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Etiqueta: perversión

BORGES EN CAMPAÑA

BORGES EN CAMPAÑA

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Fue Borges muy criticado por una frase pronunciada en desafortunado momento, pues Videla acababa de dar un puñetazo a la mesa llevándose por delante la democracia argentina y llenando la historia de dolientes desaparecidos que Ernesto Sábato hizo público con Raúl Alfonsín, pidiendo que «Nunca más» se repitiera tan brutal exterminio.

Respetemos a los políticos e indultemos a Borges, entendiendo que sus palabras pretendían condenar las actitudes antidemocráticas de los politiqueros, cuando dijo aquello de que “la democracia es un abuso de la estadística”, en la entrevista realizada en 1976 por Bernardo Neustadt, tres meses después del golpe militar de Videla en Argentina, que derrocó a Estela Martínez de Perón.

Seamos generosos con Jorge Luis y consideremos estas palabras como otra de sus grandes ironías, dirigida en este caso a los electoreros, al continuar diciendo: “ La mayoría de la gente no entiende de política y se dejan embaucar por una secta de sinvergüenzas, que son los políticos nacionales. Estos señores que van desparramando su retrato, haciendo promesas, a veces amenazas, sobornando, en suma. Para mí ser político es uno de los oficios más tristes del ser humano. Esto no lo digo contra ningún político en particular. Digo en general, que una persona que trate de hacerse popular a todos parece singularmente no tener vergüenza. El político en sí no me inspira ningún respeto”.

OBRAS DE INMISERICORDIA

OBRAS DE INMISERICORDIA

Unknown

El problema que tenemos en España no es de recesión económica, ni de contaminación política, ni de usura bancaria, ni de dominio financiero, sino de quiebra de valores humanos, fragmentados por ambiciones, estafas, corruptelas y politiquerías de diferente especie, siendo la crisis que nos atenaza la consecuencia directa de la codicia imparable ejercida por una selecta minoría.

Estamos asistiendo a una perversión moral, ética y estética que amenaza con devastarlo todo, sin dejar piedra sobre piedra, ni títere con cabeza, porque estamos en manos de un poderoso grupito de titiriteros morales y trileros, que juegan con el futuro de la gran mayoría de ciudadanos.

El catecismo social de la crisis nos propone estafar la vecino, engañar al que no sabe, aplaudir al sinvergüenza, quitar el pan al hambriento, beber el agua del sediento, desahuciar al peregrino, redimir al explotador, despreciar al marginado, indultar al tramposo, votar al corrupto, desnudar al vestido, expulsar al inmigrante y quitarle la venda a la justicia para que el desfile interminable de porquería y podredumbre ocupe un lugar privilegiado en la vida social.

Se nos va el tiempo y las fuerzas en ver a millonarios futbolistas dar patadas a un balón, en vez de dar nosotros millones de patadas a cuanto nos impide salir del lodazal en que estamos sumergidos, sin posibilidad de liberarnos de las arenas movedizas que nos acabarán engullendo, como no formemos una cadena solidaria para salvarnos.

Es hora de abandonar politiquerías de izquierdas y derechas. Es hora de entendernos incrédulos y creyentes. Es hora de unirnos todos los colorines de razas y culturas. Es hora de formar bloque contra ese pequeño grupo que se beneficia de nuestra dispersión, haciéndonos comulgar con indigeribles ruedas de molino, para que el peso nos impida levantar el vuelo.

ABSOLUTISMO DEMOCRÁTICO

ABSOLUTISMO DEMOCRÁTICO

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Lo característico de un Estado Democrático es que el pueblo interviene en las acciones de gobierno, no que los ciudadanos voten en las urnas a un partido político para que haga durante cuatro años cuanto se le antoja, sin tener en cuenta la opinión ciudadana, como sucede con las leyes de caza promulgadas sin contar con las perdices.

De seguir las cosas por el camino que van, soportaremos con los pantalones en los tobillos una grave perversión política que, amparándose en las urnas, convertirá el Estado Democrático en Estado Absoluto, gracias al recuento de papeletas, como viene sucediendo en la moderna historia de España, con el famoso rodillo democrático.

Es peligroso para el sistema convertir la mayoría absoluta en un gobierno absoluto, olvidando a los propios votantes y a los ciudadanos que optaron por otras alternativas de gobierno. Es peligroso sacrificar a los vecinos obligándoles a caminar por senderos de espinas con pretextos y cuentos orientales, mientras se abren autopistas a defraudadores, banqueros y corruptos, enriquecidos con el dinero y sacrificios que ahora se piden a quienes viven a la intemperie.

Tener mayoría absoluta no otorga sabiduría infinita ni posesión de la verdad única, sino poder, mucho poder, pero sin garantía de acierto en las decisiones que se toman, por mucho que se exhiban los votos obtenidos en la solapa