Hoy, que media España está viajando, recordamos que los navegantes tuvieron que esperar 385 años para ahorrar tiempo, economizar esfuerzos y evitar los riesgos del estrecho de Magallanes y el Cabo de Hornos, cruzando del Caribe al Pacífico a través del Canal de Panamá que hoy cumple un año más de la centena.
Todo comenzó en 1513 cuando Núñez de Balboa contempló desde los Andes dos interminables masas de agua marina sin más que girar la cabeza, siendo el primero en soñar con la unión de ambos mares, utilizando el curso del río Darién, muriendo sin ver cumplido su deseo.
Siete años después, el navegante Ángel Saavedra, presentó un proyecto similar al de Balboa, que tampoco fue atendido por los jefes conquistadores españoles, más pendientes de llevarse el oro de los indígenas que de hacer obras quiméricas de ingeniería imposible.
Tras analizar topográficamente el terreno desde Tehuantepec hasta Panamá, Hernán Cortés expuso planes similares, a los que se sumó también el navegante portugués Antonio Galvao, proponiendo unir los dos océanos de cuatro formas diferentes: Entre el golfo de Uraba y el de San Miguel; a través del istmo de Panamá; a lo largo del de San Juan, utilizando el lago de Nicaragua; o por el istmo mejicano.
Finalmente, el hombre más poderoso de la Tierra, hijo de la “loca” y el “hermoso”, propuso abrir un canal en Panamá para abreviar los viajes a Perú, evitando los peligros del cabo de Hornos y facilitando el transporte del oro usurpado hasta la península ibérica, aprobando en 1529 el primer proyecto de la magna obra, que no pudo llevarse a cabo por evidentes carencias tecnológicas.
El deseo imperial se hizo realidad el 15 de agosto de 1914 cuando el vapor Ancón cruzó el canal, inaugurándolo con evidentes ventajas para los países más beneficiados del tajo abierto, como Estados Unidos, Chile, Corea, Japón y China, acortando tiempo y distancia, ahorrando gastos, mejorando el intercambio comercial y dinamizando la economía.
Ha pertenecido el canal a los Estados Unidos hasta el 7 de septiembre de 1977, cuando el presidente americano Jimmy Carter y el jefe de Gobierno panameño Omar Torrijos firmaron el tratado que lleva sus nombres, por el que se devolvía a Panamá el control absoluto del canal el 31 de diciembre de 1999, gestionado por la Autoridad del Canal de Panamá, que vigila las andanzas de Sacyr.