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JUSTICIA HUMANA EN TIEMPO DE REDENCIÓN DIVINA

JUSTICIA HUMANA EN TIEMPO DE REDENCIÓN DIVINA

La dimensión social de leyes punitivas más cercanas a la del Talión que a la idea moral de corrección del delito, exige pedir unos códigos legales más regenerativos y pedagógicos que ayuden a la reinserción social del delincuente.

Las rendijas legales por las que se escapan tantos transgresores de guante blanco, corbata de seda y camisa almidonada, apremia a solicitar una justicia más ciega de la que se pasea con una flor en la solapa por los pasillos de algunos juzgados.

Las condiciones en las cuales se hacinan los detenidos preventivos en los sótanos hormigonados de los calabozos, a la espera de prestar declaración ante sus señorías, fuerza a pedir otras condiciones de retención.

Y la condena que sufren los presos de guante negro y navaja oxidada en las cárceles, obliga a detener los pasos en vísperas de la redención cristiana e implorar la salvación de los condenados por una justicia impersonal y abstracta, que socializa la condena sin tener en cuenta la individualidad del sujeto y la responsabilidad que la propia sociedad tiene en la comisión del delito.

No puede castigarse a un culpable si otros delincuentes eluden la pena quitándole la venda a la justicia, porque en tal caso es preferible la impunidad a la ley del embudo.

No pueden dictarse códigos sociales de justicia con imposición de duras penas, sin inspiración regeneradora, aplicadas a quienes más necesitan protección y ayuda, cuando la  sociedad los deja al pairo de la vida, exigiéndole cumplir sus reglas en condiciones de extrema supervivencia.

Los delitos son creación política, pero el fin de las leyes debe ser la corrección del delincuente y no su eliminación o aislamiento forzado sin posibilidad de redención, y si el Estado sanciona al ciudadano debe ser con la única intención de mejorarlo. Por eso, el delincuente tiene derecho a exigir educación y protección a la sociedad, pues la determinación del hombre hacia el delito no puede eliminar la responsabilidad de la sociedad en recuperarlo para el trabajo y la vida común.

Todo esto tiene poco que ver con el mundo real de la justicia, pero en tiempo litúrgico de redención pecadora, bueno es pedir a la sociedad medidas preventivas, tutelares y regeneradoras de quienes sufren el calvario de una pena carcelaria sin esperanza en la resurrección que mañana exonera a los cristianos de los pecados cometidos contra su Dios, por conculcar la ley divina.

JUSTICIA LÓGICA

JUSTICIA LÓGICA

El abogado defensor del exsocio Torres ha interpuesto el Jueves de Pasión un recurso contra el auto del juez que desestima archivar la imputación de Tejeiro. Lógico.

Quienes ignoramos la red judicial no debemos hablar sobre cuestiones legales, pero nadie puede negarnos el derecho a opinar  sobre los dictados del pensamiento lógico.

En este marco debemos proclamar nuestra adhesión a la lógica petición de Ana María Tejeiro, – mujer Diego Torres -,  al juez Castro para que retire su imputación en el caso, atendiendo la palabra del rey que aseguró al pueblo una justicia con la venda sobre los ojos.

Si la secretaria de una empresa y propietaria de la mitad del capital no está imputada en una causa judicial contra la sociedad, ¿cómo puede imputarse a la mujer del otro socio que no figura “ni por asomo” en el organigrama del negocio?

Igualmente, la propia lógica desaconseja eximir a Tejeiro de la imputación, pero exige la presencia de la infanta ante el juez por las razones aludidas, a las que se puede añadir su condición de esposa del mayor encausado.

La legalidad de la actuación del juez Castro es indudable, pero la dialéctica del carbonero pide que se llame a capítulo a doña Cristina como testigo, para que ayude a aclarar las cosas, y decidir luego si procede o no imputarla en los hechos. Es pura lógica, simplemente.

