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HEREJE DEL FRANQUISMO

HEREJE DEL FRANQUISMO

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El calendario nos da hoy la oportunidad de felicitar al poeta Antonio Gamoneda en su ochenta y tres aniversario y desearle que cumpla muchos versos más en los años que viva entre nosotros, porque necesitamos su arte de memoria en la perspectiva de la muerte, frente a la desnudez de la efímera existencia.

Premio Nacional de Literatura, Cervantes, Reina Sofía y de la Crítica castellanoleonesa, este huérfano ovetense renacido en León, aprendió a leer en los versos de su padre frente a la ventana de un barrio obrero, testigo de la barbarie provocada por una guerra incivil que asoló su corazón, dejando a la intemperie un alma de poeta por nacer.

Humilde recadero, sencillo bancario y hereje político en la dictadura, intento corromper el sistema desde dentro, promoviendo una cultura progresista desde la Diputación leonesa con dinero franquista, pagando por ello el precio de la expulsión y la recompensa de una sentencia judicial de readmisión.

Desde su presentación poética en sociedad con “Sublevación inmóvil” hasta su poemario “Esta luz”, este poeta de la resistencia antifranquista no ha soltado la pluma de la mano en cincuenta años, salvo siete años de silencio durante la transición política, tras la muerte del “generalísimo”.

En la caja del tiempo numerada con el 1001, que guarda el Instituto Cervantes en una cámara acorazada de la madrileña calle Alcalá, ha depositado Gamoneda el 20 de abril de 2007 su legado literario, asegurando que abrirá él mismo esta cápsula del tiempo un día como hoy del año 2032, cuando el cumpla 101 años.

PREMIO AL CABALLERO BONALD

PREMIO AL CABALLERO BONALD

Hubiera dado igual que el premio hubiera sido para Juan Goytisolo, Riquer o Bonald, pero ha sido este último poeta, que añade al Reina Sofía de poesía, al Nacional de Literatura y a doce premios más, el nobel de las letras hispanas, sin dejar de mirar a los espectadores tras la rendija de su ojo izquierdo, mientras reconoce sin reservas que ya le tocaba a él.

Este premio reconoce el talento, la creatividad y la resistencia de José Manuel, pues como decía su amigo Cela: en España gana el que resiste. Es decir, el que más aguanta los envites de la vida, el que sobrevive a quienes pudieran hacerle sombra, el que más perdura en el tiempo, el que resiste de pie.

El mismo caballero se extraña de recibir el premio más deseado por los escritores hispanos, de manos de un gobierno de derecha, como reconocimiento a la Generación del 50, sin que su amante Rosario Conde pueda alegrarse de ello, ni don Camilo mirarle de costado mientras recompone de espaldas a ellos, su “Rol de cornudos”.

Brindemos, pues, por este jerezano hijo predilecto de Andalucía, que espera sufrir el tercer naufragio para hacerse inmortal, sin percibir que el Premio Cervantes ya le ha concedido ese privilegio, permitiéndole habitar en La Argónida de sus poéticos sueños.

Si “vivir es ir dejando atrás la vida” mientras se reciben las visitas incesantes de preguntas que hacen cola a la puerta del misterio, revivir es perdurar en los versos, sabiendo que “la única estrategia que puede más que el tiempo es conseguir perderlo impunemente”.

Transgresor, inconformista y contestatario, este rebelde social expresó su solidaridad con los indignados del 15-M, diciendo que si la edad se lo hubiera permitido habría acampado bajo los toldos que levantaron los jóvenes en la Puerta del Sol.