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A MANUEL, IN MEMORIAM

A MANUEL, IN MEMORIAM

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Eterno amigo:

Con previo aviso y advertencia anticipada por el quebranto irredimible de la locura celular, te has anticipado en el gran viaje que a todos nos espera, dándonos ejemplo de lucha contra la invencible y llevándote la certidumbre del olvido cuando los que te convivimos en el peregrinaje por la vida sigamos tus pasos hacia la nada.

Tu lógica increencia y la apuesta por la irracionalidad de una fe imposible en la resurrección, nos confirmó la certeza de que la llamada de la parca a nuestra puerta provoca la huida de la vida hasta las alcantarillas, llevándose la esperanza dormida en las estampas infantiles, cuando los sueños en quimeras imposibles descansaban en la almohada.

En tu viaje definitivo te has llevado los inolvidables años de legionario cristiano en tierras españolas y mejicanas junto a Maciel, que tanto dolor te provocó su traición y desengaño su engaño, cuando ya todo estaba olvidado y la sotana apolillada había quedado abandonada en el armario del olvido, justificando este alejamiento la sencilla ceremonia laica que pediste como despedida frente al mar Mediterráneo, con el Montgó por testigo.

Los alumnos que oyeron con irrepetible encantamiento tus lecciones en las aulas salmantinas, andorranas y levantinas acudieron ayer con una rama de olivo en la distancia, para agradecerte la erudición y cercanía, sabiendo que nadie como tú supo mostrar con tanta amenidad, sabiduría, rigor y profundidad el mundo clásico y la cultura greco-romana, hasta que la jubilación te alejo de los pupitres, sin anular la eterna vocación docente que siempre acompañó tu magisterio.

Con tu partida nos dejas huérfanos de amistad, afecto y compañía a los que durante décadas compartimos vida contigo, pero con nosotros queda tu recuerdo inolvidable compartido con Palmi, Alfonso, Guillermo y las niñas, que siempre recordarán con entrañable cariño al “abu” entregado a ellas con bondad plena, humanidad redentora y generosidad desprendida.

Hasta siempre, Manolo, estarás con nosotros, mientras la innombrable lo permita, porque tus palabras, gestos, pensamientos y sentimientos nos acompañarán durante el tiempo que dure nuestro caminar por el mundo, siguiendo el rastro dejado por tus huellas hasta la estación término que a todos nos espera.

SALVADA DEL OLEAJE

SALVADA DEL OLEAJE

Anamar

Debemos carta a quien nos envía sonrisas azules y abrazos pespunteados en crestas de mansas olas, portando nostalgias volanderas a la playa sobre espumas sombreadas con silueta mecida entre ellas, gozando melancólica de los jarales serranos.

Esto hace quien fue salvada del oleaje cuando la tempestad de la vida hizo naufragar la goleta donde navegaba acompañada por un timonel que la dejó abandonada con una vía de agua en el alma, imposible de restaurar en astillero alguno, hasta que la mar ahogó el insomnio en la almohada del agua, devolviéndole la sonrisa.

Sirena del Mediterráneo, que guarda confidencias acuosas de luminosos amaneceres en playas desiertas, donde su huella deja palabras como testigo de íntimas conversaciones, paseando sobre la arena cálida que lisuriza la playa, al tiempo que certifica el paso de la sirena adoptiva recordando el corazón que abandonó en la sierra.

Mar que inunda la ventana de luz donde sueña con recuperar cuanto tuvo, mereciendo el privilegio de los afortunados con la mirada azul que le devuelve la vida compartida hoy con el abandono del agua, donde sumerge la esperanza que los profetas proclamaron al viento de levante, al llevarse los recuerdos al olvido.

Hablando hacia dentro con el mar ha vuelto a encontrar el sentido de las palabras y recuperado las promesas que estaban emigradas en paradero desconocido, cuando el desamor tiró la puerta abajo destrozando la intimidad compartida en la inocencia de una juventud recuperada con vocación de permanencia.

Arrancamiento profundo y desgarrada herida cerrada con puntos de ola, dejando la cicatriz visible solo a quienes merecen la confidencia de la sirena, que hoy nada libremente en el mar de la vida dejando afectuosa huella en todos los que encuentra a su paso, porque la extremaunción es un recuerdo sustituido por la unción de felicidad ganada con su sonrisa.

GUARDIAS CIVILES

GUARDIAS CIVILES

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Un día como hoy de 1844 se creó por Real Decreto el cuerpo especial de fuerza armada de infantería y caballería, llamando Guardias Civiles a los miembros integrantes de dicho cuerpo, bajo las órdenes del mariscal de campo Francisco Javier Girón y Ezpeleta, a la sazón Segundo Duque de Ahumada, encargado de hacer posible la dualidad policíaca y militar que tiene asignada el benemérito cuerpo de la Guardia Civil.

