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Etiqueta: Producto Interior Bruto

MÉRITO DEL PUEBLO

MÉRITO DEL PUEBLO

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Cuando todos los gobiernos, cancillerías, políticos, sindicalistas y ciudadanos han desgastado sus manos aplaudiendo al hombre que hizo posible el milagro en Uruguay, yo me inclino reverencial ante el pueblo que lo eligió para ello, porque es del pueblo el mérito de la resurrección en ese país, por su inteligencia y capacidad para votar al líder que los condujo al lugar donde aspiraban todos llegar.

Dejadme que os hable de este sencillo pueblo republicano formado por tres millones y medio de personas, que habita una pequeña región tres veces inferior a la España en el cono sur americano, con clima templado apto para la ganadería y la agricultura, con el más bajo nivel de analfabetos de toda Latinoamérica, que tiene el privilegio de ser el segundo menos corrupto y el tercero con mayor desarrollo humano.

Dejadme que os hable de un pueblo que tiene la más equitativa distribución de ingresos, el Producto Interior Bruto más elevado por habitante, el cuarto con la más alta esperanza de vida, el más pacífico, uno de los más verdes del mundo, donde mejor se vive del cono sur y el más democrático, bautizado por los indígenas con el guaraní nombre de Uruguay

Dejadme que os hable de la sabiduría de un pueblo que supo elegir al dirigente más elogiado en todas las latitudes. Un pueblo sabio, templado, prudente y con memoria colectiva para no dejarse embaucar con cantos de sirena electorales. Un pueblo feliz, agradecido, leal y envidiado por quienes habitamos en la piel de toro, buscando entre nosotros un Pepe Mújica que nos libere de la politiquería, la corrupción y la mentira.

DÉFICITS PARA SALVAR EL DÉFICIT

DÉFICITS PARA SALVAR EL DÉFICIT

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Preocupa a los políticos de todos los colores que nuestro déficit público esté por encima del 7 % del Producto Interior Bruto, lo que representa unos 73.000 millones de euros que se están pretendiendo enjugar aumentando otros déficits vitales más importantes que el de las macrocuentas del Estado, con grave deterioro de la convivencia social y el bienestar ciudadano.

No es bueno para el país reducir el déficit económico aumentando el déficit juvenil que expulsa del país a nuestros jóvenes, porque en ellos está el futuro que ahora desprecian quienes cierran con el cemento armado de su cara dura la salida del túnel, mostrando una irresponsabilidad histórica que merece la condenación a eterna a galeras.

No es bueno para el país reducir el déficit público transformando en morgues los hospitales, abriendo escuelas en barracones, dotando los juzgados con lapiceros sin punta o poniendo esterillas en el suelo para los discapacitados, sino persiguiendo el fraude fiscal, anulando la Sicav, evitando los refugios de pisos vacíos, devolviendo las autonomías uniprovinciales a su lugar de origen, eliminando senadores, reduciendo miles de concejales y suprimiendo las subvenciones a partidos, patronal, sindicatos y fundaciones.

Con eso bastaría para superar todos los déficits económicos imaginables, pero no se hace nada en esa dirección, pudiendo hacerlo todo, lo cual obliga a pensar en segundas intenciones ocultas a los ciudadanos que están pagando las cuentas de los platos rotos por quienes sonríen en la cubierta de los barcos con una piña colada en la mano, mientras en la bodega sudan sangre los inocentes remeros.