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LA HUMILDAD DEL PODER O EL PODER DE LA HUMILDAD

LA HUMILDAD DEL PODER O EL PODER DE LA HUMILDAD

La experiencia vital de quienes vamos caminando en primera posición hacia el vestíbulo de la estación término que a todos espera, nos obliga a superar la ingenuidad del sectarismo juvenil que determinaba filias y fobias hacia las personas, en función de su militancia política o credo religioso.

Esto nos lleva a reafirmar que son los valores humanos de cada cual quienes determinan las actitudes éticas de las personas, orientan los compromisos sociales, definen conductas profesionales y precisan comportamientos de las personas concretas, -con nombre y apellidos-, como Ave Fénix liberadores de cenizas, poniendo en almoneda las ideologías, credos y programas.

Es, pues, necesario superar el dogmatismo excluyente de vecinos por su pertenencia a organizaciones políticas, sociales o religiosas, y acordar cada cual consigo mismo que la afinidad, lealtad y entrega a las personas va más allá de los idearios, por válidos que estos se presenten en los escaparates sociales, con sólidos contenidos, éticos compromisos y convincentes pensamientos,

Llega un momento de madurez y plenitud existencial, donde las ideologías y creencias pasan a segundo plano, cediendo la primacía al individuo, tras verificar que las banderías, militancias y común-uniones nada dicen de los sujetos que forman parte de ellas, ni determinan comportamientos, forjan actitudes o consolidan virtudes, siendo los valores humanos patrimonio privado de cada cual, y justificación de afinidades recíprocas, atracciones mutuas, amistades duraderas y simpatías compartidas.

Por eso complace sintonizar con personas específicas individualizadas, sin mirar carnets de militancia o certificados de bautismo, aunque los mentecatos atribuyan ideologías a quien esto hace, que nada tienen que ver con la realidad porque los memos no distinguen el culo de las témporas ni la gimnasia de la magnesia.

Preámbulo hecho para declarar públicamente el encuentro vivido el pasado martes día 18 en el Congreso de Diputados con la humildad del poder, la honrosa debilidad del mando persuasivo, la autoridad como liderazgo natural, el señorío de femenina señoría, el dominio sin dominación, la simpatía de la seriedad, la espontaneidad del protocolo y la sencillez de la tercera potestad nacional, que hizo de la humildad virtud, sin perder su grandeza.

Gracias, Ana, por tu lección.

¿UNIVERSITARIOS? SÍ, POR FAVOR

¿UNIVERSITARIOS? SÍ, POR FAVOR

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La convocatoria oficial del institucionalizado macrobotellón que colapsará la ciudad el próximo jueves día 10 con cincuenta mil jóvenes nativos y foráneos dispuestos a todo, es buen momento para reflexionar sobre la escasa aportación cultural que hacen a nuestra ciudad los treinta mil estudiantes universitarios que tenemos entre nosotros.

Su mínima participación en conferencias, exposiciones, recitales poéticos, sesiones teatrales, presentaciones de libros y otras actividades culturales que se desarrollan en la ciudad, contrasta con su masiva implicación en fiestas y saraos discotequeros, sin que esto signifique crítica al charangueo propio de espíritus juveniles, pero sí cierta decepción por el desinterés hacia la cultura de muchos jóvenes que se encuentran en el máximo nivel de su formación intelectual.

Ser estudiante universitario implica algo más que la ingestión de conocimientos académicos para regurgitarlos en exámenes y alcanzar un título que dé trabajo, aunque esto no siempre se consiga. Ser estudiante universitario exige un compromiso con la cultura, propio de quienes tendrán la responsabilidad de dirigir la sociedad futura. Por eso, aspiramos a que los treinta mil universitarios que conviven con nosotros actúen de catalizadores culturales extramuros de la Universidad, más allá de las aulas escolásticas.

