GOTERAS EN EL CONGRESO
La lluvia ha caído como plaga bíblica sobre el Congreso abriendo grietas en la cúpula que protege a los padres de la patria, no para bautizar a ministros y diputados con agua santificada por ángeles celestiales, sino para avisarles de peores consecuencias si continúan oprimiendo al pueblo, como hizo Dios con el faraón, cuando éste desatendió la demanda de sus hijos.
La lluvia que ha roto el tejado protector de los privilegiados patronos políticos, no procede de condensaciones atmosféricas físicas, sino de lágrimas y sudores recogidos en todas las mareas humanas que recorren las calles de las ciudades destilando indignación, rabia, dolor, pobreza y desamparo, mientras los diputados mantienen sus privilegios, sueldos y favores, protegidos por una cúpula hecha de papeletas electorales, que ellos han convertido en papel mojado, haciendo oídos sordos a la voz del pueblo.
Los ejecutores y legisladores que ayer miraban con asombro hacía el techo del Congreso, deben obturar pronto las vías de agua abiertas para evitar que se cuele por ellas la ira del pueblo, provocando el naufragio de la placentera vida que llevan los mesiánicos salvadores de su patria.