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INOCENTES Y NOCHEVIEJA

INOCENTES Y NOCHEVIEJA

Hoy domingo 29 de diciembre llega a nosotros con el corazón tan “partío” como el del cantante Sánchez Pizarro, ocupando espacio entre los santos inocentes que ayer celebramos con bromas pervirtiendo el significado de tal recuerdo, y la festivalera Nochevieja con sabor etílico, bailes latinos, rojizas prendas íntimas y saturnal festín.

Mitad de nuestros corazones dedicados hoy a recordar la inocente prostituta que unos farsantes trajeron desde no se sabe dónde, engañada con promesas falsas. Mitad descorazonada evocando al inocente parado sin salario de subsistencia. Al inocente hambriento que busca alimentos caducados en los contenedores. Al inocente niño seducido por un puñado de caramelos que termina en las páginas más detestables de Internet. Al inocente sursahariano que duerme sobre cartones y es explotado por un empresario sin escrúpulos. A los inocentes muertos víctimas de la locura guerrera humana. Mitad del corazón enarbolando por todos ellos la bandera de la paz y la solidaridad tras una pancarta que pide justicia para todos los ajusticiados injustamente, amparados por leyes al servicio de los justicieros.

La otra mitad de nuestro corazón “partío” funde en Nochevieja risas y lágrimas; compañía y soledad; hartura y hambruna; ensimismamiento y olvido; en un despreciable juego donde pierden los que nunca han ganado, ni se espera que ganen en la vida, conocidos en todas las latitudes con el nombre de perdedores.

Analizando los posos depositados en el fondo del odre viejo que termina, vemos mucha soledad paseándose por las almas de los discapacitados mentales aparcados en residencias, mientras las familias toman festivamente las doce uvas con amigos.

Asomándonos por el ojo de la cerradura vemos a los ancianos en asilos, humedeciendo la soledad con sus lágrimas, mientras los familiares brindan con espumoso zumo de uvas, envueltos en serpentinas y confetis.

Paseándonos entre permeables tiendas de campaña, contemplamos las siluetas de los refugiados desarraigados de la tierra que los vio nacer, esperando la salvación celestial que no les llegará, porque a nadie interesa su redención.

Observando la foto de un buitre acechando a un niño famélico en cuclillas sobre el suelo, seguimos sin comprender que el ser humano prefiera invertir en armamento el dinero que eliminaría la hambruna.

Pregunta los inocentes de ayer pisando las uvas de Nochevieja, por qué los políticos se han dejado suplantar por politiqueros; los estadistas, por electoreros; los sindicalistas por sindicalistos; los empresarios, por explotadores; los inversores, por especuladores; los apóstoles, por capelos;  y los trabajadores, por ovejas temerosas al pastor y sus mastines, cuando un topetazo de los muflones bastaría para arrojar a los rabadanes por el despeñadero.

UNAMUNO Y LAS MANIFESTACIONES

UNAMUNO Y LAS MANIFESTACIONES

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Un profesor universitario amigo y simpatizante de la organización política Podemos, me preguntaba ayer por la opinión que Unamuno tenía sobre las manifestaciones populares, con motivo de la convocada para hoy en Madrid  por el partido político antes citado, – en el aniversario de la boda de don Miguel -y hago pública la fácil respuesta que le di, pues  Unamuno siempre fue un hombre comprometido con la clase social menos favorecida y protagonista de numerosos actos de protesta.

Es obligado recordar que Unamuno promovió y participó en muchas manifestaciones callejeras de diferentes ciudades españolas, presidiendo la mayoría de ellas detrás de la pancarta, como certifica la foto que ilustra este artículo donde se le puede ver junto a Indalecio Prieto y Largo Caballero en la cabecera de la manifestación del primero de mayo de 1931.

Presidió las dos organizaciones obreras salmantinas más importantes: la Unión  Ferroviaria y la Federación Obrera, que terminaría siendo UGT, así como las asociaciones gremiales de la ciudad, uniendo a los numerosos mítines sus campañas agrarias para agitar las mentes de los campesinos, al tiempo que estimulaba la pasividad de los estudiantes, luchando incansablemente por la justicia, la honradez y la verdad, por encima de la paz.

Recordemos hoy su opinión sobre la actuación violenta de algunos miembros de la policía en la represión de las protestas callejeras, remontándonos a la mañana del lunes 5 de mayo de 1930 cuando se presentó en el edificio universitario de la madrileña calle San Bernardo para dar un mitin, que terminó en protestas estudiantiles, reprimidas por orden del coronel Romero con cargas policiales desmedidas de los guardias de seguridad, enarbolando sables contra los jóvenes que corrían a protegerse en portales, cafés, locales y viviendas.

