Navegando por
Etiqueta: España

Y EN ESO, LLEGÓ EL POETA

Y EN ESO, LLEGÓ EL POETA

200px-Lorca_(1914)

Mientras Estados Unidos declaraba la guerra a España por el hundimiento del Maine, Emilio Aguinaldo proclamaba la independencia de Filipinas, España perdía Cuba, madame Curie descubría el radio, se desperezaba la Generación del 98 y un eclipse de luna ensombrecía la noche, nacía el 5 de junio de 1898 en la calle Trinidad de Fuente Vaqueros, un pueblecito de la vega granadina, el primer hijo de la maestra Vicenta Lorca y el rico hacendado Federico García, siendo bautizado el niño seis días más tarde en la iglesia parroquial del pueblo con el nombre de Federico del Sagrado Corazón de Jesús.

La casa donde nació el pequeño era grande, pesada, majestuosa en su vejez…. Tenía un escudo en el portalón y unas rejas que sonaban a campanas cuando las golpeaba con una barra de hierro, simulando su sonar tocar a fuego, a muerto y a bautizos, para aquel niño físicamente débil y precoz para la música, pues antes de hablar ya tarareaba canciones populares, que abrirían las puertas a los gitanos antes de bañar su homosexualidad en el Hudson neoyorquino, habitar la Casa de Bernarda Alba y asistir a su propia boda de sangre con la barbarie de un fusilamiento en un barranco de Víznar.

Hoy celebramos el 115 aniversario de su llegada a este mundo impreciso que vagabundea sin atreverse a dar cobijo a la palabra, doblar el infinito, poner vertical el horizonte, rescatar el duende cautivo en los versos del poeta y la fuerza de su “Público”, que agonizó antes de haber nacido, sin ser estimado ni comprendido por los que niegan la revolución que esas páginas sueltas llevaron al teatro.

Lorca dio vida, durante su vida, a gitanos y jacintos, redimió suspiros peregrinos en los ríos de la vega, salvó del olvido los versos, rescató el himno, recogió el trigo, perfumó el tomillo, nos alivió el camino y alimentó con su sangre los olivos.

EL CAFE PENDIENTE

EL CAFE PENDIENTE

Unknown

La actitud tomada por algunos restaurantes de instaurar el “café pendiente”, es tan simbólica como real, tan testimonial como anónima; y tan solidaria como hermosa. Simbólica porque nada resuelve, pero mucho consuela; real, porque el café y la taza tienen forma, cuerpo y volumen; testimonial, por ser un ejemplo digno de imitación; anónima, por engrandecer la generosidad de quien ignora el destinatario de la dádiva; solidaria, en un mundo gobernado por la indiferencia ante la necesidad ajena; y hermosa porque son gestos que embellecen el comportamiento humano.

Se trata de cafeterías donde los ciudadanos pueden dejar pagado el café para un vecino a quien el sueldo no alcanza, sin saber quién va a ser el favorecido por la invitación. Sobre una pizarra anota el propietario del restaurante tantas rayas verticales como “cafés pendientes” de ser consumidos han sido pagados por clientes para quienes no pueden permitirse tan minúsculo gasto de subsistencia.

La idea surgió el Italia hace tres años, y hoy son más de cien las cafeterías que en España siguen su ejemplo, habiéndose servido en una de ellas más de mil “cafés pendientes”, degustados por personas de diferente color, sexo, cultura y religión, formando una gran cadena de favorecidos por un gesto sin aparente importancia, que se va ampliando al «caldo», al «zumo» y a otros alimentos.

Si algún lector de este blog desea colaborar con tal proyecto, basta con que entre en una de estas cafeterías y le diga al camarero: “cóbrame un “pendiente” y el mío”, para que cuando llegue un desconocido y pregunte: “puedo tomar un “pendiente”, por favor?”, el camarero se lo ponga sobre el mostrador para distraer el hambre con ese humilde tente en pie solidario.

ABSURDIDAD MONÁRQUICA

ABSURDIDAD MONÁRQUICA

Unknown

Durante la Edad Media y siglos posteriores a ella, España estuvo regida por monarquías absolutas, con el resultado ya conocido por todos los interesados en conocer la historia de nuestro país, en las que el rey reinaba y gobernaba a su antojo, legitimando su poder en haber sido engendrado por su antecesor en el trono.

