que han gastado ¡un millón de euros! en propaganda rejuvenecedora de lo imposible, cuando en Somalia están condenados a morir de hambre 750.000 hijos del Dios que predican sin sonrojarse.

NOTA:  ¡Uf, menos mal! Tres horas después de publicar lo anterior, también la radio ha traído a mi mesa de trabajo la buena nueva  de que los ‘héroes de Fukushima’, han sido galardonados con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2011 por su «valeroso y ejemplar comportamiento».