Su opinión sobre la actuación policial la hizo pública en los siguientes términos:

Tengo necesidad de hacer un poco de historia para recoger ciertos sueltos de ese periódico “ABC” que es el abecé de los analfabetos españoles y de una pobre hoja lanzada hoy en esta ciudad. En mayo último fui requerido por los estudiantes de la F.U.E. de Madrid, y a mi llegada a la estación del Norte, presencié una de las representaciones más bárbaras que he visto en mi vida. Sin que hubiera una pedrada, ni un palo, ni acto violento alguno, se comenzó a dar cargas violentas, para tratar de reprimir, sencillamente, unos gritos que daba la juventud. En ninguna parte de ningún país civilizado se emplean estos procedimientos y se reprimen los gritos con palos y sablazos.

UNAMUNO EN EL RECUERDO

UNAMUNO EN EL RECUERDO


Tal día como hoy, a las cuatro de la tarde del jueves 31 de diciembre de 1936, caía herido de muerte sobre la camilla de su casa don Miguel de Unamuno y Jugo, a causa de “mal de España”, aunque el doctor Adolfo Núñez certificara su muerte por una hemorragia bulbar que se lo llevó sin previo aviso.

Ese día enmudeció una de las voces más sabias de nuestra historia, un socialista con ideario político sin ataduras, un intelectual comprometido con la liberación de obreros y campesinos, un republicano decepcionado con los gobiernos republicanos, un padre espiritual de sus alumnos y un profesor excepcional que hoy estaría a la cabeza de todas las manifestaciones, sosteniendo la pancarta a favor de la enseñanza pública.

A este personaje, que supo conciliar la bondad doméstica con la firmeza paterna; la lealtad política y la noble censura; la benevolencia en la cátedra y la exigencia de trabajo; la formación de espíritus rebeldes y la disciplina escolástica; el rigor académico y la tolerancia de errores, rendimos con esta página un homenaje filial de respeto, admiración y cariño.

A este luchador por la patria,  político honrado, profesor ejemplar y rector diligente, que supo ser a la vez maestro y discípulo. Hombre sabio, rebelde, honrado, generoso, inconformista, sincero, familiar, incomprendido y, sobre todo, leal a sí mismo, a su familia, a su profesión y a sus amigos, cuya memoria todavía hoy se disputan hunos y hotros, va dedicado con profunda gratitud por su legado este recuerdo.

A quien fue Catedrático de la Universidad de Salamanca, Rector vitalicio de la misma, Diputado nacional en las Cortes Constituyentes de la segunda República, Concejal electo del Ayuntamiento de Salamanca, Alcalde honorario perpetuo del mismo, Presidente del Consejo de Instrucción, Ciudadano de Honor de la República, Doctor Honoris Causa por las Universidades de Oxford y Grenoble; Presidente de la Liga de Derechos del Hombre; Presidente de la Junta de Defensa de los Derechos Humanos; Candidato a Premio Nobel; Presidente del Ateneo; Presidente del Casino; Presidente de la Federación Obrera; novelista, poeta, dramaturgo, ensayista, filósofo, articulista, crítico literario, prologuista y dibujante, lo evocamos hoy en esta humilde bitácora al cumplirse el setenta y cinco aniversario de su muerte.

A este luchador contra todo y contra todos, incomprendido de todos, víctima mortal de la guerra y protagonista sin pretenderlo de la tragedia griega que le tocó vivir entre dos cruentas guerras civiles, vaya este abrazo filial hasta el nicho donde descansa su cuerpo cansado de tanto bregar, mientras su alma deambula por los corredores de un misterioso hogar, sin encontrar respuesta a los interrogantes que atormentaron su vida.

IZQUIERDA VS. DERECHA

IZQUIERDA VS. DERECHA

No comparto la opinión de quienes afirman una conjunción de la izquierda con la derecha, que hace imposible la distinción entre ambas, pero acepto como evidente que algunas de las diferencias nacientes en la Revolución Francesa están hoy por el suelo sin que nadie se atreva a recogerlas.

La izquierda ha jugado al electoralismo – es decir, a los sillones – moderando su discurso para llevar a las urnas votos de la clase media, y la derecha ha expurgado su doctrina para atraer votos del proletariado descontento. Esto es algo que a veces dificulta el entendimiento y nubla la vista, impidiendo ver claro a cada cual en las parcelas  ideológicas donde ambos se confunden.

Ya dijo Marx en 1847 que “mientras en la vida el tendero sabe distinguir entre lo que alguien dice ser y lo que realmente es, nuestra historiografía no ha logrado todavía penetrar en conocimiento tan trivial”.  Es decir, que en la actualidad nos la dan con queso a poco que nos descuidemos, porque una cosa es lo que predican los políticos desde la tribuna en tiempos electorales como este y otra lo que han demostrado hacer, y que repetirán, si la actual rebeldía juvenil  de las pancartas no lo evita.