Frente a la absoluta soberanía del rey, la República ofreció la soberanía al pueblo para que éste rigiera su propio destino, otorgándole capacidad para elegir al ciudadano que considerara más apto para tomar las riendas, atendiendo las peticiones del pueblo que lo había elegido como gestor de sus propuestas.

Ante un cambio tan radical y difícil de llevar a cabo, los monárquicos y republicanos se pusieron de acuerdo en aceptar una situación intermedia, pactando la monarquía parlamentaria como híbrido que permitía al rey compartir soberanía con el pueblo.

En tan absurda situación se encuentran las actuales monarquías, entre ellas la española, porque la duplicidad de soberanías no resiste el mínimo análisis intelectual, aunque los monárquicos se empeñen en lo contrario y atribuyan a la monarquía parlamentaria poderes curativos de males endémicos españoles imposibles de reparar, en un país donde el pueblo acredita la mayoría de edad necesaria para rechazar a la nodriza.

La duplicidad de soberanías carece de sentido en el siglo XXI y es fuente de interferencias, porque no puede dividirse el poder en dos partes, sin que una de ellas se resienta en beneficio de la otra, como sucede actualmente con la inviolabilidad e irresponsabilidad del rey, mientras se desflora al pueblo y se le responsabiliza de actos que no ha cometido.

Una de las esencias republicanas, no compartida por la monarquía, es que la soberanía nacional sólo permite a la ley ocupar posiciones superiores a la voluntad popular, siendo esta ley promulgada y aceptada voluntariamente por el pueblo, a la que todos deben someterse, incluido el presidente de la República.

REY A LA FUERZA

REY A LA FUERZA

Unknown

Al carecer los visigodos de un sistema reglado para la sucesión al trono, los reyes elegían a sus sucesores, convirtiendo la monarquía electiva en un método designatario del que se benefició España cuando los godos obligaron a Wamba a tomar las riendas del país, cumpliéndose así las palabras de Confucio de que “los mejores gobernantes son aquellos a los que se obliga a aceptar el puesto”, lo que viene a decir que no son buenos reyes los que heredan el trono sin ser obligados a llevar tan “pesada carga” sobre sus hombros.

Esto sucedió en España a la muerte de Recesvinto, cuando nobles y prelados se reunieron en Gérticos para ofrecer el trono al anciano Wamba que se encontraba arando sus tierras cuando le visitaron para su nombramiento, a lo que éste se negó, continuando su tarea con total desprecio a la oferta.

Ante la insistencia de los comisionados, aceptó acudir a la asamblea popular donde un noble le amenazó con cortarle la cabeza dándole un golpe de espada si rechazaba el cargo, lo que forzó al campesino a ocupar el sillón real, en contra de su voluntad.

Después le costó mantener el poder superando dos conspiraciones para destronarlo, cayendo a la tercera intentona ante la ambición del noble Ervigio, que puso un brebaje aletargante en su copa y le cortó los cabellos para expulsarle de la estirpe visigoda, recluyéndose en el monasterio burgalés de Pampliega hasta su muerte.

Hoy las cosas han cambiado mucho porque los reyes exigen serlo, son impuestos por dictadores, visten uniformes militares, se casan con mujeres “profesionales”, son inviolables e irresponsables, andan ligeros de bragueta, matan por placer animales, son glorificados eternamente por acciones de militares golpistas, reciben adulaciones de beneficiados cortesanos, son protegidos por los políticos del reino y su intimidad está bien guardada en cofres de silencio por periodistas y cortesanos que destierran al olvido detestables realidades de la realeza real.

RELEVO DE PODERÍO

RELEVO DE PODERÍO

feliEl actual sufrimiento de los dos países que conforman la península ibérica, contrasta con el poderío que compartieron a partir del 16 de abril de 1581, hace hoy 432 años, cuando el todopoderoso Felipe II de Habsburgo fue proclamado rey de Portugal en las Cortes de Tomar, tras su juramento.

Mucho ha llovido desde que se unieron los imperios coloniales de España y Portugal bajo el mismo monarca, tras la anexión del país vecino bajo el mando único de Su Católica Majestad Prudente como Señor de Oriente y Occidente, creándose el mayor imperio conocido en el planeta.

Las naciones europeas miraban perplejas y temerosas el ilimitado poder económico, militar y político de éste mandamás, que con cincuenta y cuatro años tenía al mundo bajo la suela de su zapato, desde Nápoles a las Indias, pasando por Cerdeña, Sicilia y Flandes.

