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Etiqueta: lentejas

TODO POR UNA LENTEJA

TODO POR UNA LENTEJA

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Entre las aleccionadoras historias que describe la Biblia, recordamos hoy el pasaje del Génesis en el cual la ambición material de Esaú le lleva a vender la primogenitura a su hermano Jacob por un simple plato de lentejas, engañando a su padre Isaac por añadidura.

Relato bíblico que hoy está más presente que nunca en nuestra sociedad, pero con menos legumbres, y cambiando primogenitura por dignidad, ya que basta con ofrecer una sola lenteja al inmoral conseguidor, para que este ponga su honor a los pies del peticionario y conceda el beneficio solicitado.

Por una miserable lens culinaris pueden hoy obtenerse favores a cambio de valores que nunca se vendieron en taquilla alguna, sin percibir la degradación ética del intercambio, porque el verdadero problema que tenemos en España no es económico, ni social, ni laboral, sino ético, por la falta de honradez y ausencia de dignidad que campea por instituciones públicas, sindicatos, redacciones de periódicos, programas televisivos y gremios profesionales.

La deuda pública, el engaño de las preferentes, la quiebra de las huchas de ahorro, los inhumanos desahucios y la decapitación del estado del bienestar, tienen su origen en la falta de higiene mental, urbanidad moral, conciencia social, honestidad personal y decencia política.

Los ciudadanos estamos soportando la tiranía de los florentinos, con una elegancia, resignación, pulcritud y educación, que envalentona a los groseros gestores que van desparramando el serrín de sus cabezas y el polvo de sus venas, por las instituciones públicas, sin percibir el riesgo de incendio que corren como un polizonte se infiltre en ellas con un bidón de gasolina en la mano.

LOBBYCRACIA

LOBBYCRACIA

Comienzan las manifestaciones ciudadanas contra los recortes impuestos por Bruselas, es decir, por ladinos lobbyes económicos que nos gobiernan, aunque los políticos se crean que son ellos quienes toman las decisiones y los ingenuos votantes los que rigen las democracias occidentales.

En estos tiempos donde está de moda el puenting, tracking y rafting, se impone sobre todos nosotros el lobbying, o sea, la actividad de personas que obligan a los poderes ejecutivos y legislativos a tomar decisiones a favor de sus intereses.

Aunque hay lobbyes de todos los colores, como pueden ser los armamentístisticos, ecológicos y sindicales, quiero referirme al grupo de presión que más nos presiona y ajusta el cinturón, aunque nos lo disfracen de escenarios democráticos y sean los consejos de Gobierno portavoces de las decisiones tomadas en los consejos financieros de administración.

Cabildeo que todo el mundo conoce, sufre y tolera, sin que nadie haga por evitarlo, ya que muchos de quienes podrían hacerlo forman parte de tan macabro juego, al ser accionistas de los trusts empresariales que empujan gobiernos y parlamentos en la dirección que les beneficia, como es el caso del felón italiano.

Se ha extendido la lobbycracia como una mancha de aceite por todos los países, haciéndonos creer que vivimos en democracia, cuando la realidad es bien distinta, pues los grupos económicos influyen de manera terminante en los policy makers de Bruselas con fuerza desmedida.

Y si las cosas no van a su favor con vaselina en oscuras mesas de negociación, no tienen escrúpulos para acudir al persuasivo lubricante de corromper a los ministros, jueces o diputados que se venden por un simple plato de lentejas, con piedras que destrozan nuestra dentadura para impedirnos morderles.

Originariamente, los cabilderos esperaban durante horas a los políticos en la puerta del Parlamento para influir en su voto, pero hoy van directamente al grano y se sientan directamente en los consejos de ministros y parlamentos a dictar resoluciones, imponer decisiones y extender su voluntad más alla de de lo permitido por la democracia que utilizan como felpudo.

Nos han puesto a los ciudadanos en su punto de mira y no dejan de disparar recortes contra nosotros, obligándonos a salir a la calle tratando de evitar una muerte segura, para  expulsarlos del territorio que nos pertenece.