Sorprende la falta de compromiso de muchos estudiantes universitarios – no todos, porque siempre hay excepciones dispuestas a negar la regla –  por su formación integral fuera del recinto universitario, entregados al bullicio, fornicio, droguicio y alcoholicio, como evidenciarán en la Plaza Mayor miles de ellos el día 10 con un vaso en la mano y lo que corresponda en el bolsillo.

Es de dominio público entre nativos y foráneos que la Universidad es la gran “industria” salmantina, los estudiantes máximos consumidores de festejos y el gremio de la hostialería recaudador del patrimonio que los jóvenes dejan en discotecas y tabernas repartidas por todos los rincones y esquinas de la pequeña Roma.

El problema de muchos jóvenes universitarios no es el inevitable bullicio, necesario fornicio y sobrado alcoholicio que practican, porque tales ritos iniciáticos son propios de la condición humana. El problema es que muchos no sientan la necesidad intelectual de hacerle un espacio a la cultura entre el grito, el trago y el polvete.

PUNTOS SOCIALES CARDINALES

PUNTOS SOCIALES CARDINALES

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Para salir del barrizal donde nos encontramos, urge cambiar los límites morales de España poniendo al Norte la honradez, que nos salvará de la corrupción; al Sur, la competencia que evitará los errores; al Este, la solidaridad, que promoverá la convivencia; y al Oeste, la vocación de servicio de los cargos públicos que dirigen el país por voluntad del pueblo, que paga sus salarios, dietas y privilegios.

Con la ética por bandera, será fácil poner la sanidad, la educación, la justicia y la dependencia en el lugar que les corresponde. La primera, nos dará la salud necesaria para tener el bienestar que merecemos; la educación será escoba intelectual para barrer las mentiras oficiales; la justicia espantará la impunidad de los pecadores sociales; y las ayudas a la dependencia harán más feliz la vida de los infelices.

Pero mientras haya ciudadanos aplaudiendo a futbolistas defraudadores a las puertas de los juzgados; mientras continúen los vítores a tonadilleras encarcelas; y mientras se mantengan las audiencias a salvadores programas telebasura, estaremos cada día más lejos de la limpieza mental que necesita este país para acometer con éxito la pureza moral.

COMPROMISO ROSADO

COMPROMISO ROSADO

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Lazo

Los medios de comunicación anuncian que se ha batido el récord de participación en la última marcha contra el cáncer de mama que ha tenido lugar hace unos días, en la que han corrido miles de hombres y mujeres de toda condición y procedencia, con una aparente finalidad común, compartida con diferentes criterios por los corredores.

No es arriesgado suponer que entre los participantes en la carrera haya habido ciudadanos y ciudadanas que han guardado silencio ante los recortes sanitarios, han aceptado resignadamente las consecuencias de unas actuaciones falsamente pregonadas como inevitables, y no hayan caminado por las calles en las marchas blancas que luchaban para evitar los tijeretazos.

Lucir un lazo rosa en el pecho como símbolo de la lucha contra el cáncer de mama cuando no se ha combatido en las trincheras sociales contra la reducción de chequeos médicos, controles mamarios, operaciones quirúrgicas y tratamientos clínicos, es una contradicción más de las muchas que planean sobre la piel de toro, simulando un ficticio compromiso rosado con esa enfermedad innombrable contradicho por la realidad de los hechos.

Aceptar en silencio la reducción de personal sanitario. Consentir resignadamente los recortes presupuestarios en sanidad. Mirar para otro lado mientras se incrementaban las listas de espera quirúrgica. Ver con indiferencia las aglomeraciones de pacientes en los pasillos. Y no luchar para mejorar la calidad de la sanidad escondiéndose tras los visillos domésticos, son actitudes incompatibles con llevar un lazo rosa en la pechera, condenadas por Nancy Brinker y la Fundación Susan G. Komen.

