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EL RIESGO DE SER AMANTE

EL RIESGO DE SER AMANTE

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El empeño del amante por reconocerse en el amor puede llevarle a no encontrar su imagen reflejada en la pupila del amado, quedando vacilante y a la intemperie en el infortunado destino, maldiciendo su estampa por intentar beber agua enamorada en manantiales secos de amor.

Ello sucede cuando el amante limita su existencia a la persona amada y toda visión personal pasa a través de ese filtro que distorsiona la realidad y amenaza catástrofe, porque ese amor roba y no enriquece por falta de respuesta, predestinando al amante desprevenido a sufrir dolor por su esclavitud ante la mirada desdeñosa del amado.

El amante arriesga, empeña su alma, hipoteca la vida, clausura el futuro, vive en la sombra  y sacrifica la vida por el amado, aunque la mutua pertenencia no traspase el umbral de la esperanza, guardando el consuelo de haberse entregado al amor en el desván de la memoria, como recuerdo nostálgico del tiempo que amó sin ser amado.

En la pérdida, sufre el amante la derrota, pretextando esperanzas frustradas, sentimientos estremecidos y temblores abandonados sobre la fría patena de recuerdos estremecidos y senderos empedrados, donde se han borrado las huellas del amor compartido en lejanos atardeceres por caminos arenosos conservados en la memoria.

Tras el desgarro, recompone el amante los girones del alma con solitario empeño, olvida en el lacrimoso insomnio las promesas de permanencia, abre rendijas en el muro del desengaño, redime su dolor con lágrimas amargas y recupera la identidad perdida durante el tiempo que fue amante.

ESCRACHE

ESCRACHE

Unknown

Hemos tomado de los bonaerenses y montevideanos el término escrache para expresar la hartura del pueblo ante la falta de respuestas políticas a las justas reivindicaciones ciudadanas. Este método consiste en realizar acciones directas frente a los dirigentes políticos para forzarles a reaccionar, una vez agotadas todas las peticiones civilizadas y formas reivindicativas legales.

El colectivo de personas afectadas por la estafa de las “preferentes” amargó el café al popular Marcial Martín en la estación de Atocha, obligándole a salir escoltado de la cafetería por varios policías que le protegían de la pobre anciana estafada que consiguió finalmente cruzar unas palabras con él.

Situación parecida se ha producido ante el domicilio de los señores Gallardón, Oyarzábal y González Pons,  por parte de miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, para recordarles el millón y medio de firmas entregadas en el Congreso pidiendo la dación en pago y el alquiler social, declarando el diputado Pons que así no van a convencerle para que vote a favor de la propuesta ciudadana.

Pero el vicesecretario de Estudios y Programas del PP debe poner más atención en el contenido que en el recipiente, y reflexionar sobre el estado de indignación que se está apoderando de muchos ciudadanos ante la falta de respuesta política a sus problemas, porque nadie lleva gratuitamente las peticiones a esos extremos, ni se suicida sin causa grave que provoque su inmolación.

La situación se está haciendo insostenible para millones de ciudadanos que sobreviven en la indigente pobreza del mendrugo, y quienes gobiernan deben saber que cuando las personas no tienen nada que perder están dispuestas a perderlo todo, sin importarles demasiado que alguien les acompañe en su último viaje.