Tradicionalmente la derecha ha estado asociada a la clase dominante y la izquierda a la dominada, defendiendo la primera privilegios y la segunda igualdades. La derecha ha jugado a la economía liberal y la izquierda al intervencionismo hoy en la cloaca, manteniendo ambas facciones posturas contrarias en cuestiones morales. Por otro lado, la derecha ha guardado siempre en latas de conserva a sus dirigentes e ideas, apostando la izquierda por el cambio de proyectos y personas, aunque la renovación de caras no acabe de llegar nunca a las filas socialistas y hagan lo que tanto criticaron a Martín Villa y sus amigos del SEU.

Con la defensa de libertades individuales en los prontuarios de las dos facciones, el supuesto compromiso democrático de ambas a veces queda en entredicho. Por otro lado, la derecha necesita un bastón para caminar por el sendero de la solidaridad y la izquierda lo hace más disimuladamente con la prótesis que lleva. La igualdad de oportunidades y los criterios de mérito y capacidad no figuran en el ideario conservador, pero la izquierda no los practica. Ambas pregonan defender la vida pero felicitan públicamente a quien ordena matanzas, y envían a sus votantes al matadero con excusas pacifistas.

Luchan ambos grupos, con mayor o menor entusiasmo, contra la pobreza, pero no renuncian a pluriempleos y sueldos millonarios que cobran en las ventanillas donde se hacinan indigentes a protegerse del frío. Unos laicizan el Estado y otros se ponen medallas en las procesiones y dan golpes de pecho en los reclinatorios, pero las obras de ambos contradicen las ostentaciones doctrinales laicas o religiosas que respectivamente sostienen.

Cómplices ambos en pasteleos políticos, protección de corruptos y mentiras oficiales, predican una defensa  del débil, del inmigrante y del maltratado, donde la solidaridad de la izquierda aventaja unos trancos a la derecha, siempre que la renuncia  a intereses propios no llame a la puerta. Y ambos son monárquicos funcionales.

Pero que nadie se alarme porque aún quedan matices sueltos que permiten diferencias las dos partes porque mientras unos quieren privatizar servicios básicos como la sanidad y la enseñanza, los otros apuestan por mantenerlos públicos. Y, tal vez, la izquierda mire más al campo y al mantenimiento de los recursos naturales, evitando la producción arriesgada de energía, la contaminación global y el deterioro ecológico.

Finalmente, una llamada de atención importante como recordatorio de lo que muchos suponen y otros no dudan: la derecha juega siempre a lo que es, pero ¿ocurre lo mismo con la izquierda?

IMPUNIDAD

IMPUNIDAD

Cuando uno piensa lo que piensa, que suele coincidir con lo que no debe pensarse, piensa que el pensamiento de los ciudadanos diverge de lo pensado por jueces y políticos, suponiendo que éstos últimos piensen algo que no redunde en su propio beneficio.

¿Y qué pensamos los anónimos ciudadanos en estos momentos de frustración ante la impunidad que protege a los culpables de la situación? Pues que una diferencia importante entre el estado democrático que disfrutamos y el dictatorial que sufrimos, es que bajo el directorio no se autorizaba crítica alguna, y en democracia pueden denunciarse las injusticias y los abusos, aunque las sanciones sean nulas y los resultados idénticos bajo el imperio de cualquiera de los dos regímenes.

Jorge Díaz lo dejó muy claro en su “pancarta”, denunciando que la democracia permite al pueblo el uso de pancartas para protestar, con el fin de que todo quede igual. Lo cual ya es un paso adelante porque la autarquía también mantiene a los enviciados de guante blanco en sus puestos, pero sin autorizar la censura.

¿Dónde están, sino, los banqueros responsables de los puntiagudos chuzos que nos están cayendo encima? En su mismo sitio. ¿Qué ha sucedido con los políticos que incumplieron sus obligaciones auditoras? Nada. ¿Quién protege los millonarios beneficios de los especuladores sin escrúpulos? Banqueros y cajas fuertes.  ¿Dónde han ido a parar los escandalosos ingresos de corruptos constructores que han endeudado con sus ganancias a media España? En sus bolsillos. ¿Cuántos responsables de las Cajas de Ahorros arruinadas están en la cárcel? Ninguno.

No tenemos noticias hasta el momento del suicidio de algún banquero, ni de la deportación de los especuladores, ni de la ruina de constructores, ni de sentencias judiciales que nos liberen de los mangantes que anda sueltos por calles, oficinas, despachos y empresas.