Es obligado oír a la consocia para saber qué sabía, cómo explica sus beneficios, de qué manera firmaba actas y documentos y qué le contaba su marido. Ningún testigo sale estigmatizado de un interrogatorio si es inocente y la discriminación no es el mejor camino para la justicia.

Es más, si la infanta tiene pruebas de su inocencia, debe solicitar ella misma declarar ante el juez para evitar malos pensamientos de los súbditos, porque de lo contrario estamos obligados a presentir segundas verdades que todos sospechamos, incluidos los cortesanos de palacio.

CIERTO OLOR A PODRIDO

CIERTO OLOR A PODRIDO

Con este título no me refiero a la novela de Martín Vigil, sino a ciertos hedores altamente desagradables y penetrantes provenientes de cadáveres o de frituras de honor en togas, con aceite desnaturalizado de colza.

Días atrás pensaba que algo debía estar boca abajo en la justicia española cuando se procesaba a un juez en contra de la opinión del fiscal que pedía la absolución y con la oposición de prestigiosas organizaciones mundiales como Amnistía Internacional, Human Rights Watch y la Comisión Internacional de Juristas, que estuvieron presentes en el juicio como observadoras.

Comenzaba a llegarme un cierto olor a podrido al  ver en el banquillo a un juez en contra de la doctrina “Botín” del propio Tribunal Supremo que impide abrir juicio oral a instancias solamente de la acusación popular.

El sentido común me prevenía de algo perverso circulando por los despachos supremos al enterarme que el tribunal no había admitido la declaración de los tres jueces de la Audiencia Nacional que respaldaron la decisión de Garzón; ni la comparecencia de la fiscal del Tribunal Penal Internacional; ni la presencia en el estrado del juez que proceso a Pinochet; ni estuvo dispuesto a escuchar al magistrado argentino que anuló la Ley de Punto Final y Obediencia Debida.

Pero la confirmación a mis dudas llegó ayer de la mano del mismo tribunal que ha expulsado a Garzón de la carrera judicial, archivando la causa contra él por los cursos en Nueva York, cuando la maquinaría estaba ya en marcha. Repentina actitud, contraria a la posición mantenida por el magistrado instructor del caso, entendiendo Marchena que el delito de cohecho impropio que le imputaba – hasta ayer, ojo – había prescrito.

A estas alturas de la película se dan cuenta que la querella presentada por Panea y Mazón el 12 de junio de 2009 había prescrito. ¿Cómo es posible que unos magistrados tan honrados, experimentados, informados, sabios, respetados y poderosos, no hayan advertido hasta hace veinticuatro horas tal situación, si el proceso llevaba ¡tres años! abierto?

Tampoco ha colaborado a la buena marcha del negocio la traición subconsciente sufrida por la portavoz del CGPJ, Gabriela Bravo, declarando que no todos los imputados son iguales, con la que está cayendo. Después aclaró el lapsus diciendo que dijo lo que no quería decir, pero quedó dicho, aunque echara la culpa al personal diciendo que no se le había comprendido.

Sus señorías comprenderán que muchos ciudadanos no entendamos nada de lo que sucede y que no nos creamos tantos hechos sin sospechar una segunda verdad, salvo que se nos expliquen mejor las cosas para iluminar nuestra ignorancia judicial, porque las encuestas sociales rechazan mayoritariamente algunas sentencias y prestigiosos juristas están en desacuerdo con ellas.

CEDO LA PALABRA

CEDO LA PALABRA

Hoy cedo el espacio de este blog a dos amigas y tres amigos, seleccionados entre los 23 correos que he recibido con motivo de la sentencia condenatoria al juez Baltasar Garzón. Aquí os dejo sus opiniones:

Un compañero que estuvo conmigo Zurich me pregunta: «Paco, is it true that he was condemned to judge Garzon?»