Olvidemos, el día de su cumpleaños, irracionales páginas negras en la desmemoria del luto y recordemos servicios de los ciento setenta y un años que la Guardia Civil ha dedicado a protegernos y defender nuestros derechos, libertades y propiedades, cumpliendo honrosamente esta misión la gran mayoría de quienes se han calado el charolado tricornio de perfil característico.

Romped descoloridos retratos en sepia y manchas ocasionales en páginas de periódicos protagonizadas por visionarios tricornios, para ver con nitidez a quienes ordenan el tráfico, vigilan montes, filtran fronteras, protegen Instituciones, preservan el medio ambiente, detienen malhechores, custodian edificios y garantizan nuestra seguridad.

Mirad, pues, a los guardias civiles que rescatan montañeros perdidos, abren caminos en la nieve a pueblos incomunicados, auxilian a conductores averiados en carretera, trasladan heridos, ahuyentan a los depredadores ecológicos y salvan vidas de los vecinos, poniendo en riesgo las suyas.

En el aniversario de la fundación de la Guardia Civil doy una pincelada verde a mi bitácora, recordando con afecto y gratitud a los anónimos guardias civiles que han dejado su vida rescatando personas, persiguiendo delincuentes, desactivando explosivos, socorriendo náufragos y llevando a hombros los cuerpos de compañeros perforados por vesánicos disparos.

REALEZA CONFESIONAL

REALEZA CONFESIONAL

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Unknown

La piadosa visita realizada por los reyes de España al Papa -con peineta incluida – permite recordar las nefastas consecuencias políticas, económicas y sociales que ha tenido históricamente para nuestro país la confesionalidad real, debido a las decisiones tomadas por los monarcas que nos han reinado.

Ya las Cortes castellanas pidieron inútilmente a Carlos V y a su hijo Felipe II el abandono de toda guerra confesional y la apertura tolerante hacia otras religiones, considerando que si los herejes se perdían, allá ellos, porque esa era la voluntad de Dios.

La confesionalidad del Estado y la intolerancia religiosa fueron la causa principal del derrumbamiento del imperio, porque la luchas religiosas nos llevaron a la ruina económica y a la enemistad con varios países, olvidando los reyes que la doctrina católica no puede construirse sobre miles de muertos en guerras estériles promovidas por quienes utilizaron, y siguen utilizando, la religión como plataforma de poder político.

Combatimos a los turcos en el Mediterráneo, guerreamos con Francia, luchamos contra Inglaterra y tuvimos interminables guerras con los Países Bajos, sin otro motivo que la defensa de una confesionalidad que se ha mantenido hasta nuestros días, con actuales cruzadas intolerantes y represivas.

Con motivo de la reforma protestante y la posterior contrarreforma católica, las Universidades se mantuvieron enfrentadas en luchas y debates ideológicos que no favorecieron el progreso científico ni la unidad de los españoles, sino todo lo contrario, pues se fomentó una división interna de consecuencias negativas reconocidas por su magnitud.

Los luteranos y calvinistas se asentaron en Ginebra, donde se estudiaba Cánones; y los católicos se fortificaron en Salamanca, Lovaina y París, reforzando la doctrina escolástica. Cada bloque defendiendo sus ideas y la ortodoxia de su doctrina, con una fuerza combativa que se apartaba del verdadero espíritu cristiano que ambos bloques afirmaban defender.

DIÁLOGO EN COLLIURE

DIÁLOGO EN COLLIURE

Unknown

Comenzó don Antonio su camino por este mundo en un patio de Sevilla, junto a un claro huerto donde maduraba un limonero, y concluyó la andadura en Colliure el 22 de febrero de 1939, donde llegó desnudo y sin aliento para dejar en tierra extraña su último verso, dolorido y exiliado por la barbarie de una guerra incivil.

En este pueblo costero echó el ancla Machado, sin más equipaje que tus sueños, ni más patria que el reducido espacio de su tumba, lecho de sus pies camineros y tapiz nostálgico de recuerdos abandonados en el viento mediterráneo donde quedaron sus restos sin billete de vuelta, en humilde cementerio.

Enmudeció Mairena, se dispersaron los versos, cesó la canción, se encendieron los cirios, repicaron campanarios, se desangraron los olmos y el buen amigo Palacio renunció a la primavera soriana donde Leonor descansaba, antes que Guiomar aventara el crespón negro de su anticipada viudedad castellana.

Pero el viento, ¡siempre el viento!, derrama sobre la losa cada año aroma de romero y recuerdos abandonados en el patio sevillano de sus juegos infantiles, eternizando la memoria sobre la tumba que guarda en silencio el cuerpo dormido de don Antonio, el bueno.