Protagonista de leyendas blancas, rosas y negras, fue arquetipo de virtudes para los católicos y personaje fanático, despótico, imperialista y genocida para anglosajones y protestantes.

Hoy el poder está en manos de una señora teutona, fanática defensora de los recortes y la austeridad; despótica en sus gestos, órdenes y actitudes; imperialista financiera que impone su doctrina a golpe de talón bancario a los obedientes mandamases, originando suicidios, ruina, pobreza, paro y lágrimas en millones de ciudadanos, obligados a pagar una deuda que no contrajeron.

DOMINGO REPUBLICANO DE UNAMUNO

DOMINGO REPUBLICANO DE UNAMUNO

220px-13_d'abril_portada copia

Hace hoy 83 años fue un gran día republicano porque las elecciones municipales celebradas el domingo 12 de abril de 1931 abrieron las puertas a la Segunda República Española y eliminaron barreras políticas fronterizas para que el abuelo del actual rey Juan Carlos no tuviera problemas para salir corriendo de España.

Unamuno pasó gran parte de la jornada en la Casa del Pueblo, hasta que se supo el primer resultado del escrutinio, en que todos los allí presentes pidieron entre vítores y ovaciones que hablara el maestro, tomando la palabra para decir a los salmantinos que abarrotaban salones y pasillos de la Casa:

«Hombres, y vosotras, mujeres, que habéis sabido cumplir con un deber de ciudadanía, echando de vuestras casas a los que querían explotar vuestra miseria y creían que Salamanca seguía siendo un pueblo de mendigos y pordioseros. Recibid un saludo cordial y fervoroso. Aquí no han quedado más mendigos que los que lo son de profesión, los de las órdenes mendicantes. Hasta en distritos conventuales, donde más se ha dejado sentir la influencia de la mendicidad y la pordiosería, ha sido hermosa vuestra unanimidad al votar, porque habéis votado por un ideal. 

Entraremos en la Casa de la Villa como representantes del pueblo, como representantes  comunales, porque no nos asusta el comunismo, ya que los Comuneros de Castilla no fueron otra cosa que comunistas… Entraremos, digo, en la Casa de la Villa, y yo os aseguro que, por mi parte, haré todo lo que pueda porque no nos presida el consabido retrato. Dijo un día que si los españoles queríamos la República, que la ganáramos en la calle. ¡Pues que baje él a la calle!

Y, ahora, mucha serenidad y tranquilidad; a ser, ante todo, ¡hombres!, a no doblegar la cerviz ante los poderes que carecen de autoridad. Tened civismo, y, sobre todo, hombría. El provenir es nuestro. Termino y vuelvo a repetir: “Desde este momento queda virtualmente proclamada en Salamanca, la República”.

EXPULSIÓN JUDÍA

EXPULSIÓN JUDÍA

re

La festividad católica móvil que hoy conmemora la resurrección de Cristo, – desde que así se decidiera en el año 325 cuando se reunieron en Nicea los padres de la Iglesia -, coincide este año con el fatídico recuerdo de la expulsión de los judíos de España, decidida por los catoliquísimos Fernando e Isabel el 31 de marzo de 1492 en Granada.

Con pulso firme, mano dura y abusivo poder, estos monarcas firmaron el Edicto de expulsión de muchos españoles, por cometer el gravísimo delito de tener pensamiento divergente al marcado oficialmente por la ideología religiosa dominante en España durante siglos.

El borrador del Decreto de la Alhambra fue elaborado por el inquisidor general de España, hombre de probada tolerancia y ejercicio de amor al prójimo, como demostraron todas sus macabras actuaciones de Torquemada y el propio texto del mandato, rubricado por sus patrones reales:

«Hemos decidido ordenar a todos los judíos, hombres y mujeres, de abandonar nuestro reino, y de nunca más volver. Con la excepción de aquellos que acepten ser bautizados, todos los demás deberán salir de nuestros territorios el 10 de julio de 1492 para no ya retornar bajo pena de muerte y confiscación de sus bienes (…)»

La inquisición, el temor de la nobleza y clero a perder sus privilegios ante la creciente burguesía judía y el imperativo deseo de imponer el pensamiento único por parte de los monarcas, uniendo a todos los españoles en la fe católica, fueron la causa de esa injusta barbaridad histórica.