Navegando por
Etiqueta: infieles

MAYORÍA DE INFIELES

MAYORÍA DE INFIELES

images

No es cierto que los 4.000 millones de asiáticos representen la mayoría de los 7.000 millones de terrícolas que habitamos la tierra, ni que los chinos estén a la cabeza de las poblaciones o que los tokiotas lideren el ranking de gentilicios, porque lo que más abunda en el mundo son infieles, aunque estén ausentes de todas las estadísticas hasta que alguien se tome la molestia de contarlos.

Las diferentes creencias que hay repartidas por el mundo, determinan la fe de cada cual en función del lugar de nacimiento, salvo excepciones de insumisos que reniegan de las creencias impuestas en su infancia pasándose a otra religión, negando todo Dios o declarando inaccesible su entendimiento a todo conocimiento divino que trascienda la experiencia real.

Bueno, pues todos ellos son considerados infieles porque como tales quedan definidas las personas que no profesan la fe considerada como verdadera en el país donde habitan, diferenciándose de los herejes que niegan dogmas establecidos en la religión que practican y de los apóstatas que reniegan de la fe cristiana recibida en el bautismo.

Siendo esto así, cobra fuerza la afirmación inicial de liderazgo mundial de infieles, porque los católicos serán infieles en países musulmanes; los mahometanos lo serán en países cristianos; musulmanes y cristianos serán infieles en Israel; todos los ya citados serán considerados infieles en países bajaístas; y entre católicos y protestantes ocurre igual.

Es decir, si todos los infieles del mundo se reunieran en asamblea para discutir sobre infidelidades y creencias, tal vez llegarían a la conclusión que todos estamos pensando, quedando liberados de lastres derivados de recompensas celestiales, temores infernales, misteriosas reencarnaciones y supervivencias imposibles a la parca.

A LA CAZA DE BRUJAS E INFIELES

A LA CAZA DE BRUJAS E INFIELES

Infieles y brujas

Se cumple ahora el 57 aniversario de la muerte por sobredosis de alcohol, merecido desprecio, exceso demagógico y brutalidad dialéctica, del Torquemada político que contaminó el alma de los norteamericanos con odio insano hacia las “brujas” comunistas que paseaban por las calles del capitalismo estadounidense.

Salvando las distancias en el tiempo y el espacio, no cabe distinción entre Torquemada y McCarthy, aunque uno se dedicara a chamuscar herejes con sarmientos secos en la hoguera, y el otro a decapitar hechiceros soviéticos en territorio anticomunista, durante los años de la caliente guerra fría.

El fraile dominico Tomás y el alcohólico Joseph han pasado a la historia por sus impunes matanzas de infieles y soviéticos, sin que las fechorías de uno y otro hayan podido borrar sus nombres de las páginas de los libros y ser condenadas a las calderas de San Pedro Botero, porque al lado de ellos el portero del infierno es un santo.

El confesor real que tantos pecados perdonó a la ¡católica! reina Isabel, ha obtenido el indulto de la Iglesia, pero no el perdón de la historia por su fanatismo exterminador de discrepantes doctrinales y judíos, olvidando que él era descendiente de estos, por más que intentara disimularlo.

En cuanto al borracho presidente del Subcomité de Investigaciones del Senado, McCarthy, conviene recordar que llevó su anticomunismo hasta el punto de pintar de rojo al mismísimo presidente Eisenhower y acusar al ministro de Defensa de encubrir actividades de espionaje extranjeras, todo ello con una botella de whisky en la mano.

Retiró de las librerías la novela Robín Hood, considerando que el protagonista era comunista porque robaba a los ricos para dárselo a los pobres. Acusó también a Humphrey Bogart, Lauren Bacall, Bertolt Brecht, Charles Chaplin y al padre de la bomba atómica, Robert Oppenheimer, por manifestarse en contra de la carrera armamentística nuclear entre Estados Unidos y la Unión Soviética, al ver los devastadores efectos de su invento.

Esto hacía el senador McCarthy cuando los efluvios del etanol desplazaban las neuronas de su cerebro, muriendo de alcoholismo crónico a los 48 años, víctima de una cirrosis y persiguiendo virtuales comunistas en sus alucinaciones alcohólicas.