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ESFERICIDAD DEL INSULTO

ESFERICIDAD DEL INSULTO

Dirigiéndose a un peón de albañil que habría hecho algo censurable según el criterio del constructor, éste le insultaba llamándole tonto esférico, es decir, que el pobre obrero era tonto, se le mirase por donde se le mirase, dada la homogeneidad de la esfera.

Pero lo que este católico de misa dominical utilizaba como insulto degradante a uno de sus “hermanos”, la iglesia que en su seno lo cobija declara al ofendido afortunado en su esfericidad porque los bienaventurados resucitarán en forma de esferas y entrarán rodando en la eternidad, según nos cuenta Borges que anticipó hace casi dos mil años Orígenes, en Alejandría. Vamos, que el trabajador ofendido es un resucitado que va camino de la eternidad rodando, ….por el suelo, a base de patadas , como la propinada por el patrón.

Junto a este humilde obrero, – tonto esférico según el capataz -, ruedan a su lado muchos  pobres de verdad, no de espíritu evangélico, acompañados de forzados mansos capados en su libertad por la dureza de una vida inmerecida, porque nadie es acreedor de la necesidad, mientras haya quien arroja al contenedor el sustento de una familia.

También ruedan con el tonto los que lloran su desgracia compartiendo las desgracias de quienes tienen hambre y sed porque les falta el pan, el agua y, por supuesto, la justicia. Los misericordiosos no ruedan, pero van al lado de ellos retirando las piedras del camino para evitar que se desnuquen en alguno de los giros. A los puros de corazón no se les ve por parte alguna dado que no pasan de media docena. Los pacificadores ruedan también hasta que una bala les hace pedazos el corazón y entonces ya no ruedan, sino caen como tablones sobre la arena del desierto.

Los que no ruedan con los afortunados tontos esféricos son los políticos perseguidos por la justicia que piensan poco en el cielo, porque están muy cómodos en los sillones oficiales. No ruedan, pero flotan en el aire girando sobre el patriarca, centrifugando cuanto interfiere a sus intereses y manteniéndose en órbita circular sobre la presa como hacen los buitres con la carroña.