Desde Valencia me dice una amiga: “Hoy siento vergüenza de ser española. Siento espanto a ser juzgada por  la justicia española ( si algún día, p.ej., me vuelvo majara o presa del Alzhaimer o simplemente despistada y salgo pitando de algún comercio sin pagar 3 euros. Sugiero  que nos declaremos apátridas si no queremos o no podemos salir pitando de esta España que creíamos superada. Las manifestaciones han sido pamplinas. Las adhesiones más pamplinas. Los e-mails, absurdas pérdidas de tiempo. Siento náuseas de las informaciones. Temo tener que renunciar (tiempo al tiempo, y poco) a la radio pública . Es para salir corriendo , sin rumbo claro, y no volver la vista atrás para nada. En fin, ¿alguien siente lo mismo? ¿Parecido? ¡¡¡Por  favor, decidme que sí!!!! «Si me queréis , irse». ¡¡¡Qué asco, qué asco, qué asco!!! Supongo que, ya que nosotros no habíamos sufrido ninguna guerra, ni exterminio, ni hambre… teníamos que pasar por algo gordo:  Le-voilà, la España actual. Saludos desde el diván del  psiquiatra”.

Uno de los amigos madrileños, me escribe: “Querido Paco: La unanimidad de los jueces me hace pensar que algo mal debió hacer el juez Garzón para ser condenado sin discrepancia entre los jueces. ¿Pero tan malo, tan malo, tan malo como para expulsarlo de la carrera judicial? No lo sé , chico. Te imagino cabreado y con ganas de reventar el blog contra las paredes del Supremo. Tranqui”.

Desde Barcelona recibo: “Supongo que te habrá jodido la sentencia a Garzón, pero es así y la tiene merecida. Cuando alguien se mete en una ratonera sabe que puede quedar atrapado en ella. A los divos que dejan de pisar tierra porque la vanidad los aleja de la realidad, suele ocurrirles estas cosas. Me alegro, Paco. Lo siento”.

La quinta amiga es más lacónica, pero no menos expresiva: “Yo que tenía la esperanza de ser juzgada algún día por Garzón, a partir de ahora seré buena para no caer en manos de estos”.

Por mi parte, sólo añadir decepción, indignación, impotencia, irritación y frustración, no por la sentencia en sí que los jueces sabrán, sino porque veo a los implicados en el caso Gürtel frotándose las manos, dándose abrazos y brindando con Moet Chandon porque esta sentencia anulará muchas pruebas y les permitirá seguir paseando su impunidad en limusina por la calle de Alcalá con la falda almidoná y los fajos apoyaos en la cadera.

¡ MIERDAS Y MARICONES !

¡ MIERDAS Y MARICONES !

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¡Cómo  está el patio, señores! Hace unos días fue el “bigotes” y hoy es el Marqués de Olivara, más conocido por el “puñoleche de Boyer”, el que se despacha a placer con los jueces llamándoles “mierdas” y maricones”. Ya sé que habla metafóricamente porque los jueces no son excrementos ni todos practican una sexualidad condenada por báculos y tiaras.

Abierta impunemente la veda, el marido de Teresa ha disparado a discreción contra todo lo que se mueve en la judicatura, sin darse cuenta que las balas pueden rebotar y darle en su enajenada cabeza para acabar con la neurona que le queda a este “defensor de los obreros”.

Nunca he aceptado las descalificaciones indiscriminadas, en las que reciben iguales insultos, “caínes” y “abeles”; justos y pecadores; autónomos y serviles; cínicos y veraces. Pero menos voy a aceptarlas en este caso porque la realidad que conozco en bien distinta.

Me precio de tener amigos magistrados en activo y otros ya jubilados, comprometiéndome a salvarlos de la mierda que se está echando sobre los que ponen el carnet de un partido en la balanza de la justicia, sin darse cuenta que tal peso desequilibra un fiel que debe mantenerse inalterable a los vaivenes politiqueros.

