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Etiqueta: drogadictos

EUGENESIA OLVIDADA

EUGENESIA OLVIDADA

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La eugenesia social pretendía mejorar las claves genéticas humanas con técnicas manipulativas para conseguir una raza más inteligente, fuerte y sana, que degeneró en su hermana gemela, impidiendo el nacimiento de personas inferiores para los manipuladores, con el fin de economizar dinero y recursos.

Con semejante pretexto se aplicaron métodos de exterminio olvidados por gran parte de la población mundial que mira para otro lado, sin recordar lo sucedido en hospitales con ciudadanos pertenecientes a grupos humanos despreciables para los matarifes, sin importarle demasiado a una sociedad acomodada que prefiere no recordar.

Fue el Estado norteamericano de Indiana quien dio el primer paso en 1901 promulgando una ley de eugenesia a la que se sumaron años después treinta Estados del mismo país, autorizando a esterilizar todas las personas que no formaran parte del redil socialmente normalizado.

Inicialmente se trataba de impedir que los deficientes mentales tuvieran descendencia, pero más tarde entraron en el saco el grupo de teóricos pervertidos sociales, entre los que se encontraban asesinos, discrepantes, gitanos, meretrices, judíos, violadores, alcohólicos, drogadictos, homosexuales y otras subespecies humanas calificadas como “degeneradas” por quienes ordenaban los tratamientos esterilizadores.

En Europa, fue Alemania la primera que se sumó a las esterilizaciones masivas para higienizar la sociedad y alcanzar la pureza racial perseguida por el Tercer Reich. Pero no sólo fueron los teutones nazis seguidores de la antigua ley indiana, también el Gobierno de Suecia ha reconocido que sesenta mil suecos fueron esterilizados, aplicando una ley de los años treinta que fue derogada en 1976.

VENERADOS ACTORES

VENERADOS ACTORES

actores hollywood

Declaro mi escaso interés por el cine como laguna cultural de difícil solución, pero confirmo el nulo aprecio que siento hacia los multimillonarios actores cinematográficos que pisan alfombras rojas y tienen excesivos ceros en sus cuentas corrientes, siendo admirados, reverenciados y envidiados por los aficionados al séptimo arte.

He tenido siempre claro que un actor de cine, – o actriz, claro -, no merece el sueldo que recibe ni los honores otorgados por la sociedad, ya que se trata de un fingidor, simulador o suplantador de personalidades que no le pertenecen, siendo mayor el respeto adquirido cuanto mejor finge ser lo que no es.

Con una sonrisa en los labios vi por televisión la incredulidad de un joven ante los temores de Sylvester Stallone a sufrir agresiones físicas en un festival cinematográfico,  porque el chico no comprendía que el heroico Rambo que había derrotado un ejército con su puñal, temblara ante las amenazas de un tarado, cuyas piernas eran de menor tamaño que el brazo del suplantador.

Ciertos reverenciados actores y actrices, al apagarse los focos y quitarse el disfraz, han resultado ser personas no deseables en la sociedad, con pedigrí de pedófilos, meretrices,  drogadictos, alcohólicos y delincuentes comunes, acreditando gran parte de ellos una cultura rudimentaria de supervivencia, pero todos son aplaudidos y bien pagados por su capacidad para fingir ante las cámaras actitudes virtuales alejadas de su vida real.