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AMABILIDAD NO HEREDITARIA

AMABILIDAD NO HEREDITARIA

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Entre los caracteres que los seres humanos recibimos de nuestros progenitores no figura la amabilidad, es decir, la cualidad que nos hace dignos de ser amados, porque la afabilidad, complacencia y afectuosidad no se encuentran en la secuencia de ADN transmitida en los caracteres hereditarios.

Nadie es amable por herencia cromosómica, sino por aprendizaje de las capacidades que habilitan para serlo, poniéndose de manifiesto los méritos propios adquiridos para ser amados por quienes van de camino a nuestro lado en la vida dándonos la mano y acompañándonos en la ruta.

Las personas amables generan sentimientos positivos a su alrededor que a todos benefician, con sonrisa a tiempo y buen gusto, cultivando detalles de cercanía, destilando armonía y sin importarles la renta afectiva que puedan recibir al invertir su patrimonio sentimental en gestos que facilitan la comunicación y el entendimiento.

Además del bienestar que reporta tomar y dar; resulta que ofrecer y aceptar no exige esfuerzo alguno ni renuncia a nada, porque dar las buenas noches, desear feliz jornada, agradecer atenciones, poner una sonrisa, solicitar perdón, admitir errores, ceder la razón, silenciar descalificaciones, pedir permiso, disculpar errores y promover acciones para el buen entendimiento conducen a la felicidad.

LIBERTINO CALDERÓN

LIBERTINO CALDERÓN

Calderón

Se cumplen hoy 333 años de la muerte en Madrid de don Pedro Calderón de la Barca que fue ciudadano ilustre, dramaturgo, bachiller, militar, viajero, caballero de la Orden de Santiago, sacerdote, capellán mayor, secretario del duque de Alba, activo cortesano, personaje influyente, protegido del rey Felipe IV y soldado herido en guerra.

Pero también fue Calderón de la Barca un ciudadano juerguista, vecino pendenciero, jugador embebido, noctámbulo libertino y gamberro de mucho cuidado, aunque en los retratos aparezca tan formalito con sobria cara, generoso mostacho, afilada perilla, abundante melena, hábito franciscano y cruz en el pecho.

Todo ello le llevó a la penuria en los últimos años de su vida, pidiendo es su testamento un entierro austero, barato y descubierto por si mereciese satisfacer en parte las públicas vanidades de su malgastada vida. Fue enterrado seis veces en diferentes lugares hasta que sus restos se perdieron en 1936 porque el párroco de la madrileña iglesia de San Pedro Apóstol murió sin revelar donde los escondió en plena contienda incivil.

Este longevo dramaturgo universal y protagonista de nuestro dorado siglo, se batió de joven a espada, sedujo varias damas, consumió la mitad de la herencia de su padre en tabernas y prostíbulos, perdiendo la otra mitad en juegos de naipes y apuestas de azar, tardando años en complacer el deseo paternal de hacerse sacerdote, cuando las fuerzas no le daban para más.

Pasó por la cárcel acusado de homicidio, tuvo enfrentamientos con Lope de Vega y su vida fue un sueño como la gran obra de teatro que nos dejó haciéndose Segismundo encarcelado en una vida contradictoria, dejándonos como legado 110 comedias, 80 autos sacramentales, muchas loas, numerosos entremeses, obras menores y piezas ocasionales.

TOLERANCIA

TOLERANCIA

Versodiario 14 :

Tolerar es respetar,                                                                                                                             comprender y converger,                                                                                                                   aceptar, capitular,                                                                                                                               ceder y reconocer

TOLERANCIA

La falta de respeto a ideas, creencias o prácticas de vecinos, diferentes o contrarias a las nuestras, obliga a recordar que la tolerancia es una exigencia de nuestro tiempo, que ha de palparse en nuevos estilos de formas, más frescura en los gestos, mayor conformidad con el pensamiento divergente y aceptación del pluralismo.

Es tiempo de que la prepotencia pase a mejor vida, el tono impositivo bese el suelo, la beligerancia dé paso al entendimiento, la confrontación lleve al encuentro y la mano tendida al rival sustituya al insulto.

En democracia no hay futuro para el cesarismo mediático, ni espacio para el despotismo social. Tampoco para el abuso doméstico, el dogmatismo enfermizo, el grito enardecido para acallar al contertulio, el desprecio a las razones ajenas o el militarismo que ya no practican ni los propios militares en el disciplinado ámbito de la milicia.

La tolerancia, como garantía de paz duradera y convivencia pacífica exige eliminar de los manuales de higiene social actitudes provocativas, ademanes insultantes, posturas descorteses, gestos groseros y palabras ofensivas, que sólo conducen a confrontaciones violentas, polémicas innecesarias, enfrentamiento agresivos y crispaciones malsanas, que terminan helando el corazón a los españolitos que al mundo llegan.

Es necesario que la nueva generación defienda una concepción política liberal, abierta, igualitaria, plural y flexible, frente a la herencia autoritaria, monolítica, discriminatoria, sectaria, dogmática, y centralista, que recibimos quienes hicimos posible el cambio formal del sistema, aunque no lográramos modificar las mentes y actitudes de quienes todavía permanecen inmóviles en su sitio, como si el tiempo se hubiera estancado en el totalitarismo del que procedíamos, y caminan aún con el enfado al hombro y la frustración en el costado, cortando cabezas en rediles ajenos.

Incluso quienes cierran sus puertas a la tolerancia merecen el respeto de aquellos que la practican y la comprensión de su inflexibilidad, porque la transigencia no se  improvisa con juegos de prestidigitación mental, ni algunas actitudes personales son flexibles como juncos, sino firmes como troncos de robles centenarios, difíciles de modificar con la facilidad que algunos camaleones políticos cambian de chaqueta.

La inteligencia no lleva necesariamente a la tolerancia, ni la cuenta corriente o la pobreza lo consiguen. La tolerancia es un estado de ánimo al que se llega con paciente esfuerzo, renuncia diaria, educación mental y cultura social, aceptando con humildad que la verdad absoluta no está en manos de nadie, y que sólo entre todos y contando con todos llegaremos a saberlo todo.