QUEBRADIZOS PILARES SOCIALES

QUEBRADIZOS PILARES SOCIALES

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Parafraseando a Groucho Marx, propongo algunos pilares quebradizos que considero sustentadores de la sociedad actual, aceptando que quien esté en desacuerdo con ellos pueda cambiarlos por otros, que tendrán la validez que los discrepantes quieran otorgarles.

Entre los posibles asientos inestables donde reposa la vida española, propongo cuatro de ellos con carácter preferente: incultura, desmemoria, indiferencia y contumacia, abriendo las puertas a todas las proposiciones que quieran añadirse a estas cuatro rotaspatas sustantivas, responsables de nuestros males.

Incultura, porque la ignorancia es la causa de muchos males endémicos tradicionalmente instalados en este país, pues el desconocimiento y la falta de reflexión colectiva es aprovechada por los depredadores para beneficiarse de la torpeza ciudadana, en ámbitos políticos y religiosos, sin que los manipulados puedan hacer nada para evitar abusos y mentiras de los explotadores mentales.

Desmemoria, porque el olvido de tragedias pasadas y descalabros colectivos no ha evitado la repetición de los mismos tropezones como hubiera sucedido guardando memoria de ellos, lo que explica las sucesivas guerras civiles padecidas durante siglos, los repetidos engaños en los programas electorales, la ingenua credulidad de mentiras institucionales y la reproducción encadenada de los mismos errores.

Indiferencia en la clase dirigente ante las desgracias ajenas, porque la empatía no es una de sus virtudes ni la solidaridad forma parte de sus mandamientos sociales, estando todos los miembros de la banda dominados por una codicia desmedida, el engaño por bandera, la ambición de poder en el norte de las urnas y la prestidigitación del garrapiñe en el orden del día de todas sus reuniones.

Finalmente, la contumacia de los perversos es la clave de su victoria, aunque los contumaces se lleven por delante todo lo que encuentran a su paso, menos a ellos mismos que resisten, porque la experiencia demuestra que en esta tierra triunfan los que persisten en sus envites, los que provocan temporales y  dan empujones, porque los sufridores se lo permiten.

¿QUO VADIS, «SALVADORES»?

¿QUO VADIS, «SALVADORES»?

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Lo que escribo esta madrugada no lo escribiría si esperara unas horas a que mi alma se templara, el irritado ánimo que me embarga alcanzase el sosiego y el olvido enturbiara el recuerdo reciente que ahora tengo de la sacralización social que se está haciendo de la chabacanería, la incultura y la grosería, personificada en una mujer que va enseñando el pototo cerebral por las pantallas televisivas, con una audiencia que no tienen los pocos sabios que en el mundo son.

Confieso que cada día me siento más extraterrestre en la tierra que me vio nacer, como saben quienes me conocen bien, porque no es fácil identificarse con determinadas situaciones que abomina la razón cuando estas dominan entre los vecinos, según acreditan las encuestas, concursos y audiencias televisivas, anunciando patéticos liderazgos sociales y desalentadoras preferencias mayoritarias del pueblo.

Pasé primero por un estado de sorpresa, luego de confusión, siguió el desconcierto, más tarde la perplejidad y a continuación el aturdimiento, antes de perder conciencia de la realidad que me despertó el hastío, como paso previo a la indignación y la rebeldía, donde ahora me encuentro, con más fuerzas que nunca para luchar desde mi rincón contra los vendedores de mierda que a muchos ensucia el cerebro y la moral, llevándolos derechos al despeñadero.

Según veo en el link que me ha enviado un amigo, el otro día se congregaron frente al televisor ¡cinco millones! de personas para festejar y aplaudir a la proclamada “princesa del pueblo” por ganar un programa televisivo extraído del basurero social, del que prefiero no hablar porque me bastó con presenciarlo diez minutos hace años, para despreciarlo de por vida.