Damián, Julio, Clara, José Ramón, Andrés y Carlos son algunos ejemplos de jueces en los que pongo mi confianza en su honradez, profesionalidad, discreción, prudencia y sabiduría. Jueces dedicados a su oficio con una entrega incondicional, generosa, litúrgica, sacrificada, eficaz, honesta y silenciosa. Y junto a ellos, la mayoría que conforma el escalafón judicial.

Jueces que enaltecen la profesión, generan confianza en los ciudadanos, arriesgan la piel en las sentencias, respetan a los encausados, protegen a los testigos, consuelan a las víctimas y agradecen cada día el trabajo y la lealtad de sus colaboradores.

Jueces sin celos por la mayor notoriedad de otros magistrados, que se enorgullecen con las buenas actuaciones de los colegas que prestigian la judicatura. Jueces comprometidos con la verdad por encima de cualquier componenda. Jueces que no buscan protagonismo fuera de los tribunales que presiden.

Jueces con humildad para reconocer errores cometidos y sabiduría para enmendarlos. Carentes de envidias que degradan y no producen otro beneficio que la putrefacción del espíritu. Jueces democráticos, no políticos en el ejercicio profesional, sabedores que la justicia es una delicada flor que debe aromatizar el Estado de derecho, evitando que el nauseabundo olor de la corrupción política se esparza por la sociedad.

Jueces de carne y hueso, entrañablemente familiares, humanistas, solidarios y humanos, profundamente humanos, que no merecen los calificativos de un abejorro como Ruiz Mateos, a quienes ofrezco mi respeto, amistad y cariño, un día como hoy.

PASO A LA JUVENTUD

PASO A LA JUVENTUD

A diferencia de los alimentos rancios que con el tiempo terminan por autodestruirse, los políticos añejos son pegajosos y no se descomponen por sí solos. Esta inmortalidad obliga a empujarlos por el barranco del olvido hasta despeñarlos políticamente. Algo que será fácil para los diez millones de ciudadanos que están empeñados en conseguirlo, aunque ellos no les hagan caso, ….de momento.

Quienes tienen vocación de futuro no pueden aceptar el portazo que se da a los jóvenes en los partidos. Quienes piden renovación se niegan a seguir viendo los mismos rostros en los carteles. Quienes han apostado por un cambio real rechazan ver a los jóvenes colgando sus ilusiones al sur de las pancartas que sostienen en las manifestaciones. Quienes han dejado jirones de piel bregando por la justicia social no pueden tolerar el patrimonialismo político de líderes vitalicios que engañan a los jóvenes con promesas que nunca llegan acumplirse. Quienes han luchado por la igualdad de oportunidades tras sufrir muchas desigualdades, están dispuestos a destaponar los diques que los viejos ponen a la esperanza y fortaleza de quienes pueden hacer realidad el sueño de alcanzar una sociedad más justa, más libre, más solidaria y más democrática.

No fueron los jóvenes quienes marcharon detrás de Tierno Galván, García Calvo y Aranguren por las avenidas de la Ciudad Universitaria en 1965, sino que los profesores se pusieron delante de ellos cuando ya llevaban varios días en marcha. Fueron los jóvenes quienes hicieron posible el mayo francés del 68, el fin de la guerra del Vietnam con sus protestas, la consolidación de los derechos civiles con su movimiento, la primera crisis del comunismo con la primavera de Praga, la revolución cultural china con Mao a la cabeza y la recreación de los espacios de cultura dando su vida en la plaza de Tlatelolco.

En estos momentos necesitamos a los jóvenes más que nunca, porque sólo su temeridad, arrojo, generosidad y valentía harán temblar a banqueros, especuladores, corruptos y politiqueros, sostenidos con la prudencia, el miedo, los intereses y la cobardía de políticos rancios, permitiendo que se mantengan donde están y que continúen en su trono riéndose de la mayoría silenciosa por los siglos de los siglos, amén.

A PARTIR DE HOY….

A PARTIR DE HOY….