¿Cómo es posible que quien no sabe apenas leer y escribir, convierta en best seller un libro escrito por otro, contando sus cameos y miserias? ¿Qué personas juzgaron a esta pisapiés para hacerla ganadora de un concurso de baile? ¿Quienes pagan a tal esperpento humano cantidades de euros que ningún científico, pensador o literato, ganará en su vida?

La consecuencia desejemplarizante de esta individua causa en la sociedad más daño que la undécima plaga de Egipto, sus patadas al diccionario hacen temblar la lengua que todos hablamos y la ignorancia que atesora es digna de figurar en el libro Guinness de la incultura.

No, Dafne, perdona, pero yo no puedo poner mi firma en una petición cultural en la que figure esta señora tan pedestre, ignorante, vulgar, tosca y asilvestrada, que un pueblo de “salvadores” sin rumbo, ha encumbrado a las más altas cotas de la miseria intelectual con el aplauso de una masa social que no sabe donde va, formado por ociosas comadres que vocean su nombre en los tendederos de patios de vecinas.

TODOS A LA CÁRCEL

TODOS A LA CÁRCEL

Unknown

Son varios los ciudadanos detenidos por insultar y amenazar a políticos en las redes sociales, pero cabe esperar que será mayor el número de políticos que pasen por los banquillos debido a los insultos y amenazas que ellos propinan, considerándose impunes a la ley que pretenden imponer para criminalizar las opiniones de mal gusto que viertan los vecinos hacia ellos en Twiter, Facebook, blogs o artículos de opinión.

Es obligado suponer que los fiscales pondrán a disposición judicial a los políticos que vuelvan a llamar «gusanos goebbelianos» o “basura” a los periodistas; “víbora con cataratas” a un alcalde; “cucarachas” a los que van a la bodeguiya; “cojo inútil” a un senador disminuido; “pija que no sabe hablar” a una ministra; “asesino” a un diputado; “tocapelotas” a un presidente autonómico; “enorme hijo de puta” al presidente del Congreso; o “canalla” al presidente del Gobierno.

También pasarán por el juzgado de guardia los individuos de un bando que llamen al ciudadano de la otra bancada: “fascista”, “nazi”, “franquista”, “bambi”, “patriota de hojalata”, “bobo solemne”, “gilipollas”, “sinvergüenza”, “mierda”, “filibustero”, y otras lindezas que “hunos” y “hotros” llevan dirigiéndose durante años.

Igualmente, los jueces tendrán trabajo extra con los políticos que no han escatimado insultos y amenazas en torno al terrorismo, como aquel que dijo: “cuando dejen las armas, en vez de un tiro les meteremos dos”; o el otro que descubrió el voto secreto de un miembro del Gobierno afirmando sin pudor: “el señor ministro vota a ETA”.

Los ciudadanos del movimiento 15-M han recibido estos elogiosos piropos de ciertos políticos y periodistas en medios de comunicación, tribunas y redes sociales: “camorristas”, “pendencieros”, “mastuerzos”, “tontos”, “criminales”, “híbridos de hiena y rata”, “payasos”, “majaderos”, “golpistas”, “malnacidos”, “parias”, “farsantes”, “cultivadores de marihuana”… Y la Plataforma de Afectados por la Hipoteca también ha recibido parte del convite insultante y amenazante, con injurias del tipo “piojosos”, “nazis”, “borregos”, “falsarios”, “fascistas” y “estafadores”.

Por otro lado, las amenazas recibidas por algunos políticos han escandalizado a los de su clase, pero ninguno de ellos ha considerado amenaza de muerte que un niño afectado de cáncer lleve cinco años sin tratamiento en el toledano hospital Virgen de la Salud, como han denunciado los padres del pequeño; o los enfermos que fallecen en listas de espera; los dependientes que agonizan en sus casas en las peores condiciones de subsistencia; o los que se hacinan en pasillos hospitalarios por cierre de plantas asistenciales, eliminación de quirófanos o reducción de personal sanitario.