La salida de humo blanco por la chimenea virtual de la Moncloa, anunció en vísperas de Navidad que teníamos nuevo Gobierno. Es decir, que un grupo de ciudadanos abnegados, pertenecientes al Partido Popular, habían decidido sacrificar sus vidas  por nosotros, entregándose a la causa del bien común, sin ambiciones particulares de poder, dinero o influencia.

Gracias, pues, a ellos, por ello, en medio de la emoción conmovida en este primer día de del año, cuando estamos en el «inicio del inicio» de la que se nos viene encima, porque este año nuevo presagia verdaderamente vida nueva para todos.

Si me prometen ustedes que no van a reírse, les cuento lo que siento y pienso, sabiendo de antemano que sus carcajadas van a oírse en la cima del Aconcagua. Pero, créanme, a partir de hoy, los ciudadanos cataremos las decisiones del nuevo gobierno con la emoción que se cata un vino de apariencia noble y elevada acidez volátil, conscientes que un grupo de generosos y esforzados vecinos, van a dejarse la piel en el empeño, para que todos vivamos mejor.

A partir de hoy, la política servicial recuperará el espacio que lleva perdido desde hace veinte siglos, ocupando la vocación política el lugar correspondiente.

A partir de hoy, la honestidad del gobierno nos redimirá de los estercoleros, y el sabor aterciopelado de la honradez nos hará olvidar la corrupción.

A partir de hoy, paladearemos la templanza de los regidores, su respetuosa compostura y la prudencia de sus juicios.

A partir de hoy, disfrutaremos con su neutralidad de criterio, la neutralidad de sus juicios y la sinceridad de sus discursos.

A partir de hoy, la vocación de servicio al Estado brillará por encima de los intereses partidistas del grupo gobernante.

A partir de hoy, el sectarismo institucional será una página olvidada en las conciencias, en los libros de texto y en las hemerotecas.

A partir de hoy la educación pública ocupará el lugar que le corresponde y se hará realidad el acceso gratuito a la cultura de los ciudadanos menos favorecidos.

A partir de hoy, los multimillonarios tendrán que ajustarse los machos, porque ha llegado el tío Mariano con especiales impuestos para ellos.

A partir de hoy, los especuladores de la miseria, usureros bancarios y políticos corruptos, comenzarán a desfilar por los tribunales de la justicia.

A partir de hoy, la libertad de opinión y la información veraz será el norte y guía de los medios de comunicación tutelados por el gobierno.

A partir de hoy, seremos tratados como ciudadanos adultos, siendo informados  de las razones que impulsan las decisiones del Gobierno.

A partir de hoy, el acceso a cargos institucionales, se hará en función del mérito y capacidad de los aspirantes, sin necesidad de llevar en la boca el carnet del partido.

A partir de hoy, la sanidad pública contará con los recursos humanos y materiales necesarios para velar con garantías por nuestra salud.

A partir de hoy, los brotes verdes se transformarán el bosque floridos donde todos cantaremos a corro y a la crisis le daremos con los huesos en las narices.

A partir de hoy, el crecimiento será imparable, no habrá paro, los pájaros cantarán, las nubes se levantarán y caerán chaparrones de azúcar y turrones.

A partir de hoy, la ética pública ocupará finalmente el lugar que le corresponde y los impostores huirán despavoridos con el rabo entre las piernas.

A partir de hoy pasarán a galeras los trileros políticos, embaucadores de pacotilla y charlatanes de la nada, que intentan confundir nuestro sentido común.

A partir de hoy, brindaremos con los ministros que pretenden contagiarnos un estado de delirio caracterizado por soñar con la posible ilusión de vivir en un país próspero, esforzado, solidario, culto y honrado, que algunos deslenguados se empeñan en condenar a cadena perpetua.

¡Ay, a partir de hoy, amigos!, a partir de hoy….

(Estoy oyendo carcajadas, y les recuerdo que están incumplido su promesa)